N/A: Pequeño Drabble, triste y melancolico, como respuesta al Reto del Foro Retos Ilustrados, "Tristeza, culpa". Que conste, que no tengo nada en contra de Lenalee, es más, me encanta su personaje, pero necesiatab hacerle lo que le hecho en este fic, para la trama ;). Espero que os guste.

Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertencen, todos son de Hoshino Katsura-sensei.


Culpa

Hundo la cabeza en mis brazos, y me recojo las piernas. Me apoyo contra la fría pared de yeso de mi habitación. Sola; no quiero estar con nadie.

Y sólo puedo pensar en una cosa, una simple cosa. Que ocupa mi mente y mi corazón, que me ciega; aquello en lo que he pensado desde mi niñez.

Es culpa mía.

Siempre, siempre, es culpa mía. No importa lo que haga o deje de hacer, el empeño que ponga o las ganas. No importa si me esfuerzo o si lo dejo de lado. Ni siquiera importa si lo intento.

Siempre será culpa mía.

Por qué soy una inútil, que no sirve para nada. Que tropieza con sus propios pies, que ha sido despedida cien veces, que ni tan sólo en su nuevo trabajo puede hacer algo bien. Que ni siquiera pudo protegerla bien…

Siento las lágrimas correr por mi rostro. Hundo la cabeza aún más en mis brazos, en un vago intento de silenciar los violentos sollozos que me sacuden.

¿Por qué? ¡¿Por qué?! Por qué tenía que pasar lo que pasó…

Oigo una puerta abrirse y unos pasos resonar por la habitación. Pero no levanto la vista en ningún momento. Se muy bien quien es, pero sigo sin querer ver a nadie.

Alguien se sienta a mi lado y noto unos brazos fuertes que me abrazan y me dan calor. Calor humano.

Él también está llorando. Noto sus lágrimas mojarme el pelo y la cara, pero no levanto la vista en ningún momento o dejo de sollozar. Él me abraza más fuerte y oculto la cara en su pecho.

Ambos expresamos nuestro dolor, apoyándonos en el otro. Por qué nunca nos hemos necesitado tanto. Él nunca me había necesitado tanto.

— Miranda…no fue tu culpa, ni de nadie…fue culpa del Conde, de los akumas…pero nunca, jamás, creas que fue culpa tuya. Se me rompería el corazón por segunda vez— la voz de Komui, llega a mis oídos. Suave y plagada de una tristeza inmensa, como el mar más basto. Se quiebra al final de la ultima frase.

Se, por lo que está pasando. Lo abrazo bien fuerte, y dejo de llorar, mientras oigo los sollozos de él. Dejo que se apoye en mí, para no caer en la oscuridad que lucha por poblar su corazón.

— Tranquilo…ella está bien, ahora. Está allá arriba, en el cielo. Nos mira y sonríe. Dios la ha salvado. No te preocupes, ella está bien…—susurro, como una madre que intenta calmar a su hijo, en una noche de tormenta.

Pero, por mucho que diga Komui, por mucho que intente consolarme, al igual que yo lo consuelo a él, se…que tengo razón.

Que la muerte de Lenalee Lee, fue culpa mía.


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