Ranma ½ y todos los personajes pertenecen a Rumiko Takahashi
PRIMERA PARTE
Amanecía en la pacífica Nerima, iluminando el Sol cálidamente las calles. Una joven de cabello azul despertaba lentamente, teniendo como una primera visión, al pequeño cerdo negro que descansaba entre las cobijas. La sonrisa de Akane no se hizo esperar, y pasó los dedos suave y tiernamente por la pequeña cabeza de P-chan. Se sentó para poder estirar sus brazos. Vio la hora en el reloj, era el momento de levantarse para seguir su rutina de fin de semana, ya que era bien sabido que esos enormes ojos café recorrerían las calles de Nerima mientras corría, mejorando cada vez más una marca personal que nadie tenía conocimiento salvo ella.
Así pues, se dispuso a cambiarse de ropa. El pequeño cerdo siempre se daba cuenta de cuando ella se levantaba, aunque lograba quedarse lo suficientemente despierto para apreciar el rostro tranquilo de la chica mientras dormía. Sin embargo, le era difícil aguantarse las ganas de verla cambiar de ropa, así que siempre se escondía bajo las cobijas y apretaba lo más que podía sus pequeños dientes para no caer ante tales tentaciones.
-Buenos días P-chan. Nos vemos más tarde. -le deja un beso en la frente, luego de destaparlo.
Los enormes ojos de P-chan se quedan mirando hacia la puerta, escuchando los pasos de ella bajar por las escaleras. Luego un acostumbrado "¡Buenos días Kasumi! ¡Desayunaré volviendo!
El cerdito sale de la habitación y se encuentra con un joven de trenza y ojos azules que lo miran: primero adormilados para después mostrarse incómodos ante su presencia.
-Hola P-chan, ¿qué tal dormiste? Cerdo abusivo. -lo toma rápidamente por la cinta que lleva sobre el cuello. -Ryoga… -lo mira con cara de pocos amigos -no es bueno que abuses de la confianza que Akane te tiene. Puede que algún día se entere y entonces sí conocerás su furia.
El cerdito se meneaba de un lado a otro tratando de zafarse del agarre, aunque luego de las últimas palabras del ojiazul se queda espantado.
-¿Qué se supone que no debe saber Akane, Ranma? -pregunta detrás suyo una mujer de cabellos cortos y castaños. Nabiki, la más maliciosa de las Tendo, estaba por ir a cepillarse los dientes cuando repentinamente se encuentra con aquella escena que le parece por demás sospechosa.
Ambos, Ranma y P-chan ponen cara de susto al darse por parcialmente descubiertos.
-N… no es nada Naibiki, buenos días. Tuve un sueño raro y se lo contaba a este cerdo -ambos asienten -ya nos íbamos -pasa por un lado de ella llevándose a Ryoga con él.
-Mmm… que extraño -se queda mirando en la dirección hacia donde se fueron con los ojos entrecerrados -Bueno, supongo que ya me enteraré.
Mientras tanto, se ve a Akane corriendo por la ruta acostumbrada. Luciendo unos mallones negros y una sudadera en color azul marino que le quedan perfectos y que resaltan el color de su cabello y de sus ojos. Se sentía especialmente con ánimos de distraerse después de una dura jornada de exámenes.
-Buenos días! -se le escuchó decir animadamente mientras una anciana que humedecía el pavimento a la entrada de su casa, le miraba con una sonrisa y agitaba una mano en señal de saludo. Tiempo después y más adelante se encontró un curioso puesto que le llamó bastante la atención. Se detuvo al no poder evitar mirar los extraños objetos que vendía un sujeto envuelto en una capa amarilla y con lentes oscuros.
-Oh! Buenos días señorita. Tiene usted buen gusto al mirar los artefactos que traigo el día de hoy -los lentes brillaron momentáneamente. Y una ancha sonrisa aparecía en aquella cara.
Akane miraba un espejo con un bello marco y un joyero de extraños grabados. Mientras tanto, en el dojo Tendo, Ranma consumía apresuradamente su desayuno ante la mirada extrañada del resto de la familia. Nabiki seguía pensando que todo era muy raro. Ranma se daba unos golpes en el pecho porque la comida se le atoraba.
-Gracias por la comida -dijo el muchacho. Luego tomó una pequeña bolsa negra y se dispuso a salir. -Bueno, regreso por la tarde.
-Que te vaya bien Ranma -le respondió una dulce Kasumi -Vaya… se ve que tiene prisa.
-Seguro fue tras de Akane, aunque siente que disimula es un poco tonto al hacerlo -comentó Nabiki con su acostumbrada cara de imparcialidad, aunque por dentro seguía pensando en que algo estaba extraño.
Los padres de familia comenzaron a reír luego de escuchar a Nabiki.
-La juventud, la juventud siempre tan apresurada. Vamos Saotome es hora de un juego -se levanta el señor Tendo.
-Claro que sí -le responde su mejor amigo.
Una vez estando alejado de la casa Tendo, Ranma saca de la bolsa a un muy amarrado P-chan que tiene un enorme golpe en la cabeza. Le vierte agua caliente para que vuelva a ser Ryoga en su forma humana.
- ¿Se puede saber por qué me molestas ahora, Ranma? -le dijo con cierta tranquilidad en el su tono.
Ranma le agarra del cuello de su camisa -No me digas que no te lo imaginas, P-chan. Como buena mascota deberías tener tu casa en el patio de la casa y no estar durmiendo en una cama -Ranma lo miraba con algo de desagrado.
-Aaah… era eso. Bueno yo no soy una mascota, soy algo así como un confidente y por eso merezco dormir al lado de Akane -le respondió con mucha seguridad e intenciones de molestar al chico de la trenza.
-¡Más te vale que no abuses, Ryoga! -le dijo Ranma en un tono de voz mucho más fuerte y comenzaron a adoptar una posición de pelea.
-¿Quieres pelear Ranma? Estoy dispuesto a defender a la bella Akane -le dijo mientras sacaba sus cintas que cortan.
-Pero de qué hablas. Solamente te voy a ponerte un poco de límites -inició arrojándose con puñetazos.
Empezaron la típica contienda en la que brincan de tejado en tejado y salen volando las citan de Ryoga por todas partes, causando estragos en los alrededores. La gente los miraba y los que quedaban en el camino se quitaban para darles paso y no salir heridos por erros.
Por otra parte, no muy lejos de la pelea, Akane desvió la mirada de una peineta con piedras que brillaban para observar un frasco que contenía una especie de polvo grisáceo que parecía brillar con la luz. Lo alzó para poder verlo mejor.
-¿Qué es este polvo? -preguntaba curiosa al vendedor.
El hombre comenzó a mover las manos nervioso '¿cómo es que llegó ese frasco a la mesa? Debo quitarlo antes de que ocurra una desgracia'
-Ejem… no señorita usted no quiere saber lo que… - el nervioso vendedor no terminaba de responderle a Akane cuando se escucha un grito que viene sobre sus cabezas.
-¡CUIDAAADOO! -Ranma y Ryoga gritaban al mismo tiempo al ver a Akane y pasando por alto los demás objetos.
El grito de Akane se escuchó y después el sonido del golpe al chocar los dos chicos con Akane, la mesa con las cosas y el vendedor.
-Ay… -se quejaba Akane tirada, por un lado. Ella sintió el empujón de alguien, que pudo ser cualquiera de ellos, colocándola lejos de la zona de mayor impacto. Se sobaba la cabeza cuando abrió los ojos para ver al vendedor y los demás.
-¿Se encuentra bien señor? -preguntó amablemente y preocupada, para luego mirar a los chicos uno sobre otro con los ojos en espiral, aún conmocionados por el impacto y todas las cosas del vendedor, con la mesa partida a la mitad, tiradas por todas partes.
-¡Pero qué les sucede! Se dan cuenta que ahora vamos a tener que pagar to… -detuvo su reclamo al darse cuenta de que ellos brillaban ligeramente y luego se dio cuenta de que el frasco que anteriormente estaba viendo, se encontraba totalmente roto y vacío.
El vendedor dejó de tener los ojos en espiral para observar el desastre de su puesto. Aunque el verdadero desastre fue notar el frasco vacío y a los chicos amontonados y cubiertos con el polvo gris. Ríos como lagrimas salían de los ojos del hombre -Bueno… al menos son dos hombres -se le escuchó decir.
Akane al ir hacia Ranma y Ryoga, no reparó en lo que había comentado el vendedor. Como no reaccionaban, agarró a Ranma por la camisa y con la mano libre le dio un par de palmadas en la mejilla. Al no reaccionar, le pegó con más fuerza.
-Deja de hacerte el inconsciente, mira lo que has hecho, tienes que ayudar a arreglar este desastre -le decía la chica con el ceño fruncido y con una creciente violencia en las palmadas.
-Déjalo en paz Akane boba, ¿qué no ves que lo vas a dejar más tonto?
Akane se detuvo al escuchar la voz de Ryoga hablarle de esa forma. Se puso totalmente roja, aunque no supo cómo sentirse, ya que Ryoga nunca la había llamado "boba".
-Ry… Ryoga… -le dijo lentamente mientras lo veía con sus amplios ojos café.
-Cómo que Ryoga, si soy Ran… -se llevó las manos a la boca al darse cuenta de que la persona a quien golpeaba Akane no era otro sino él mismo: Ranma.
Sintió como si un rayo lo atravesará al descubrir que él estaba en el cuerpo de Ryoga y que su cuerpo estaba inconsciente y seguramente Ryoga dentro. ¡Dentro de su mente se escuchaba "Nooooooo! ¡Qué está sucediendooo!
