CAPITULO 1: Encuentros

Era una mañana lluviosa en Hamburgo, Alemania. La gente caminaba con sus paraguas rumbo a sus ocupaciones diarias mientras que un joven rubio y de ojos azules salía apresurado de su habitación, se le hacia tarde para llegar a clase y seguramente Otto estaría desesperado, tomo sus libros y salió corriendo a la calle, la lluvia que caía en su rostro le impedía ver bien lo que ocurría a su alrededor  así que el se limitaba a esquivar a las personas que venían en dirección contraria.

Ese joven era Karl Heinz Schneider, gran jugador de la selección alemana y también conocido como el kaiser,  papel que se tomaba muy en serio frente a sus amigos que asumían el papel de los ministros, el era un joven muy alegre  y algo travieso, todos habían escuchado de el kaiser y su "pandilla", pero para desgracia de todos el kaiser estaba de un pésimo humor esa mañana, no le gustaban los días lluviosos y menos cuando tenia un parcial que presentar en física, eso era como para poner de mal humor a cualquiera y el kaiser no era la excepción.

Estaba tan ocupado por llegar a tiempo a clases que no se fijo en el grupo de chicas que venían frente a el y como era de suponerse termino en el suelo al igual que dos de ellas.

"QUE NO SABES POR DONDE CAMINAS O QUE????!!"- gritó una joven de cabello negro y ojos grises

"no seas escandalosa, fue un accidente"- el kaiser se levanto sin fijar su  vista en las chicas y sacudió su abrigo ahora cubierto completamente de lodo.

"ERES UN TONTO!!! MIRA COMO DEJASTE A MIS AMIGAS!!" - La chica siguió gritando completamente histérica lo que acabo con la poco paciencia de Karl.

"NO ES MI CULPA QUE NO SE HAYAN FIJADO QUE VENIA CORRIENDO!"- Karl estaba realmente molesto con la chica que levanto el rostro y se quedo viéndola fijamente, la chica no era gran cosa en realidad se vestía como hombre lo que le restaba belleza, seguramente debería verse muy hermosa si se arreglara pero eso era lo que menos le interesaba a Karl en ese momento. Ahora ya era muy tarde para llegar al examen y solo se ganaría un castigo si iba; mas tarde lo "arreglaría" con la profesora, el pensar en que tendría que prácticamente rogarle a la profesora lo ponía furioso contra la chica esa que seguía frente a el completamente furiosa, fue entonces que se fijo en las dos chicas que seguían en el suelo y se le ocurrió la manera perfecta de vengarse de ella.

"Oh lo siento señoritas, permítanme ayudarlas a ponerse de pie"- Karl les tendió la mano a las chicas al mismo tiempo que les dedicaba una sonrisa.

Las chicas no tardaron en aceptar la ayuda de Karl y todas las chicas que eran aproximadamente 15, rodearon a Karl y se ofrecían a ayudarlo con su abrigo.

"permite que te ayudemos Karl, nuestra casa esta muy cerca de aquí y no puedes ir a la escuela así"- le decía la chica pelirroja que miraba con ojos de cordero a medio morir a Karl, lo que le causo a este mucha gracia sobretodo al ver la cara de ira de la "marimacho" como le había bautizado a la joven de cabello oscuro.

"no puede ir, Niza. Sabes que tenemos entrenamiento en un rato"- Interrumpió la "marimacho"

"pero Freya no seas así, no vas a mandar a este amable joven mojándose así"-  Niza (la pelirroja) voltea a ver a Karl mientras le guiña el ojo.

"oye Karl, tu rostro se me hace conocido"- intervino una tercera joven de nombre Jezz, su cabello rubio corto hacia resaltar sus ojos verde agua -"estoy segura que te he visto en algún lugar"

"tal vez en alguna revista aunque dudo que leas esa clase de revistas"- le sonrió Karl al mismo tiempo que le sonreía pícaramente, lo que hizo que Jezz se sonrojara.

"bueno Karl, será mejor que te llevemos a casa, no queremos que cojas un resfriado"- le decía Niza mientras jalaba a Karl del brazo para desesperación de Freya.

"ahora lo recuerdo!!!! Eres karl Hans Schneider!!!"- grito una chica pequeña de lentes y cabello negro, lo que hizo que todas voltearan a ver a Karl completamente sorprendidas.

"estas en lo correcto"- Karl sonrió con orgullo, complacido de que su nombre fuera conocido, después de todo el era el kaiser y no esperaba menos -"pero tu como lo sabes?"- el kaiser miraba a Hilda interrogante.

"pues lo leí en una revista que me presto el entrenador, soy tu admiradora"_ Hilda lo miro completamente roja mientras que todas las presentes a excepción de Vanesa la miraban rabiosas de que el kaiser  estuviera interesado en la insignificante Hilda.

"entonces te gusta el fútbol?"- preguntó él interesado

"si! En realidad nosotras somos la selección femenil de Alemania"- Hilda le sonrió orgullosa a Karl quien no pudo disimular su sorpresa.

"vaya! Eso es...genial"- balbuceó Karl

"KAAAARRRLLLL!!!"- se escuchó gritar a un hombre

"otto?"- preguntó el kaiser extrañado

"donde te metiste?"- Otto llegaba bastante agitado y se detuvo a tomar aire mientras que todas las jovenes presentes lo miraban con cara de pocos amigos.

"tenemos que irnos Karl"- comenzó a decir Otto

"que no tenias examen?"- volvió a preguntar Karl

"si y tu también, la profesora parecía molesta, te quiere en su oficina mañana a primera hora"- respondió Otto

"demonios! Si tendré mala suerte"- maldijo el kaiser fastidiado

"mejor vamonos que quedamos con los demás en los cuatro músicos y medio"- agregó Otto

"si vamonos"- Karl volteo a ver a las chicas y se disculpo - "lo siento chicas, tengo que irme, hasta luego"

"si Karl, hasta pronto"- dijeron al unísono

Las chicas vieron a Karl y a otto alejarse mientras que suspiraban tras de el kaiser, sin duda alguna era un joven muy atractivo y era el mejor jugador de toda Alemania, el seria un buen partido para cualquiera de ellas. Freya caminaba renegando para sus adentros, porque tenían que encontrarse con el kaiser??! Justo el único tipo que podría arruinarles la oportunidad de ir al campeonato mundial femenil.

Pero las otras chicas no estaban de acuerdo con ella, después de todo eran las mejores jugadoras de fútbol femenil en Europa y según el rumor, solo una chica que venciera al kaiser en un partido de fútbol podría exigir salir con él y sin duda alguna una de ellas lo obtendría...