Disclaimer: Naruto no me pertenece. Es de Masashi Kishimoto.

Línea temporal: Algo así como un universo alterno.

Nota: Feels Like Home significa Se siente como en casa (o cosas en esa línea de pensamiento. Depende de cómo quieran traducir ustedes).


FEELS LIKE HOME

Capítulo 1: Forastera

El informe de la completa destrucción de la Aldea del Remolino fue enviado al tercer Hokage una mañana de noviembre. El frío viento se colaba por las ventanas y el gran Hiruzen Sarutobi notó que debió haberse abrigado más al salir de casa por la mañana. El otoño calaba cada vez más en sus huesos; no quería ni pensar qué sería de él cuando fuera invierno. Terminó de leer la nada sorpresiva noticia de que su aldea hermana había sido aniquilada en una noche. Ni los escombros de ella quedaban. Los ninja de la nube habían sido mortalmente eficaces en su cometido. No se había encontrado ni un solo sobreviviente. Hiruzen sintió el pesar de que sus camaradas hubieran caído y les dedicó un minuto de silencio. No conocía con exactitud la cifra de bajas, pero imaginaba que era realmente alta. Era una aldea llena de gente muy saludable.

—Señor —Kino, su secretaria, entró agitada y apresuradamente a su despacho. Como no se molestó en anunciarse, Sarutobi vaticinó que era urgente—. La invitada está aquí.

—Haz que pase.

La joven mujer, tal vez demasiado para su cargo, salió de la oficina olvidándose de cerrar la puerta. Segundos después otra muchacha aún más joven que la anterior hizo acto de presencia. Estaba acompañada de tres escoltas ANBU. Dos de ellos estaban a sus costados y el último se encontraba al frente, encabezando al equipo.

—Lord Hokage, ella es Kushina Uzumaki —el ANBU que habló poseía una voz joven pero firme, llena de confianza y respeto. El tercero lo reconoció como su mejor subordinado. En cambio, a la chica recién presentada no la conocía de nada más que de nombre y conversaciones sueltas con su progenitor, de cualquier manera, asumió que se trataba de la persona que había enviado a buscar. Poseía todos los rasgos característicos de su clan y coincidía con la descripción que había recibido semanas atrás.

—Gracias, pueden retirarse.

—Preferiría que no, Lord Hokage —un escolta diferente habló.

—¿Puede saberse por qué?

—Es hostil —el ANBU que se localizaba a la derecha de Kushina, el único que no había hablado hasta el momento, declaró como si la chica fuera alguna especie de bestia salvaje que pretendían domesticar. Ella se sintió ofendida al momento.

—No soy un animal —bramó.

—¿Tú qué opinas, Minato?

Minato Namikaze, jefe del equipo encargado del exitoso rescate de Kushina Uzumaki, entendió la pronunciación de su nombre de pila como una señal de que el Hokage consideraba seguro retirarse su máscara. Obedeció a la orden implícita tras esas palabras y procedió a responder al cuestionamiento.

—Si me permite, me gustaría quedarme con usted.

Con un casi imperceptible gesto de aprobación de parte del Hokage, los dos escoltas restantes desaparecieron al instante. Minato tomó lugar junto a la ventana y se mantuvo firme y silencioso. Él solamente era un espectador. No participaría de ninguna manera en esa conversación.

—Kushina, un placer conocerte —saludó amablemente el tercer Hokage. Aunque el formalismo era algo tardío, esperaba remediar las cosas de ahí en adelante.

—No puedo decir lo mismo.

Minato se tensó automáticamente ante la respuesta. Más que alerta, se encontraba ofendido por la falta de respeto de su visitante. Para ella, una extranjera, aún si era nativa de una aldea hermana, debería ser un honor poder sostener una charla con el líder de la Tierra del Fuego. De cualquier manera, continuó estoico en su posición junto al gran ventanal de la oficina de los Hokage son demostrar su disgusto.

—Lamento mucho si te he hecho sentir incómoda anteriormente, créeme cuando te digo que mis intenciones son que sientas que Konoha es tu nuevo hogar.

—Jamás podrá serlo. Tampoco me interesa.

—Me temo, Kushina, que eso es lo que ha sido pactado.

—He dicho que no me interesa. Mi aldea ha sido destruida, por ende, cualquier trato hecho con anterioridad queda anulado junto con su destrucción.

—Tu aldea no ha sido aniquilada completamente. Corren los rumores de que existen muchos sobrevivientes esparcidos por el mundo. Gente que decidió huir antes de que todo sucediera. Y los rumores a veces provienen de una verdad que ha sido exaltada o modificada, por lo tanto, nunca pierdas la esperanza. Además, la verdadera líder del clan Uzumaki se encuentra aquí en Konoha; Mito.

—No me hable de esa perra —la mirada de Kushina era de completo desprecio—. Es como una prostituta para mí. Se vendió a sí misma, a su orgullo, a su clan y a su aldea en el momento en que decidió no mover un dedo por nosotros. Ella no es nada mío y me avergüenza que siga utilizando nuestro apellido a pesar de todo lo que ha ocurrido.

—Cuida tus palabras —Minato alzó la voz. No toleraba más esa forma de hablar.

—Déjala, Minato. Necesita desahogarse.

—Quiero marcharme de aquí.

—Eso, como estarás enterada, querida niña, no es posible. Eres demasiado importante para Konoha.

—Konoha no es mi hogar. No le serviré como esa traidora de Mito.

—Querida niña, tus padres aceptaron el trato y, a su tiempo, tú también lo hiciste. ¿Por qué es diferente ahora?

Los rasgos de Kushina, si bien antes demostraban una actitud salvaje, ahora se veían completamente trastornados. La desesperación se hizo evidente en sus ojos y su tono de voz se volvió ahogado, como si las cuerdas vocales se le hubieran hecho un nudo.

—¡Porque mi aldea ha desaparecido! —gritó Kushina —¡Y ustedes la dejaron morir!

—Rescatarla no era nuestro deber.

—¿Por qué? ¿No se supone que el clan Uzumaki es pariente sanguíneo del clan fundador Senju? Y si ése no era su deber, como usted afirma, ¿por qué debe ser el mío prestarme a sus egoístas planes?

—La situación no es como tú crees.

—Me niego a seguir discutiendo con usted. Sus patéticas excusas salen sobrando. Voy a marcharme de esta aldea tanto como si usted quiere como si no.

—Kushina, deja de ser tan caprichosa. Si el Remolino no pudo salvarse no fue culpa de Konoha. Sabes que tu clan era muy orgulloso tanto como poderoso. Ellos así lo quisieron. Cuando la destrucción se hizo inminente les ofrecimos refugiarlos en distintos puntos del País del Fuego, pero declinaron. Fue tu padre el que rechazó la idea. Dijo que era su batalla y que, si la Hoja Oculta ayudaba, todo orgullo del Remolino sería pisoteado.

—¿Y por eso nos dejaron morir? —vociferó la pelirroja, las lágrimas de abrieron paso a través de sus ojos azules. Provenían de la rabia, la desesperación y el profundo dolor que sentía al saberse viva cuando todos los suyos estaban muertos. No se sentía merecedora de tal condición—. ¿Porque mi padre lo pidió? Entonces yo pido que me maten o me liberen aquí mismo. Soy la única sobreviviente de los Uzumaki. Mi palabra es tan buena como la de mi padre ahora.

—Por favor, cálmate. Comprendo tu dolor, pero morir no va a remediar lo que ha acontecido.

—Usted no entiende nada —escupió las palabras con ira.

En un rápido movimiento, Kushina tomó el kunai que se encontraba escondido en un pequeño compartimiento en la cara interna de su muslo izquierdo. Se abalanzó contra el Hokage en lo que sería una estocada certera contra su garganta, sin embargo, Minato Namikaze fue unas milésimas de segundo más rápido que ella y la inmovilizó. El brazo con el que atacó se encontró torcido en su espalda y un kunai se posicionó frente a su yugular. Un hilo de sangre corrió por su cuello. Un poco de presión más y ya estaría muerta.

—Basta, Minato —ordenó el Hokage con voz severa. No era coreecto tratar a Kushina de esa forma, empero, estaba secretamente agradecido con él. No había alcanzado a ver a tiempo el arranque de violencia de la jovencita. Estaba perdiendo facultades rápidamente.

Minato hizo un sonido parecido a un gruñido de descontento y se alejó de Kushina, esta vez se mantuvo firme al lado del tercer Hokage.

—Sí, basta, Minato. Podrían cortarte el brazo a ti, pero a mí no me harían nada. Así funciona tu aldea.

—Tú deja de ser tan insolente, chiquilla. No tientes a tu suerte.

—Entonces déjeme ir.

Sarutobi se masajeó las sienes por unos momentos. Esa conversación comenzaba a producirle jaqueca. Kushina insistía en pedir algo que, por el bien de Konoha, no podía darle. Necesitaba encontrar algo para negociar con ella y hacer que decidiera quedarse por propia voluntad. Mantenerla encadenada en una sucia mazmorra era una opción que jamás consentiría. Él sabía que si Kushina seguía oponiéndose, ésa sería la opción que dictaminaría el consejo.

—Hagamos un trato —dijo luego de meditarlo un poco—. Permanecerás en Konoha a cumplir tu deber y, a cambio, nosotros buscaremos sobrevivientes del Remolino y los aceptaremos como refugiados. Tú serás la líder de todo aquel que encontremos y acepte nuestra oferta de asilo.

Uzumaki calmó sus ánimos y se tomó un tiempo para analizar la propuesta. Si aceptaba podría reconstruir, aunque fuera casi de una manera meramente fantasmal, su aldea y continuaría honrando la memoria de su clan. Sí, ella había dicho que ya no existía un contrato entre los clanes, pero los Uzumaki jamás retrocedían a su palabra, incluso en las peores condiciones. Además era acertado aquello que el Hokage había dicho. Había aceptado ser parte de Konoha mucho antes de que todo aquello ocurriera. Sus padres también, pues habían decidido ayudar sinceramente a sus parientes lejanos, aunque la decisión de ella se había basado en el orgullo que sentiría su padre al verla encargada de tan importante labor.

—Prométame que cumplirá con su palabra —Kushina exigió limpiándose el rastro de las lágrimas que hacía tiempo se habían secado.

—Soy el líder de este pueblo. Konoha estaría perdida si yo me echara para atrás.

OoOoOoOoOoOoO

Aunque los signos de la preocupación y la incertidumbre no eran notorios en el rostro de Minato, la urgencia en su tono de voz los volvía casi tangibles. El ANBU tenía muchas dudas respecto a la conversación que el líder de su aldea había entablado con la forastera del Remolino. Nada más Sarutobi invitó a Kushina a probar los alimentos que había pedido especialmente para ella en la sala de espera, Namikaze solicitó una audiencia con él.

—¿Qué es lo que hay tan importante para la Hoja en Kushina Uzumaki?

Hiruzen estuvo tentado a no contarle nada al ANBU, después de todo, el saber por qué no era parte de las funciones de los shinobi la mayor parte del tiempo. Sin embargo, su confianza en Minato era tanta que a veces creía más en el criterio del muchacho de diecinueve años que en el suyo propio. Asimismo, ya consideraba a Minato como su seguro sucesor. Hasta se lo había planteado el consejo y ellos estaban de acuerdo en que el joven comenzara a conocer sus futuras labores en un par de años. Tal vez menos.

—Kushina Uzumaki fue seleccionada por Konoha como la nueva jinchuriki del Kyubi.


El miércoles, gente guapa, verán el próximo capítulo colgado. Ya lo tengo escrito en mi sexy cuadernito y, más bien, es la continuación de este (o sea capítulo uno parte dos). Sucede que estaba ansiosa por publicar y así pasó xD

Espero les haya gustado. Esta vez les voy a complicar la vida a Minato y a Kushina con factores externos. Y el amor no será lo principal (pero habrá harrrto, no se apuren). Es más bien que jamás he explotado el recurso de ser ninjas y, aunque soy malísima relatando acción, me estoy desafiando a mí misma. Será, o por lo menos tratará de ser, un tipo de historia que jamás he escrito antes.

Me gustaría saber su opinión, su muy honesta opinión, por favor. Como la trama no es lo que estoy acostumbrada no sé si lo estoy haciendo bien.

Sobre por qué es un universo alterno (o algo así), es porque no quiero meterme en el canon y luego arruinarlo. La línea del tiempo de Kishimoto está tan borracha que no puede pararse a hacer el cuatro y no quiero meterme a pelear con ella. Además, ya se está escribiendo un MinaKushi que está tan acorde al canon de mi cabeza que no veo la necesidad de hacer yo uno.

¡Besos embarrados de Nutella para todos!

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Di NO al PLAGIO.