Introducción: La isla del castillo negro

El almuerzo estaba casi listo, solo faltaban tres tostadas más y ya estarían los siete platos. Las manos de Sanji trabajaban a una velocidad increíble manejando todo tipo de alimentos que se convertían en anhelados platos. Puso los platos en la mesa y los miró extrañado. ¿Qué era lo que estaba diferente? No sabía bien que era pero… Volvió a comprobar uno a uno los platos para averiguar que era aquello que parecía anormal.

A la tercera vez lo vio claramente. Era el plato de Zoro. ¿Por qué estaba tan lleno? Se preguntó a si mismo. ¿Por que lo había condimentado tanto? Intentó sacar bastantes cosas y volvió a mirarlo. Con el entrecejo fruncido miro bien los platos, ¿Cómo le había podido suceder? ¿Por qué Zoro? Era mucho más lógico que pusiera más comida a Luffy que no a Zoro, que últimamente no aparecía en algunas comidas. ¿Seria por preocupación?

Dejo eso por después y saco uno de sus cigarrillos, fue hacia la cubierta y se puso a mirar al mar al tiempo que empezaba a fumar. Mientras cocinaba nunca fumaba, ya que eso podría influir en el sabor de su preciada comida. El silencio de la madrugada solo era interrumpido por las olas que chocaban contra la carabela y por unos extraños ruidos. Volvió a fruncir el entrecejo y agudizó su oído.

Venía de popa. Con las manos en los bolsillos y a punto para atacar fue hacia allí, salto al techo de la cocina y miro entre los mandarinos de Nami. Vio a un hombre de piel morena y un inconfundible pelo verde. Levantaba enormes pesas y parecía luchar contra el aire. El rubio se sentó al borde del techo con las piernas cruzadas y fumando lo que quedaba de su cigarrillo.

Apagó su cigarrillo contra el suelo y Zoro se giro, como si hubiera oído el sonido del cigarrillo al apagarse. Solo lo miro y volvió a lo suyo. Sanji se sintió mal. Para Zoro solo era eso, alguien a quien ignorar, nadie importante. En la vida verde de Zoro solo había lugar para sus katanas, Mihawk y esa chica llamada Kuina, que por lo que tenía entendido estaba muerta.

Pero… Tenía que ser realista, él y Zoro solo se hablaban para pelearse o insultarse. Si lo pensaba bien, la única vez que no peleaban era en medio de los combates, donde se coordinaban lo bastante para salir sin un rasguño.

Zoro sabía que Sanji estaba allí. Podía notarlo y tambien oler el humo del cigarrillo. Sabía que aunque no estuvieran cerca Sanji estaba tenso y preparado para cualquier cosa. Desde que se había percatado que Sanji estaba detrás suyo que no podía concentrarse en el entrenamiento. Últimamente no iba a las comidas para no verlo, entrenaba hasta desfallecer para no pensar más en él. Pero sabiendo que estaba allí…

Sanji: Hey, marimo, ¿Por qué no vienes a almorzar? Esta todo hecho y seria una pena que Luffy acabara con todo.

Zoro: Ya iré…

Sanji: Ayer no viniste a cenar. Así que déjate de excusas baratas y ve ahora mismo.

Zoro no estaba de humor para enzarzar una nueva discusión, así que dejo sus enormes pesas y se dirigió a la cocina, con un sonriente Sanji detrás. La verdad es que Zoro se moría de ganas de comer, y aunque no quisiera admitirlo, los platos del cocinero eran verdaderamente buenos.

Lentamente toda la tripulación fue llegando a la cocina y devorando todo lo que había. En cuando acabaron, Nami les informo que ese mediodía llegarían a una nueva isla. Robin les explicó de que se trataba de una isla de verano, un sitio tranquilo y sin base de marina. Era gobernada por un señor que vivía en un castillo negro y que estaba de parte de los piratas, así que no debían preocuparse.

Por lo visto el Log Pose se cargaría en tres días, pero visto que la isla era vacacional, unos días de descanso no les vendrían mal.

TO BE CONTINUED

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Siento que sea tan corto, pero es la introducción y todo empieza en cuando llegan a la isla!

Espero comentarios!

Att: Lady Devil D.