Drabble hecho para un reto donde debía desarrollar desamor y tragedia.

Los personajes de Naruto no me pertenecen.

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Los infantiles sollozos apagados que iban llegando a él le causaban cierto sentimiento agrio el cual ascendía por él, retorciéndose en sua entrañas a pesar de que no debería sentirse de ese modo, pero le era imposible no hacerlo.

Sasuke contempló a su alrededor. Todos los rostros de los presentes se hallaban llenos de pesar, sobre todo el de su mejor amigo y sus hijos. El dolor surcaba profundamente el semblante de Naruto y el de aquel par de chiquillos. Y cómo no iban a mostrarse así. Habían perdido a Hinata. Aquella dulce mujer de ojos perlados había fallecido.

Su oscura mirada se cruzó con la de Naruto, y a pesar de la perenne expresión de indiferencia fría del Uchiha, las pupilas de Naruto reflejaron agradecimiento por su presencia. Y aquel simple gesto causó una punzada de culpa
que carcomió sus entrañas.

Ciertamente estaba allí por Naruto, por quien se auto nombraba su mejor amigo y del cual él pensara lo mismo aunque no lo expresara abiertamente. Sin embargo, esto era solo una parte de la verdad. Si estaba allí no era solo por Naruto. Si en aquellos instantes estaba allí lo hacía también por Hinata. Por la mujer que él había amado y la cual le había rechazado, puesto que inevitablemente desde hacía años se encontraba sintiendo aquellos malditos sentimientos por quien fue la mujer de su mejor amigo a pesar de que aquello era una repulsiva traición a aquella amistad.

Ciertamente fue un traidor por haber amado a aquella mujer. ¡Mas no fue algo que hubiera deseado! Inevitablemente cayó ante la dulzura de Hinata, su bondad, su calidez y a pesar de saber que nunca sería correspondido se lo confesó.

Aún recordaba la sorpresa y el nerviosismo de esta, y cómo con las mejillas arreboladas le había rechazado afablemente con pena en su mirada hacia él le había rechazado. Ella le rechazó y aun así mostró esa expresión afable hacia él. Sin embargo no le importó el ser rechazado. Desde el principio fue consciente de que ella reaccionaría de esa forma, y se conformó con contemplarla desde la distancia, envidiando la suerte de Naruto por poseer el amor de aquella mujer, por poseer los sentimientos de quien nunca sería para él.

Y a pesar de esto, durante años aquel sentir en él jamás amainó, y ahora, de pie frente a la tumba de la mujer la cual a pesar de su rechazo nunca dejó de amar, y mientras contemplaba a la familia que esta dejaba atrás, solo podía pensar en que a pesar del dolor de su pérdida estos habían sido indudablemente afortunados por haber tenido a su lado a esa mujer de dulces ojos perlados que jamás pudo ser para él.