Los personajes de Crepúsculo no me pertenecen, yo solo juego y los torturo un poco.


Era un día lluvioso, como tantos otros en aquel pueblo de Forks, Washington.

En un nuevo hospital los tacones de cierta enfermera resonaban contra el frio piso de mármol de aquel lujoso y reconocido lugar. Unos ojos chocolate chocaron con los celeste de la recepcionista.

-Buenos días, Señorita Swan- saludó con voz cálida y dulce, la señora de cabellos negros -he aquí la lista de pacientes que tendrá que atender, espero que siga teniendo un buen día- la mujer le tendió un folder amarillo opaco, que no dudo en tomar la joven Isabella.

-Buenos días e igualmente Señorita Carrow- una pequeña pero amigable sonrisa apareció en su rostro albino. Giró sobre sus talones después de hacer un movimiento con la mano, en forma de despedida y se dirigió al elevador.

Ya estado ahí adentro, hojeó un poco la lista. Lizzie Vazquez, Damon Salvatore, Carolina Turner, Jack Lorrens, Emilia Courtner, Matthew Kortner, Edward Masen, Jo...

Esperen.

¿Edward Masen?.

Buscó el papel donde tenían los datos del susodicho; no podía ser él, ¿verdad?, era imposible. La vida le estaría jugando una broma de mal gusto.

Nombre: Edward Anthony Masen Cullen.

Edad: 23 años

Habitación: 506

Motivo o enfermedad: Quedó inconsciente después de tener un accidente automovilístico.

Su mente trajo entonces, recuerdos que había conseguido sepultar en lo más profundo de su ser, años atrás, pero ahora, cuatro años después salían a flote.

Flash Back.

Sentía su mirada penetrante sobre mi, ¿por qué me miraba tanto?, ¿tenía monos en la cara o qué?.

Edward Cullen, el más mujeriego, egocéntrico y popular de la escuela, le había estado mirando desde hace días, lo que poco a poco empezó poner nerviosa a la chica.

¿por qué la miraba? y ¿por qué tenía esos nervios que empezaban a salir a flote en cuanto sus miradas se cruzaban?, ¿por qué?, ella siempre lo había odiado por cómo la trataba. Siempre se burlaba de ella, de cualquier error que cometía. Pero ahora, ¿qué mosco le había picado?.

Suspiró y decidió ignorarlo, como había estado haciendo, esperando que dejara de verla, pero, sucedió todo lo contrario, no apartó la vista y su ceñó se frunció.

Habían pasado así los minutos, sin que ella lograra concentrarse hasta que sonó la campana anunciando que la clase había terminado. De sus labios salió un suspiro lleno de alivio.

Tomó sus cosas y salió como bólido, no aguantaría un minuto más ahí con la mirada de Cullen sobre ella.

Era descansó, así que decidió ir a dejar sus cosas al casillero antes de ir a comer. Sin embargo cuando estuvo a punto de abrir su casillero, sintió una respiración a su lado, dio un respingo y giró un poco su rostro. Viendo a Cullen a centímetros de su rostro.

Su corazón empezó a latir con fuerza y ella pegó su espalda al frio metal. Para ver como el hombre ponía ambas manos a cada lado de su cabeza, impidiendo toda forma de escape.

-¿C-Cullen?, ¿te sientes bien?- preguntó con un sonrojo en su rostro.

-¿por qué me preguntas tal cosa?, ¿me ves enfermo acaso?- sonrió de forma torcida al notar mi neviosismo con cada minuto que pasaba con aquela prácticamente nula distancia.

-No, pero te estás comportando raro- dijo en un susurro la castaña, desviando la mirada.

-La persona que se está comportando raro aquí eres tú, ¿por qué te sonrojas?, ¿acaso te gusto?- preguntó cortando la distancia.

-¿qué?, no digas estúpideces - susurró, sintiendo como el calor se apoderaba de ella. Sintiendo como cada vez había menos distancia entre los dos.

-Entonces no pasara nada si yo...- Se empezó a acercar más y más, la chocolate al mirar aquello, casi mecánicamente, alzó con un poco de esfuerzo su rodilla para darle en sus partes bajas con fuerza.

El senguida se encontraba retorciéndose en el piso, aguántando los gritos de dolor que anciaban salir de su boca. Liberando así a la chica Swan.

-No te me acerques de nuevo, Cullen- intentó amenazar, pero apenas fue un susurro, pues su corazón latía con fuerza y los nervios todavía la dominaban.

Salió de allí con paso firme dejando al joven en el suelo.

-Esto me las pagarás Swan-

Fin Flash Back

El sonido del elevador indicando que había llegado al piso deseado hizo que la joven alzara la vista, alejando aquellos recuerdos y enseguida hizo que guardara los papeles.

Ese nombre, esa persona... seguramente era aquel que había odiado y llegado a amar profundamente desde tercero de secundaria, esa misma persona que había roto su corazón y había convertido su vida en un caos.

No podía estar de regreso. Quizás, quizás... solo... solo fuera otra persona, ¿no?.

Salió del elevador con paso decidido. No estaría con la duda todo el día, Isabella Marie Swan no eran de las personas cobardes y que dejan todo hasta el último minuto, no, a ella le gustaba terminar todo de una sola vez.

Y por eso mismo, su primer paciente sería él.

Sus pasos fueron casi mecánicos, llegando hasta la puerta echa de madera que tenía grabado en el centro, en la parte superior de la puerta el número de habitación.

Tomó la perilla con decisión y la giró.

En el centro de la habitación, en la camilla se encontraba un joven de su edad, inconsciente, pero aún así, terriblemente guapo.

Los años le habían sentado bien, sus facciones parecían haber sido pinceladas por el mismísimo Leonardo Da Vinci; sus pestañas gruesas; sus labios que invitaban a cualquier chica a degustarlos; su cabello alborotado, de un tono cobrizo; todo en conjunto daban el resultado de un Dios griego.

Y también de su perdición.


¿Y?, ¿les gusto?

Espero review. Duda, sugerencia, tomatazo son bienvenidos.

Quiero saber si desean conti o mejor le dejo hasta ahí.

Os quiere B.C.M