Muy en el fondo
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"Dime, ¿Qué harías tu cada día si fueses la que se casara con él? – la mujer la miró con total atención mientras Tamao sentía que era una pregunta cruel sabiendo que lo amaba."
"- No le dejaría solo… - fue su respuesta sintiendo que su corazón se estrujaba."
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Solo sonríe, solo finge…
Se repitió sentada cerca de un taburete mientras arreglaba su kimono y algunos cabellos que caían rebeldes en su rostro.
Un cabello largo y rosa que hacia juego con sus ojos. Miró la copa llena de vino y sonrió con tristeza, su máscara de sofisticación había caído al ver que en la pensión se llevaba a cabo un evento que le hizo reflexionar sobre toda su vida.
Ella era una huérfana acogida desde muy pequeña por la familia Asakura, ahora siendo la encargada del hotel-pensión de dicha familia, sin mencionar que debido a la ausencia de Yoh Asakura y su esposa, ella era la encargada de cuidar de su hijo, tan solo un bebe.
Se podría decir que su vida había cambiado drásticamente, después de todo era cantante de música clásica, aunque este solo fuese un pasatiempo más.
Ahora, no era más que la anfitriona de la fiesta que en el fondo la estaba haciendo sufrir.
Miró a su lado derecho como algunos amigos de Yoh Asakura estaban ahí mientras un hombre de alto de cabellos violáceos se erguía junto a una joven hermosa de cabellos de plata.
Se concentró en el apuesto hombre ahí quien hace solo unos minutos había anunciado que estaba interesado en comprometerse.
Eres una estúpida…
Se repitió mentalmente al ver como el hombre ahí miraba alrededor con sus ojos dorados hasta que se encontraron con los de ella.
Tamao cubrió su boca fingiendo tos de manera elegante, justo como se le había entrenado para ser una dama en esos momentos, regresó a su bebida y tomó otro sorbo. Con sus veintiséis años, siendo una mujer adulta, podía fingir un poco el nerviosismo que Ren Tao causaba en ella.
"- Escondiéndote otra vez… - escuchó esa voz grave detrás de ella lo cual indicaba que Ren Tao estaba de mal humor."
Respiró hondo y transformó su rostro en sofisticado y arrogante antes de girarse a él.
"- Como veras… - sonrió con aire elegante levantando su copa – soy la dueña de este lugar y estoy brindado por los dos. Desde esta posición puedo cerciorarme que todo esté en orden."
Se dirigió a él sin temor alguno y algo en la mirada dorada, un brillo extraño cuando la estudiaba la confundió.
"- ¿Hace cuánto no nos vemos? – preguntó mirando la copa que él tenía en la mano."
"- Seis meses… si no mal recuerdo – murmuró."
"- Me halaga que lleves la cuenta – sonrió con malicia."
"- Me halaga que recuerdes que no nos hemos visto – contraataco tratando de detener los latidos de su corazón. Ren era un hombre demasiado apuesto."
Pudo notar como él se reclinaba en la barra, una sonrisa presumida se hacía notar al mirarla de reojo a su lado.
Tamao le devolvió el gesto. Ese hombre en aquel traje no hacía más que acentuar sus músculos que aunque eran delicados, sobresalían demasiado.
A sus veintiocho años, Ren Tao hacía suspirar a muchas mujeres, ella lo sabía ya que se conocían desde la infancia y ahora en su adultez las mujeres no eran más que abejas buscando miel.
Podía afirmarlo ya que ella era una de esas estúpidas mujeres.
Miró la copa entre sus manos, había logrado su sueño de ser cantante pero… aún se sentía insatisfecha y la causa de aquello era el odioso hombre a su lado .
Aun recordaba cuando la familia Asakura había hecho la primera visita a los Tao, ella tan solo tenía once años mientas que él contaba con trece. Recordaba cómo se escondía ya que aquel lúgubre chico la miraba con odio.
Comenzó a reír por lo bajo causando la atención del peli violáceo.
"- ¿Qué es tan gracioso?"
"- Creo que estoy nostálgica… - murmuró sonriendo con tristeza – recordaba el día que nos conocimos…"
Algo sucedió, no sabía qué, pero sintió que el Tao se colocaba frente a ella.
"- Yo lo recuerdo a menudo – murmuró."
Era una cobarde, se dijo, al no tener el valor de levantar su rostro al hombre frente a ella. El ambiente se había puesto demasiado tenso.
"- Cuando me confundías con un chico – respondió sarcástica tratando de alejarlo."
"- Quien podría ahora… - murmuró en un tono que Tamao no quería analizar – en fin… - continuó después de unos segundos de silencio - ¿recuerdas como descubrí que eras una mujer?"
Esta vez lo miró con un simpático rubor cubriendo sus mejillas mientras fruncía el ceño.
"- Aprendí mucho de las mujeres contigo… - susurró con una sonrisa maliciosa."
Tamao nunca lo tomaba enserio. Siempre parecía coquetearle a modo de burla.
"- No hablemos de eso…"
"- ¿Por qué no? – sonrió arrogante al notarla incomoda."
Tamao tomó otro sorbo de su bebida y sintió su cara arder recordando como cierto día, hace algunos años, el Tao fastidiaba a Yoh asakura con un arma.
Todo concordaba con que Yoh había insultado a su familia de forma juguetona como solía hacer y Ren Tao en venganza deseaba lastimarlo con su lanza.
Tamao quien a tan pequeña edad solo usaba pantalones holgados y cabellos cortos y debido a su delgadez todos parecían confundirla como solo un niño miedoso, decidió acercarse al ver como Yoh esquivaba cada golpe.
Ella había mostrado temor desde que lo había conocido, pero en esa etapa de su vida había jurado lealtad a la persona que amaba… Yoh Asakura.
Ver como Ren tao le provocaba una herida en su hombro para luego reírse es algo que la enfureció haciéndola tomar un espada y entrometerse en esa pelea.
Aun recordaba los golpes que el chico le había dado, pero en un descuido había podido herirlo en su costado derecho mientras lo empujaba hacía el piso, tropezando y cayendo en una vereda.
Salir de ahí, aun cuando el Tao se había roto la muñeca derecha fue difícil, pero ella a pesar de odiarlo en ese momento no podía dejarlo.
"- cuando salga de esto lo pagaras"
Recordó sus amenazas a pesar que ella trataba de ayudarle a salir; al final, tras horas de búsqueda se les había encontrado y por una extraña razón el Tao no la había delatado.
Siendo él el hijo de amo en aquella casa y siendo una huérfana, era probable que el castigo fuese severo, pero eso no pasó.
Tras tres semanas de felicidad de no volverlo a ver, cierto día decidió entrenar en uno de los jardines tomando su pequeña tablilla con la cual practicaba la adivinación. Siendo una extraña habilidad que la familia Asakura había enseñado a sus sirvientes.
Escuchó unos pasos tras ella y se encontró con la imponente figura de Ren Tao quien la miraba como si fuese un insecto.
Ella se puso de pie a la defensiva, dejando en el piso del patio aquella tablilla.
"- ¿Qué haces? – exigió saber."
"- Ha-Hago adivinaciones – dijo rápidamente, odiándose por ser tan tímida."
Noto como él alzaba una ceja.
"- ¿Te has vuelto a comportar como un chico estúpido?, no tartamudeabas al querer golpearme hace unos días."
"- E-Estaba lastimando al joven Yoh – respondió sintiendo sus piernas temblar."
"- Y por tu culpa… - miró su mano derecha vendada de la muñeca hasta su codo mientras una férula al hombro la sostenía – no podré entrenar."
Tamao no entendió que hacía ahí pero luego el arrojó una espada mediana mientras el sostenía otra
"- Entrenaras conmigo – soltó dejándole sin habla – parece que ese tal Yoh Asakura es un idiota, y aunque igual tú lo pareces, eres el único que me ha golpeado – soltó arrogante – sino quieres que les diga lo que has hecho y te corten la cabeza, entrenaras conmigo."
No podía negar una cosa, en esa época de su vida era una cobarde y también una ingenua. Sin mediar palabras tomó el arma que decía y entrenó con él sin preguntar.
Notó que le joven utilizaba su mano izquierda el cual lo hacía lento y tonto al golpear. En ese instante comprendió que la había utilizado para evitar avergonzarse a sí mismo frente a su familia al saber que no podía luchar correctamente.
Se sorprendió saber que, aunque estuviese obligada a hacerlo por salvar su vida, cada día de entrenamiento era divertido.
Cierto día al terminar una sesión. Ambos tomaron asiento en la tierra a un costado de aquella gran mansión de los Tao, Tamao decidió distraerse con su tablilla.
"- ¿Para qué es eso? – preguntó mirándola de reojo."
"- E-Es una tablilla… de adivinación…"
"- ¿Crees en esas tonterías?"
"- No son tonterías – murmuró tímida escondiendo la molestia que sus palabras le causaban – la familia Asakura…"
"- Eres el sirviente de ellos lo sé – murmuró de forma aburrida."
Tamao le miró comprendiendo una cosa… aquel chico la estaba confundiendo con un niño. Por su seguridad personal y timidez no quiso desmentirle.
"- Yo protejo al joven Yoh… - murmuró sonriendo con cariño."
"- Yoh Asakura es un idiota ¿estás seguro que será la cabeza de esa familia?"
"- ¡E-El es un buen chico, es amable y muy maduro para su edad! – soltó defendiéndolo."
"- Es un idiota – murmuró estudiándolo – y tu un cobarde. ¿es tanta tu lealtad a él? Me tienes miedo, pero cuando él está en peligro tu rostro cambia."
"-E-Es mi deber- tartamudeó ruborizándose."
Guardaron silencio por algunos minutos hasta que Ren se puso de pie.
"- Continuaremos mañana – murmuró con simplicidad, como todos los días."
Tal como lo dijó a la mañana siguiente le buscó en el mismo lugar en el jardín mientras ella trataba de quedarse sentada reclinaba a una pared de la mansión. Ese día específicamente no se sentía del todo bien.
La debilidad junto a un leve dolor de estómago la acompaña sin entender los síntomas.
"- Oye tú – exigió el Tao arrojándole a sus pies una espada – muévete."
Tamao lo tomó sin decir nada. Y se puso de pie con dificultad. Pudo notar la mirada del Tao sobre ella, pero no dijo nada.
Se colocó en posición de defensa cuando el chico se acercaba a realizar ciertas estocadas.
"- ¿Qué es lo que te pasa? – exclamó sin detener sus ataques – solo te defiendes."
Tamao se limitó a permanecer callada. Después de todo ¿Qué le importaría a él si ella no se sentía bien? Era más su temor de que fuese castigada o que incluso Yoh fuese inculpado por algo que ella cometió.
Su concentración disminuyó recibiendo un golpe en su estómago por la empuñadura haciéndola caer al piso de rodillas.
"- Levántate - ordenó- no fue para…"
Le escuchó detenerse cuando él observa lo mismo que ella. Su pantalón en la zona entre sus muslos estaba manchado de sangre asustándola tanto que se puso de pie con dificultad huyendo de ahí dolorida.
Pudo escuchar como el Tao corría tras ella llamándola. No se detuvo, realmente estaba asustada por lo que ingresó rápidamente donde se encontraba Kino Asakura.
Kino y Mikihisa Asakura habían sido las personas que le habían recogido cuando solo tenía cuatro años de edad, le habían criado justamente para servir a la familia y s lo menos que podía hacer por ellos era mostrarle toda la lealtad posible. Igual les amaba como si fueran sus padres así que al ver aquella mancha que parecía una herida corrió hacia la mujer quien la recibió con una sonrisa.
Tamao aun recordaba con vergüenza la charla de la anciana haciéndola entender que ahora era una mujer y como después de aquella información le obligó a tomar un baño.
Miró su copa y los recuerdos volvieron a ella nuevamente.
No había querido salir de la cama y de la habitación. Estaba tan avergonzada que al día siguiente, cuando había recibido la visita del Tao , decidió cubrirse enteramente con la sabana.
"- Eres una chica… - murmuró mientras ella le daba la espalda aun cubierta por la sabana."
"- ¿Q-Quien lo ha dejado entrar?"
"- Entro donde quiero – soltó arrogante haciéndola girarse a él y mirarlo con enojo mientras su cara estaba roja.- eres una niña fea – soltó.- … "
"- N-No me importa! – soltó sintiendo temblar sus manos. No le ofendía algo de lo que era sabedora."
"- Eres delgaducha y plana… mi hermana dice que lo que te pasó es algo normal - murmuró como si fuese un descubriendo grande, apenandola – tus cabellos son muy cortos y eres pálida….- continuó criticándola "
Tamao deseaba sacarle sus defectos de igual manera, pero… su temor y el hecho de que aquel chico era guapo y casi perfecto en todo le molestaban enormemente. Estaba avergonzada… ella no sabía que aquellas cosas sucedían en el cuerpo de una mujer. Nadie había hablado antes con ella sobre aquellos cambios.
"- Pareces un niño…. – repitió."
"- ¿Tiene alguna diferencia? – preguntó volviéndole a dar la espalda cubriéndose."
"- No – rió con arrogancia – solo que eres la primera niña que ha sido golpeada sin llorar."
Cerró su boca con fuerza. Aquel chico no lo sabía, pero en realidad ella lloraba cada noche debido a esos golpes que en el entrenamiento recibía. Pero lo hacía gustosa por protegerse y proteger a Yoh Asakura.
"- Entrenaremos mañana – ordenó."
"- N-No quiero…"
"- Lo harás – amenazó – o hablaré."
Notó la mirada del Tao cuando ella seguía huyéndole.
"- ¿Por qué ya no me visitas? – preguntó con un tono molesto haciéndola levantar su vista a él."
Tamao intentó buscar una respuesta sarcástica para escapar de eso, pero no pudo…
Hace apenas seis meses se había dado cuenta que desde los once años se había enamorado de aquel joven… sin embargo su lealtad a los Asakura y el hecho de pensar que no era la clase de mujer que Ren Tao se fijaría le hicieron huir rápidamente.
Tantos años para comprenderse en la adultez…
Acaricio la copa volviendo a inclinar su cabeza a ella.
"- ¿Importa? – murmuró – después de todo se verá extraño que ahora que estas comprometido…"
"- Quieren un heredero en un plazo de un año – metió las manos de su bolsillo causando que la pelirosa lo mirase con una sonrisa cínica."
"- ¿Y no te molesta que te traten como ganado?"
"- ¿No te molesta ser solo una sirvienta para los Asakura? – contrarresto haciéndola sonreír con cansancio."
Eran tantos los años a su lado, que tirarse indirectas era la única forma de protegerse de él. Casi no le enfadaba que fuese antipático con ella.
"- ¿Esa mujer sabe qué clase de hombre tendrá por esposo? – bromeó sarcásticamente."
"- Deberías decirme… - dijo mirándola con mas intensidad - ¿Qué clase de hombre crees que soy?"
"- Bueno, ella es hermosa, de buena cuna, y sofisticada… - murmuró ignorando su pregunta a propósito hacia algo que odiaba – ella…"
"- Te eh preguntado por mí – recalcó – además, ella no le brinda lealtad a una familia solo por recogerla – exclamó con más antipatía de la que deseaba."
"- Ella tuvo la suerte de no ser abandonada en un callejón – le recalcó con frialdad poniéndose de pie- de lo contrario habría dado su vida por un poco de bondad."
Ella se paró frente a él sin temor, Ren Tao la miró desde su altura. Ella era tan alta como él.
Ahora recordaba porque había salido enfadada de su casa hace seis meses. El hecho de burlarse de la familia que le había ayudado le enfurecía.
"- Dime – murmuró con frialdad - ¿Qué se siente al verlo con ella?"
Claramente Ren Tao se refería a Yoh Asakura. Y era el hecho que para nadie era un secreto que ella estuvo enamorada de Yoh, pero… ya no lo era, hace mucho no lo era.
El dueño de su corazón era el idiota arrogante frente a ella. Pero era una estúpida por solo pensarlo.
La pregunta la hizo mirar a la hermosa mujer de cabellos plateados y luego su mirada se dirigió a él. Contestó pensando solo en él.
"- Vivo cada día con eso…- murmuró sintiendo que su corazón se hacía pedazos."
"- ¿Lo amas? – preguntó molesto."
Tamao miró sus ojos, cada una de las facciones que tanto había visto junto a él. Cada faceta suya
"- Lo amo… - respondió dejando salir el aire al hacer la confesión sin que aquel idiota se diera cuenta."
"- Así que por eso te gusta cuidar de Hanna, ¿acaso imaginas que es tu hijo? ¿se siente bien escucharlos gemir por las noches cuando lo hacen? – soltó de forma agresiva haciéndola ruborizar."
"- Baja la voz… - exclamo haciendo que su kimono cubriese sus manos."
"- Mírate ahora – soltó – cuando fue la última vez que tomaste una espada."
"- Ayer – respondió desafiante – cuando entrenaba."
Algo brilló en los ojos del Tao.
"- No me habías dicho que entrenabas… - murmuró mucho más calmo."
"- Ya no solías preguntarme esas cosas…"
Y aquello era cierto. Todos los años desde los once años le visitaba tres veces por año y hasta la edad de diecinueve años los combates entre ellos se detuvieron.
Él pasaba ocupado y ella trataba de prepararse con los Asakura.
"- Me ayudabas en otras cosas – murmuró recordando la cantidad de trabajo que caía en él al estar a cargo de su familia."
"- Si…- murmuró sonriendo con tristeza – además solías decirme que parecía un chico."
Notó cuando Ren Tao se tensó ante el recuerdo de sus palabras por lo que lo vio cruzarse de brazos y mirar hacía otra dirección.
"- Era un idiota… - murmuró- en realidad eras mejor de esa forma."
"- Supongo que Jun Tao fue mi modelo a seguir – se encogió de hombros – así que decidí aprender modales y mejorarme."
"- ¿Y eso fue por algo que yo dije? – preguntó con malicia al querer provocarla."
"- No – mintió con todo su ser – pero el hecho de querer ser cantante se debe tomar medidas…"
"- No te dedicas a eso – acusó."
"- Estoy a cargo de la pensión y de un bebe – murmuró a la defensiva – no puedo dedicarme plenamente."
"- Tan leal… -murmuró con ironía – te quedaras sola, los padres de ese chiquillo vendrán y te lo arrebatarán."
Las palabras duras le hicieron tensarse y presionar su puño molesta.
"- Lo ideal es que te encargues de los tuyos – soltó."
La frase por extraño que pareciese cambio su humor. Se hecho a reír con cansancio y notó que las facciones de él se suavizaban.
"- ¿Cómo piensas que pase eso?"
"- Bueno eh sabido que los bebes se forman…- al notar el agarre de la pelirosa en su brazo."
"- N-No me refiero a eso."
"- Actúas con seguridad… - murmuró sonriendo con arrogancia – pero en el fondo eras la misma chica tímida."
Tamao desvió la mirada tratando de ocultar su vergüenza.
"- ¿Y bien?"
"- ¿Bien?"
"- ¿Te interesa mi propuesta? – dijo con malicia – podría ofrecerme para darte uno."
"- No creo que a tu nueva esposa le agradaría."
"-No es mi esposa aún."
"- ¿Me ofreces ser tu amante? "
"- ¿No es acaso tu trabajo cuando Yoh está aquí?"
Tamao le miró horrorizada y con incredulidad. ¿de verdad creía eso de ella?
"- Yo no soy una amante"
Estaba indignada, a punto de decir algo más hasta que una mujer de cabellos azulados se acercó a ella.
"- Señorita Tamao – la mujer hizo una reverencia – Hanna está llorando ahora."
"- ¿Dónde están Matilda y Marion? – preguntó con frialdad."
"- E-Están con él pero no saben cómo…"
Una mirada sombría cruzó en Tamao estaba furiosa con el Tao y furiosa con aquellas tres ayudantes.
Ren Tao notó con diversión como aquella mujer se tornó pálida al ver el enojo de la pelirosa.
"- Tú – ordenó a la mujer de cabellos azulado – sígueme, y tú – miró de reojo a Ren – quédate con tu oferta."
Tamao arregló su kimono y se dirigió escaleras arriba. Después de años de perfección, no iba a llorar frente al Tao por mucho que su comentario le hubiese dolido.
¿la creería de verdad una cualquiera?
Subió los escalones y caminó por el pasillo hasta una habitación donde yacía una cuna mientras se escuchaban llantos de un bebe.
Tamao miró a las tres mujeres quienes deseaban salir huyendo de la habitación pero en realidad solo le dieron espacio para que Tamao tomara en brazos al bebe.
Al hacerlo el pequeño se calmó de inmediato mientras ella tarareaba una canción de cuna.
"- Kana – ordenó con una frialdad calma – prepara un biberón."
"-¡Si! – dijo rápidamente saliendo ahí."
"- Ustedes dos – ordenó a las otras chicas – una se encargará de los invitados, la otra de traer ropa limpia para Hanna."
Las dos asintieron de inmediato y salieron huyendo haciendo que escuchase una risa tras ella.
Se giró encontrando a Ren Tao reclinado en el marco de la puerta mirándola con diversión.
"- Me sorprende ver como la tímida Tamao ha cambiado pero… puede mantener el control cuando tiene a un bebe en brazos."
"- Tiene hambre y sueño – murmuró mirando al pequeño tranquilo en sus brazos – No puedo creer que no entiendan eso."
"- No son madres."
"- Yo tampoco lo soy – respondió enfadándose que él justificase lo que ella consideraba estupidez."
"- Tú lo has tenido desde que nació."
Tamao tragó con dificultad al entender las palabras del Tao. Volvió su mirada a Hanna haciéndola sonreír con cariño.
"- Se parece tanto a Yoh… - murmuró sin otra intención."
"- Por eso lo amas – soltó con frialdad sorprendiendo a la pelirosa del cambio de humor – es increíble ver cómo te conformas con migajas."
"- Es increíble que te cases solo para reproducirte. - soltó escondiendo su enfado al dejar a Hanna suavemente en la cuna."
"- ¿Cuál es el problema?, disfruto a esa mujer de allá abajo, calienta mi cama y yo hago lo mismo con ella – soltó arrogante."
Para, por favor no sigas…
Presionó sus puños en los barrotes de la cuna mientras escuchaba con dolor aquellas palabras.
"- Entonces ve – soltó conteniéndose de levantar la voz – y hazlo – murmuró girándose a él abrazándose a sí misma con sofisticación – aquí me encargo de Yoh Asakura."
Si pensaba que era una mujerzuela, que lo pensara se dijo al ver como él palidecía con aquella confesión. Prefería su desprecio a su lastima si sabía que lo amaba.
"- Entonces no lo niegas… - exclamó entrando a la habitación a grandes zancadas- ¿siempre fue así? ¿Aun cuando estabas conmigo?"
"- ¿Estar contigo? – preguntó fingiendo una sonrisa irónica – nunca hemos sido pareja."
"- Pensé… - soltó, pero luego la miró con desprecio – y pensar que guardaba la distancia porque creí que aun eras una dama."
"- Lo soy – sonrió sabiendo con dolor que sería la última vez que lo vería – con Yoh lo soy aún más, así que puedes irte con tu nueva prometida."
Sintió el agarre furioso del Tao al tomarla del brazo y acercarla a él.
No sabía lo que estaba sucediendo, pero algo en él la estaba asustando demasiado. Aunque pareciera sofisticada no sabía mucho de hombres por lo que hasta en esos momentos analizó que provocarlos así era una mala idea.
Fue un alivio que Kana interrumpiera llamándola con el teléfono en mano.
"- Es para usted…. Señorita – murmuró al verlos demasiado juntos."
Tamao se alejó de él ocultando el temblor de su cuerpo y tomando al auricular sin perder de vista al Tao quien le devolvía la mirada desafiante mientras ocultaba sus manos en su bolsillo.
"- ¿Diga? – respondió ella y se sorprendió al escuchar la voz galante de la otra línea – Lyserg – llamó con un alivio que fue percibido por el Tao – sí, está bien, yo prepararé todo, no necesitan preocuparse- sonrió y colgó dando el objeto a Kana – prepara una habitación, Lyserg volverá y con el los señores Asakura."
La mujer asintió de inmediato y salió de ahí. De nuevo aquel ambiente incomodo entre ellos dos. De pronto deseaba echarse para atrás y retroceder seis meses, cuando aún podía contar con él y pasar sus días a su lado.
"- Una vez que te cases… - murmuró con aire ausente – ya no podremos estar juntos."
Se asustó tras unos segundos al analizar sus palabras, tan anhelantes que incluso un ciego podría darse cuenta de ello.
Retrocedió queriendo huir, pero recordó a Hanna por lo que permaneció mirando el piso. Fue solo cuando el Tao la acorraló colocando ambas manos en la pared cuando decidió mirarlo con toda la valentía que podía.
"- Repite eso – ordenó con calma mirándola como si fuese una presa indefensa."
"- N-No sé qué deseas que repita – sonó tonta pero ya estaba asustada. Solamente pensaba en la humillación de saberse expuesta."
"- Por un segundo… – murmuró invadiendo aún más su espacio – me pareció sentir que estabas triste."
"- Eres mi amigo – desvió su mirada – es normal que ya no podremos vernos y…"
"- ¿Soy tu amigo? – preguntó riendo con altanería y haciendo fruncir el ceño."
"- O eso creo yo – sintió sus mejillas tibias. Incluso se sentía avergonzada de sentir que él se burlaba por su extraña amistad. Le daba escalofríos pensar lo que el haría si sabía que lo amaba."
"- Hemos estado juntos todo el tiempo que nos vemos, incluso hemos dormido juntos – soltó adrede para que se entendiese de otra manera."
"-¡Estabas enfermo! – se justificó rápidamente al recordar aquellos tres días de fiebre en él lo que la obligó a dormir cada noche para que se tranquilizara."
Ren pareció recordar esos días porque una sonrisa se dejó notar en él.
"- Es cierto, tuve una enfermera todo ese tiempo, creo recordar que la asustaste."
"- ¡Ella no deseaba ayudar! – respondió ya molesta – solo estaba ahí para coquetear contigo, no ayudaba en nada, es mejor que se fuera – soltó recordando los celos que la habían inundado y sonrojándose por haber expuesto ese detalle."
"- Es verdad – siguió sonriendo – recuerdo que fue divertido verla palidecer cuando te enfadaste. ahora ¿no quieres defenderme también de la mujer que esta allá abajo?"
"- Ella es perfecta para ti – soltó sintiendo que su pecho se oprimía, pero demostrando una expresión fría."
"- ¿Por qué asumes tal cosa?"
"- Es hermosa, pertenece a una noble familia, posee un gran carácter- le miró odiándolo por recordar las cosas que a ella le faltaban – si serás usado como ganado, imagínate tus hijos ahora. Tendrán un buen linaje."
"- ¿Ella sabrá como debe comportarse cuando me enfade?"
"- le aconsejaré que no te hable por dos días y que te de tu espacio."
"- ¿Cuándo me enferme?"
"- Debe darte solo naranjas, es lo único que soportas."
"- ¿Cando este aburrido?"
"- Tiene que recordarte tu trabajo y si tienes suerte puedes practicar con ella en las armas."
"- ¿Y cuando la desee?"
"- Eso ya lo sabes – dijo con dolor escondiéndolo en su rostro serio – ya te has acostado con ella."
"- ¿estas dispuesta a decirle todo eso? ¿aun cuando fuiste tú quien se sacrificó todos estos años para descubrirlo?"
"- ¿Y si quiero que seas feliz? – soltó tan rápido que notó la mirada sorprendida del Tao – y si te dijera que deseo que lo seas y que deseo que ella pueda soportarte cada día aunque a veces sienta que desee salir huyendo ¿me creerías?"
"- Maldita sea- rió por lo bajo reclinándose a ella ocultando su rostro en su cuello – estas tan ciega…"
"- ¿Qué? – logró articular justo cuando Ren se separaba de ella."
"- Me hospedaré aquí algunos días – murmuró – resulta que debo cortejar a mi prometida estos días porque, aunque no lo creas, esta reunión no es un aviso oficial, es más bien el anuncio de mi intención de casarme."
"- Pues busca otro sitio – se cruzó de brazos cuando él se separó de ella alejándose y dirigiéndose a la cuna de Hanna. – No deseo que te pasees como si nada en este lugar y…"
"- Soy un cliente – sonrió – me debes tratar como tal."
Tamao le miró con el ceño fruncido y tras unos segundos suspiró derrotada. Aquella pensión estaría muy ocupada el resto de la semana.
Continuara…
N/A: que puedo yo decir? no eh terminado ninguno de mis largos fics y regreso con uno nuevo?. ay no se que me dio, acordarme de mis primeros trabajos me dio nostalgia por escribir (eso y que me leia el manga de nuevo) no se eh visto tantas cosas y creo que esta serie fue el trauma de mi infancia.
jejeje aunque no lo crean este fic esta terminado hoy si hoy si, para no dejarlo a medias solo tendra 3 capitulos que colocare cada semana SOLO 3 no 50 como solia hacerlos jajaja la razon es que creo que me aburrieron mis otros fics y ando que no quiero escribir de ellos. no quisiera abandonarlos pero creo que eso ando logrando por eso mejor busco tramas pequeñas.
gracias de antemano si me leen y me recuerdan Y SI TERMINARE MIS OTROS FICS ALGUN DIA...
espero de que gusten leer. este pedacito de fic.
