PORCELANA
Disclaimer: los personajes pertenecen a la fantabulosa Stephenie Meyer, la trama a mi.
Las lágrimas se desbordaban de sus ojos chocolates, tan carentes de vida, su mirada vacía, fija en algún lugar del techo. Una sonrisa sarcástica y carente de alegría temblaba en sus labios, rojos como cereza.
La sangre goteaba lenta y perezosamente de sus finas muñecas y hacia un incesante ruido al golpear en el suelo.
Su piel de porcelana brillaba a la tenue luz del débil foco. Su cuerpo desnudo resbalaba lentamente dentro de la fría bañera.
Tal vez su muerte pudo ser mucho más rápida e indolora, pero necesitaba el drama, necesitaba esto.
Su cuerpo tirito violentamente.
Ella era tan solo otra muñeca rota. Una de porcelana. Hermosísima y vacía.
Dañada por un niño mimado, un niño violento y ambicioso.
La muerte de su madre la destruyó y entonces entro James a escena. Con sus elegantes trajes y sus sonrisas falsas y deslumbrantes.
Sus dañinas palabras sabor a miel y veneno, sus grandes y perversas manos. Quién "reparó" su corazón y luego lo hizo añicos, al igual que su cuerpo.
Al comienzo era dulce como un caramelo. Más aún. Su vulnerabilidad ayudó a sus planes. También la avaricia de James y la fortuna de su difunta madre.
Su cuerpo se helaba cada vez más.
Palabras hirientes, filosas como cuchillos al inicio, dieron paso a golpizas descomunales, que la dejaban en la inconciencia, justo después de la luna de miel.
Y cada vez se disculpaba y traía consigo un enorme oso de peluche o un inmenso y rojísimo… como la sangre… ramo de rosas (tan cliché y aburrido…) y ella lo perdonaba sin más.
Una sonrisa de desprecio se posó en sus blanquecinos labios. Su cuerpo se entumeció.
Y entonces llegó Edward, su rayo de luz, de esperanza. El la iluminó, la salvó.
Ni su aparición ni de donde era importaban. Solo que estaban perdidamente enamorados. Y es que él le enseño a confiar otra vez, lentamente, después de sacarla de su infierno.
Pero todo era demasiado bello para ser verdad. James lo mató y ella a James.
Una risita escalofriante salió de sus labios azulados. Sus ojos se llenaron de malicia fugazmente.
James murió… fue asesinado justo como debía, el pensarlo le daba un placer inexplicable.
Ahora ella decidía morir. Ir donde Edward y liberar su alma de ese cuerpo maltratado.
Sus ojos se cerraron lentamente. Vio entonces a su madre, tan guapa… a Edward… llamándola: "Bella…"
Sus labios formaron una sonrisa feliz y la negrura se la tragó. No había más.
Al fin.
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