Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto. La historia es lo único que me pertenece.
Advertencias: AU (Universo alternativo) Lemon +18
Summary: Después de tanto tiempo se volvían a encontrar como dos seres totalmente diferentes, como un humano y como un demonio, listos para pelear por lo que sentían.
-Editado-
Endemoniados
Ella era perfecta, una rosa que no se marchitaba. Ella era toda una diosa, de los pies a la cabeza. Pero era una rosa con espinas demasiados grandes. Lo tenía todo, todo lo que necesitaba.
Los pasos felinos, su delineada figura con zapatos de aguja, sus carnosos labios rojos y sus anteojos negros. Era como si fuera la dueña del mundo, pero yo sabía quién era.
Me miro con arrogancia, no agache la mirada ante su presencia y ella sonrió con desafío para luego pasar de mí. Aunque yo había caído y ahora era un mortal y ella un demonio, o eso parecía, mantuve la mirada firme.
Ella supo que yo podía obsérvala, lo sabía. Pero su mirada real y su falsa humanidad no me asustaban, yo la conocía. Camino hasta la entrada de ese elegante restaurante, con un corto vestido negro.
Seguí observándola, era como una tentación. Mire hacia al cielo, la historia iba a suceder de nuevo y podía asegurar que esta vez, sí iba a ver un final distinto.
Volví mi mirada a ella, mientras exhalaba el humo de mi cigarrillo, se deshizo de sus grandes y caros anteojos. Sus esmeraldas se abrieron paso brillando como el mar. Tan hermoso, tan único. Los había extrañado.
Sonreí, nunca pensé que me la iba a cruzar en este lugar, ella arrugo el entrecejo, sabía que estaba molesta o tal vez confundida. Había pasado tiempo, pero era casi imposible olvidar el pasado.
Volví a sonreír, era yo quien lo hacía con arrogancia ahora, ella levantó una fina ceja, movió su exótico cabello rosado a su hombro izquierdo y con el índice me llamó, elegante.
Tire mi cigarrillo y lo pise mientras me encaminaba adentró del restaurante, demasiado fino para mi gustó. Los egoístas humanos llenos de dinero y soledad me miraron con desaprobación, ignoré sus inútiles miradas y me dirigí directo a mi objetivo.
Me senté enfrente, su mirada era más analítica, parecía que algunas cosas habían cambiando, esperaba que no fuera tan así.
—Vidente — susurró fríamente.
—Demonio — ataqué, su tono no me había gustado nada. Pero no permití que ella lo supiera. Su mirada minuciosa atravesó cada poro de mi piel, no quite mi sonrisa si no, la retorcí más.
—Puedo matarte, lo sabes —me retó.
—Sí, lo sé. Pero si hubieras querido matarme, lo hubieras hecho ya.
Me acomode más en la suave silla, su mirada se incrusto en mí y con sus brazos cruzados comenzó a interrogarme.
—¿Cómo te llamas, humano?
Arrugue el cejo, ¿qué clase de juego era este? Ignoré los pensamientos que se estaban empezando a armar en mi cabeza, si quería jugar, jugaríamos.
—Sasuke. ¿Y tú?
Ella levantó una fina ceja con diversión mientras una sonrisa llena de sorna surcaba sus labios. A un demonio no se le preguntaba el nombre.
—Tengo muchos, pero llámame Sakura.
El mesero se acercó y dejo un café enfrenté de ella.
—¿Gusta algo? — me preguntó. Negué con la cabeza, sabía que él no era humano, aparte no tenía deseos de nada, solo de ella. La había esperado mucho tiempo. Se retiró sin antes, darle una mirada de advertencia a ella. Estábamos rodeados, eso explicaba su actitud.
—Puedo sentirte, humano. — sonrió arrogante para volver a su lugar y su café.
—Ya quisieras. — con molestia dejo su taza con brusquedad de nuevo en la mesa.
—Puedo matarte, no me provoques. —asentí.
—Ya lo mencionaste. Te puedo asegurar que es lo que menos quiero, pero tú como yo sabemos que deseo. — murmuré, quise decir deseamos, pero había que jugar bien las cartas, esta era mi única oportunidad.
Me analizó una vez más y mordió sus labios.
—Sabes lo que soy e ¿igual lo quieres? — asentí una vez más. Esta vez pude captar una doble intención en sus palabras y mi intranquilidad se esfumo.
—Te daré lo que quieres. Pero primero debes saber que al finalizar me beberé tu asquerosa alma. — agregó mientras tomaba un sorbo de ese café.
—Hmp, claro. — murmure con un deje de sarcasmo. Ella no me iba a matar, ella estaba ahí y recordaba quien era.
—A las ocho en el Park Hyatt, habitación 102, ahora vete. — espetó con algo de brusquedad.
—Hmp, nos vemos Sakura.
—Nos vemos, Sasuke.
Sin más me marché, esperando ansioso a que el tiempo pasé rápido.
Fin del capitulo
Editado.
