Hola a todos queridos lectores, espero estén pasando un excelente día.
El otro día me pase a ver este fanfic y me asuste, me asuste de lo mal que esta y la increíble laguna argumental que tiene.
Decidí corregirlo un poco, haciendo un poco de sobre escritura y cambio ligeras cosas rápidas. Espero que si alguien mas vuelve a leer esta historia no le de tanto asco xD, la verdad espero que esta versión sea mejor.
Si estas leyendo esto otra vez, quiero disculparme por lo malo que era, y si eres un lector nuevo, pues espero te agrade.
Enjoy :D
¿Protección o Amor?
By: Trainer Manuel Báez
Capitulo 1: Compañero.
Crystal es una destacada alumna de la región de Johto, se mudó a Sinnoh junto a otros compañeros de para estudiar en la prestigiosa Universidad de Jubileo. A sus 21 años, cursaba el penúltimo semestre de la licenciatura en investigación biológica. Crystal era demasiado responsable cuando se trataba de trabajos y tareas concernientes a su carrera, era una alumna modelo que siempre hacia lo posible para entregar los mejores trabajos.
Debido a que estaba a punto de terminar la carrera, Crystal debía realizar un último proyecto modular de los tres que debía hacer para poder titularse de la carrera el año próximo. Si bien ella no tuvo mayores dificultades con sus otros proyectos dado a que eran más teóricos que prácticos, este último proyecto traía consigo la dificultad de estar enfocado a la investigación de campo de la región, cosa que inquietaba a la futura investigadora, la cual aún no conocía lo suficiente la región.
Además de la dificultad intrínseca que tenía el proyecto, se agregó el factor que debía hacerlo en colaboración con un alumno que fuera ajeno a su carrera, lo cual sin duda agregaba complejidad a un proyecto que había pospuesto por dichas razones. La chica no conocía a nadie de la Universidad fuera de su carrera, se limitaba a estudiar y rara vez se dedicaba a socializar.
Sin embargo, Crystal no estaba completamente sola, ella vino a Sinnoh con tres amigos extras; Gold, Silver y Blue. Los cuatro viajaron en conjunto y rentaron diferentes departamentos en el mismo edificio, de modo que Blue y Crystal vivían juntas en un departamento y Gold y Silver en otro. El edificio que eligieron era bastante alto y bonito, no tan fino como lo que se podía esperar de una región como Sinnoh, pero el hermoso color blanco del edificio lo hacía resaltar.
Debido a que Gold era alguien que gastaba más el tiempo en conocer gente, salir a conocer la región y hacer fiestas, él era el candidato perfecto al cual Crystal podría recurrir para que la pueda guiar, inclusive él podría ser su compañero, aunque la idea no le gustaba del todo.
Sin más opción, Crystal se presentó una fría tarde de invierno al departamento de su amigo, esperando que el pudiese ayudar con su pequeño dilema. La chica se paró frente a la enorme puerta de madera marcada con el número cuarenta y cinco y tocó el timbre,
—¿Quién toca? —preguntó una voz masculina desde el otro lado de la puerta.
—Soy yo, Crystal —se anunció Crystal con un tonó sereno.
La puerta se abrió, dejando ver a un chico de cabello azabache, ojos dorados y vestido con camisa azul de botones y pantalón negro.
—Crys, no esperaba tu visita, pasa —invitó Gold formalmente.
Crystal solo sonrió y entró al pequeño departamento compartido. Gold le ofreció sentarse en la pequeña sala del departamento, la cual tenía tres sillones negros un poco sucios y algo arrugados, una silla con una montaña de ropa sucia y en el medio de la misma había una mesa con algunos vasos de agua y una caja de pizza con tres rebanas en su interior.
—Perdona que no esté recogido, voy de salida y tenía pensado recogerlo al volver —mencionó Gold algo apenado.
—No te preocupes, igual si estas por salir muy pronto puedo volver luego —propuso, sintiéndose un poco apenada.
—No hay problema, igual estoy esperando a Platinum para salir al cine, por lo que tenemos algo de tiempo —respondió el chico mientras quitaba una sudadera de un sillón y la lanzaba a la pila de ropa sucia—. ¿Quieres algo de beber?
—Por favor —respondió alegremente mientras se sentaba en el asiento que Gold había desocupado.
Gold fue a su refrigerador y lo abrió, solo encontrarse algunas botellas de refresco, agua, té y algunas cervezas.
—Tenemos agua, jugo de naranja, refresco de uva, té negro y cerveza —dijo en voz alta mientras verificaba que no hubiera otro tipo de debida— ¿Qué te sirvo?
—Jugo de naranja está bien —respondió.
Gold tomó la botella del jugo y la sirvió en un vaso de vidrio, para después volver con la chica y dárselo.
—Gracias —la chica tomó el vaso y lentamente ingirió la bebida, para después volver a poner el vaso en la mesa—. Veras, ya estoy lista para realizar mí último proyecto modular, pero necesito a alguien de otra carrera para realizar esta investigación, y bueno —comentó un poco avergonzada— no conozco a mucha gente de la región, además necesito a alguien que conozca de la región.
—Pues, ¿Por qué no escoges a Blue o a Silver? Yo desde luego no puedo, te consta que tú y yo trabajando en un proyecto juntos será un total desastre —confesó el chico con una risa, mientras trataba de limpiar un poco la mesa.
—Lo sé —suspiró aliviada por no tener que pedirle ayuda para que formara parte de su proyecto—. En cuanto a Blue y Silver, bueno, ellos ya terminaron sus proyectos modulares antes, después de todo yo lo estuve posponiendo por lo mismo, tú sabes que apenas y salgo del departamento.
—Crystal llevas tres años viviendo en esta región y aun no socializas con nadie, por Arceus, sigues siendo la misma chica seria de Johto —se burló de la chica, mientras acomodaba su cabello—, y parece que eso ahora te cobra factura.
—Perdóname por enfocarme a mis estudios y a trabajar para pagar mi estancia aquí —bufó, mientras tomó otro trago de su bebida, dejando el vaso casi vacío—. Igual por eso vengo a ti, quiero que me ayudes a escoger a alguien que me pueda ayudar con el pro…
La conversación fue interrumpida por el sonido de alguien tocando la puerta del departamento, Gold se dirigió a abrir la puerta y encontró a una chica de tez blanca, cabello oscuro, con una camisa morada oscura y una falda rosa, era su novia Platinum, a la que recibió con un beso en la mejilla y la invitó a entrar, ella accedió y al entrar se encontró a Crystal.
—Hola Crystal —saludó Platinum alegremente.
—Hola Platinum —devolvió el saludo Crystal, levantándose de su asiento y dándole un beso en la mejilla.
—¿Qué haces aquí? —preguntó sin rodeos la chica de ojos avellana.
—Vino a pedirme ayuda para un proyecto para la carrera —respondió Gold.
—Así es, finalmente me decidí a realizar mi último proyecto modular y necesito encontrar a un alumno de la universidad que sea de otra carrera, y por eso vine a ver a tu novio para que me ayude, él conoce más gente que yo —comentó Crystal con un suspiro.
—Yo puedo ayudarte con ello —indicó la heredera, esbozando una sonrisa— ¿Cuál es tu proyecto?
—Bueno, tiene que ver con los Mesprit, Uxie y Azelf —Crystal se sentó al mismo tiempo que Gold y Platinum—. Quiero hacer una investigación acerca de su conexión con los humanos, por lo que debo ir a los tres lagos e investigar sus cuevas a profundidad, y si tengo algo de suerte podría fotografiarlos o grabarlos en video.
—Ya veo —Platinum comenzó a pensar—. Yo podría ayudarte, pero mi tiempo con mi carrera no me lo permite, Pearl tampoco, él estudia ingeniería industrial así que —pensando en un mejor candidato—. ¡Ya se, Diamond puede ayudarte con esto! —mencionó la chica aumentando el tono de voz.
—¿Diamond? —preguntó confusa Crystal, nunca había escuchado ese nombre, solo el nombre de Pearl.
—Sí, hace mucho él, Pearl y yo nos encontramos con esos pokémon, y Diamond está estudiando psicología, es el alumno indicado —concluyó la chica feliz.
—¿Crees que es una buena idea? —cuestionó Gold a su novia— Diamond ha estado deprimido desde que… eso —dijo con un tono nervioso.
—Es lo que necesita para salir de su depresión, una buena dosis de aventura, así que ¿Qué dices Crystal? —preguntó Platinum, entusiasmada.
Crystal se lo pensó un poco. El perfil de depresivo que le daba Platinum no la convencía, sentía que Diamond no podría darlo todo y que estaría lidiando con peso muerto, como si estuviera con Gold. Sin embargo, lo tomó como una buena oportunidad para comprobar una teoría que tenía que ver con las emociones y los pokémon que estaba buscando, esta sería la oportunidad perfecta.
—Bueno, me parece una buena idea —dijo Crystal con una sonrisa—. ¿Dónde lo encuentro?
—Bueno, mañana tiene dos horas libres a partir de la una de la tarde, podrías llegar a la cafetería de la facultad de psicología y ahí lo encontraras —Platinum sacó su teléfono y buscó una fotografía—. El chico de en medio es él.
Crystal tomó el teléfono y pudo ver la fotografía donde salía Platinum, su amigo Pearl a un lado y un chico de pelo negro y chamarra azul con una gran sonrisa. Al ver esa sonrisa le pareció extraño que aquel chico sufriera de depresión, pero no le tomó mayor importancia.
—Perfecto, entonces allá lo veré —Crystal le devolvió el teléfono a Platinum y se levantó del asiento—. De verdad muchas gracias, pensaba que no lograría encontrar a alguien.
—No te preocupes —Platinum sonrió—. Solo quisiera pedirte que no seas demasiado dura con él, puede que sea un poco flojo al principio, pero termina siendo un excelente compañero de trabajo.
—Bueno, pedirle paciencia a Crystal con eso es como pedirle peras al olmo —comentó Gold con una risa.
—Puedo hacerlo, entiendo que pase por un momento difícil, pero nada que una ejercitante dosis de exploración y trabajo no pueda solucionar —comentó y se acercó a los chicos—. Bueno debo irme, gracias por todo.
Crystal se despidió de los chicos y se fue del lugar, a la espera del día de mañana para poder conocer a su nuevo compañero.
[…]
Crystal llego a la hora que Platinum le había mencionado. Portando una falda negra y camisa blanca, la chica buscó entre las mesas de la cafetería al aire libre de la facultad de psicología y pudo avistar al chico de la fotografía, el cual reposaba en las mesas de metal y comía una rebanada de fresa.
—¿Diamond? —preguntó la chica, acercándose por detrás de donde estaba Diamond.
—¿Ah? —respondió el chico algo confuso— Ah sí, tú debes ser Crystal ¿no?
—Así es, mucho gusto, parece que Platinum te aviso que llegaría —la chica le dio la mano para saludar y este la tomó, después tomó asiento.
—¿Quieres un poco de pastel? —ofreció Diamond levantando el plato.
—No gracias, ya comí antes de venir acá —declino Crystal poniendo su mochila azul junto a ella en el asiento de concreto.
—Bueno, la señorita Platinum me dijo que tenías una gran propuesta —comentó el chico ingiriendo un poco de su pastel.
—Así es, aunque más que propuesta es para pedirte una ayuda —confesó Crystal, sacando su laptop y poniéndola en la mesa.
Crystal entonces le comento todo sobre el proyecto, además de explicarle que al ayudarle en su proyecto, él ya tendría un proyecto modular menos.
—Suena bastante interesante tu proyecto, pero ¿Qué es lo que tendría que hacer yo? —interrogó el chico, terminando de comer su pastel.
—Básicamente guiarme por la región y ayudarme con la investigación, estoy segura de que si tú y yo trabajamos juntos este proyecto llegara muy alto ¿Qué dices? —preguntó determinada la chica.
—De acuerdo, después de todo no tengo demasiadas cosas que hacer —aceptó el chico.
—Perfecto, deja te doy mi numero —menciono la chica sacando lápiz y papel.
—¿Tu numero? —preguntó nervioso y levemente sonrojado.
—Si, después de todo necesitamos estar comunicados —comentó la chica, extrañándose un poco por la reacción de su compañero, para después darle el papel—. Llámame para cualquier situación ¿ok?
—Está bien —respondió el chico nervioso tomando el papel.
—Perfecto, mí querido compañero Diamond —Crystal comenzó a buscar un mapa dentro del escritorio de su computadora—, para empezar con esto, decidí que haríamos expediciones a los tres lagos de Sinnoh para tomar muestras y fotos del lugar.
—Señorita Crystal, a excepción del Lago Veraz, los demás lagos están algo lejos, nos tomaría mucho tiempo ir y volver y podríamos perder días de clase —expresó Diamond algo preocupado.
—No tienes de que preocuparte, la universidad nos dio la oportunidad de faltar sin reprimenda alguna, por lo que solo debemos preocuparnos por hospedaje y esas cosas, pero con tu guía no habrá problema ¿cierto? —cuestionó la chica.
—Bueno, se algo de los tres lagos, el lago Veraz está cerca de mi casa, y a los otros dos los visite hace algún tiempo con mis… amigos, así que si no habrá problemas —dijo con un ligero tono de tristeza.
—Bueno —Crystal se sintió un poco intrigada por la pausa del chico, pero decidió ignorarlo para no involucrarse, tendría tiempo después para investigar aquello—, nuestro punto de partida será el Lago Veraz y el pokémon Mesprit, por lo que mañana examinaremos a ambos, ¿No hay problema con que vaya a tu casa para investigar unas cosas y recolectar datos verdad?
—Pues hace mucho que no invito gente a mi casa, y tendría que consultar a mi madre, pero diría que sí es posible —confesó Diamond tímidamente.
—Eso es un paso, necesitare que investigues estos conceptos —la chica le dio una hoja con muchas palabras—. Mañana iniciaremos con la bitácora y la planeación del proyecto.
—Son muchos —mencionó Diamond al ver tantas palabras—, pero lo tendré listo para mañana.
—Perfecto, entonces mi querido compañero, nos veremos mañana en el Lago Veraz a las dos de la tarde —Crystal se levantó y tomó sus cosas—. Nos vemos mañana.
Ambos se despidieron, Crystal tomó sus cosas y partió por la derecha hacia su próxima clase de teoría evolutiva, mientras que Diamond aún estaba algo intrigado por la repentina aparición de Crystal y su proyecto, pero seguramente con el tiempo lo terminaría asimilando mejor, termino de comer y fue directo a su clase.
[…]
A la mañana siguiente, Diamond alisto sus cosas y se presentó de manera temprana al punto de reunión de su compañera. Al llegar se encontró el mismo lago tranquilo que visitaba prácticamente cada semana. Se acercó un poco a la orilla del mismo y miro a todos lados buscando una compañera que no se encontraba ahí.
—Espero no haber llegado demasiado temprano —mencionó mientras verificaba la hora de su teléfono.
El chico no tenía la razón, por el contrario había llegado quince minutos temprano. Suspiró y pensó que pudo quedarse en su casa un poco más de tiempo y comer más de ese rico estofado que su madre había hecho. Con un poco de hambre, el chico decidió ir a uno de los tantos árboles que había a las orillas del lago y se recargo en él.
—Creo que tendré tiempo para comer algo —Diamond sacó una dona de su mochila y empezó a comer, mientras los recuerdos empezaron a nacer.
Diamond volvió a recordar aquellos bellos momentos que paso en aquel místico y tranquilo lugar. Jugaba con Pearl cuando apenas tenían ocho años, mientras que con Platinum se la pasaba pescando la mayor parte del tiempo, incluso algunas veces los tres habían hecho pequeños campamentos.
—Recuerdo la vez que la señorita y Pearl acampamos en este lugar —el chico sacó la pokébola de su Munchlax —, tú te comiste la mayoría de la comida, el Rapidash de la señorita nos alumbró y dio fuego, y el Chatot de Pearl nos levantó en la mañana, eran buenos tiempos.
Aunque había una sonrisa en su rostro, lentamente esta se desvaneció, dejando paso a una cara llena de tristeza. Las lágrimas comenzaron a emanar de los ojos cristalinos del chico, lagrimas que eran potenciadas con aquel extraño sentimiento de muchos mejores tiempos que traían consigo el aire que golpeaba al pobre chico.
Aquellas lagrimas empaparon la camiseta del chico y las migajas de dona que estaban en ella. Aquella atmosfera era demasiado para él, tanto así que no tardó mucho en quedarse dormido, la única forma en que sus lágrimas podían parar de brotar.
Pasaron alrededor de veinte minutos hasta que Crystal hizo acto de presencia. La chica llegó gracias a su Xatu y descendió en aquel fresco y cálido paisaje, encontrándose a su compañero dormido. Con una cara que demostraba cierta ternura y pena, la chica le ordenó a su pokémon que despertara al chico con su movimiento "Come Sueños".
—¡Ay! —Diamond se levantó asustado, observando al pokémon pájaro y la entrenadora con jeans oscuros y camisa roja.
—Buenas tardes, Diamond —saludó Crystal con pena—. Disculpa que te despertáramos así, estabas bastante dormido y no se me ocurrió mejor manera de despertarte.
—Oh, no te preocupes, el aire de lugar me hiso ponerme nostálgico —con una sonrisa, Diamond se levantó rápidamente y se limpió las morusas que tenía en la camisa—. ¿Qué haremos ahora?
—Pues, fotografiar el lugar —respondió mientras sacaba dos cámaras de su mochila y le entregaba una a su compañero—, entre más panorámicas mejor, si tenemos suerte nos encontraremos al Mesprit, no perdamos tiempo.
Así es como ambos empezaron con su trabajo de fotógrafos. El Lago Veraz ofrecía un paisaje bastante hermoso para sacar cientos de postales. Crystal se enfocó en fotografiar los alrededores del lago; los árboles, las montañas, los pequeños pokémon voladores e insecto y algún que otro pokémon que salía de las orillas del rio. Por su parte, Diamond se encargó de tomar fotos del lago en sí, analizando los diferentes pokémon que podían verse a simple vista en el agua y algún que otro pokémon volador que se acercaba para cazar algún Magikarp.
Mientras ambos seguían con sus postales, Diamond comenzó a sentir una extraña presencia, una presencia que supo identificar al instante, era la misma que sentía cuando jugaba de niño en aquel lago. Cuando comenzó a tomar fotos de la cueva, Crystal volvió a sacar a su Xatu y los llevó a ambos a la cueva con el objetivo de fotografiar su interior.
Dentro de la misma se encontraron con un lugar bastante iluminado cuyas paredes tenían bastantes grabados referentes a las emociones y al amor en sí mismo. Por supuesto, ambos no desaprovecharon y comenzaron a tomar fotos de aquellos grabados que mostraban corazones e incluso parejas besándose.
Al terminar de fotografiar los grabados, ambos sintieron una extraña presencia que emanaba del pequeño charco de la cueva. Ambos fueron a ver cuál era la presencia que había en aquel lugar y su sorpresa fue mayúscula cuando vieron emerger del lago a la legendaria criatura de cabeza rosada y piel gris.
—¡Mesprit! —gritaron al unísono al ver al pokémon.
Mesprit se sorprendió de ver a los chicos y se acercó un poco, momento en el cual Diamond le ofreció su mano y el pequeño pokémon accedió a saludarlo con una sonrisa gentil.
—Es bueno verte, viejo amigo —saludó Diamond con una sonrisa—. Señorita Crystal, creo que…
Al voltear para ver a su amiga, este se encontró a la chica con una nivelball en el suelo y lista para ser pateada. Cuando Crystal la pateó, Diamond logró ser lo suficientemente rápido para intersectar la pokébola y anular la captura, aunque ese acto hiso que él cayera al suelo y que Mesprit se alejara.
—¡Diamond, ¿Qué haces?! —gritó confusa la chica.
—No puedes capturar a Mesprit —Diamond se levantó y extendió sus manos en señal de protección.
—Pero sería excelente para nuestro proyecto —expresó la chica.
—No, Mesprit necesita estar libre, no puedo permitir que sea capturado —Diamond se puso firme y su voz se volvió seria, mientras que el pokémon se acerca otra vez a él—. Sé que lo quieres para tu proyecto, pero no puedo permitir eso, lo siento.
Crystal se extrañó demasiado de la actitud tan seria que puso su compañero. Después de aquello vio como Mesprit se acercó a ella, la analizó y después volvió con él para sonreírle.
—Mira, Mesprit sabe que no eres una chica mala, pero de todas formas no quiere estar capturado —mencionó el chico.
—¿Cómo sabes eso? —preguntó Crystal.
—Tengo una especie de doble sentido que me permite comunicarme con él, ¿no es así amigo? —dijo guiñándole un ojo a Mesprit, a la par que su temperamento volvía a niveles normales.
Mesprit entonces dio un leve grito de alegría, mientras Crystal se conmovía un poco por aquella escena.
—De acuerdo, pero al menos podríamos fotografiarlo ¿no? —preguntó aun confusa por la extraña situación.
—Sí, no le incomoda en lo absoluto.
Entonces ambos chicos siguieron con su recorrido, fotografiando la cueva y a Mesprit, incluso Diamond y él se tomaron una selfie, hecho que incomodo a Crystal, pero igual le dio un poco de gracia.
Finalmente se hicieron las cinco de la tarde y los dos universitarios salieron de la cueva y se dirigieron a la casa de Diamond, pero Mesprit decidió seguirlos.
—Creo que quiere acompañarnos —mencionó Diamond al ver al pokémon seguirlos—. Supongo que desean unirse a nuestra aventura.
—Bueno, en ese caso la captura es innecesaria —Crystal suspiró levemente y le sonrió al pokémon—. Puedes acompañarnos en todo el proyecto, serías de gran ayuda.
Luego de meditarlo por unos instantes, Mesprit aceptó la idea y le sonrió a Crystal, la cual respondió aquel gesto con otra sonrisa y finalmente los tres siguieron su camino, encontrándose a linda casa de madera de Diamond.
La madre de Diamond los saludo con mucha alegría y atendió a Crystal y a Mesprit como si los conociera de toda la vida; les ofreció pastel, galletas y chocolate. Los tres accedieron al pastel y decidieron ir a la habitación de Diamond para anotar sus datos en una libreta.
Al entrar, Crystal se encontró con una linda habitación azul llena de estantes con figuras de Taurina Omega y algunos comics y videojuegos, la cama de Diamond tenía una linda sabana de un onigiri y a los costados se encontraban dos pequeñas mesitas de noche con algunas fotografías.
—Así que esta es tu habitación, es muy linda —confesó Crystal, sentándose en una silla que estaba cerca de la ventana.
—Gracias y perdona el desorden, olvide recogerla en la mañana —admitió el chico, sentándose en su cama junto a Mesprit y sacando una libreta con estampado de cuero—. Aquí está el cuaderno que pediste ¿Qué haremos con él?
—Una bitácora.
—¿Bitácora?
—Así es, apuntaremos todo lo que hicimos en este día, si quieres encárgate de eso y yo me encargo de purificar la información, ¿Qué te parece?
—Está bien, espero no equivocarme —contestó nervioso, realmente no le gustaba mucho escribir.
—Solo debes poner la fecha y hora y describir todo lo que se hizo, para chicos como nosotros debe ser fácil escribir tanto —comentó con una sonrisa y sacaba su laptop de su mochila.
Entonces ambos comenzaron a trabajar, mientras Diamond escribía detalladamente la bitácora y Mesprit lo observaba y algunas veces lo ayudaba, Crystal clasificaba las imágenes y la información sobre aquella cueva.
Entre imagen e imagen, Crystal se tomaba la molestia de observar las fotografías que tenía el chico en el escritorio donde ella trabajaba. En una se podía observar a Diamond y un chico rubio sosteniendo un trofeo de comedia, en otra se podía ver a Diamond y a Platinum en un concurso de belleza y en la última foto se podía ver a los tres en una aparente fiesta de cumpleaños.
Esas escenas la conmovieron y le hicieron pensar un poco en sus amigos, pero también le hizo cuestionarse las palabras de Platinum sobre la depresión de Diamond. No podía entender cómo es que alguien que se veía tan feliz y parecía tener amigos tan buenos podía estar así de triste como Platinum lo decía.
Cada vez que pensaba en ello Mesprit le dirigía una mirada, pero ella lo ignoraba y, de igual manera, ignoraba aquellos sentimientos de curiosidad, después de todo no quería meterse en su vida personal.
Pasaron las horas y los tres cayeron inevitablemente dormidos por el cansancio; Diamond y Mesprit tirados en la cama y Crystal sobre su computadora, siendo despertada por un mensaje de Blue, dándose cuenta de que faltaban veinte minutos para las once de la noche
Lentamente y silenciosamente junto sus cosas y se dispuso a irse, pero cuando se dispuso a salir de la habitación, alcanzo a escuchar una tenue voz.
—Señorita Platinum —una débil y baja voz se escuchó, proveniente de la cama—, yo la quiero mucho… no me deje solo…
Al voltear pudo percatarse que el autor de esas palabras era Diamond, quien abrazaba fuertemente su cuaderno. Al acercarse un poco, pudo ver como Mesprit se levantaba y miraba a Diamond con una cara de tristeza.
—Usted me gusta, no quiero que ni usted ni Pearl me dejen, no quiero estar solo…
—Dia… —pronunció en voz baja mientras se acercaba a ella.
Mesprit entonces se interpuso, posiblemente no quería que lo despertara mientras soñaba con eso, Crystal solo respondió tomando sus cosas y dirigiéndose a la puerta, sin antes oír una última frase.
—Los necesito… —estas últimas palabras conmovieron a Crystal, quien salió de la habitación con un nudo en la garganta hacia la sala, encontrando a la madre de Diamond viendo televisión.
—Querida, ¿ya terminaron de trabajar? —preguntó la señora sosteniendo una taza de café.
—Sí, al menos una parte, Diamond está dormido en su habitación y decidí no despertarlo.
—Siempre se duerme cuando trabaja demasiado, pobre de él —la señora tomó un poco de su bebida.
—Disculpe, señora, —Crystal se acercó con un poco de pena— ¿los amigos de Diamond vienen muy a menudo?
—Pues, antes venían casi todos los días, pero desde que consiguieron pareja no viene aquí, solo ocasionalmente —la señora explicó con un poco de tristeza—, desde entonces mi hijo ha estado muy decaído y un poco deprimido…
—Debe ser horrible la situación por la que pasa —el nudo en la garganta se hizo más molesto para Crystal.
—¿Puedo preguntarte algo? —mencionó la señora con algo de seriedad.
—Claro.
—Sé que es muy raro pedir esto, y a pesar de que eres solo una compañera de proyecto, siento que el hecho de que te hagas amiga de Diamond lo pondrá más alegre.
—Bueno, señora, yo… —Crystal puso un poco nerviosa.
—Mira, no quiero entrometerme en la vida de mi hijo, pero no me gusta verlo así de triste, pero si pudieras hacerlo tu amigo, estaría agradecida contigo, solo necesita a alguien que le dé algo de esperanza.
—No puedo prometerle mucho, pero lo intentare —Crystal finalizó y se dispuso a salir—. Por cierto, muchas gracias por el pastel, cocina delicioso.
—No hay de que, querida —la mujer se acercó a su cocina—. No quiero que lo tomes como un soborno, pero quedo un poco y quisiera que te lo llevaras.
—No creo que sea necesario, luego Diamond se quedara sin comer.
—No te preocupes, puedo preparar otro —la mujer le sonrió y le entregó el pedazo de pastel en un mantel.
—Bueno, supongo que lo puedo llevar —con un poco de pena, Crystal tomó el pastel—. Le traeré el mantel mañana.
—No te preocupes por ello —la señora sonrió—. Cuídate.
Despidiéndose de la mujer, Crystal salió de la casa y usó su Xatu para volar hasta su apartamento, había tenido un día bastante extraño.
Al llegar, dejo sus cosas en su mesa y se dirigió a dormir. Se puso su ropa para dormir y se acostó en su cama, mirando detenidamente el techo de su apartamento. Mientras lo hacía, recordó las palabras que la madre de Diamond le había dicho, aquellas palabras que expresaban cierta desesperación, desesperación por Diamond. Sintió un poco de lastima por el chico, pero rápidamente suprimió ese sentimiento, si Diamond estaba realmente en esas condiciones lo que menos necesitaba era que le tuvieran lastima.
Mientras analizaba la situación, un golpe en secó de una almohada en su cara le hizo volver a la realidad.
—¡Blue! —gritó Crystal algo enojada.
—No grites, despertaras a los vecinos —le respondió una chica castaña que estaba en ropa interior.
—No me lances almohadas entonces —respondió devolviéndole la almohada.
—A todo esto ¿por qué tardaste tanto? —preguntó Blue mientras se acomodaba su bóxer femenino.
—Estábamos recolectando datos y caímos dormidos, me desperté por tu mensaje.
—Pensé que ibas a realizar un proyecto, no a acostarte con un niño —rio mientras se acostaba en su cama.
—Eres muy graciosa —dijo Crystal con tono de sarcasmo.
—Lo sé, ¿qué tal es ese tal "Diamond"? —preguntó curiosa.
—Es un chico normal, simpático y un poco tímido, ¿Por qué?
—Tenía curiosidad, podría ser alguien muy interesante, no sé.
—Espero no pienses en otro de tus raros planes —le mencionó Crystal algo preocupada.
—No te preocupes, mis presas son algo más "maduras" —la chica rio pícaramente.
—¿Te refieres al pobre Thorton de física? —preguntó mientras se acomodaba para ver a su compañera.
—No me recuerdes eso —respondió enojada—. Estúpido Gold, solo 3 veces le gane en Beerpong.
—Nunca fue bueno que jugaras eso con él.
—No importa, desde que se enamoró de la princesa seriedad ya no sale a fiestas y es algo aburrido las fiestas sin el Gold ebrio, no puedo creer que Platinum la cambiara.
—Amor amiga mía —la chica suspiró y volvió a ver el techo.
—Como sea, aun le debo una apuesta de eso.
—¿Cuál será la próxima proeza que Blue deberá hacer para Gold?
—Aun no me lo dice, mejor vamos a dormir, no quiero pensar en las cosas que me podría obligar, buenas noches.
—De acuerdo, espero no sea algo raro.
—Yo esperó lo mismo —lista para dormir, Blue sacó su teléfono—. Buenas noches Crys.
Entonces ambas chicas se callaron, pero Crystal aún seguía en sus pensamientos. Quería saber un poco más acerca de aquel extraño chico, aunque no quería entrometerse en su vida, se dio cuenta que necesitaba a Diamond bien para que su proyecto estuviera bien, ahora la vida de Diamond era importante para ella. Decidida a investigar más a fondo, mañana trataría de ir con Platinum e investigar más a fondo, necesitaba averiguar el porqué Diamond estaba así, pero lo averiguaría.
