Hola, otra vez yo.

No se si ustedes queridos lectores lo sabían pero siempre quise hacer un AU de mis superhéroes favoritos en la preparatoria. Hice uno para un reto de un forum pero eran one-shots.

Esto será más extenso que eso jeje.

Agréguenle que desde que vi Ragnarok, no dejo de imaginar cómo hubiera sido la vida de Hela, Loki y Thor si Odín hubiera sido un mejor padre. Anyway... espero que lo disfruten y si están leyendo mis otras historias, tenganme paciencia, prometo arreglar eso pronto.

Besitos :)


No fue su culpa. Ni el incendio en la cocina, ni la policía en la puerta, ni el prospecto de bigote depilado de Fandral (porque el poco vello capilar que tenía, sólo le engrandecía el ego).

No, Thor no era culpable, pero eso no importaría en la estación de policía ni en la oficina de su padre cuando recibiera su escarmiento.

Apretujado en el asiento trasero con Loki y Sif y dos oficiales manejando la patrulla, Thor se jura a si mismo que no es su culpa y que todo estará bien. Loki, su pequeño hermano de 14 años parece leer su mente y lo mira con recelo.

-Thor, arruinaste todo.


*Una semana antes*

Cada año que pasaba, Thor se creía más grande, más independiente, y se volvía más insolente. Y más escandaloso según Loki. Con 15 años cumplidos y su próximo ingreso a la preparatoria, Thor se sentía capaz de todo. Y ahí estaba en el escenario, agitando su diploma en el aire mientras se despedía finalmente de todos sus maestros.

Loki no sabía quién estaba más emocionado, su hermano o los maestros.

Al final de la ceremonia, Frigga insistió en tomar fotos y Loki observaba tras ella con sus brazos cruzados sobre su camisa negra.

-¡Loki! Ahora una con mi hermano.

Antes de poder replicar, el menor de la familia se vio envuelto en un abrazo entre Thor, Volstagg, Sif, Hogun y Fandral.

-¡Mamá!

-¡Digan whiskey!

-¡Whiskey!

Al momento que tomaban la foto, Loki observó cómo su hermana(stra) mayor se acercaba en silencio con una sonrisa escondida en su rostro.

-¡Hela!

-Vaya que has crecido.

Un poco recelosa de las muestras de afecto, Hela aceptó con desgano el abrazo de Frigga y luego el de Thor.

-¿Y Odín?

-Aparentemente decidió evitarnos e ir por el carro.- Contestó Loki con el ceño fruncido.

-Claro, olvide que odia los eventos familiares.

-No lo culpo, yo también me iría si tuviera hijos cómo nosotros.- Frigga le dio un codazo a su hijo menor.

-De acuerdo, es suficiente. Su hermana vino a celebrar, estamos felices por nuestro graduado y es un lindo día ¿podemos mantenerlo así? Gracias. Thor hora de decir adiós.

Loki era observador, y ver a Fandral susurrarle a su hermano no era nada bueno.

-Vamos, ve y averigua.- Hela le murmuró en su oído.

-¿Qué?

-Sabes que te arrastrara en lo que sea que haga y te tomará por sorpresa. Es mejor que planees algo con antelación, antes de que Frigga se entere.

Un poco dudoso Loki se acercó al grupo de amigos de su hermano.

-¡Hermano! ¿Puedo decirle?

Sif hizo un gesto, no tan grande como el de Loki pero aun así.

Fandral se encogió de hombros. -Es tu familia.

-¡Bien! Fandral dará una fiesta en su casa el próximo sábado. Contactó a las chicas de la preparatoria y así podremos conocerlas antes de empezar las clases.

Con la ceja arqueada, Loki observó a ese montón de adolescentes con ansias de crecer y actuar cómo adultos. ¿Cuál era la prisa? Si ese era su futuro, no lo quería.

-Aja, y ¿en qué universo esa idea sale bien? Me sorprende que Hogun y Sif no estén en contra.

Sif se limitó a sonreír. -Sólo quiero divertirme sin pensar por una vez en mi vida.

Hogun no dijo nada, y no le sorprendió.

-Le diremos a nuestra madre que es una pijamada en la casa de Volstagg. Cómo sus padres no estarán ese fin de semana, si llama a la casa nadie contestara.

Loki sobo su frente con sus dedos.

-¿Sabes? Para ser un adolescente, siempre quieres actuar cómo el maduro.- Comentó Fandral burlonamente.

-Gracias. Ya sabes lo que dicen: los traumas infantiles son buenos para madurar rápido. Y si quieren saber mi opinión, es el plan más estúpido que he escuchado. Hora de irnos, Thor.


-¿Puedes dejar de hacer eso?

Thor levantó la vista del piso para encontrar la mirada impaciente de Hela en el marco de su puerta.

-¿Qué cosa?

-Pensar, o intentarlo. No eres bueno planeando, Frigga me contó de tu intento a escapar a la carretera con tus amigos hace dos meses.

-¿Tu que puedes saber? Lárgate.

-¿En serio? ¿Correrás a tu hermana querida a la que no ves en dos años? ¿Ya no me quieres?

El rubio la miró receloso. -Loki es tu favorito. Fuera.

Hela se encogió de hombros y se sentó en el escritorio de su hermano.

-Claro, bienvenida.

-Así que quieres ir a esa fiesta con alcohol y chicas de preparatoria.

Thor la miró escandalizado.

-Por favor Thor, llevo dos años en la universidad y ya pasé por tu edad. Sé cómo funciona, cuéntame el plan.

-La fiesta será con Fandral, diremos que es una pijamada en casa de Volstagg, ya que sus padres no están en la ciudad.

Al terminar, sonrió con satisfacción. Hela también sonrió, pero con sarcasmo.

-Claro, pijamada. ¿Qué tienes? ¿Cuatro años? Frigga sabrá que es una mentira inmediatamente.

-¡Claro que no! Es una buena idea.

-Thor, con tus antecedentes necesitas otro plan.

-¡Mis antecedentes! Habla de los tuyos.

-Con mayor razón tonto. ¿Crees que eres el primer adolescente que intenta escaparse a una fiesta? Realmente eres una decepción.

- ¡Largo de mi cuarto!

-Lleva a Loki contigo.

-No me interesa seguirte escuchando hermana. Largo de aquí.

Sin oponer resistencia, Hela se dejó arrastrar del cuarto y lo dejó azotar la puerta tras ella. Se quedó unos segundos esperando en el pasillo hasta que escuchó a Thor quitar el seguro de su puerta. Entonces dio unos pasos cómo si estuviera en camino a su habitación (o antigua habitación, que desde que había comenzado la universidad Odín había remodelado)

-Hela.

Cuando se dio la vuelta, vio a su hermano asomar un poco su sonrisa carismática a través de la puerta semi abierta.

-¿Qué fue lo que dijiste?

-Que no usaras tu cerebro.

-¡No! No, no, no. Lo que dijiste después de eso. Antes de irte.

-¿Antes de irme o antes de que me corrieras? Y con muy poca sensibilidad debo decirlo.

-¡Ya, lo siento! Ahora dime.

-Bueno, tal vez mencioné a Loki.

Justo en ese momento, al final del pasillo se abrió la puerta del hermano menor.

-¿Podrían dejar de gritar? ¡Gracias!- Y la puerta se cerró nuevamente, Loki desapareciendo tras ella.

-¿Loki?- Thor susurró como si pronunciar el nombre pudiera volver a invocar su presencia.

Hela le indicó con su mirada que se acercaran al cuarto. Luego tocaron. Debido a la falta de reclamos del otro lado, decidieron entrar sin avisar. Si era honesto, Thor siempre le había tenido algo de miedo a ese cuarto. Cuando la primogénita dejó la casa los chicos dejaron de compartir las literas y Loki pasó a ocupar el de visitantes que siempre había sido una bodega. Hela enloqueció cuando supo cual habitación se había vuelto la nueva bodega (o gimnasio, si Thor convencía a su padre).

El cuarto de Loki era algo completamente contrastante a su hermano. Su habitación emanaba una aparente calma, como la que procede a las tragedias, decorada con colores que iban de negro a verde olivo, un poco de oro y el beige que acompañaba su edredón. La organización de sus libros, escritorio, clóset y demás cosas le hacía sospechar a Thor que no era un adolescente sino la reencarnación de alguien controlador y adulto, pero no un adolescente.

Loki yacía tendido boca arriba en su cama escuchando música con los ojos cerrados y sus brazos extendidos. Si Thor lo hubiera encontrado en medio de un ritual satánico, no le hubiera sorprendido para nada.

-Largo.

Ni siquiera se molestó en verlos, no era necesario.

-¿Escuchas Mahler?

Loki abrió los ojos para ver a su hermana. -Saint-Saëns, la Danza Macabra. Y es mi favorita, así que largo.

-Yo prefiero Beethoven.

Loki se sentó en la cama súbitamente y él y Hela voltearon a ver a Thor cómo si hubiera dicho una blasfemia.

-Sí, dije Beethoven. Y no me refería al perro.

-Loki, no venimos a molestar. Venimos a hacerte una proposición.

Ese tono dulce, la manera en que se sentó junto a él y su sonrisa, era lo que más miedo le causaba. Desde que eran niños, Hela se las arreglaba para meterlos en sus problemas. Verla hacer su voluntad con ellos, era cómo ver a una serpiente jugar con su comida. Pero Loki, no tan noble cómo Thor, nunca se resistió a tales acciones. Probablemente porque amaba el caos tanto cómo ella (mientras no fuera en su cuarto y en su imagen).

-No me va a agradar.

-Todavía no sabes que es hermanito.

-Si Thor quiere ir a esa estúpida fiesta, yo no. Y es definitivo.

-¡Loki! ¡Vamos!

El rubio lo empezó a zarandear del brazo mientras le daba razones por las que debería aceptar.

-¡Suéltame! ¿No sabes lo que es el espacio personal?

Thor sonrió maliciosamente y lo abrazó. Grave error.

Cinco minutos después Frigga escuchó muchos gritos y subió para encontrar a Loki, Thor y Hela peleando en el piso.


-Bien hecho, Thor. Si querías que te ayudara con esto, te hubieras comportado.

-¿Es mi culpa?

-¿Quieres que conteste?

-El renacuajo es un tonto. Además, ¿por qué quieres ayudarme?

Hela se encogió de hombros. -Porque... ¿te quiero?

Thor la miró pensativo. -Sé que no es cierto... pero estoy desesperado. ¿Cómo convencemos a Loki?

No fue fácil convencerlo. Ni dinero, ni intercambio de tareas domésticas, ni libros podían hacerlo aceptar pasar la compañía de su hermano con un montón de chicos mayores de 15 años. No lo hubieran logrado, si no hubiera sido por la desgracia que ocurrió dos días antes de la fiesta.

Loki rompió el jarrón favorito de Frigga. Thor había dicho que su hermano era un renacuajo y que no era capaz de lanzar una pelota, lo que llevo a una discusión porque el menor de la familia odiaba ese apodo. Sus primos noruegos amaban llamarlo de esa manera, porque Loki era el más pequeño de la familia. Y a aparte flaco.

Lo peor de todo es que no era cualquier jarrón. Era un jarrón que llevaba años en la familia. La bisabuela de Frigga se lo había dado a su abuela, y luego pasó a su madre y luego a ella. A falta de hijas propias, Frigga esperaba dárselo a Hela.

Antes de que Loki lo rompiera, claro.

Cuando su madre notó la falta del valioso objeto, Loki y Hela eran los únicos en el comedor. Mientras él pensaba en la mentira que diría, Hela le sonrió con malicia y sus ojos tenían un brillo sospechoso. De seguro Thor le había dicho.

-Quieres que vaya y así prometerás no decir nada ¿cierto?

Con un tono de derrota, Loki adivinó las intenciones de sus hermanos cuando entraron a su cuarto esa misma tarde.

-Sí, que inteligente hermanito tenemos.

-De hecho, eres tan predecible que sabíamos cómo reaccionarías si te retábamos.

Sus ojos se llenaron de asombro. Y algo de terror. ¿Tan malo se había vuelto en esconder su carácter a su familia?

-¿¡ME INSULTASTE A PRÓPOSITO!?

-Algo así. No creímos que romperías el jarrón.

-De hecho el plan era que rompieras una ventana. Por cierto, quiero agradecerte por romperlo. Ni muerta hubiera querido heredar ese jarrón.


Lograron convencer a su madre. O eso creyeron. Fue un espectáculo muy divertido para Frigga.

Con Hela sentada junto a ella fingiendo leer un libro y sus hijos, sobre todo Loki, fingiendo que solo era una pijamada en casa de Volstagg. Pobres inocentes, creyendo ser tan buenos mentirosos. Aunque debía reconocer que Loki era bueno. Si otras hubieran sido las circunstancias, se hubiera sentido orgullosa. Su hijo menor tenía carisma y astucia y su voz rebosaba con seguridad.

Los chicos sonreían triunfantes hasta que Frigga dictó la hora de llegada a la casa.

-Los quiero de vuelta antes de la una.

Y luego volvió a la lectura de su libro.

Loki y Thor miraron con pánico a su hermana.

-Frigga, es una pijamada.

Hela la miraba retadoramente y no sabía que le molestaba más, el hecho de que querían seguir engañándola o el hecho de que la llamara por su nombre. Incluso que le dijera madrastra era mejor.

-Quiero que sepan una cosa, soy más lista que ustedes y he vivido más. Y ya tuve una adolescente de 15 años ¿verdad Hela? Esto me recuerda a la vez que te escapaste un halloween para ir a la fiesta de disfraces de... ¿cómo se llamaba? ¿Peggy?

-Era Angie.- Hela sentía sus mejillas enrojecerse poco a poco.

-Claro, Angie. Escuchen bien, pueden aceptar mi oferta temporal de estar sólo un tiempo en esta fiesta, porque yo sé que no es una pijamada; o pueden ir al estudio a pedirle permiso a su padre de quedarse toda una noche en una fiesta. ¿Me doy a entender?

Thor y Loki asintieron. -Escojo la primera oferta madre.

-Bien, Hela recoge a Thor a las 12.30, nada de retrasos y tú, hijo, nada de alcohol. Loki, te quedarás en el carro con Hela, no sé qué te hayan ofrecido pero sé que odias estar en fiestas, así que no te haré pasar este sufrimiento. Y quiero dejarles algo claro, si no regresan en buen estado y bajo mis términos, llamaré a la policía y reportaré la casa de Fandral para que vayan de inmediato ¿de acuerdo?

Thor no quiso preguntar cómo supo dónde sería la fiesta, era mejor dejarlo así.


El camino a la casa de Fandral, fue un suplicio. Hela no dejaba de pasarse altos y soltaba comentarios incoherentes llenos de ira. Tan irracional y tan furiosa.

Loki sentía que había cambiado mucho desde que había dejado la casa. Cómo si la libertad de la universidad no hubiera hecho más que empeorar su espíritu rebelde y sabiondo.

Thor por su parte disfruto el trayecto. Cuando llegaron no dejaba de alabar la habilidad de su hermana para manejar cómo Toretto.

Loki y Hela esperaban en silencio y después de 30 minutos de estar sin conversación, le ordenó que le trajera una cerveza.

-No pienso ayudarte a que nos mates de regreso.

-Tú siempre piensas en la muerte, Loki.

-Sí, pero no en un accidente tonto, con mi hermanastra ebria.

Hela lo observó con una expresión dolida. Él nunca le decía hermanastra.

-Claro.

Sonaba tan herida, que Loki se sintió mal.

-De acuerdo, te traeré algo, veré si también hay comida.

Bajó del carro, entró a la casa y encontró a chicos besándose en los sillones, Fandral bailando sin camisa en una mesa del recibidor, Thor aventando cojines cómo balones, chicos lanzándose por las escaleras con los colchones de las habitaciones y Volstagg llorando en una esquina con algunas botellas alrededor de él. Al parecer tomaba tan bien cómo comía.

Loki trató de evitar contacto visual, físico y verbal con todos los seres humanos que se le atravesaban en su camino, hasta que encontró unas botellas de cerveza sin abrir y un tazón de papas. El tazón parecía de esas vajillas que su mamá tanto amaba, y pensó que Fandral no notaría si se lo llevaba.

Cuando salió de la casa, le alegró dejar de escuchar la música, los gritos y dejar atrás los empujones. Hasta que algo le heló la sangre.

-Hela...

La camioneta ya no estaba y no se veía a nadie alrededor, sin contar a los adolescentes que seguían llegando a la fiesta. Lo había engañado. Esa maniobra, se la había enseñado ella, ¿cómo había sido tan estúpido?

Lleno de coraje, Loki lanzó el tazón y la cerveza al piso.

-¡Hela!


Thor iba a lanzar otro jarrón cuando sintió que alguien lo tomaba del brazo.

-¿Qué demonios haces?

-¡Loki! ¡Oigan, mi hermano también vino a divertirse!

Los chicos con los que Thor jugaba a lanzar cosas, eran mucho más grandes y probablemente habían aceptado a Thor en su grupo por la estatura del rubio y su actitud despreocupada, más que por su edad.

-¿Les dijiste que eres mayor y que eres de Noruega?

-Sí, y funcionó.- Sus ojos brillaban y un olor raro salió de su boca.

-¿Estás tomando?

-Cállate Loki.

Thor volvió a apuntar cuando Loki volvió a jalarlo.

-Estamos en serios problemas. Hela me bajó del carro y se marchó, no contesta su teléfono y de seguro nos abandonará aquí.

-Maldición. ¿Sabes qué significa eso?

-¿Qué?

-¡Nos quedaremos toda la noche!

-¡NO!

Antes de que pudiera reaccionar, Thor tomó a Loki y le dio el jarrón y lanzó a ambos hacia los demás chicos quienes lo llevaron en sus hombros mientras cantaban porras del equipo de futbol de la preparatoria.

-¡Thor!


Fue un desastre, Hela nunca llegó, de seguro Frigga fue la que llamó a la policía, porque no entendía cómo más podrían haber llegado. Tal vez fue un vecino. No estaba seguro.

Pero de lo que si estaba seguro, era que probablemente esa mancha en su expediente le quitaba a Loki la oportunidad de entrar a una buena universidad. A una universidad buena y lejana, muy lejana. De preferencia en otro continente. Lejos de Odín, de Hela y sus malévolos planes y lejos de las tonterías de Thor.

Aunque eso implicara estar lejos de Frigga...

Bueno, tal vez ella tendría tiempo de visitarlo.

Tampoco supo cómo se enteraron de en qué comisaría estaban, pero sus padres llegaron y pagaron todo. Para sorpresa de Loki, ellos no eran los únicos en la cárcel.

Aparentemente, Hela nunca llegó porque la arrestaron por conducir ebria.

El camino de regreso a la casa fue horrible, fue incluso peor que la vez que buscaron a Hela por toda la carretera, porque se escapó de un campamento espiritual para ir a un festival de rock con su supuesta mejor amiga Dottie.

Fue incluso peor que el camino de regreso del hospital cuando un Loki de 8 años apuñalo sin querer a un Thor de 9 años.

Fue mucho peor.

Cuando cruzaron la puerta de la casa, Odín ni siquiera los volteó a ver. Soltó un suspiro llenó de decepción y se encaminó a su estudio, dónde estaba casi todo el tiempo.

-Padre.

Hela susurró con confusión y su progenitor finalmente volteó hacia sus hijos.

-Hela.

-¿No dirás nada?

Odín asintió con desánimo. -Sí, pero no por ahora. Váyanse a dormir, que es lo que todos necesitamos.

-Pero...

-¡A dormir! He dicho.

Thor iba a objetar, cuando Loki lo jaló del brazo y Hela les indicó que se movieran.

Una vez que sus hijos estuvieron acostados, Frigga se apareció en el estudio con un café para su esposo, que no lograba controlar el dolor de su cabeza.

-¿Qué piensas hacer?

-Necesitan desarrollar carácter, ambos. Les encanta causar desorden, y Thor se cree demasiado maduro. No es más que un muchacho irracional.

-Hela no se queda atrás. Se ha vuelto muy grosera desde que se fue, aunque me duela admitirlo.

Odín observo a su esposa con incredulidad. Porque Odín nunca admitía las actitudes irracionales de su hija. Aún cargaba con el dolor de haber perdido a su primera esposa y siempre justificaba las faltas de Hela con que era huérfana de madre.

-No lo creo. Está madurando.

-La encarcelaron hoy ¿a eso llamas madurar?

-Eso lo discutiré con ella, ya no es una niña como Thor y Loki.

-Entonces... ¿cómo les desarrollaras carácter, querido?

-Están muy chiflados, cómodos y rodeados de chicos con sus mismas condiciones. No creo que seguir en esa escuela les sea de provecho.

-¿No querrás decir que...?

-Sí.

-Eso no funcionó con Hela.

-Yo haré que funcione. Y esa es mi decisión.


Dejar su escuela. Una escuela privada en la que habían estado toda su vida, desde maternal. Y dejarla por la escuela pública. ¿En serio? ¿Pública? Sonaba horrible.

Thor dejaría a sus amigos de toda la vida. Y a los chicos que había conocido en la fiesta y que podrían haber sido sus compañeros de preparatoria. Eso le dolió más que nada. Y en lugar de demostrar que era un buen muchacho, insultó a su padre, llamándolo necio y viejo. Casi como si demostrara que no se equivocaba en cuánto a la actitud insolente de su hijo de en medio.

Loki decidió no responder, él no era tan emocional cómo su hermano. Se limitó a hacer muecas y bajar la cabeza. Aunque en el fondo no sentía la justicia ser aplicada de manera correcta, porque él no tenía culpa de nada. Pero en realidad, Loki no tenía amigos que perder. Porque tenía fama de embaucador, antisocial y mentiroso. Siempre se había caracterizado por jugar bromas inteligentes y a veces pesadas, y sin evidencia para empeorar todo. No tenía amigos y todos lo conocían tan bien, que le sacaban la vuelta. Tal vez un cambio no era tan malo, podría empezar de cero y con un público estudiantil que no lo considerara predecible. Si, era mejor ver el lado positivo de esto.

Thor también vio el lado positivo cuando se enteró que a Fandral lo mandaron a una preparatoria militar cómo castigo. La preparatoria pública era definitivamente mejor.

Odín llamó a Hela a su estudio y después de unos minutos de escucharlos discutir, la mayor de la familia salió furiosa, arregló sus maletas y anunció que regresaba a pasar el verano en el campus de la universidad. Su padre y nadie en la familia la retuvo, era mejor dejarla ir.

Thor y Loki la despidieron desde la puerta y aunque sentían alivio de no pasar castigados el verano con ella, en el fondo la extrañaron mucho.