Disclaimer: The Loud House fue creada por Chris Savino, mientras Tsukihime fue creada por Kinoko Nasu y Type Moon. Ningún personaje me pertenece, así como sabemos que no hay anime de Tsukihime...


El Tulipán Marchito era un sitio bastante acogedor si eras alguien con un gusto por lo oscuro, gótico y/o deprimente. Era un café decorado con cortinas negras, luces oscuras, imágenes alegóricas a la oscuridad y lo que en ella habitaba. Contaba con un pequeño escenario donde bandas juveniles tocaban sus deprimentes notas y poetas aficionados declamaban su obra para la satisfacción de su público normalmente apático, pero que se sentía identificado con los versos que los poetas de las sombras concebían.

Eso lo volvía en uno de los lugares favoritos de Lucy Loud, la cual acudía a ese lugar al menos, 3 veces por semana. Había otros sitios que le gustaban más a la pequeña, pero este era el único al que sus padres le permitían venir sola por lo cerca que estaba de casa (1 hora a pie, 15 minutos en Vanzilla.) y porque era un local 100% libre de alcohol. Ella no habría bebido de todas formas, pero más valía prevenir, pensaban sus papás. De todas formas, el Tulipán Marchito era un sitio bastante agradable y con un aura deprimente que hacía sentir a la Loud gótica como en un segundo hogar.

La chica había terminado de recitar un poema sobre el vació de las emociones y el dulce confort del dolor. Había sido tan bien recibido como siempre y pudo sentirlo cuando regresó a su asiento en una mesita apartada, sin embargo, sintió como si estuviera recibiendo más atención que de costumbre. Como si alguien estuviera taladrando un agujero a través de su cuerpo y buscara llegar al fondo de su alma y observarla con lupa. Lucy inconscientemente volteó a su izquierda… y entonces, la vio.

Sentada a 4 mesas de distancia se encontraba una chica que parecía tener la edad de Luan, con una cabellera negra como la noche y que como cascada, parecía llegar a su cintura. Llevaba puesto un vestido gótico que aunque sencillo, también reflejaba un toque de elegancia y distinción. No podía distinguir si llevaba aretes o algún tipo de maquillaje, pero sí que debía llevar lentes de contacto de color rojo, los cuales le daban a sus ojos un toque encantador y siniestro. Lucy distinguió eso debido a que la chica la estaba observando fijamente y sin el menor disimulo, con una sonrisa que estaba a medio camino entre curiosa y seductora. Quizás por eso es que hasta ella estaba perturbada, aunque también podría ser porque ahora que lo recordaba, esa chica había estado acudiendo asiduamente al Tulipán Marchito desde hacía 3 semanas.

¿Esa chica la habría estado observando desde antes o esta sería apenas la primera noche? Era muy difícil que Lucy se inquietara por algo, pero esa chica estaba lográndolo con gran facilidad. No estaba acostumbrada a que se le quedaran viendo de esa manera sin estar en un escenario, o siendo víctima de la burla de alguno de los desubicados sin alma que solían fastidiarla en la escuela. Por lo menos, esta chica la veía con una especie de fascinación mezclada con asombro y curiosidad, que aunque era un cambio bienvenido, no por eso dejaba de inquietarla. La joven Loud hizo un esfuerzo para ignorar a la adolescente y la forma en que la observaba. Aún tenía que pasar a declamar un poema un poco más tarde y necesitaba que su mente estuviera tan calmada como un hermoso cementerio para que sus sentimientos pudieran verterse fluidamente en las palabras que tenía escritas.

—A continuación, Lucy Loud subirá nuevamente al escenario para compartir un nuevo poema que nos hundirá más en el abismo sin fondo que tristemente llamamos vida.

Tras las palabras del presentador, la jovencita entró nuevamente a escena y comenzó una nueva declamación. Fue un poema breve pero intenso, logrando cautivar a los parroquianos y ganándoselos una vez más. De hecho, Lucy notó que la mirada de esa chica se había fijado en ella con mucha mayor intensidad. La niña no dejó que el nerviosismo que eso le provocaba minara su actuación, pero tampoco dudó en regresar a su asiento con mayor celeridad de la normal. Ya allí, ella le echó un vistazo a su teléfono para ver la hora. Eran 10 para las 8 de la noche. En cuestión de minutos, alguno de sus papás o Lori vendría por ella en Vanzilla. Normalmente, el no poder quedarse después de las 8 representaba una molestia y una prueba más de que la vida era una acumulación de miserias que, eventualmente, la harían caer al abismo del dolor supremo, pero esta vez se encontraba deseando que vinieran más rápido. Lucy no comprendía porque se sentía tan ansiosa.

"¿Por qué la mirada de esa chica me perturba de esa forma? Solo es una chica más. Otra hermana moradora de las tinieblas que viene a refugiarse a este santuario de la futilidad de la vida diaria… ¿Por qué entonces es que sus ojos me sacuden aún más que si estuviera contemplando de frente a los señores de la oscuridad o a Lola después de perder uno de sus concursos?"

Una y otra vez, Lucy intentó racionalizar sus emociones. Después de todo, solo la estaba observando y ya. No era la primera vez que lo hacía y no sería la última. Tal vez solo había quedado más impresionada por sus poemas que en ocasiones anteriores y por eso la contemplaba con tanta pasión.

"Con una dulce noche envuelta en mis sábanas, me daré cuenta de que solo exageré y…"

—Ese último poema fue esplendido, pequeña. Realmente tienes talento.

Lucy casi salta de su asiento asustada. ¿Cómo es que esa chica había aparecido junto a ella sin que lo notara? ¿Eso es lo que sentían sus hermanos todo el tiempo?

—Muchas gracias por tus palabras. Significan mucho para mi vacía y oscura alma. —¿Y como rayos había logrado decir eso sin que se le quebrara la voz?

—No ha sido nada. De hecho, solo estoy siendo honesta al hablar y en ese tenor, debo confesarte que no digo esta clase de palabras a cualquiera. Se necesita mucho para impresionarme.

—¿Y puedo saber qué es lo que logró sacudir tú alma al punto de buscar halagar a la mía?

—Francamente, no fueron tanto tus palabras o la métrica de tus versos. Eres buena, pero aun debes trabajar mucho en eso.

Lucy estuvo de acuerdo. Por más hermosa que fuera su poesía, seguía siendo una niña de primaria, mientras que los demás poetas y declamadores eran preparatorianos y universitarios en su mayoría, por lo que tenían un vocabulario mucho más amplio. Ella aún tenía que pedirle ayuda a Lincoln y a Luna para crear algunos de sus poemas.

—Lo que realmente me cautivó es el amor que transmites en ellos.

¿Amor? ¿Era en serio? Todos sus poemas hablaban en mayor o menor grado de la futilidad de la vida, del vacío de la existencia, de la banalidad de lo cotidiano y de cómo el futuro solo conducía a las tinieblas. ¿Dónde entraba el amor en todo eso?

—Perdona si muestro escepticismo ante tus palabras, pero en ninguno de mis poemas hago mención del amor.

La chica de contactos color rojo dejó escapar una ligera risa musical. —No es que hayas hecho mención del amor, pequeña, sino que tú voz es la que transmitía ese amor en ellos.

Comprensiblemente, Lucy quedo sin palabras.

—Por ejemplo, en tú último poema mencionas como la noche es un manto que nos envuelve a todos, siendo un refugio en medio de la ilusión vacía que es la vida. Para el observador sin preparación, puede sonar como una metáfora de como ante la noche todos somos iguales o bien, que solo en la noche es que podemos hallar la realidad de nuestra existencia, pero tú tono de voz, la forma en que movías tus labios… todo eso me decía que lo que en verdad deseabas transmitir es como la noche es algo que te protege de las falsedades que uno encuentra mientras navega a través de la existencia. Esa clase de mensaje solo puede venir de alguien que conoce el amor.

Y por segunda vez, Lucy quedó sin nada que decir. Al escribir su poema, nunca lo había hecho pensando en una forma de transmitir un sentimiento llanamente positivo, sino más bien la oscuridad en su propia alma, y sin embargo, habiendo escuchado a esta enigmática joven, no podía menos que admitir que su interpretación tenía sentido, que era cierto todo lo que había dicho. ¿Por qué es que ella como autora no se había dado cuenta?

—¿Has tenido ya tú primer amor, pequeña?

Si la niña hubiera estado bebiendo algo, habría escupido todo sobre la indiscreta jovencita.

—No… yo no… Para nada. Solo fue un chico… que me llamó la atención, pero nada más. Mi familia no lo vio así, sin embargo y…

—Familia… Creo que ya encontré tú inspiración.

Lucy le preguntó a qué se refería, aunque ya tenía una idea de lo que su curiosa interlocutora diría.

—La forma en que hablas me muestra el amor que sientes por tú familia, que a su vez, te ama de la misma forma. Eso no es algo que se vea todos los días, mucho menos en la gente que vive en nuestro mundo. ¿Puedes contarme un poco sobre tú familia?

—Bueno… —Lucy titubeó un momento. —Tengo una familia grande. Somos 10 chicas y un chico. Todos somos diferentes, pero al mismo tiempo nos apoyamos unos a otros si tenemos problemas. No somos ajenos a pelear entre nosotros, pero aunque la tentación de guardar rencor está allí y todos hemos cedido ante ella en más de una ocasión, terminamos regresando a ser tan unidos como la noche está unida a las tinieblas.

—Ya entiendo… bueno, más bien, solo entiendo parcialmente. Tengo una sola hermana, pero ella y yo no nos llevamos bien. La última vez que nos vimos fue hace muchos años y tuvimos una pelea muy fuerte. Terminé arrancándole la mitad de su cabello, y si te soy sincera… —La adolescente se acercó a Lucy para susurrarle. —Aun lo conservo y no me arrepiento de nada.

La gótica estaba asombrada por la aparente familiaridad con que esta joven había confesado algo, pero al mismo tiempo, entendía porque estaba encantada con su poesía. A diferencia de ella, la chica provenía de una familia pequeña, pero distanciada. También a diferencia de ella, había mucho rencor entre su hermana y ella. Era un alma que en verdad no conocía el amor. Eso hacía más enigmático el por qué parecía haber detectado ese sentimiento cuando ni ella como autora estaba consciente de haberlo vertido en sus creaciones. Lucy planeaba seguir con la conversación, cuando una voz femenina muy familiar ingresó a su espacio auditivo.

—… y literalmente le dije, si tantas ganas tienes de conversar con esa arribista de Carol Pingrey, entonces sal de mi vista y no regreses hasta que los cerdos vuelen. Te llamo luego que debo llevar a mi hermana a casa… De acuerdo. Bye. ¿Lista para volver a casa, Lucy?

—Sí. Estoy lista para volver al refugio sombrío que llamo hogar.

—Perfecto. Por cierto, ¿no piensas presentarme a tú nueva amiga?

La gótica se quedó pasmada un momento. ¿Lori estaba confundiendo a esa chica con una amistad suya? Eso tenía sentido, pero…

—Cielos, donde quedaron mis modales. Mi nombre es Altrouge. Altrouge Brunestad. Y tú debes ser una de las hermanas de Lucy. Mucho gusto en conocerte.

—Soy Lori Loud. Igualmente. —Lori estaba un poco incómoda. ¿Cuántas chicas se presentaban con una genuflexión como en esas películas viejitas?

—Debo decir que eres una joven muy afortunada por tener una hermana como Lucy y que ella los quiere más de lo que aparenta.

—Vaya, yo… Literalmente, muchas gracias. —Y aquí la rubia no pudo evitar sonrojarse un poco. —Bueno, Lucy, despídete de tú amiga que tenemos que regresar a casa. Mamá servirá lasagna para la mesa de niños.

La gótica se despidió calladamente y salió junto con su hermana mayor hacia Vanzilla. Durante todo el camino de vuelta a casa y durante la cena, no dejó de pensar en esa enigmática chica llamada Altrouge y que quizás había sido demasiado rápida al juzgarla. Aun así, ya bajo la seguridad de sus sábanas y abrazada a su busto de Edwin, Lucy no dejaba de preguntarse porqué a pesar de haber cambiado de opinión, esa chica seguía inquietándola.


El Tulipán Marchito cerró a las 11 de la noche y los jóvenes se retiraron a otros lugares, ya sea sus casas, las de sus amistades, otros centros de reunión para góticos y emos o incluso a bares. Un joven de casi 22 años, con barba y una camisa negra con un logo de corazón purpura roto regresaba a casa en bicicleta. Él, como otros, había escuchado de las curiosas desapariciones que habían iniciado 3 semanas atrás y que algunos rumoraban que era obra de algún secuestrador o hasta fuera obra de un vampiro. El joven emo no le daba importancia a ninguno de esos rumores. ¿Qué importaba eso si al final él seguía atrapado en su ridícula prisión de carne? Él se cortaba regularmente, así que le daba lo mismo lo que fuera a suceder.

—¿Tan tarde a casa? Aunque la verdad, también me quedé hasta que el club cerró, así que el comentario sería hipócrita de mi parte.

El chico volteó a donde esa voz femenina se había escuchado y reconoció a una de las chicas que también frecuentaba el Tulipán Marchito. Ni cuenta se había dado de que ella andaba por allí.

—Pero bueno, yo tengo una razón creíble, pequeño… Tengo ganas de una botana y me parece que podrás ayudarme con eso.

Un segundo, la chica estaba a 10 metros de distancia de él, al siguiente, ella había mordido su cuello y perforado su carótida gracias a sus afilados colmillos. A pesar de la violencia, ni una sola gota de sangre había tocado el suelo y ni un solo sonido se había emitido.

Altrouge Brunestad tenía más de 600 años de experiencia, después de todo. Entre eso y la educación que alguien de su alcurnia poseía, era imposible que ella cometiera un error de principiante.

—Sigo sin comprender porque seguimos en este pueblo insignificante, milady. Hemos permanecido demasiado tiempo y alguien podría venir a buscarnos.

El que había hablado era un hombre con una edad aparente de 22 años, cabellera negra que le llegaba hasta los hombros y facciones finas y atractivas. Estaba vestido de manera casual como para pasar desapercibido entre una multitud. Miraba a la joven alimentarse con una mezcla de reverencia y hastío. Su nombre era Rizo-Waal Strout y era uno de los 2 guardaespaldas de Altrouge.

—No lo entenderías, mi querido Rizo. —Dijo la joven una vez que terminó de comer. —Simplemente estaba muy aburrida y por fin encontré algo que me entretiene. Quizás si te dieras tiempo, podrías venir conmigo y escuchar los poemas de esa niña. No había escuchado nada así en mucho tiempo. Además, y salvo que se tratara de mi hermana, no corremos peligro alguno. No es como alguien pudiera siquiera tocar a Fina o a ti. Incluso si semejante milagro llegase a acontecer, nadie tendría la oportunidad de hacerme el menor rasguño y eso lo sabes.

—¿Y cuánto más permaneceremos en este lugar, milady?

—Hasta que me aburra. Cuando eso pase, nos iremos de aquí, beberé la sangre de Lucy y su familia, y quizás, si ando muy aburrida, destruya Royal Woods. Podría resultar medianamente interesante.

Estas podrían ser palabras mayores para cualquier vampiro, puesto que a simple vista era obvio que Altrouge era una vampiresa… solo que ella, al igual que su guardaespaldas, distaba mucho de ser definida como "cualquiera".

Después de todo, ella era la hija de Crimson Moon Brunestad, la auténtica heredera del castillo Brunestad, conocida entre los suyos como la Princesa del Eclipse de la Sangre Negra, la Princesa Vampiro de los Apóstoles Muertos.

Ella era la actual poseedora de la Novena Posición entre los Veintisiete Apóstoles Ancestrales. Ella era Altrouge Brunestad…

… Y ella estaba muy interesada en Lucy Loud.


Y no me pude aguantar y terminé escribiendo el primer capítulo de esta historia mucho antes de lo que pensaba. A diferencia de lo que he escrito hasta ahora para The Loud House, esta historia no será un one-shot y aunque no tengo idea aun de cuantos capítulos tendrá, si les puedo adelantar que serán varios.

Para los miembros del Fandom de Type Moon, debo advertirles que en pos de hacer la historia más accesible a los miembros del Fandom de The Loud House, que es por lo que me inspiré a escribir, estaré manejando varios de los términos del Nasuverse en español, como habrán notado cuando escribí Apóstoles Muertos en vez de Dead Apostles o Dead Apostles Ancestors. Los términos que pueda manejar en inglés sin que perturben demasiado la comprensión de la historia los ocuparé, así que en ese sentido agradeceré su comprensión.

Para los miembros del Fandom de The Loud House, Lucy llamó la atención de uno de los seres más poderosos del mundo bajo la luz de la luna (Moonlit World) por como a pesar de la oscuridad en su corazón, sigue mostrando y transmitiendo amor, lo que es un concepto un tanto incomprensible para alguien que peleó con su hermana casi hasta la muerte. Esta historia será un viaje en el cual Lucy irá conociendo poco a poco la verdad de lo que vive en el Moonlit World sin tener idea de que se encuentra bajo una no tan metafórica espada de Damocles.

Para todos, espero tener pronto el segundo capítulo en el transcurso de esta semana si no se me complican las cosas en la oficina. Espero que la historia sea de su agrado y agradeceré conocer sus impresiones y comentarios en sus reviews. Me despido por ahora y que tengan muy buena suerte en todo lo que hagan.