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Aquí, haya….y siempre
CAPITULO 6
El equipo se dirigió a la zona sur de la ciudad, a un suburbio sucio y descuidado, en la que se percibía el temor de sus habitantes. Entraron en un edificio de ladrillo rojo, que a simple vista parecía una bodega deshabitada, pero adentro, después de librar un muro de tabla roca, se encontraron con un corredor, totalmente limpio y libre de muebles, en el que al final había una puerta de acero inoxidable completamente hermética, La cual fue abierta con el uso de la tecnología empleada por McGee, al colocar un dispositivo, que bloqueaba el acceso anterior y habilitaba uno nuevo, apto para una de sus propias crédito. Ingresaron por está observando que en las paredes se encontraban empotradas gavetas de 50 x 50 cm, de acero inoxidable y tipo frigoríficas. Unos cuantos metros adelante toparon con otra puerta abatible hecha de metal en su mayor parte, y a la altura de 1.60 mirillas grandes de grueso cristal. McGee y Jardin procedieron a revisar las gavetas mientras que Gibbs y Tony avanzaron asía la puerta de metal y crista, al llegar aquí, observaron como en el interior estaba colocado una plancha de hospital para realizar cirugías, que es este caso era utilizada para extraer los órganos de las víctimas. Ambos gantes notaron en el suelo gotas de sangre, aun sin coagular, que hacían un camino hasta detrás de la misma plancha de cirugía. Tony tomo la derecha, Gibbs la izquierda y avanzaron hacia el origen de la pista de sangre, detuvieron su camino detrás de la plancha de cirugía, descubrieron un cuerpo sin vida de un individuo desconocido y un pálido y débil Suboficial Nickson que en cuanto los vio solo pronuncio -Melany-, -su hígado-. El Suboficial se tranquilizó cuando vio las placas de Gibbs y Tony. Gibbs pregunto: -Donde está el órgano?- y cuando el débil Suboficial Nickson señalo, hacia las gavetas de acero, Gibbs, trato de tranquilizarlo. Mientras con los ojos decía a Tony y Jardin que buscaran el órgano vital para la niña. El Suboficial aun con la debilidad de por medio explico -¡Yo no lo mate¡-, -¡ lo juro¡-, -les pague por un hígado para mi hermana-, explicaba casi sin aliento, aun cuando Gibbs, insistía en que se tranquilizara. El Suboficial, continuaba hablando: -pague 250,000 dólares, más 3 litros de mi sangre-,… Gibbs comprendió que el Marín, no guardaría silencio, así que trato de que este hablara lo más pausado que pudiera. Entonces miro hacia donde estaba McGee y le dijo: -Timm, pide una ambulancia-.
