Los personajes le pertenecen a esa rubia inglesa que cambió la vida de millones con su historia -Sí, hablo de J. K. Rowling- por lo que no me pertenecen. Y esto no lo hago con fines de lucro tampoco, sólo por diversión y por ser ultra fan del mundo de Harry Potter.

Dark Mission - Prólogo.

A Lavender Brown nunca le había gustado llegar tan tarde a su hogar bajo ninguna circunstancia. En primer lugar porque los callejones cercanos eran oscuros y extremadamente peligrosos, razón por la cual no podía esperar a poder ser capaz de independizarse y vivir por sí misma en algún otro sitio menos inseguro; en segundo lugar porque llegar tarde significaba tener que escuchar un extenso sermón por parte de su padre en el momento en el que pisara la entrada de la casa de los Brown.

Por eso, la joven caminaba apresurada por las calles oscuras de Londres, reprendiéndose a sí misma por perder la noción del tiempo en esa salida de chicas que tuvo con sus amigas aquella fría noche invernal a mitad de Febrero. Daba pasos largos, trastabillando aquí y allá debido al pavimento húmedo que mostraba que había pasado una tormenta horas atrás; finalmente divisó su hogar, y se fijó en la luz que traspasaba la cortina de la ventana de la sala familiar. Seguramente era su padre, esperándola mientras veía la repetición de esos juegos de fútbol que tanto le gustaban.

Se preparó internamente para la reprimenda inminente que recibiría apenas entrar. A pesar de tener veinticuatro años, Lavender seguía siendo tratada como una niña por sus padres para ese tipo de faltas a las reglas de la casa, lo que era sin duda algo más allá del entendimiento de la muchacha. Con torpeza sacó sus llaves, abrió la puerta y lo primero que escuchó fue el sonido de la televisión, así como un ruido sordo proveniente de la cocina. Su madre aún despierta, seguramente. Genial, no sólo recibiría regañina de su padre, sino que su madre estaba más que asegurado que se uniría a su marido contra ella.

"¿Papá?" llamó en voz alta caminando hasta la sala de estar, que encontró vacía; sólo la televisión estaba encendida, a un volumen mucho más alto de lo que su padre lo ponía a tales horas de la madrugada. Frunciendo el ceño tomó el remoto y lo apagó, quedando en completo silencio. Dejó su abrigo y su bolso en el sofá color caramelo y sus ojos se fijaron en el vaso casi vacío de whiskey. Con un suspiro lo tomó y caminó hasta la cocina. "¿Mamá? Lo siento por tardar tanto, no me fijé en la hora y-"

El escenario que se encontró al entrar en la cocina la dejó paralizada, horrorizada y totalmente sorprendida. Un escalofrío le recorrió todo el camino de su médula espinal mientras un grito desgarraba su garganta.

Sangre. Era demasiada sangre.

El cuerpo de su madre se encontraba desparramado sobre la barra de la cocina, y sangre goteaba de un corte profundo en su garganta hasta golpear el pequeño charco de lo mismo en el suelo. A unos metros de distancia se encontraba el cuerpo boca abajo de John Brown, rodeado de su propia sangre. Marcas rojas de manos se extendían por las paredes, pintando el lugar entero de ese carmesí que la estaba torturando, consumiendo de horror y dolor. Sus padres, esos que tanto había temido por sus reprimendas (que ahora eran de lo más estúpidas), yacían sin vida frente a ella en una escena sacada de una película de terror muy parecida a la que había visto esa misma noche durante su salida con amigas. En estado catatónico, Lavender dio unos pasos acelerados hacia atrás, trastabillando al pisar el pequeño escalón que su padre había construido entre la cocina y la sala. Ese paso la regresó la sacó del trance que la escena le había causado y con rapidez corrió a su bolso.

"Oh no. Yo no haría eso, preciosa" una voz ronca, oscura y llena de diversión se escuchó justo en el momento en el que marcaba el número de emergencia en su celular. La joven quedó paralizada por una fracción de segundo, pero sólo eso fue suficiente para condenarla. Lo próximo que sintió fue un frío sorprendente y un dolor insoportable en el brazo que sostenía el celular, que cayó al suelo con un golpe seco que se escuchó un segundo después del sonido de un disparo.

Lavender gritó y vio de su brazo brotar grandes cantidades de sangre desde el punto exacto donde la bala traspasó su piel. No podía soportar tanto dolor, las lágrimas salían por sí solas y su corazón parecía que se iba a salir de lo aterrorizada que se encontraba. Nunca en su vida había estado tan aterrada y adolorida. Sin embargo, su instinto de supervivencia actuó y Lavender corrió con intención de salir de la casa y alertar a los vecinos de que un asesino, el asesino de sus pobres e inocentes padres, se encontraba dentro.

No había dado ni dos pasos cuando el hombre dueño de la voz macabra la tomó con fuerza del cabello, jalándola bruscamente hacia él. Quedó aprisionada contra un cuerpo musculoso, y la respiración agitada del desconocido en su cuello mezclada con las nauseas que la sangre en la cocina le había causado estaban intoxicándola. Gritó; gritó hasta que sintió que le sangraban las cuerdas vocales pero nadie iba a su rescate, y el misterioso asesino reía demostrando lo divertido que le parecía todo el espectáculo, todo el dolor y el terror que la muchacha sentía.

Forcejeó con el hombre para intentar zafarse de su agarre pero entre el dolor en su brazo sangrante y lo enferma, mareada y adolorida que se sentía con toda la situación fue imposible, además de que su opresor era tres veces más fuerte que ella en ese momento; el miedo se intensificó cuando el filo de un cuchillo se posó contra su cuello.

"Mientras más te resistas más dolerá" espetó con voz terroríficamente dulce el hombre y Lavender comenzó a sollozar en silencio, aceptando por fin lo que sabía que venía. No conseguiría un trabajo estable, no se mudaría a su propio lugar, y tampoco viviría para contar lo que sucedió esa noche. Tendría el mismo trágico final que sus padres.

No pasó un minuto cuando Lavender Brown yacía en el suelo de la sala de estar en su casa, y el hombre desconocido salía por la puerta trasera de la ahora difunta familia Brown.


Nota de autora [actualizada 10/02/2019]:

Por cuestiones que realmente no puedo explicarme ni a mí misma, no hace mucho terminé re-leyendo lo que tenía de esta historia y su premisa me atrapó de nuevo. No he dejado de pensar en éste relato desde entonces, así que decidí darle una oportunidad de actualizar (y mejorar, en sí) lo que ya tengo e intentar terminar de contarla, porque sé que mi yo de hace varios años estaba muy emocionada por terminarla... Y yo ahora también quiero probarme a mí misma que podré hacerlo.

Gracias y disculpas a todos los que leyeron, comentaron y esperaron por una actualización. No tienen idea de lo mucho que esto significa para mí.

Sofía.