N/A: Hola! Este es mi primer fanfic en esta página, espero que les guste, dejen reviews
porfa… eso ayuda así no les haya gustado pero espero que sí. Realmente adoro a rose y
Emmett en especial a Emmett jajá pero ¿quién no?
Disclaimer: nada de esto me pertenece, a Stephenie Meyer sí….
2005: Promesa
Rosalie se detuvo junto a un enorme árbol intentando no pensar en nada, pero estaba segura
de que su hermano ya la había escuchado. Aun así, él no se movió. Lo observó un instante, el
sol radiante arrancaba destellos de su piel y la suave brisa movía el pasto a su alrededor;
estaba tumbado sobre la hierba, de espaldas y con un brazo sobre sus ojos. Apartando el
hecho de que su piel al sol parecía cubierta por nimios diamantes, cualquiera creería que
estaba tomando una siesta. Pero ellos no podían dormir, así que avanzó con paso firme pero
lento.
Caminó a paso humano hasta su lado y se sentó junto a él. Dobló las rodillas y se las abrazó
mientras lo miraba.
¿Quieres hablar un momento conmigo? Pensó, sabiendo si se aventuraba a decirlo, le
temblaría la voz.
Él no contestó.
Sintiéndose muy triste, Rosalie levantó la mirada hacia las nubes blancas y mullidas que
poblaban el cielo. Era un día hermoso, perfecto para salir a pasear y usar ropa ajustada y
liviana, pelo los humanos enloquecerían de solo verlos, así que sólo quedaba esto, disfrutar de
la naturaleza o pasarlo en el jardín de atrás.
Ya sé lo que me vienes a decir, Rosalie. No es necesario- murmuró de pronto Edward
sin cambiar de posición.
Hay más, pensó, ¿por favor?
Ya no estoy enfadado contigo, si eso es lo que te preocupa.
Solo una parte- dijo en un susurro- gracias por perdonarme, en verdad no la odio,
Edward. Lo sabes mejor que nadie
Si, lo se. No te preocupes mas por eso, solo acepta mis decisiones, las de ella.
Rosalie se había portado con una rudeza muy censurable, en cuanto a Bella se trataba, pero
había una razón muy oculta tras todo ello, aunque sospechaba que algunos ya lo habían
notado.
Tenía celos.
De acuerdo, no era muy verosímil, pero en realidad, Bella poseía todo cuanto a Rosalie le hacía
falta, no era tan bonita, nadie lo era, pero estaba viva. Ella cambiaría gustosa su aspecto físico
para obtener siquiera un poco de esa humanidad que tanto extrañaba.
¿sabes?- dijo en tono casual, intentando ocultar el dolor que sentía- realmente creo
que puedo intentarlo, por ti, para volver a ser como antes.
Él no dijo nada.
Sé que no va a ser fácil- continuó mirándose las manos destellantes- quizá me tome un
poco de tiempo tratarla como todos lo hacen, pero te prometo que comenzaré desde
hoy.
Se quedaron en silencio, mientras el débil viento elevaba el cabello dorado de Rosalie
haciéndolo girones, ella comenzó a sentir que el esfuerzo que le había costado pronunciar
todas y cada una de esas palabras había sido una total pérdida de tiempo, así que se levantó
despacio y comenzó a devolverse.
Gracias, Rose.
Escuchó que decía Edward cuando ya se estaba adentrando en el bosque. Entonces, comenzó
a correr tan rápido como pudo, mientras sollozaba sin las lágrimas que nunca saldrían.
Emmett estaba recostado contra el enorme jeep, esperaba preocupado y deseaba que todo
saliera bien. Apenas unos pocos minutos habían transcurrido desde que Rosalie se adentrara
en el bosque, eso lo ponía ansioso, quería saber qué estaba pasando en el claro.
Apenas dos noches atrás, justo después que Edward casi se entregara a los Volturi para que lo
mataran, Bella los había reunido a todos para que decidieran si la iban a convertir en un Cullen
más.
Por supuesto que él había estado dichoso y había dicho que sí casi con un fervor infantil.
Adoraba a Bella y le hacía mucha ilusión tenerla por allí más tiempo para molestar un poco,
pero a Rose ese le afectaba mucho y se había opuesto rotundamente. Eso debería haber
contentado a Edward, que también se oponía a la decisión, pero en ese momento realmente la
odiaba por casi matarlos a él y su novia humana.
Ante la familia, Rose se portaba orgullosamente y profesaba su odio intenso hacia la chica, sin
embargo, él más que nadie sabía que no se trataba más que de una fachada para intentar
ocultar el dolor, la culpa y sobre todo, los celos que sentía por bella. La verdad era que Rosalie
estaba deshecha, en ocasiones, a lo largo de los dos días que habían pasado, ella lo miraba
desesperada y él sabía que por dentro, ella se estaba rompiendo en pedazos. Amaba a su
familia, aunque no lo dijera abiertamente y sufría mucho por el rechazo de su familia, pues
además de Edward, que en realidad no contaba, ella era la única que se había opuesto.
Un jadeo lo sacó de sus cavilaciones y lo hizo levantar la vista asustado, no podía ser Rosalie,
los vampiros no se agitaban al correr, a menos que…
En ese momento, una ráfaga atravesó los árboles y se estrelló contra su pecho, era Rose que
sollozaba inconsolablemente, esa era la forma en que ellos lloraban, sollozando sin lágrimas.
Nena, ¿qué ocurrió?- preguntó acariciándole los rizos desordenados.
Gracias, gracias, gracias- susurró ella por toda respuesta y se apretó mas contra él.
¿salió todo bien?
Estaba confundido, si todo había salido bien y ella le agradecía, no debería estar llorando.
Ella tardó un poco en calmarse y Emmett esperó paciente.
Pensé que Edward nunca me perdonaría- dijo ella por fin.
Seguía sin levantar la cara de su pecho, pero Emmett estaba más que cómodo con su esposa
entre los brazos.
Él te quiere, Rose.
La separó un poco de su abrazo y la miró a los ojos con una sonrisa enorme.
Deberíamos ir a celebrarlo.
Rosalie sonrió despacio, seductoramente y meneó un poco la cadera antes de apartarse y subir
al jeep en una fracción de segundo, Emmett soltó una carcajada y subió al auto con un suave
rugido en la garganta.
¿a dónde?
Todos fueron de caza, no hay nadie- dijo ella besándole el cuello
Muy distraído para contestar, Emmett encendió el auto y pisó a fondo el acelerador.
En el claro, varios kilómetros más lejos de la carretera, Edward sonrió, sus hermanos siempre
eran iguales, tan apasionados. Sin embargo, por primera vez en mucho tiempo, no le habían
molestado los pensamientos lujuriosos que legaban a él como suaves susurros. Hoy estaba
dichoso, por lo que su hermana le había prometido, ella había sido sincera, sus pensamientos
demostraban que realmente quería enmendar sus errores y eso le hacía feliz, en especial,
porque Bella también lo estaría.
Ojalá les haya gustado … si tienen un minuto, click al botón verde y dejen reviews adiós!!
