Nota del autor: Todos los personajes de Inuyasha, incluido el sexy y misterioso Sesshoumaru y la tierna Rin; son propiedad de la genial y talentosa Rumiko Takahashi.

La inspiración para este universo alterno me vino al ver el capitulo donde Rin esta cantando sentada sobre una piedra esperandoa su Amo. Ojalá les guste.

Los pensamientos van entre (-) diálogos entre "/"

Si han leído mis otros fics reconocerán a Kai como el hermano y a Sokoe como la ex.

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Capitulo 1

Osaka

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Sesshoumaru escuchaba a medias la conversación en su mesa, estaba con un grupo de asociados y conocidos entre los cuales estaba su atractiva acompañante, una mujer hermosa y sexy, de cabello castaño mirada seductora y acostumbrada a que los hombres la llenaran de halagos y mimos. A su lado también estaba su gran amigo y socio Kurai.

El restaurante estaba decorado con un gusto impecable y refinado, donde se respiraba un ambiente muy placentero y relajado. Estaban ahí celebrando el fin de un sin fin de reuniones que habían tenido durante la semana, era su visita de rigor para supervisar la subsidiaria de su compañía en Osaka, el resto del año él vivía en Tokio.

Mientras todos parecían divertirse él se sentía cansado, pero al probar un poco de su bebida sintió que podía relajarse y decidió disfrutar la velada. El destino sin embargo, se confabulaba en su contra para que pudiera encontrar la felicidad que sin saberlo anhelaba.

Sesshoumaru se concentraba en su trabajo y su vida amorosa estaba reducida a salidas esporádicas con mujeres hermosas que no lograban despertar su interés. Había perdido la ilusión de encontrar el amor, cuando su matrimonio perfecto se había venido abajo por diferencias irreconciliables entre él y Sokoe.

Sabía que la gente lo consideraba frío y despiadado y no tenía interés de que el mundo supiera que a 35 años deseaba enamorarse y formar una familia estable. Esa realidad se la guardaba para si mismo y aunque podía confiar en Kurai, nunca se lo había confesado abiertamente. Aunque no había necesidad, porque estaba convencido que su amigo lo conocía tan bien, que leía sus pensamientos y sabía lo que ensombrecía su vida.

Con un suspiro mental de resignación, Sesshoumaru dio un sorbo a su trago y distraído miro hacia la entrada del restaurante y la vio. En ese instante sintió una algo diferente que revolvía sus entrañas como nunca antes.

En ese momento fue como un espejismo del que no pudo apartar sus ojos, aquella mujer lucía tan diferente y única, no solo por su belleza sino por la felicidad que irradiaba. A Sesshoumaru le llamó la atención la flor que llevaba detrás de oreja, una flor silvestre de color rojo que contrastaba con su melena azabache.

Sesshoumaru se alegró de ver como el gerente del restaurante conducía a la recién llegada hasta una mesa muy cerca de la suya. Disimulando un poco, se puso a detallarla. Vestía de una forma elegante pero muy casual, camisa de seda blanca con un pantalón negro hasta abajo que solo dejaba asomar la punta de un zapato de gamuza negro, la cartera y faja de cuero eran color rojo opaco. Como única joya llevaba una cadena de oro de la que colgaba un corazón.

La vio sentarse completamente ajena a su insistente mirada, el cabello suelto le caía sobre la espalda y hombros en suaves ondas, dándole un aspecto como recién levantada que a Sesshoumaru le pareció hermoso y seductor. Movido por su curiosidad, estaba a punto de levantarse y preguntarle al gerente quien era ella, pero la voz de uno de sus acompañantes, que le preguntaba algo, le recordó que no estaba solo.

(Rayos!...)

Después que respondió a la pregunta de si le gustaba Osaka, Sesshoumaru refunfuño mentalmente y apretó el vaso entre sus dedos. Al notar que Sesshoumaru parecía desconectado, su acompañante llamó su atención sujetándolo por la barbilla con suavidad.

"Hola! Tierra a Sesshoumaru, no me digas que estas aburrido? Si quieres podemos ir a un lugar más privado…"

Sesshoumaru sonrió ante la tentadora proposición, probablemente en otra ocasión no hubiera dudado en llevarla a su habitación de hotel, pero ya no deseaba tener relaciones sin sentido y pasajeras porque solo le recordaban su fracaso matrimonial.

Devorado por sus pensamientos y como todo un caballero, Sesshoumaru declinó la invitación de su amiga y le pidió que se quedaran un poco más para comer postre y seguir conversando. Un tanto desilusionada, la mujer sonrió y se dio cuenta que a pesar de que tenían tiempo de conocerse, Sesshoumaru no tenía el mismo interés que ella en él.

"Como quieras, si cambias de opinión me avisas!"

Obviando la indirecta Sesshoumaru la miró a los ojos y dijo que así lo haría, luego fingió interés en la conversación. Una vez que su amiga se distrajo, se dio cuenta que Kurai lo miraba con una sonrisa burlona sin haber perdido un instante de su intercambio.

Entre ellos había tanta confianza que Sesshoumaru torció la boca en una media sonrisa y le hizo un gesto para que viera a la mujer de la flor, Kurai se quedó boquiabierto y se rió entre dientes.

(Apuesto que otra vez está pensando en lo de tener una familia…yo extraño a mi Juni, esa mujer de la otra mesa…parece que lo dejo sin aliento, es muy hermosa…)

………………

Rin hojeaba el menú ensimismada, le encantaba aquel restaurante porque además de servir exquisita comida, era uno de sus mejores clientes. Su floristería era su realización personal y profesional. La había abierto con la ayuda de su hermano y ahora era una empresa que daba excelentes dividendos. A pesar de estar dedicada en cuerpo y alma a su negocio, siempre sacaba el tiempo para verse con sus amigos.

Era jueves y Kohaku la había llamado al medio día para que fueran a cenar, eran buenos amigos desde la universidad y disfrutaban mucho de la mutua compañía. Sin embargo, el interés de Kohaku en su socia y amiga, era una razón más que los unía. Consumida en el menú no se dio cuenta que la observaban y menos de la llegada de su amigo, que la miraba sonriente mientras se quitaba el saco, para ponerlo en el respaldar de la silla.

"Hola!"

"Hola pensé que ibas a tardar más…Chiki llegará en cualquier momento!"

"…ahh jejeje!"

Kohaku apenas si contuvo su felicidad al escucharla, estaba entusiasmado con su incipiente relación con Chiharu y eso no le pasaba desde que su novia de toda la vida, Kana, lo dejara por otro hombre. El desengaño con ella había sido amargo, pero ahora con Chiki se sentía emocionado y feliz.

Al poco tiempo de estar conversando Chiki llegó y los tres disfrutaron de una agradable cena sin percatarse que eran observados. Al ver como sus amigos se miraban insistentemente a los ojos, Rin se sintió feliz porque hacían una pareja súper tierna. Ella no tenía novio pero estaba contenta porque tenía su floristería, a su hermano cerca y contaba con buenos amigos como Kohaku y Chiki.

………………………

Sesshoumaru se pasó toda la noche desviando la mirada para contemplar a hurtadillas a Rin, lo hizo con tacto para que su amiga no lo notara y eso dio resultado porque la mujer estuvo súper distraída conversando con todos. El único que sabía del interés de Sesshoumaru por la mujer de cabello de sirena fue Kurai.

Kurai podría haber pasado como hermano de Sesshoumaru más fácil que el mismo Inuyasha. Era alto, fornido, rubio y bien vestido. Era dueño de una personalidad irresistible y una contagiosa sonrisa que hacía juego con sus ojos castaños. Como a Sesshoumaru, lo asediaban las mujeres hermosas aunque él solo tenía ojos para su esposa Juni, una mujer de ojos azules y melena ébano 9 años menor que él.

Kurai no se cansaba de repetir que tener una esposa tan joven era una bendición y un aliciente para mantenerse joven y moderno. La verdad era que, sin importar la edad él amaba a Juni con locura, porque ella era su mujer ideal y se dedicaba a quererlo en cuerpo y alma.

Sesshoumaru sabía eso, pero le parecía que la diferencia de edades era demasiada. Kurai siempre se burlaba diciéndole que mejor no se llenara la boca con palabras porque en la de menos, encontraba el amor de su vida con alguna 'pequeña'.

Kurai y Sesshoumaru habían sido compañeros del colegio y la universidad, trabajar juntos era solo una transición natural y sin complicaciones acogida de buen tono por Inuyasha. Estaban en Osaka por negocios y principalmente para ver a su ex-compañero y amigo Kai, que los había invitado a pasar el fin de semana en su casa con toda su familia.

Su amigo Kai Asakura vivía en Osaka y había optado por el negocio de bienes raíces creando una empresa próspera y muy lucrativa. Tanto Kurai como Sesshoumaru estaban entusiasmados con la idea de aquel reencuentro. Para Sesshoumaru despertaba el recuerdo de una ternura sin igual que había olvidado casi por completo.

Había visto a la pequeña por primera vez cuando ella tenía solo 4 años y él 14, extrañamente, recordaba aquel día más vividamente que muchos otros de toda su vida.

Había sido un día cualquiera, un martes, en que Kai lo invitó a su casa después de clases, a partir de ese día Kai y Sesshoumaru se hicieron inseparables. Dos semanas después, cuando Kurai llegó de otra escuela, el trío de amigos se completo instantáneamente.

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Recuerdo de un martes cualquiera…

La mansión Asakura era en muchos aspectos muy parecida a su propia casa: amplia, iluminada y bonita, la diferencia eran las flores. Había flores en todas las esquinas alegrando el ambiente. Al llegar a la cocina, Sora, la madre de Kai los recibió con una gran sonrisa. Sora era una mujer de hermosos ojos verdes y sonrisa encantadora, que escuchó con atención mientras su hijo le decía aquel era su nuevo amigo del alma.

"Mucho gusto Sesshoumaru-chan, bienvenido!"

"Arigato señora Asakura!"

"Van a comer algo?"

"Sip, pero primero tengo que mostrarle mi habitación a Sessh!"

"Excelente idea! Kai, se bueno!"

Kai se carcajeó entre dientes al escuchar a su madre, y sin voltear le dijo que no aplastaría pulgas ese día. Sonriendo como resignada, Sora le dijo a su ama de llaves que prepara un puesto mas en la mesa para Sesshoumaru.

Mientras subían por las escaleras, Kai le recitaba todo lo que podrían hacer ahora que eran amigos, Sesshoumaru solo sonreía y asentía con la cabeza. Estaba feliz de tener un amigo como Kai que parecía no molestarse de que él fuera tan callado.

A punto de entrar al cuarto de Kai, a Sesshoumaru le llamó la atención la puerta de al lado. Estaba pintada de rosado y con muchas flores hechas con lápices y crayolas, toda una obra de arte. Cuando le preguntó a Kai si tenía una hermana, su amigo le había dado una respuesta distraído.

"Es una pulga consentida y metiche. Si la ves, ignórala!"

Sesshoumaru se rió y entró al cuarto de su nuevo amigo. Un rato mas tarde cuando fueron a comer, tuvo la oportunidad de conocer a la pequeña Rin. Era una niña adorable y hermosa. Para él, que solo conocía la brutalidad de Inuyasha, aquella pequeña de grandes ojos verdes era como una muñeca viviente. Al verlo, la pequeña le sonrió y con soltura le preguntó quien era.

"Hola…yo zoy Rin, amio de Kai?"

"Si, yo soy Sesshoumaru!"

Aquella conversación fue interrumpida por Kai, que mientras tomaba a Sesshoumaru del brazo empujaba a su pequeña hermana haciéndola caer. Al verla en el suelo se burló de ella y le gruñó un 'quítate pulga'. Sesshoumaru observó como la muñeca rompía en llanto, reclamando que la llamara pulga y corriendo a donde su madre para acusar a su abusivo y grosero hermano mayor.

El regaño materno no se hizo esperar y Kai tuvo que darle un beso y un abrazo de disculpa, al verlo, Sesshoumaru adivinó que aunque la llamara pulga y la empujara, probablemente si alguien trataba de lastimarla el primero en defenderla sería Kai.

Durante la cena Rin no comió por contemplar a Sesshoumaru que, un poco asombrado por la atención infantil, procuraba sonreír para no ser descortés con su admiradora, la verdad era que le parecía tierno. Viendo que la pequeña estaba cautivada por Sesshoumaru, Sora se acerco, y al oído le pregunto que era lo que mas le gustaba de aquel joven. Sin dudarlo, la pequeña le susurró a su madre que le gustaba.

"Okasan…ojos lindos, cara linda!"

"Tienes razón mi amor!"

Al ver que las dos secreteaban Kai saco su tacto a relucir. Adoraba a su hermana y le parecía el extracto de la ternura, pero se divertía hostigándola sin descanso.

"Oye pulga come y no veas tanto a Sesshoumaru, lo estás incomodando!"

La 'pulga' miró a su hermano con los labios apretados y haciendo una trompa, después de sacarle la lengua hizo una mueca de desprecio y se concentro en terminar su comida. De vez en cuando desviaba sus bellos ojos para ver a Sesshoumaru mientras conversaba con Kurai, contándole de todos los lugares que había visitado en compañía de su padre.

Interrumpiendo la conversación Rin alzo su mano para llamar la atención, su padre que la miraba desde la cabecera de la mesa, le hizo un gesto de que moviera la mano mas enérgicamente y así hacerse notar.

"Vamos pequeña, enséñale a tu hermano que eres fuerte!"

Al contemplar a su papá animándola, Rin se puso de pie sobre la silla mientras movía ambas manos con energía. Kai la había visto por el rabillo del ojo y adrede se hacía el loco.

"Kai!...edmano…kiero decir algo…KAI!"

"Ay que quieres pulga?"

"Sessh vuelve mañana?"

Kai no pudo evitar sonreír y resignado le pregunto a Sesshoumaru si volvería mañana. Cautivado por la insistencia de la pequeña, el nuevo mejor amigo medio sonrió y asintió con la cabeza. Complacida, la muñeca de carne y hueso, se sentó de nuevo y siguió comiendo con una sonrisa en los labios.

Ese fue el primer día de muchos y a medida que se acumulaban Sesshoumaru pronto se convirtió en el objeto de afecto de la pequeña Rin. Los Asakura eran una familia amorosa y alegre y Sesshoumaru disfrutó inmensamente aquellos años, donde era parte de un trío inseparable y el objeto de felicidad de una muñeca de ojos verdes.

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Sesshoumaru salió del mar de recuerdos cuando su amiga lo tocó en el brazo para decirle que iba al baño y si no le importaba llevarla a su casa una vez que regresara. Una vez que la mujer dejó la mesa Kurai se sentó junto a él para interrogarlo de porque estaba tan extraño.

"Que tienes S estás mas mudo que de costumbre, tienes a esa mujer derretida a tu lado y parece que estas en otro planeta, en que piensas?"

"Derretida? No exageres, estoy aburrido. Estaba pensando en Kai, tenemos tanto de no vernos!"

"Si, unmontón…hablando de otra cosa, la vas a gastar de tanto mirarla"

"Mmm…es absolutamente exquisita!"

Kurai se carcajeó entre dientes al ver como Sesshoumaru no parpadeaba viendo a la mujer de la flor en el cabello. Iba seguir hablando pero en ese momento llegó la amiga de Sesshoumaru y tuvo que regresar a su puesto.

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En el momento que el ambiente se torno incómodamente romántico para ella, Rin decidió irse a su apartamento para descansar. Tomando su cartera, saco la billetera dispuesta a pagar, pero la voz de Kohaku la detuvo.

"Que crees que haces?"

"Voy a pagar por lo mío"

"No seas tonta…pero…no tienes que irte ya!"

"Jejeje si como no, no me gusta estorbar además tengo sueño y Kibo está solo!"

Chiki y Kohaku la miraron emocionados incapaces de ocultar su felicidad los dos se echaron a reír cuando Rin se levantó y les dijo que se portaran bien guiñándoles un ojo.

"Chao, gracias por la cena, pórtense bien!"

Rin salio del restaurante sin mirar a su alrededor y con ganas de que fuera el día siguiente para que su amiga le contara como le había ido con Kohaku. Chiharu y ella además de amigas y vecinas eran socias en la floristería.

La floristería Mikatsuki había resultado ser una excelente idea para ganarse la vida. Las dos eran solteras y sin compromiso por lo que las ganancias eran enteramente para el disfrute de las dos amigas.

Chiki era de una familia adinerada de Osaka y Rin tenía a su hermano que al morir sus padres se había convertido en su ángel guardián, velando porque nada le faltara tanto que muchas veces la trataba como si todavía fuera una niña pequeña.

Rin estaba convencida que Kai era más protector con ella que con sus propios hijos, dos varones, Yue de 5 y Kenichi de 3 años. Su cuñada Megumi era una mujer increíble, amorosa, segura, fuerte, dedicada y dueña de una belleza sin comparación que además era excelente amiga y amaba a su hermano mayor con devoción.

Kai y Megumi eran una pareja en completa sincronía y dedicados el uno al otro actitud que se traducía en enamoramiento puro aún después de 6 años de matrimonio. Secretamente Rin ansiaba encontrar alguien que la complementara como Kai a Megumi.

Con un gran suspiro en sus labios por recordar que estaba sola Rin se bajó del taxi y entró al edificio donde vivía, un complejo de apartamentos de lujo a 45 minutos de su hermano.

Su apartamento estaba en el piso 8 para que tuviera una vista de la hermosa ciudad de Osaka. Aunque ella hubiera querido algo más sencillo, su hermano se había empecinado con aquel edificio y como para Rin nunca era suficiente, se lo había dado de regalo.

Subió sola en el ascensor y cuando abrió la puerta inmediatamente sintió el peso de las enormes patas de su amado Kibo sobre su pecho. Era un perro enorme, muy parecido a un pastor alemán pero completamente blanco y eso era porque tenía algo de lobo, bastaba verlo a los ojos para darse cuenta que Kibo no era un perro común, porque sus grandes ojos color miel transmitían fortaleza y seguridad.

Aún apoyada en ella, Kibo movía su gran cola feliz de tener a su dueña en casa; eso y el hecho que Rin traía una bolsa de galletas dulces que el animal sabía eran suyas. Acariciando su gran cabeza Rin le habló a su mascota con amor.

"Como está mi perrito precioso, te hice falta?"

El perro pareció entender sus palabras y le contestó con un ladrido de felicidad seguido de una olfateada a la bolsa que ella tenía en la mano. Rin se carcajeó y arrodillándose en el piso le hizo cariño mientras Kibo devoraba las galletas moviendo la cola y dejándose acariciar.

Después de ponerse la pijama se acostó en la cama con Kibo a su lado tomando un refresco de dieta mientras veía la televisión y acariciaba a su amado perro.

"Mañana iremos donde Kai a pasar el fin de semana. Podrás jugar con Yue y Keni, que te parece?"

Rin tenía una sonrisa viendo como su mascota le ponía toda la atención moviendo la cola y con mirada atenta.

"Que bello eres…"

Con cuidado ella alargo la mano tomando la fotografía que había en su mesita de noche. Era una foto donde salía con su hermano y sus padres antes del accidente. Sofocando el dolor de aquella pérdida, sujetó el marco entre sus manos un instante antes de darle un beso con ternura.

Se quedó viendo la televisión un rato, hasta que empezó a cabecear del sueño, apago el aparato y se enrosco en las cobijas con su fiel y peludo compañero a su lado.

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Sesshoumaru se había quedado con una extraña sensación al ver que la mujer de la flor se marchaba, y el ni siquiera había logrado satisfacer su curiosidad y averiguar quien era.

Resignado se concentró en su propia mesa y disfruto del resto de la noche. Al dejar a su acompañante en su apartamento, no hizo ningún intento por alargar su despedida o besarla. Siendo una mujer practica, ella le dijo lo que pensaba sin alterarse.

"Gracias por traerme…no me vas a volver a llamar verdad?"

Sesshoumaru titubeo un segundo antes de responderle que no estaba equivocada, pero se lo dijo con un tono suave de voz porque no deseaba desdeñar tanta franqueza, franquezaque lo liberaba de cualquier compromiso con ella.

"Siempre fuiste muy atento y caballeroso las veces que salimos, todas excepto hoy!"

"Disculpa?"

"Te pasaste toda la noche viendo a la mujer de la flor en el cabello. No entiendo porque los hombres creen que uno no se da cuenta de esas cosas…bueno no importa eres un hombre excelente. Solo para que sepas, uno de tus asociados me gusto y yo a él, pero por las razones obvias no hizo nada. Le puedes dar mi teléfono por favor, es el guapo de la corbata azul!"

Meditando un instante Sesshoumaru supo de quien se trataba e hizo una nota mental de darle el teléfono de Carla a primera hora de la mañana. Luego se despidió de ella dándole un beso en la mejilla. No podía evitar sentirse derrotado nuevamente. No solo no sabía quien era la mujer de la flor sino que también había perdido a Carla aún cuando nunca la había tenido.

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Ya en su habitación de hotel, Sesshoumaru admiró la vista de la ciudad antes de quitarse el traje y ponerse la pijama. Un pantalón de seda vino tinto sujetado por un elástico a la cintura, el torso desnudo. Cepillándose el cabello con los dedos, levantó el teléfono para llamar a su hermano. Marco el número y pacientemente dejo que repicara 4 veces antes de que Inuyasha le contestara.

"Que rayos quieres?"

"Porque tardaste tanto en contestar imbécil?"

"Estaba ocupado!"

"Esa mujer te tiene enloquecido!"

"Se llama Kagome y cual es el maldito problema? Todo está en orden!"

"Mas te vale!"

"Todo bien all�?"

"Hai!"

Sesshoumaru escuchó en el fondo como Kagome, llamaba a su hermano con un tono de voz que hasta a él le dio escalofríos y comprendió que su hermano debía atender asuntos más importantes e interesantes que hablar con él.

"Tengo que irme!"

"Si ya me di cuenta. Oye, te vas a casar con ella, con Kagome? Nunca te había visto así!"

Del otro lado del teléfono Inuyasha se quedó sin habla y analizo la pregunta, solo tenían un par de meses juntos, pero se sentía como una eternidad. Al verse expuesto por las palabras de su hermano, se dio cuenta que no quería separarse de ella porque como decía su hermano, lo enloquecía en la mejor de las maneras, Kagome lo hacia feliz.

"Que excelente idea porque la quiero solo para mí! Crees que deba preguntarle ahora mismo?"

"Que torpe! No sabes nada, busca un anillo primero!"

"Tienes razón!"

"Como siempre!"

"Few!"

Sesshoumaru sonrió a medias, curveando apenas sus labios como si no quisiera sonreír completamente. La actitud posesiva y hasta infantil de su hermano por momentos le parecía risible.

Al escuchar nuevamente la voz de Kagome, Sesshoumaru se despidió rápidamente de Inuyasha.

"Me llamas mañana?"

"No, pasaremos el fin de semana con Kai y su familia!"

"Kai Asakura? Tu ex compañero del colegio?"

"Si, llegare el lunes en la tarde…oye…esfuérzate escogiendo el anillo, ve a la joyería del señor Yokuma y que él te ayude…gasta lo que creas necesario!"

Un poco asombrado por el apoyo de su hermano, Inuyasha balbuceo un gracias, puso el teléfono y regreso a la cama, donde Kagome lo esperaba con una sonrisa pícara y que pronosticaba una noche de pasión y amor.

……………………………

21 años antes…

Sesshoumaru y Kai estaban jugando campeonato de espadas en el patio de la residencia Asakura, Kurai permanecía sentado bajo un árbol siendo el árbitro y juez del enfrentamiento entre sus amigos.

Era un día donde los rayos del sol bañaban cada uno de los rincones del enorme patio. El lugar estaba bordeado por numerosos árboles y una cantidad infinita de flores, era un sitio pensado para que tanto Kai como la pequeña Rin tuvieran su espacio.

En un extremo, bajo dos frondosos árboles había una casita de muñecas. La casa más bien parecía sacada de un cuento de hadas. Rosada, techo blanco, ventanas adornadas con flores pintadas a mano y una cerca blanca bordeándola.

Estaba construida a imagen y semejanza de una casa verdadera, pero hecho para el disfrute de la muñeca de carne y hueso que hacia fiestas de té con sus ositos, mientras soñaba con tener un novio grande y fuerte que la protegiera y amara.

Justo enfrente de aquel mundo de hadas, estaba la casa del árbol de Kai. Un paraíso masculino con todo lo necesario para el disfrute de los tres muchachos que se habían vuelto inseparables. En la puerta de la casa, había un letrero: 'No se admiten hermanas menores (Pulgas)'

Mientras ellos jugaban con sus espadas de juguete, se podía ver entre los árboles y flores, la silueta de la pequeña 'pulga' vistiendo un kimono de cuadros naranja y blanco y con el cabello suelto. Llevaba una canasta y su acompañante era su osito de peluche Kibo. La pequeña estaba recogiendo flores para poder hacer un ramo suficientemente hermoso para su futuro esposo. Recogiendo las flores, se enfrascó en una conversación imaginaria con su peluche.

"Ya veras Kibo, algún día me voy a kazar con Sessh. Cuando seamos grandes, Okasan dice que le puedo dar flores, Kai no le hago cazo. Yo se que Sessh no me va a dezir que no…vamos se tedmino el duelo de ezpadas!"

Kai se dejó caer en el piso derrotado por Sesshoumaru, reía a carcajadas mientras Kurai proclamaba a los cuatro vientos que el vencedor y campeón indiscutible era Sesshoumaru el témpano.

Al escuchar el adjetivo con que lo describía su amigo, Sesshoumaru levanto una ceja y torció la boca en una mueca arrogante. Luego, levanto su espada de madera en señal de triunfo. A pocos pasos detrás suyo, escucho la voz infantil que lo llamaba por su nombre de pila a medias.

"Sessh?"

Los tres muchachos se quedaron en silencio, Kai le lanzó una mirada fulminante a su hermanita como para ahuyentarla, pero la decidida niña tenía la determinación de un huracán por lo que se mantuvo firme. Mucha de su fortaleza venia de las palabras de aliento de su madre y también de tener a su osito Kibo apretado bajo el brazo.

Con las palabras de aliento de su madre, frescas en su memoria, la pequeña dio un paso adelante dispuesta a no dejarse amedrentar por su hermano. Kurai, al ver la actitud de su amigo, le dio un manotazo para silenciarlo, él no tenía hermanos y pensaba que Rin era adorable con su kimono, su osito y sus flores.

Sesshoumaru estaba de pie con los ojos clavados en ella y pendiente de sus movimientos, verla con kimono, flores en mano y su osito bajo el brazo, le daba una sensación de ternura muy agradable. Nerviosa y con las mejillas calientes, Rin aferró un poco más a su peluche y se dispuso a decir unas cuantas palabras, pero fue interrumpida bruscamente por Kai.

"Largo pulga estorbas!"

"CALLATE KAI!"

El grito a dos voces de Kurai y Sesshoumaru, obligaron a Kai a guardar silencio a regañadientes. Arrodillándose para estar a su nivel, el campeón del duelo le pregunto a la pequeña en que podía ayudarle.

"Que sucede pequeña?"

Rin se acercó más a él y alargando la mano le entregó el ramo que con esmero había preparado, esperando que él dijera algo, Rin lo miro emocionada.

"Son para ti…!"

Anticipando la inminente carcajada, Kurai se lanzo sobre Kai para silenciarlo. Sesshoumaru tomó el ramo con cuidado y le agradeció con una sonrisa, dominado por la ternura de aquella pequeña que lo elogiaba con flores y palabras. Cuando él le sonrió, Rin sintió tal felicidad que espontáneamente se acercó para darle un beso en la mejilla.

Aunque a sus espaldas podía escuchar el forcejeo de sus amigos, Sesshoumaru no se distrajo y mantuvo los ojos en la muñeca de ojos verdes.

"Y ese beso?"

"Ojos lindos, cara linda…tu guztan flores?

"Mucho, gracias Rin!"

En ese momento Kai logró liberarse, y empezó a burlarse de ella y su regalo. Convencida que su ramo había sido bien recibido, la pequeña ni se inmutó, en cambio encaró a su hermano sacándole la lengua, luego se alejo diciendo que ella y Kibo tenían que tomar el té.

Esa fue la primera de muchas veces que Rin le profesara a Sesshoumaru su cariño con flores. Secretamente, el joven disfrutaba recibir las atenciones de Rin. Aún con las molestas burlas de Kai, que después de un tiempo se convenció que su hermana era más terca que una mula y no dejaría de darle flores a su amigo solo porque él la fastidiaba.

Así fue durante cuatro años mas, Sesshoumaru siempre salía de la casa de los Asakura con flores. La dejo de ver cuando ella tenía 8 años, ya que por cuestiones de trabajo, su padre, su madre y hermano se mudaban a Inglaterra por 3 años.

………………………

Ahora él tenía 35 y aunque había mantenido contacto con sus amigos, a ella no la había vuelto a ver. Acostado en su cama dejo que su mente se inundara con los recuerdos de aquella época. Deseaba ver a su amigo, pero saber como estaba ella, tenía un significado especial.

El jamás le había confesado a nadie, pero aquellos años de atención infantil habían dejado una gran impresión en su vida, el recuerdo de un sentimiento tan puro y hermoso que solo lo puede entender alguien que ha tenido la suerte de ser un príncipe azul de ojos lindos y cara linda que domina la espada de madera.

(Como estará ella? Seguirá siendo una muñeca de ojos hermosos?...apuesto que tiene hijos y un esposo…)

Con aquel pensamiento rondando en su cabeza, el cansado empresario se entregó a una noche de sueño reparador, que lo prepararían para un fin de semana inolvidable.

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Nota del autor: Gracias por sus comentarios…se aceptan desde reviews hasta tomatazos (espero que tomatazos no, porque creo que este fic es muy tierno!)

Por cierto, este pretende ser un fic cortito, estilo La Protegida! Que disfruten la lectura! 