Bueno espero que les sea de su agrado…. Es mi primer fic asi que no sean tan duros… avisenmen si les gusta o no… se que es algo infantil, pero ire mejorandolo y haciendo capitulos mas extensos.

Disclaimer: Mai Hime no me pertenece en lo absoluto, esto no tiene ningún fin de lucro. Solo es la practica de un escrito

Aquí comienza nuestra historia con una pobre chica muerta de miedo, sentada en el frío y viejo banco de madera. Estaba nerviosa pues ya sabia lo que le esperaba, pero sabia mejor que sucedería si intentaba hacer caso a sus instintos.

! Siguiente ¡- se escucho el grito de la secretaria. Las manos de la adolescente comenzaron a sudar más de lo normal. Su madre, se levanto de su lado, y le indico con la mirada que hiciera lo mismo. Ambas se encaminaron hasta la puerta de madera cubierta por una capa gruesa de pintura barata. Su madre golpeo la puerta de manera suave aunque pudiera oírse dentro.

Pase- le respondieron. Su madre la introdujo dentro.

Buenas tardes- dijo una dulce chica de ojos rojos.

Buenas tardes- respondieron las mujeres.

Tomen asiento-dijo joven detrás de su escritorio-¿que les anda sucediendo?- pregunto con tono profesional.

Gracias. Pues doctora vera mi hija a estado algo molesta de la garganta- explico la señora.

Bien vamos a ver entonces- dijo y le señalo la camilla.

Abre la boca- dijo con calma y la examino. Sus ojos se abrieron, cosa que asusto más a la chica, pero recobro la compostura al instante.

Bien, ¿has tenido fiebre?- le pregunto.

No- dijo rápidamente la joven.

Pues anoche tuvo 39º con mucho esfuerzo logre que bajara, por eso la traje urgentemente.

Hizo bien- dijo la doctora, mirando de manera desaprobatoria a la chica. La cual solo atino a encogerse.

Tiene una infección en las amígdalas, no es grave- agrego viendo el gesto de la madre- pero debe tratarse de inmediato para frenarla, y que no llegue a mayores.- se dirigió hasta el armario y extrajo cuidadosamente una ampolleta y una jeringa. La joven peliazul comenzó a respirar tratando de calmarse.

¿Qué edad tiene?

12- respondió la madre

Bien le colocaremos una ampolleta de penicilina, y todos los días hasta el viernes de modo que se recupere totalmente. – prosiguió la doctora. La pobre peliazul solo observaba la castaña melena con un miedo terrible. La maldita hora había llegado, la castaña se giró con su pesadilla en su mano y la observo.

Bájate el pantalón cariño- le dijo dulcemente al ver ese rostro lleno de temor. La peliazul solo atino a ver a su madre. Quien le advirtió con la mirada lo que le esperaba si actuaba mal.

Si- dijo y desabrocho con manos temblorosas. Las manos sudadas y el temblor no ayudaban a cumplir su tarea. Su madre se acerco y lo hizo.

Vamos sube- le dijo y la subió a la camilla. Le bajo la ropa y la doctora se acerco.

Compórtate- le amenazo su madre, en el oído.

Relájate- le aconsejo la doctora y limpio la zona. Le llamo la atención la blanca, bella y delicada piel de la chica. La joven se tenso increíblemente más al sentir el algodón. El pinchazo fue acompañado de un terrible grito que lleno el cuarto.

Duele¡ duele¡ ya no¡- gritaba.

Quédate quieta- le dijo su madre y le propino un tiron de oreja. La doctora observo de reojo con recelo la situación. Pero no podía hacer nada, si el liquido se condensaba seria aun mas doloroso para la pequeña.

Tranquila ya voy a terminar- la consoló. Por fin el martirio acabo. La doctora observo una vez más esa pielcita tan deliciosa.

Te dejare el algodón- le dijo y lo coloco como excusa, al contacto de ambas pieles, shizuru sintió una corriente de electricidad mientras, que la pobre natsuki un escalofrío.

Bien ya puedes bajar nena- le dijo y la niña bajo algo torpe.

¿Como te llamas princesa?- le dijo con compasión.

Nat…. Suki… kuga- dijo entre sollozos.

bien natsuki nada de cosas heladas y no tomes frío- le sonrío. Natsuki solo asistió con la cabeza.

Bien eso es todo por hoy, tráigala mañana- le dijo.

Esta bien, natsuki que se dice- la reprendió su madre.

Gracias por todo- le dijo aun sollozando.

De nada- respondió Shizuru y le dio un beso en la mejilla.

Hasta luego- se despidió la madre y jalo a su hija hacia la puerta. La joven doctora quedo observando la puerta. Ese pequeño ángel, pensó. Miro el asiento y observo una camperita.

se la regresare mañana- pensó. Observo la ventana hacia frío.

Deja de llorar o te daré motivos- le grito y tiro de un mecho de su cabello.

No puedo, me duele.

Deja de ser artista- dijo he impacto una palmada en la parte posterior de la pequeña quien dio un salto.

Señora kuga- dijo duramente Shizuru quien presencio la escena. – se le olvido esto.

Muchas gracias doctora- respondió y estiro para tomarlo.

Ven colocatela natsuki que hace frío- le dijo shizuru a la pequeña. Esta se acerco despacio. Shizuru corrió el cierre y se la coloco.

No te la saques- dijo y la cerro, inmediatamente en la peliazul se tornaron sus mejillas coloradas. Shizuru le dedico una tierna y dulce sonrisa, que a Natsuki le encanto esa sonrisa.

No me la quitare y muchas gracias- dijo, también sonriendo y ahora mas calmada.

disculpe pero debemos irnos y usted seguro debe volver a trabajar. Disculpe las molestias.

No hay problema

Hasta luego- y de esa manera se llevo a la pobre natsuki tirando hasta el auto. Shizuru, se dio la vuelta y partió hasta su consultorio. En todo el día no pudo quitarse a la pequeña llamada natsuki de su cabeza, ese sonrojo que le provoco ternura, ese llanto que le partía el alma, ese grito que hizo sentir tan culpable. Y esa piel, si esa piel que le hacia pensar tantas fantasías que trataba de sacar de su cabeza. Mientras la peliazul pensaba con dolor que aun le esperaba cinco de esas bellas inyecciones, que le provocaban terror, pero la sonrisa de la doctora le tranquilizo un poco.

Tal vez no sea tan malo- pensó