Llegada

Se paro ante la puerta, el muchacho de 17 años, metro setenta, pelo rosa en punta y desordenado y ojos verdes con una bufanda de escamas, se debatía entre llamar o huir. Suspiró, debía llamar, era el único lugar donde quedarse. Llamó y unos 5 minutos después le abrió la puerta un joven de 26 años en calzoncillos, de metro ochenta y seis, pelo azul, ojos marrones y un tatuaje rojo debajo del ojo derecho con una expresión entre molestia por haber sido despertado y sorpresa por ver a su hermano pequeño.

-Natsu, ¿qué coño haces en Magnolia?- preguntó el mayor.

Natsu se quedo sin habla, no sabía que decir, no había pensado como explicarle el porqué, ni lo sabía. Que había huido de casa para buscar sentido a su vida, no eso era un topicazo. Que quería encontrar su lugar en el mundo, no eso era todo un cliché. Encontrar el amor, absurdo. Después de un silencio eterno, contesto.

-Jellal-nii, no sé porque he venido, pero lo descubriré- contesto Natsu.

-Seguro que querrás quedarte en mi piso, ¿no?- dijo el peliazul- eh criajo.

-Como me conoces tatuado- respondió el menor devolviéndole la burla.

Entraron en el apartamento, de unos 300 metros cuadrados y tres habitaciones, una de ellas con vistas a la bahía de St. Jimmy. Natsu contemplo la decoración, las paredes pintadas de marrón y las puertas rojas, había tres estanterías llenas de libros, comics, mangas, películas, discos y series en DVD; el salón, que al parecer fue ampliado quitando las paredes del hall y la cocina, tenía una televisión con DVD, un sofá azul -al cual le faltaba una pata, reemplazada por los capítulos 699 y 700 de Naruto- y una mesa en donde rebosaba un portátil casi al lado de la cocina. Los pocos cuadros que ornamentaban la casa eran en su mayoría copias alteradas de obras del Romanticismo y las demás imágenes eran posters de grupos de rock(los Rollings Stones, Pink Floyd, Bruce Springteen, Nirvana, ACDC o Extremoduro), punk (los Ramones, Bad Religion, Sex Pistols, Green Day, Rise Against o Sum 41) y metal (Iron Maiden, Judas Priest, Black Sabath, X Japan o los primeros álbumes de Metallica), o si no lo eran de videojuegos o mangas. Natsu se sentía a gusto en ese lugar. Tras haber visto la casa y haberse vestido Jellal, desayunaron mientras Natsu le contaba a su hermano como estaban su familia y como había llegado al edificio donde vivía este y la disculpa por haberle despertado a las 6 de la mañana, con colleja incluida de Jellal por la hora, hasta que surgió la pregunta que Natsu quería evitar:

-Y bueno hermanito, el tema de las chicas como lo llevas- soltó Jellal

-Mierda- pensó Natsu - Sigo buscando.

-Ah- dijo Jellal-, aquí hay tías buenas, diferentes y si no sabes ligar o no te quieres complicar la vida, te puedo conseguir alguna prostituta.

Natsu veía como al tatuado se le formaba una siniestra sonrisa que le provocaba escalofríos. Iba a hablar para cambiar de tema y así escaquearse de la serie de perversiones que diría su hermano cuando apareció una chica de unos 25 años, no muy alta, pelo rojo escarlata largo y ojos marrones, vestida de camarera, Natsu se quedo mirándola. La chica se dirigió a Jellal:

- Jellal, que temprano te has despertado- percatándose de Natsu -, y tú, ¿quién eres?

-Erza, este es mi hermano Natsu - contestó Jellal.

-¿Y cuando ha llegado si no he oído ningún ruido ni el timbre?- preguntó la pelirroja curiosa.

-Es que eres una dormilona- susurró Jellal -. A las seis de la…

Antes de que acabase la frase Erza le soltó una bofetada.

-¡NO ME LLAMES DORMILONA, IDIOTA!- Dijo Erza - Ahora me llevo tu desayuno y me voy.

-¡Aye, sir!- contesto Jellal.

Y se marchó la pelirroja pegando un portazo y dejando a Natsu shokeado y aterrado, la chica tenía un carácter muy fuerte.

- Natsu, ¿echas de menos a todos, tus amigos y la familia?, ¿no te arrepientes de haber venido?- pregunto Jellal.

-No me arrepiento, pero…- Natsu recordó a sus amigos, un pelinegro muy tsundere y stripper( aunque no lo veía desde hacía más de un año), un punk peli naranja alto con los ojos marrones, un emo rubio y ojos azules y a un jebi de pelo negro y largo con mas piercings que pelo- ni a mamá -le viene a la mente la imagen de una alegre rubia de ojos verdes- no la echo de menos ni al viejo- se acuerda de un serio pelinegro y ojos negros-, solo a Wendy-nee- recuerda a una peliazul de ojos marrones-. En cuanto a mis amigos, me dijeron que como volviese porque los echaba de menos me castraban.

-Vale, recuerda aquí comienza tu nueva vida, tus sueños y tus ambiciones no serán los mismos después de tu paso por la ciudad, tenlo en cuenta.

-¿Es por eso que al parecer te has rendido al capitalismo?- insinuó Natsu molesto y curioso a la vez.

-Sí, me he rendido, enseño música en un puto instituto del centro de esta condenada ciudad de mierda que más que ciudad es una jungla, tengo un jodida hipoteca, un coche que no es el de mis sueños y no me acuerdo cuando me convertí en esto, vale lo acepto- contesto Jellal -, pero sigo siendo el mismo hijo olvidado que no puede volver a casa, rey de todo lo dicho y hecho y, lo más importante, nunca fui un héroe de la clase media-baja ni el Jesús de los Suburbios, entendido; y ahora llego tarde a dar los malditos exámenes de recuperación de septiembre - mirando el reloj-. No sé lo que harás pero solo no te quedaras aquí.

Natsu se quedo reflexionando sobre lo que su hermano había dicho mientras Jellal buscaba sus cosas hasta que decidió que hacer.

-Me matriculo en el instituto donde trabajas mientras viva en la Ciudad- propuso Natsu -, en Humanidades.

-Ser historiador, arqueólogo o aventurero, ¿no?

-Sí, a lo Indiana Jones con el látigo.

-Jajaja, pues venga que me voy.

Natsu se apresuro a coger su monedero y el móvil y salir pitando del apartamento. Acompaño a su hermano al garaje, donde estaba un Ford Focus del 2007 rojo propiedad de Jellal, se montaron rápidamente y se fueron directos al instituto donde trabajaba Jellal escuchando Wellcome to the Jungle de Guns and Roses. Durante el trayecto, Natsu miraba los graffiti del barrio donde vivía el tatuado de su hermano y comprendía el porqué de llamarla jungla, había disturbios, manifestaciones contra el gobierno en la plaza del Progreso, mendigos, ladrones, prostitutas, antifas y neonazis, solo en el barrio donde Jellal vivía, pero él era de un suburbio peligroso, sobreviviría, Jellal mientras tanto cantaba a la par que Axl Rose, como si usase la canción para enseñarle algo a Natsu.

-You know where you are, you are in the jungle baby, you gonna die- cantaba o le decía Jellal a Natsu.

Finalmente salieron del barrio de Jellal, al salir un cartel decía: "Sales de Underground Distrit, no te vuelvas pijo o si no ESTAS MUERTO" mientras acababa la canción. Se acercaban a su destino, mientras algunos pintores recubrían graffitis en paredes de los edificios de la Ciudad. La nueva vida de Natsu no sería aburrida, sino más bien extrema, su nuevo hogar, una trampa mortal, pero todo daba igual, no podía cambiar el pasado como el Miniver en 1984.

-¿Sabes que creo que estoy aquí para seguir tus pasos?- dijo Natsu para romper el hielo.

Jellal frenó en seco, lo que su hermano dijo le hizo recordar las palabras de su padre, "Eres un ejemplo para tu hermano, hasta que no lo comprendas no podrás volver a casa". Debía cambiar de tema luego reflexionaría sobre ese tema, pero no sabía que decir para evitar el tema.

-No sé lo que soy, porque estoy aquí- añadió Natsu serio y algo triste-, si no soy un niño sin sueños que no puede volver a casa o si soy algo más que eso, si lo sabes dímelo.

La Ciudad parecía haber muerto después de las palabras de Natsu, como si el tráfico y los disturbios hubiesen acabado. Jellal se debatía entre contestar a Natsu o no, ese paso lo debería andar Natsu sin ayuda de nadie, el camino de los sueños rotos como lo llamaba él.

-Sigo esperando una respuesta- sentencio Natsu.

-La respuesta la debes encontrar tu, yo te puedo responder que no me acuerdo quien o que estaba equivocado cuando me fui de casa-dijo por fin Jellal -, pero a eso no te puedo dar respuesta.

Después de esa afirmación no hablaron en lo que quedaba de camino, un silencio sepulcral, solo roto por el sonido del motor, del poco tráfico y las respiraciones de los hermanos.

-Creo que estoy empezando a saber lo que soy- dijo Natsu volviendo a romper el silencio-, soy…