Inuyasha pertenece a Rumiko Takahashi.


Fic para el reto 7 prompts: camino al infierno, del foro «¡Siéntate!»


Inspirαdo ligerαmente en El perfume: historiα de un αsesino, de Pαtrick Süskind.


Advertenciαs: Un Inuyasha un poco… salvaje, y algo fuera del canon.


Sinners αre sαints

I

Asmodeus

(Lujuriα)

No recordaba el día que nació —es imposible, razonaba—, pero sí el primer olor que percibió su sentido del olfato: la leche de madre.

Todo en el mundo olía: sus mantas de lana y seda, la piel de su madre, la lluvia, las flores y las piedras. Incluso los sentimientos. Podía oler el miedo de la criada en su sudor frío, el rechazo de los otros niños en el hálito que emanaban sus risas crueles, la alegría de su madre en su olor a manzanilla.

Inuyasha podía olerlo absolutamente todo.

Una capacidad heredada de su padre, el General Perro.

En su soledad, pasó años perfeccionando ese don, y cuando conoció a Kagome, tras cincuenta años de permanecer dormido por la flecha que Kikyō le había lanzado, Inuyasha ya era capaz no solo de olfatear, sino que de crear aromas nuevos en su mente combinado aquellos que ya conocía.

El aroma de Kagome no lo había olido antes, estaba seguro. Se parecía al de Kikiyō, pero distinto, y, estaba seguro, que solo él sabía diferenciarlos.

Aprendió a conocerla, a reconocer sus cambios mediante el olor. Sabía cuando estaba estresada, cansada o con ganas de estar sola. También sabía que, como todas las mujeres, una vez cada luna, de su cuerpo brotaba la sangre que le cambiaba de carácter y la trasformaba en un demonio.

Sí, un demonio. Los numerosos «¡siéntate!» que ganaba esos días eran prueba de ello.

Y había días en los que el olor de Kagome lo volvía un demonio completo a él.

Lo descubrió un día en que la joven decidió tomar un baño en el río, y su aroma se mezcló con el del agua, obligándolo a arrugar la nariz y meter la cara entre sus ropas.

Era un aroma dulce, embriagante, extraño. Nunca nadie había olido de esa manera.

Al principio pudo contenerse, y la llegada de sus nuevos compañeros ayudó a pisar tierra y no cometer una estupidez —porque su psiquis sabía que estaba mal—. Pero cada día le estaba costando más controlarse.

Aunque su psiquis le exigía hacerlo.

En esos días se mostraba huraño y retraído, como si su mal humor habitual se acrecentara ante el aroma de la joven. Aunque esto en realidad era un mecanismo de defensa.

Dormía solo, intranquilo. Soñaba con Kagome, sus labios, que la devoraba, que se saciaba de ella y de su olor hasta el llenarse —y llenarla a ella—, que recorría cada centímetro de su cuerpo conociendo cada curva, cada secreto, cada trozo de piel. Y lo único que lograba era despertar bañado en sudor y con el falo dolorosamente erecto por una necesidad que debía saciar él mismo a la luz de la luna y en solitario.

Para que luego su psiquis lo condenara.

Porque desear a Kagome de la manera en que lo hacía estaba mal.

—*—

Con el tiempo el aroma de Kagome se volvió insoportable, y prefería huir de ella antes de obedecer a su lado bestial.

Por los dioses, se decía. Es una niña.

Aquel día la lluvia los había tomado por sorpresa en medio de un bosque lleno de árboles añejos. Quedaron empapados, y el aroma de Kagome estaba en esos días.

Maldijo a todos, incluido a él mismo.

Y tal vez maldijo un poco a Kagome.

Alrededor de la medianoche, cuando se encontraba solo mientras su mente intentaba evocar viejos aromas para distraerse, sintió el cálido cuerpo de alguien pegarse al suyo.

Era ella, su olor.

Se sobresaltó pero no fue capaz de articular palabra porque ella recorrió con sus manos el contorno de su cara y luego lo besó.

Porque Inuyasha nunca supo, al menos hasta ese momento, que del mismo modo en el que él deseaba a Kagome, esta lo quería a él.

Y solo pudo pensar en una cosa:

¿Esto es real?

¿Es esto solo fantasía?

Pero su psiquis no le respondió.

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¿Se merece un review?


Bitácorα de Jαz: Inuyasha es un perro. Eso (?).

Tomé el reto hace como un año, pero recién ahora me animé a escribirlo. Es algo relax, simple, sencillamente para experimentar. Perdón na.

Espero que les guste :3

¡Jajohecha pevẽ!

11 de julio de 2018, miércoles.