Disclaimer: Tokyo Ghoul no me pertenece. Es propiedad Sui Ishida.

Advertencias: Leve SPOILER de la segunda temporada de Tokyo Ghoul. Poco dialogo.

Nota de la autora: Con el primer One-Shot que hice de TG, me quedaron las ganas de más. Pero aun no me siento lista para crear un fic de este anime, así que estos serán solamente drabbles, con diversas situaciones con Touka y Kaneki. Espero les guste y lo disfruten.


I

Fue una noche cuando me decidí visitarla. Aogiri siempre fue un lugar sumamente ajetreado de "trabajo" y de constante movimiento por los distritos pese a las bajas que siempre eran provocadas por manos de los miembros de dicha organización. Y yo era uno de esos miembros.

Pero me sentía culpable. Era por un inestable pensamiento que siempre me travesaba. Cuando tenía a algún humano bajo mi poder y lograba asesinarlo no podía sentir nada, no sentía temor, no sentía culpa, no sentía lastima al menos. Y eso me hacia odiarme a mí mismo, asquearme de lo bajo que había caído. Me convencía a mi mismo de que era lo correcto, de que de algún modo solo podría mantener a salvo a la gente que me importaba y con eso mi consciencia estaba tranquila.

A excepción por un gran detalle.

No había querido mentirle, no había querido dejarla ahí sola, sintiendo sus movimientos en vano por alcanzarme, pero era lo mejor. Porque ahora que era "El Ghoul de un ojo" multitudes de organizaciones estarían en mi constante caza. Por eso me uní a Aogiri, por la protección que podían brindarme. Por eso me aleje de Anteiku…y de ella. Porque sabía que si estábamos juntos no tardarían en lastimarla de igual modo. Ella no merecía ese tipo de vida, yo quiero que siga viviendo su vida tranquila, normal como hasta el momento lo había hecho. Ella se merecía una vida de paz y calma, no una vida de constante pelea entre dos razas egoístas que no se detienen a pensar en los demás.

Mi día libre decidí pasarlo fuera, lejos del mundo ghoul. Quería pasar un rato para tomar un café-en una cafetería que no fuera la de Anteiku- leer una buena novela y descansar por el resto de la tarde.

-Oye, parchecito

Ah, claro. A Ayato le había pegado por decirme así, la verdad eso poco me importaba, nunca le preste atención a las cosas innecesarias, ni siquiera cuando era un joven inmaduro y torpe. Debo decir que tiene la misma actitud fuerte y algo irritante de Touka. Quiero pensar que de igual modo es una persona comprensiva y en cierto modo buena, aunque en estos momentos lo estoy dudando.

Me gire para verlo de frente, ahí estaba con esa ropa tan peculiar de siempre, pero con un toque morado-azulado. El mismo toque de Touka. Espere pacientemente, con esa mirada tan naturalmente gélida.

-¿A dónde crees que vas?-pregunto él con ese tono tan abusivo y soberbio de siempre.

-¿Eso importa acaso?

Pude notar como su rostro se deformaba en un ceño fruncido y unos labios ligeramente entre abiertos. No entiendo si está sorprendido o molesto, pero no le tomo importancia, no espero respuesta y retomo mi camino.

-Oye

Esta su voz se oye exigente en un claro sonido de advertencia, no me atemoriza, ni mucho menos me hace sentir respeto hacia él, pero tengo curiosidad por saber lo que le pasa. De nuevo giro el rostro, esta vez con una mirada afilada, como si quisiera preguntar: "¿Qué mierdas quieres?"

-No te acerques de nuevo a Anteiku

Su advertencia me toma desprevenido, pero de inmediato noto un deje de preocupación o al menos quiero suponerlo.

-Ellos ahora son nuestros enemigos, así que acostúmbrate a verlos alejados de ti. En especial a ella

Ella. Sin que él lo note doy una media sonrisa. Ahora entiendo. Aunque, me cuesta trabajo creer que un hermano que le arranca a mordidas su kagune a su hermana, de repente se interese por el bienestar. No sé si piensa que soy un pervertido hijo de puta o un simple joven que desea jugar con su hermana, porque ninguna de las dos cosas van acorde conmigo en ningún sentido, en especial si no he hablado de Anteiku –o de alguna otra cosa- con él. Pero, ¿Por qué no me doy la libertad de jugar un poco?

-¿Ella?-susurro, mientras me giro de nuevo-¿Temes hacerte tío demasiado joven?

Y me rio. Me carcajeo internamente, tanto por la travesura que acabo de hacer, como por el poema que Ayato me brinda. Esta molesto, sus facciones se deforman, y da un pronunciado "¿¡Qué?!" que casi me tumba los tímpanos. Quería reírme en toda su cara y decir: ¿En serio te lo has creído? Pero me contengo y lo miro con mi rostro neutral, sin expresión alguna, aunque por dentro, quiero azotarme contra el suelo por la risa.

De nuevo no le tomo importancia y camino al exterior, con ropa civil que me sirve de camuflaje en esta sociedad de humanos, llevar mi traje negro sería demasiado llamativo. Escucho sus llamados y sus insultos gritados, pero sé que –ya sea por la rabia o por la impotencia-no me seguirá. Y me doy el lujo de sonreír levemente cuando ya no lo veo.

Touka sabemos que esto es una vil mentira, así que esto no afectara a nadie. Porque en caso de que se enterara –Touka- seria por voz de él y no mía. Y él sería el hermano idiota que creyó ideas equivocadas y yo saldría ileso. Y dudo que alguna vez tanto Touka como él den el paso para hacer las paces, alguien más tendría que hacerlo. Por desgracia ese no soy yo. No ahora.

Me dirigir al café, completamente satisfecho y con una felicidad de algo con que joderle a Ayato durante las misiones. Sería una semana divertida para mí.


Nota final: Si desean aportar ideas para algunas otras situaciones con esta pareja, por favor díganmelo en los reviews. Saludos. Nos leemos.

Atte. Ari