La persona que yo amé.

Prólogo.

Era nuestro tiempo y el día era preciso bastante asoleado y los pajaritos cantaban en las copas de los árboles y en una casa abandonada que se encontraba a espaldas del santuario iba caminado por los pasillos un joven de soberbia hermosura, de tez muy blanca, sumamente alto, de cabello largos alimonados y alborotados. Dos preciosos puntos violetas sustituían a sus cejas con un buen desempeño y coronaban sus ojos rosados.

Caminaba con gran pesadez y no se debía a la pesada túnica que utilizaba si no a una gran tristeza que lo invadió sus pasos hacían eco en los pasillo silenciosos y así y llegó hasta una habitación en el segundo piso, la abrió y encendió la vela que traía consigo y alumbró la estancia

El espectáculo que se mostró dentro de la habitación era por no decir terrible pero no se encuentra otra palabra... la cama estaba desarreglada y con un gran rastro de sangre al igual que las cobijas y el piso, incluso ese liquido rojizo había salpicado las paredes...Apretó los puños con furia y pasó dentro de la habitación y guardo varias cosas en una maleta.

De pronto reparo en la pequeña caja de madera que estaba sobre el buró, la toma y levemente acarició la tapa.

-"Hubiera deseado tanto que al abrir esta habitación te hubieses arrojado a mis brazos como hacías, cuando podía estar contigo... Sí tan sólo esa noche te hubiese escuchado, seguirías aquí" -dos gruesas lágrimas se desprendieron de sus ojos, pero luego, poniéndose de pie salió de la habitación y luego de la casa.

Shion se alejó de la casa y entonces se le acercó un hombre con casco.

-¿Procedemos Sr.? -le preguntó.

-Sí-respondió tristemente -háganlo.

Se acercaron máquinas pesadas de construcción a la casa y comenzaron a derrumbarla y mientras que cada piedra caía, a sus ojos rosados acudían las lágrimas. Cada piedra se llevaba un pedazo de su alma y corazón.

Seguía observando, como ésta se seguía cayendo en pedazos y las piedras hacían ruido al chocar contra el suelo. Abrazó contra su pecho la pequeña caja de madera.

-Sr. ¿está completamente seguro de que eso ya era lo único que quería sacar de la casa?

-Si, respondió Shion-. aparte en esta caja se encuentra lo más preciado para mi y ya nada más me importa

-acarició levemente la tapa del cofre. Dio un suspiro y cerró los ojos, recordaba cosas de aquella casa y puede ser que eran sumamente tristes porque de nuevo una lágrima recorrió su mejilla, pero también podrían ser alegres ya que sonrió levemente.

De pronto de sus labios brotó una palabra que los otros hombres no alcanzaron a escuchar, pero que le hizo soltar, más lágrimas Las cuales se retiró con la manga del traje patriarcal y se puso a pensar que hubiese preferido mil veces estar ya con esa persona que tener la vida eterna.

-"Eso es lo único que odio de ti Atena, que me separaras para siempre de la persona que yo amé" –ahora se giró a ver a los hombres de la constructora -Bien -habló nuevamente -. Será mejor que me vuelva al santuario (éste estaba a espaldas de él).

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Capitulo 1

-¡Sr! -dijo Mu al verlo.

-Hola Mu -lo saludó sonriendo ligeramente puesto que no estaba de muy buen humor.

Mu reparó en las cosas que traía consigo, pero principalmente en la caja de madera.

-Sr. ¿Qué trae en esa caja? -le preguntó.

-Es uno de mis tesoros más preciados -respondió.

-¿Puedo verlo? .preguntó de nuevo.

-Ah, lo siento mucho Mu, pero como es tan preciado para mi, es secreto.

Que le dijera que era un secreto ya no era ningún misterio; Shion era la persona más misteriosa que había en todo el Santuario y alrededores hasta ahora, y entre sus misterios se encerraba el por qué no había nadie en el templo de libra y quizás el más importante de todos era que si alguna vez se había enamorado.

Quizás esos dos eran sus más grandes misterios, ahora aunados a una caja de madera.

Y sobre todo cuando le preguntaban a Shion sobre quien ocuparía la armadura dorada de libra, él cambiaba de inmediato de tema, era como si no le gustase hablar de ello. Cosa que hizo pensar a todos los caballeros que tenía bajo su mando que era muy probable que el caballero de libra hizo algo indigno y esa armadura ya no protegería más a Atena.

Pero esa no era la verdad puesto que cuando Shion llegó a la casa de libra, se acercó a la caja dorada, sacó una rosa roja de entre sus ropas y besándola ligeramente, la depositó suavemente sobre la tapa de la caja.

La caja descansaba sobre un pedestal de piedra y a su alrededor habían otras rosas rojas bellamente disecadas y que desprendían un agradable aroma y Shion por su parte les había prohibido a todos sus caballeros entrar en la cámara de la armadura inexplicablemente.

Luego, depositó en el suelo y frente a la caja de la armadura, el pequeño cofre de madera, para continuación él hincarse frente y apoyar la frente en la caja de la armadura.

Cerró los ojos y comenzó a murmurar algo, al parecer una oración y las lágrimas que se comenzaron a desprenderse de sus ojos, le recorrieron las mejillas.

Ese comportamiento se repetía día tras día, aunque cuando Shion salía de la casa de libra, salía como si jamás hubiese llorado frente a la armadura dorada; pero aún así los caballeros pensaban erróneamente que si el caballero dorado de libra había cometido algo indebido ¿por qué el patriarca se tardaba en salir? quizás purificaba la armadura y eso era un trabajo arduo.

Pero aquel día en que Shion había recogido el cofre de madera, llegó a su habitación y sentándose en la cama abrió con mucho cuidado la tapa del cofrecillo, del cual comenzó a salir una música muy suave (n/a autor desconozco de que tiempo son las cajas musicales, pero Shion le había regalado a Dohko una, después de todo esto es un fic), luego extrajo de el una cadena de oro blanco con una "D" y dos anillos incrustados en ésta.

Cerró el puño en torno a esos cuatro objetos y los besó, para luego colocarse la cadena alrededor del cuello y esconder ésta junto a las tres reliquias que tenía, dentro de la gorguera de su túnica.

Finalmente volvío a sus actividades como sumo pontífice.