Hola mis queridos y adorados lectores aquí les traigo una historia que se me acaba de ocurrir ahorita en la tarde, jejeje advierto que es un poco sucia, no lo puedo negar así que, quien sea de mente pertúrbable o muy recatado tenga cuidado. Aquí les va el resumen no soy muy buena pero veamos...

Dos bodas, dos parejas, una fantasía y un sucio deseo:

Harry y Hermione van a casarse respectivamente con Ginny y con Ron, pero hay algo que no les permite hacerlo, antes deben de cumplir con lo que se habían prometido hace unos años.

Una cabaña, una noche y mucho pero mucho se.....jejeje imagínenlo.

Espero que les guste va a ser un fic de pocos cap, pero bueno porfa no me abandonen y dejen criticas para ver que les pareció bye besos esta dedicado a todas aquellas fans de Harry y Hermione.

Capitulo 1.

El encuentro.

Hey este es el primer cap de este pequeño pero en mi opinión interesante fic, en este cap les planteo el tema de la historia.

Harry y Hermione tienen dudas de casarse, ellos sienten algo extraño y carnal mutuamente, su fantasía es estar con ellos mismos, pero Hermione no lo quiere aceptar, por temor a descubrir que también esta enamorada de Harry, ¿el pelinegro conseguirá que ella lo acepte y así cumplir sus fantasías? Jejeje no se les diré mejor lean, porfa dejen muchos reviews para saber si les ha gustado o no jejeje y recuerden cuidado con las mentes inocentes no lo lean si no se quieren pervertir jejeje aquí vamos.

Besos y gracias por siempre apoyar mis proyectos.

Esa noche el viento golpeaba con singular fuerza en la pequeña casa de campaña muggle en la que dos jóvenes se encontraban, los sonidos del bosque y el inminente miedo de ser descubiertos los atormentaba a tal grado que les arrebato el sueño inundándolos en un insomnio tremendo, para su suerte se tenían el uno al otro para acompañarse, la noche siguió su curso y la temperatura seguía bajando, los chicos cada vez se sentían mas temblorosos con cada tiritar que su cuerpo daba.

Ni una fogata, ni siquiera un poco de luz podían tener, si lo hacían serian descubiertos y la misión fracasaría, por ese motivo también habían optado por usar una carpa muggle para que su magia no fuera detectada, de pronto un ruido; sonido que hizo que Harry Potter abriera la casa de campaña un poco y vislumbrara lo que había sido, para sus sorpresa no era nada mas que un animal nocturno que salía de casa, el chico cerro de nuevo y se soplo las manos para tratar de tomar el calor perdido.

-Vaya que esta haciendo frió hoy Herms, hasta neblina hay allá afuera. —dijo el hijo prodigo del mundo mágico.

Una temblorosa chica lo miro con esos preciosos ojos castaños y asintió—lo se no puedo calentarme—dijo la muchacha a pesar de que tenia un montón de chamarras y cobijas encima.

Harry le sonrió y se dio cuenta de lo linda que podía llegar a ser Hermione cuando estaba así de vulnerable ante las inclemencias del tiempo, dentro de tantas cobijas su hermosa carilla sobresalia entre la mata de pelo completamente sonrojada en las mejillas y en la punta de la nariz por el frió, entonces fue que el chico se acerco a ella y se sentó a su lado.

-Toma—Harry le dio un poco de té caliente que tenia en su termo.

-Gracias Harry pero jeje, creo que no servira de mucho ya me he tomado tres tasas y no se me quita el frió, lo siento pero parece que no estoy hecha para estos climas.

-Nadie lo esta Herms, pero bueno no te preocupes ya veremos como se te quita—musito el muchacho de forma picara, sin embargo Hermione no entendio el doble sentido y siguió como si nada.

-¿qué era lo que escuchaste allá afuera? —pregunto la castaña

-Era un buho buscando su cena.

-Ya veo, Harry ya cuanto llevamos aquí?, he perdido la cuenta.

El chico miro al cielo como tratando de hacer cuentas y empezó a contra con los dedos—mmm...mas o menos vamos a cumplir tres semana.

-Vaya no se como hemos aguantado tanto tiempo sin ver a nuestros amigos y familia.

-Talvez es porque nos tenemos el uno al otro Hermy pero jeje—Harry la empujo con su hombro de forma graciosa—no me digas que ya extrañas y no puedes vivir sin tu pelirrojo de oro.

La chica se sonrojo y miro hacía otro lado—no lo digo por Ron Harry, sabes perfectamente que no estamos en muy buenos terminos, después del berrinche que hizo cuando nos asignaron esta misión, me plantee firmemente la decisión de olvidarme de él, no puedo creer que aun no haya madurado después de todo lo que esta pasando, Ron debería de ser mas como tú Harry, valiente, serio, aguerrido, con metas y objetivos bien definidos, él sin embargo es solo un niño grande que quiere hacer lo que sea su voluntad y eso en un noviazgo no es bueno.

-De verdad crees que soy todo eso? —le pregunto el pelinegro que había aprovechado para acercarse mas a su amiga a tal grado de tenerla casi abrazada.

Entonces ella lo miro con esos ojos que lo derretían—si Harry pienso que eres eso y mas, de verdad que eres un gran chico algo testarudo y terco en ocasiones pero eres bueno...ya sabes eres Harry.

El chico le sonrió—gracias me halaga mucho que alguien como tu pueda ver eso en mi, de hecho has visto cosas que yo ni siquiera sabía que existían.

Los dos jóvenes se sentían nerviosos y algo incomodos a lado del otro, el estar lejos de la sociedad tanto tiempo, teniendose solo a ellos como compañía había forjado un lazo extraño entre los dos amigos, lazo que ninguno de los dos sabía como nombrar, amistad, hermandad, amor, deseo, no lo sabían; sin mas Hermione comenzó a tiritar otra vez.

-Hermy talvez si nos abrazamos podamos calentarnos—sugirió el ojiverde a su amiga.

Esta asintió y abrazo al pelinegro con fuerza, al momento sus cuerpos se tornaron calidos, sin embargo las cosas se calentaron mas de lo debido.

-Ahhh—grito Hermione.

-Te gusta así?—pregunto Harry.

-Mas Harry mas por favor mas—respondió la castaña con un gemido

-Oh Hermione me pones tan...¡¡¡ahhh!!

-¡HARRYYYYYY!

El mundo mágico estaba en paz después de la batalla en la que lord Voldemort y sus mortifagos habían caído, batalla que había durado un año y que hace tres o cuatro meses había terminado por fin, Harry Potter y Ginny Weasley así como Ron Weasley y Hermione Granger iban a casarse después de meses de relación, los chicos vivían por fin una vida tranquila y llena de bendiciones, todos trabajaban en lo que querían y habían encontrado el amor.

Sin embargo no todo es perfecto...

La madriguera era toda una revoltura de personas. La señora Weasley en la cocina cortando papas por aquí, vigilando el asado por allá y horneando un pastel por acullá la futura suegra de Hermione y Harry estaba haciendo un banquete, ya que esa noche los padres de Hermione, algunos de sus amigos y Harry irían a cenar para anunciar oficialmente la fecha en que las parejas contraerían nupcias, la tía Muriel, experimentaba con Hermy y con Ginny cientos de peinados para su gran día, la castaña ya estaba mas que harta, había escuchado que la tía Muriel era odiosa pero no se imaginaba que fuera a tal grado de parecerse a la profesora Umbridge.

Fred y George trataban de convencer a su padre que algunos de sus surtidos salta clases serian muy prácticos y muy populares dentro de los funcionaros del ministerio particularmente flojos.

Fleur y Bill por su parte jugueteaban en un sillón dándose besitos y haciéndose cosquillas tiernamente, esto claro, bajo la mirada amenazante de la señora Weasley, era curioso que aun se comportara así, con ellos, después de que ellos ya eran marido y mujer, Hermy se preguntaba si Molly seria igual con ella después de haberse casado con el Gryffindor.

-Lo sabrás en una semana—se dijo la castaña.

También se preguntaba y trataba de imaginarse como seria su vida al lado de Ron, siempre se la había imaginado hermosa y romántica pero sinceramente el pelirrojo no era de lo mas galante que pudiera haber y el ser tan frió no le ayudaba para nada a ser romántico.

Los nervios comenzaban a invadir su estomago, una ansiedad la asustaba a cada segundo y bajo las manos de tía Muriel que seguía empeñada en hacerle un moño que combinara con la tiara que le iba a regalar, se preguntaba si estaba preparada realmente para vivir con alguien para toda su vida y si quería casarse con Ron, dudas infundadas porque en su mente había otro chico uno que vaya que si era hermoso y de lo mas romántico, su nombre Harry Potter, la castaña se sentía fatal al recordar cada vez que podía esa noche en la que ella y el pelinegro habían estado tanto tiempo solos por una larga misión que tenían que hacer cerca del black forest, esa noche en la que se había entregado por primera vez esa noche en la que ella fue de Harry y Harry de ella.

Aun así y con esos recuerdos que la hacían sentirse nerviosa cada vez que los tenía ella estaba enamorada de Ron o al menos eso creía, ella lo quería y siempre lo había hecho, pero algo faltaba en su vida, algo que no sabia que era pero que no la dejaba en paz, algo que la hacia dudar además de los recuerdos con Harry, hace unas semanas cuando el pelirrojo le había pedido matrimonio ella se había comprado un montón de libros respectos al compromiso y a la vida de casados, entonces leyó algo que le había causado curiosidad, un libro decía que a veces las parejas tienen fantasías que deseaban cumplir antes de atarse a una persona, fantasías que debían ser cumplidas antes para así, tener un matrimonio estable.

-¿Será que tengo que cumplir mi fantasía, antes de casarme?, —se pregunto la chica, sin embargo negó internamente su cabeza, era imposible cumplir la fantasía que ella tenia, era sucia y prohibida, no, simplemente no podía.

Por otro lado en el numero doce de Grindmun Place un muchacho de cabellos negros como la noche estaba sentado en su gran sala de estar mirando un programa muggle que siempre le había gustado, Harry había logrado sacar todas las maldiciones de la familia Black, el retrato de la madre de Sirius, los sortilegios, las criaturas tenebrosas, todo, parecía que todo había sido mas fácil desde que Voldemort y Bellatrix que era la que seguía en la descendencia habían muerto, ya no había nadie que se atreviera a decir que era mortifago o descendiente de los Black.

-Señor Harry Potter, ¿quiere más jugo de calabaza?

Una criaturita algo mugrosa con ojos como pelotas de tenis y nariz de lápiz, que ese momento llevaba una jarra en la cabeza llena de líquido naranja le hablo a Harry.

-Dobby, me has asustado estaba...mmm...pensando.

-No me diga que el señor aun sigue pensando en la señorita Granger.

-¡Dobby!, no digas eso de nuevo, prometiste no mencionarlo.

El elfo corrió contra la pared y comenzó a darse de golpes en una pared llena de fotografías de los padres de Harry y los merodeadores.

-¡lo siento amo, es...que...Dobby...aun..auch...no...se auch...acostumbra a tener...auch...un nuevo amo...! —chillo el elfo mientras Harry se acercaba a el y lo alejaba de la pared.

-Descuida Dobby, pero tú has sido el que quiso servirme, yo en ningún momento quisiera esclavizarte.

-Dobby lo sabe señor Harry Potter, pero es que la ilusión de Dobby siempre ha sido servirle a usted señor, el señor Harry Potter es el mejor mago del mundo pero no solo por su fuerza y su habilidad con la varita sino no por su gran corazón, muchos elfos habían hablado en las cocinas del colegio de querer ofrecerle sus servicios pero Dobby fue mas listo y se lo pidió primero.

Harry sonrió ante las palabras de la criatura.

-Gracias, pero entonces por favor no menciones lo de Hermione al menos no cuando haya gente aquí en la casa, lo que menos quiero es que Ginny me odie y ya no se quiera casar con migo.

-Usted la ama ¿no es así?

-Si y me siento fatal al pensar en Hermy.

-La señorita Granger es muy hermosa por dentro y por afuera, Dobby no lo culpa señor, aun así creo que debería hablar con ella señor.

-Si, talvez lo haga hoy, pero...mmm...no lo se.

El pelinegro se dejo caer en el sofá y sintió como su cuerpo se hundía entre los cojines, quería desaparecer, estaba cansado la batalla con Voldemort solo llevaba tres meses y medio de haber terminado y el mundo mágico y muggle se recuperaba ya casi por completo, pero el no, no tenia ganas de nada, su trabajo como auror le satisfacía y mas al estarlo haciendo junto a su mejor amigo y junto a sus compañeros de Hogwarts que habían obtenidos los puestos casi de inmediato al haber peleado en la gran batalla, Dean y Parvati eran algunos de ellos al igual que Seamus y Fred que lo hacia medio tiempo para también ayudar en sortilegios Weasley, pero con todo eso aun así algo en su cuerpo se sentía vació y solo se sentía lleno a lado de las dos mujeres que mas quería, una, Ginevra Weasley esa niña tan especial que siempre había estado con él y aunque al principio cuando era solo un jovencito tonto e inmaduro la había rechazado ya que no se había dado cuenta de que ella siempre había sido la correcta y la otra era Hermione, su mejor amiga, su mano derecha , su confidente, su primer amante, no podía olvidarla, pero debía hacerlo, ella y su mejor amigo se iban a casar a la par de Ginny y él, sin embargo había algo que necesitaba hacer, tenia que decirle aquello que se habían prometido hace meses, talvez ella lo abofetearía o le dejaría de hablar pero el decírselo y saber que existía la posibilidad de que ella aceptara su petición lo hacia sentirse un poco mejor.

Los minutos pasaban y Harry seguía pensando en la Gryffindor de los ojos castaños, se estaba quedando profundamente dormido cuando, sintió una respiración cerca de su rostro, por alguna razón creyó que era Hermione diciéndole que aceptaba a su petición, el chico abrió los ojos esperanzado pero para su mala suerte una vez mas Dobby estaba enfrente de el.

-¿qué pasa ahora?

-El señor Weasley, ha venido a verlo, ¿quiere saber si puede pasar?

-¿El señor Weasley? ¿cuál de todos, papa, Fred, George, Bill, Charly, Percy o Ron?

-El joven Ron amo.

El estomago se le encogió a Harry se sentía asqueroso, ya que unos segundos atrás estaba pensando en la próxima esposa de su mejor amigo, creía que no podría mirar a los ojos a Ron. Sin embargo el no dejarlo entrar, seria aun mas descortés.

-¿qué pase?

El elfo desapareció con un clack y se escucho el ya monótono tintineo de las miles de cerraduras que tenia su casa.

-Pase señor Weasley, el amo lo espera en el salón.

-Jejeje, gracias Dobby, dime ¿cómo estas?

-Muy bien joven Ron, gracias ¿y usted?

-Fantástico, quien lo diría voy a casarme con Hermione.

El elfo se rió de forma nerviosa.

-Hola Harry—saludo el pelirrojo abrazando a su amigo.

-Hola, que gusto que estés aquí, toma asiento por favor.

Ron se sentó y miro alrededor—Vaya Harry cada vez que vengo este lugar esta mas limpio y mas lleno de cosas raras—el chico señalaba la televisión de plasma que Harry estaba viendo.

-jejeje, son cosas muggles, los Dursley nunca me dejaron tener nada, es justo que me consienta y en cuanto a la limpieza es gracias a Dobby, pero dime Ron ¿en que te puedo ayudar?

El pelirrojo seguía mirando la casa y en cada rincón en los que se postraban sus ojos asentía y sonreía.

-Ginny será muy feliz en esta casa.

-Si eso creo, ¿cómo vas tu con tu casa?

-Muy bien, en definitivo el sueldo de auror es buenísimo, ya conseguí una cerca de aquí, vengo justamente de ahí, es la que mansión que esta enfrente de la terraza que tienes atrás Harry, creo que Hermione la adorara, este lugar parece bastante muggle y nada mejor que vivir cerca de los amigos ¿no crees?, además si un día Hermione quiere golperme saltare a tu casa por medio del balcon, eso si que será util jeje.

-Claro—susurro el pelinegro casi sin mover la boca y miando al vació, estaba feliz por eso, pero a la vez nervioso de ser vecino de la castaña y en cualquier momento caer en la tentación

Ron miro la cara que se cargaba Harry—¿qué pasa hermano, depresión pre-boda?

El niño que vivió sonrió—algo así—no se atrevía a decir que estaba dudando en casarse con su hermana, Ron lo asesinaría y luego lo reviviría para que los dragones se lo comieran vivo.

-Descuida se ira en cuanto veas a Ginny.

-porque lo dices tan seguro.

El pelirrojo sonrió—jejeje es que a mi también me entro la depresión hasta me dieron ganas de ser un novio fugitivo y escapar del gran día—ron se enrojeció de vergüenza—pero sabes cuando vi a Hermione, todo paso a segundo termino y me di cuenta de que esta decisión es la mas adecuada que he tomado en mi vida, cada vez que la veo, me siento en otro mundo y deseo amarla y protegerla para toda la eternidad.

-Vaya Ron, deberías escucharte, eres tan cursi, pareces una mujer enamorada—se mofo el pelinegro

-¡HARRY!

-jejeje, no ya en serio, es genial que pienses eso de Hermy, espero que me pase lo mismo con Ginny.

-ya veras que si y si no resulta, pues siempre te queda la opción de decir que no, aunque tendrías que escapar de una turba de pelirrojos con instinto asesino, mira que mi familia reunida es mas peligrosa que Voldemort.

Los chicos rieron pero Harry se sino nervioso a la vez.

-ahora después de tanto cotilleo ¿ya estas listo?

-¿listo, para que?

-Harry, te mande una lechuza en la mañana diciéndote que pasaría por ti para irnos a la madriguera juntos.

-ah, lo siento es que mira mi correo—el chico señalo una caja donde Dobby le dejaba el correo, el recipiente estaba lleno hasta el tope de cartas de sus admiradores y de felicitaciones por haber terminado con el régimen de Voldemort.

-Perdón, últimamente solo recibo cosas sin importancia, no es que sea engreído pero después de una semana y media de leer lo mismo todos los días te cansa.

-Te entiendo a mi casa también llegan cartas, no tantas como a ti claro, pero en fin, deberías de decirle a Dobby que las clasifique, para que sepas cual correo es el importante.

-si, se lo mencionare, pero bueno entonces vamos, no perdamos el tiempo.

-Mmm..cof..cof—tosió Ron señalando a Harry—¿estas seguro que quieres irte así? —pregunto el muchacho.

Harry se miro y se horrorizo al percatarse de que estaba en pijama—jejeje lo siento Ron, vuelvo en menos de lo que dices quidditch.

El elegido subió rápido a la vieja habitación de Sirius la cual había adoptado como la suya se metió rápido a bañar y se vistió de forma mas adecuada para una cena de compromiso.

La casa de la familia Weasley lucia radiantemente hermosa, desde que el señor Weasley había sido ascendido al departamento de aurores, su casa había aumentado de habitaciones así como de pisos y decoración, ahora las cenas grandes no se tenían que hacer en el jardín como era costumbre sino que ahora se celebrarían en un gran salón, tapizado en madera con una gran alfombra roja que hacia referencia a la tradición de Grydffindor, la cristalería ya estaba puesta al igual que la bajilla de oro, cerca del salón en la sala de estar ya se escuchaba movimiento.

Hermione tenia un nudo en la garganta estaba nerviosa y ese era el ultimo momento para decidirse el casarse con Ron o no, ella lo amaba de eso no había duda alguna y lo aceptaba como era, pero le daba demasiado miedo el que a la larga la relación no funcionara y se perdiera el amor tan puro y extraño que tenían.

Un suspiro invadió la habitación que había sido acondicionada para ella, su reflejo en el espejo le devolvia una triste mirada que no sabia como interpretar.

Alguien toco a la puerta.

-Si.

-Querida tus padres ya llegaron, date prisa.

-Gracias señora Weasley.

La castaña suspiro de nuevo y se puso el vestido azul que había comprado para la ocac¡on, en cuanto se lo puso este se le ciño de forma excitante al curvilíneo y casi perfecto cuerpo, un collar de zafiros iluminaba su largo cuello y su cabello caía sobre su espalda dándole suaves masajes al caminar, sus labios rosados y sus pestañas ennegrecidas por la mascara completaban el cuadro, pero faltaba el toque final.

Ahí estaba ese el que podía ser el objeto de su felicidad o de su prisión, el anillo de compromiso que le había dado Ron, Hermy se acerco a la mesita y abrió el estuche, el anillo le saludo encegueciéndola un poco con su brillo.

Lo puso en su dedo y sonrió, el diamante era muy bello y después de todo no se veía tan mal en su mano, Hermy sabia muy bien de donde había salido ese anillo, Ginny le había contado que Ron había ahorrado desde séptimo año cuando se habían hecho novios esperanzado en pedirle alguna vez que se casara con él, había puesto todo su amor y compromiso en comprárselo y había gastado todo su primer sueldo como auror, para liquidar la deuda.

-Eres tan especial, Ron Weasley—se dijo la chica.

Hermione Salio de la habitación y se encontró con un pelinegro que conocía bien.

La chica sonrió y se abalanzo hacia los fuertes brazos de su amigo.

-Hola—le susurro esta en el oído haciendo que Harry se excitara, el bello y ceñido vestido que esa noche llevaba la chica no le dejaba nada a la imaginación, se vía singularmente preciosa.

-Hola Herms, te ves...hermosísima.

-Gracias tú también te ves muy guapo, mírate, hasta me da envidia Ginny.

Harry enrojeció, no era para tanto solo se había puesto un traje muggle color azul marino que le había regalado Lupin con una corbata roja.

-Envidia debería de tenerle yo a Ron, al tener el, una novia tan hermosa e inteligente.

Ahora fue Hermy la que se sonrojo.

-Eres muy dulce Harry, ¿quieres pasar antes de cenar? —la chica señalo la puerta de su habitación.

El niño Gryffindor trago saliva, el solo había subido a lavarse las manos y ahora el destino le brindaba la oportunidad de estar a solas con Hermione.

-Mmm...claro.

La puerta se cerro detrás de ellos y Hermione la cerro con seguro mientras se sentaba en la cama y miraba hacia los rosales de la señora Weasley.

-¿cómo estas Harry?

-Sobrevivo ¿y tu?

-También.

-Si alguien nos escuchara, creería que no queremos casarnos.

La castaña se volvió hacia Harry—¿y queremos?

-Porque me preguntas eso Hermy.

Una lagrima corrió por la mejilla de la castaña—perdóname Harry, pero es que he estado algo sentimental.

Él se acerco a ella y beso su húmeda mejilla, mientras le acariciaba el rostro con una mano y entrelazaba la otra con la mano de su amiga, poniendolos en una situación bastante comprometedora.

-Descuida yo no estoy muy bien que digamos también, no dudo amar a Ginny...

-Ni yo a Ron—lo interrumpió la gatita de Gryffindor, aferrandose a la idea de que ella y Ron tenían que estar juntos aun si ella no lo quisiera.

-Lo se, lo se, pero bueno creo que esto es normal, no creo que las personas que van a casarse la mayoría del tiempo estén segurísimas de que quieren hacerlo, supongo que en cualquier momento deben dudar, talvez nosotros estamos en esa fase

-Si talvez, pero, sinceramente no e visto que Ginny o Ron hayan sufrido esta fase de miedo y nervios.

-Mmm...en cuanto a Ginny no lo se, pero te aseguro que Ron ya la supero, hoy me contó que hace unos días tenia depresión pre boda pero que al verte la dejo atrás.

-Ya veo, por eso el otro día me llevo a cenar y me dijo que no había nadie mas importante que yo para el y que lo mejor que había echo en su vida era haber elegido casarse con migo.

-Exacto, espero que al ver a Ginny ocurra lo mismo con migo, no quiero decepcionarla.

-Jejeje, no lo harás, eres un gran chico—le susurro Hermy mientras le acariciaba la mejilla, entonces Harry atrapo su delicada mano adornada por el anillo de compromiso y la entrelazo con la de el.

-¿y que pasaría si no?, dime Hermy, que voy a hacer si esto que siento, esta inseguridad, estos nervios no se van y cada vez que te vea se intensifiquen cada vez mas, yo...yo...no te puedo olvidar Hermione, esa misión, esa noche hace unas semanas que nos encontramos en el parque, no puedo olvidarlas.

Ella se sonrojo y miro hacía otro lado, ella tampoco podía olvidarlo y no sabía si quería hacerlo, pero era imposible que Harry y ella tuvieran algo a esas alturas, iban a casarse en una semana y ese día era su cena de compromiso ante sus familias y amigos, no por mas que lo deseara no podía estar con Harry no podía-

-Se que tu tampoco lo has hecho Mione, lo veo en tus ojos—le susurro el ojiverde con un susurro en la oreja mientras se la mordía

La chica gimió y Harry se éxito al oír salir ese sonido que tanto placer le había producido aquellas noches entonces la miro y abrazo su fina mano mas fuerte con la suya, se le acerco mas y mas y la tomo por la cintura.

Estuvieron unos diez segundos así, el alboroto seguía su rumbo abajo sin imaginarse que arriba el novio y la novia pero de diferentes parejas estaban en una situación que quien los viera pensaría que seria comprometedora.

Sus miradas no flaqueaban entre si, Hermione se reflejaba en los ojos esmeralda de Harry y él en los castaños de ella. Sus corazones latían al son de su respiración agitada y sin mas, sin previo aviso los dos se acercaron a los labios del otro como si fueran una fruta prohibida y exquisitamente deliciosa.

Sus labios se saboreaban con lujuria y sus lenguas yacían tímidas en el interior de su boca esperando el momento adecuado para florecer y así poder probar la exquisita saliva del otro.

La manos de Harry apremiaban la cintura de Hermione y ella se retorcía con cada suspiro.

Algo había en ese exquisito y apasionado beso que los hacia sentirse vivos y llenos, talvez era el lugar y lo peligroso que era su encuentro o las ganas de probarse el uno al otro, no lo sabían y no les importaba, solo querían sentir y apagar esas ganas, esa excitación, esa tristeza y esa lujuria que acogía sus cuerpos,

La lengua de Harry fue la primera en salir curiosa de su boca probando a Hermione, cada centímetro, cada poro, su lengua jugueteaba ahora no solo por su boca sino también por su exquisito y perfumado cuello.

Hermione gemía, pero reprimía los sonidos por miedo a ser escuchada.

De un modo u otro llegaron hasta la cama y se tiraron sin penas en ella.

Las manos de Harry la frotaban con salvajismo por encima del vestido metiendo traviesamente una mano cerca de su intimidad.

Pasando sus dedos y su mano por las bragas de la chica que se estaban poniendo húmedas por el masaje que el chico le estaba dando sobre ellas

-Ahh...Harry..ahhh...no...por favor ahh—suplicaba la chica entre el miedo y el placer que le daba el pelinegro.

De pronto Harry paro en seco, no era el momento, no era el lugar, no podía hacerle el amor a Hermione en la casa de sus suegros.

-Lo siento, lo siento—se disculpo el chico levantándose de la cama y tratando de bajar su erección sin que Hermione se diera cuenta de lo que había provocado.

-No discúlpame tu Harry soy una...

El chico corrió hacia Hermy, la abrazo y le puso un dedo en la boca—tu no eres nada de lo que estas pensando, solo creo que ahora sabemos que tu y yo tenemos que aclarar esto que tenemos antes de que nos atemos a otra persona.

-si, y vaya que lo creo, pero me siento avergonzada, en una semana nos casaremos.

-Lo se Hermione, pero aun somos libres de cumplir nuestros deseos y fantasías, podemos hacer que nuestra semana sea la mejor y la mas larga del año para así, poder entregarnos en cuerpo y en alma a nuestras parejas.

-Pero...eso es tan feo.

-nada de eso, ¿qué prefrieres Hermione?, casarte con Ron sabiendo que me deseas y que en cualquier momento puedes serle infiel con migo o cumplir nuestros deseos antes ya así poder casarnos ya sin tener nada que cumplir

-Bueno ahora que lo pones así.

-Te deseo Hermione, no sabes cuanto quisiera tenerte en este momento y hacerte mía y hacerte gritar mi nombre.

-Yo... —la chica no lo había dicho pero sentía lo mismo. —¿entonces que haremos? —pregunto la chica sonrojada por lo que había preguntado.

-Hay que pensarlo esta noche ¿te parece?

-Si. Pero...

-¿qué pasa hermosa? —Harry se acerco a su amiga y la tomo por la cintura.

-Prométeme algo.

-Lo que quieras.

-Prométeme que no dejaras a Ginny, porque te juro que hagamos lo que hagamos yo no dejare a Ron ya que lo que tu y yo haremos será mas que nada excitado por el deseo y la carne.

El pelinegro sonrió y se puso la mano en el corazón—te lo prometo, yo también no quiero dejar a Ginny. Pero debo de darme cuenta si a ti también te amo o no.

-¡Pero Harry! ¿qué es lo que dices?, no puedes amarme a mi. —grito la chica con cara de miedo, ya que muy dentro de ella la razón por la que había aceptado a cumplir sus deseos con Harry era la misma que la de él, ella tampoco sabia si amaba a Harry tanto como amaba a Ron.

-te lo digo porque lo siento y no quiero lastimar a nadie a largo plazo mas vale que me de cuenta ahora si te amo o no porque cuando este casado y ya no pueda hacer nada.

-Esta bien Harry, creo... —Hermy se quedo callada un segundo—creo que es lo mejor.

-Ya veras que todo saldrá bien, además no debes de temer nada tanto tu como yo sabemos que nuestra atracción es mas sexual que otra cosa, siento oirme mal educado pero tu Hermione eres mi fantasía tengo la certeza de que si no te tengo pronto no podré casarme con Ginny, no solo quiero estar contigo en la intimidad sino que quiero que me escuches que vayamos a pasear que nos quedemos dormidos viendo una película, tal y como lo haciamos cuando estuvimos en esa misión, créeme Mione si no estoy con tigo no sabré en realidad que es lo que quiero

-Harry.

Los chicos se besaron de forma tierna, sus labios una vez mas estaban juntos, sus movimientos eran sutiles y se intensificaban en cada suspiro, los labios de Hermione eran embriagantes tan deliciosos como los de Ginny pero de alguna forma diferentes.

-¡HARRY, HERMIONE! —grito la señora Weasley.

-ahhhh—soltó un gritillo la castaña al escuchar la voz de su suegra clamando su nombre.

La puerta se había abierto de golpe, sin dejarle oportunidad a Hermione de separase de los labios de Harry, al menos eso creía ella, ya que podía sentir el aroma de Harry cerca de ella, la chica se había quedado atónita y mirando hacia enfrente.

-Harry, cariño, estas aquí, ohh precioso estas tan flacucho, ese Dobby no te alimenta bien, pero descuida cuando seas miembro de la familia yo si que lo haré, pero... —la señora Weasley se había percatado de que Harry estaba abrazando a Hermione, la cabeza de la chica estaba de lleno recostada en el hombro de Harry con una mirada perdida. —pero querida, ¿qué es lo que te pasa estas bien? —pregunto la madre de Ron.

Hermy reacciono y se dio cuenta de que no estaba pegada a la boca del niño que vivió sino que lo que sentía en sus labios era el traje de Harry y el aroma que percibía venia de su cuello del que estaba muy cerca. Ella lo abrazo mas y cerro los ojos, no podía mirar a la señora Weasley, no después de haber jugueteado en su casa con alguien que no era su hijo.

-¿querida, quieres que llame a Ron?

Hermy se pego mas a Harry y sus uñas se encajaban a su cintura.

-Descuide señora Weasley ella solo esta... —Harry froto la cabeza de la chica—ella esta nerviosa por la... boda, ya sabe cosas de mujeres—musito el chico esperando que la señora Weasley se tragara el cuento.

Gruesas gotas inundaron los ojos de la señora Weasley—Ohh, Hermione, es tan hermoso que estés nerviosa, me recuerdas a mi antes de mi boda, jejeje hasta un día de tan nerviosa que estaba se me metió en la cabeza el no casarme con Arthur, ohh Hermy.

La mujer se acerco a la castaña y la beso en la cabeza—los dejo para que la tranquilices Harry, pero no tarden mucho ya solo faltan ustedes y algunos invitados mas.

-Descuide, ya bajamos.

La puerta se cerró.

-¿estas bien? —susurro el moreno en el oído de Hermione.

-Casi muero cuando la escuche gritar, creí que nos vería.

-Si, pero fui mas rápido que ella.

-Gracias.

-De nada, ahora vamos, nos esperan—El chico tomo de la mano a Hermione pero ésta no se movía.

-Harry.

-¿si, que ocurre?

-Pase lo que pase estarás con migo ¿verdad?

-Tu siempre has estado con migo ¿no es así?

-Eso creo, pero..

El chico le puso un dedo en la boca—shhhhshh, no digas nada preciosa, yo siempre estaré con tigo pase

lo pase, piensa en que esto es solo un deseo, un desliz, una fantasía

Hola chicos y chicos, espero que este cap les haya gustado, ojala que si y si les gusto o no por favor me gustaría saberlo, así que les pido que me dejen su opinión y así saber si les gusta el fic o no.

Please sean honestos y díganme su opinión subiré el prox cap rápido si les ha gustado, los quiero y espero que me apoyen bye bye besos.

Hermychii