Nada de HP, ES MIO, PERTENECE, A J.K. ROWLING
Un final.
Tres semanas después de la caída de Voldemort, todo comenzaba a caer en su lugar, la primera semana la habían dedicado a los entierros, los cuerpos de Remus y Tonks, como los de muchas otras personas habían sido enterrados en los jardines de Howarts, para que se les rindiera honor por entregar sus vidas durante la batalla. Otros como la familia Weasley decidieron llevarlos a casa, por lo que el cuerpo de Fred descansaba en una colina bajo un olmo en la Madriguera.
Las heridas de la guerra iban a tardar en sanar. El dolor, rompe pequeñas partes del corazón que tal parece jamás se recobraran. Pero el dolor, solo con más amor sana, y si bien las cicatrices se quedan, más tarde se convierten en cicatrices de amor.
Por lo que una semana después todos habían decidido construir nuevamente su mundo, dejar, todo atrás, olvidándose de prejuicios, que a nada bueno llevarían. El lugar por donde empezaron fue Howarts, una gran multitud había decidido quedarse para reconstruir el lugar con ideales, con todos aquellos que jamás habían estado tan unidos hasta ahora.
Y durante ese tiempo, realmente fue ver como lentamente, todos los sucesos se iban quedando atrás, por supuesto para algunos como la señora Weasley era más complicado, pero mantenían la esperanza en alto.
Y sin duda alguna, si había alguien que estaba sanando rápido ese era Harry, pues por primera vez en toda su vida sentía que podría tener un futuro, y no había demorado casi nada en comenzar a formarlo, y sin perder un segundo más, mientras solos se encargaban de reparar una de las aulas, decidió afirmar a la persona con la que quería ese futuro, Ginny ni siquiera supo en que momento habían llegado las manos de Harry a su cintura, ni como la bajo de la escalera en la que estaba o cuanto tiempo fue el que dejaron de respirar mientras sus labios se habían juntado, o lo mucho que rieron y siguieron besándose después de victimar una de las bancas cuando cayeron sobre ella al perder el equilibrio, nadie fue testigo, ni siquiera la profesora MacGonagall cuando decidió cerrar la puerta del aula, en vez de reñirles o interrumpirles y continuar su camino con una sonrisa.
Después de eso, a nadie se le hizo raro verles junto al lago, hasta Ron opto por no molestarles, más por que otras cosas ocupaban su mente, que por que realmente quisiera dejarles. El por primera vez elegía dejar botado el Quidditch, a Harry con Ginny, las invitaciones a jugar ajedrez, para dedicar horas a ver a la acomedida Hermione ayudando en la enfermeria, espiandole en la biblioteca, y buscando el mejor momento para abordarle.
Por su lado la castaña que bien sabia a que se debía que se sintiera vigilada, sonreía por lo bajo cuando descubría que unos ojos azules le vigilaban entres los libros, haciéndole sentirse ilusionada y nerviosa. Por supuesto la paciencia no era su don, por lo que diario despertaba pensando "si no es hoy le hechizare" pero nunca lo hacia.
Hasta que tres semanas después cuando se había rendido, y comenzaba a pensar volver a tomar la iniciativa, Ron la acorralo en la biblioteca, evitando el hechizo, contenta por que no fuera ella quien tomara la iniciativa, por primera vez no le importo dejar caer sus adorados libros al suelo, por que era más importante entrelazar su brazos tras el cuello de Ron. Y besarle, con el anhelo la pasión y el amor acumulados durante siete años.
Como dijo Hagrid una vez, lo que viniera después, en su momento llegaría, y ya habría tiempo de hacerle frente.
Un momento inspiratorio del que surgiran esos momentos perdidos entres estas perejillas, por ahora es solo una pequeña probadita, por calentar motores.
Reviews plis, se aceptan consejos y visiones.
