Hey~ Esta fue la primera historia que subí... Estuve viéndola, y me di cuenta de que tenía una cantidad -ni se lo imaginan- de errores... Decidí corregirla y aquí estamos, haha. El MuraAka fue mi primera obsesión. Ah~ Adoro tanto esta pareja.
Bien, quería agradecer todos los comentarios que ha tenido... Creo que no los he contestado, ya lo olvidé. :( Pero en serio, un beso y un abrazo a las personas que leyeron mi primer fic. Son los mejores.
Aclaraciones: Los personajes de esta historia no me pertenecen, son propiedad de Fujimaki. Solo es mía esta corta historia.
. . .
–Dime Atsushi, ¿Qué sientes por mí?
Dos jóvenes, ambos exhaustos después de la práctica de sus respectivos equipos, se encontraban cenando tranquilamente en el departamento de uno de estos. El de más baja estatura y que había hablado recientemente, tenía el cabello rojo como la sangre, piel nívea y tersa. Rasgos finos como sus labios. Sufría de heterocromía adquirida; enfermedad cuyos ojos son de diferente color, aunque, esto no hacía que perdiera su belleza y elegancia e incluso hasta la aumentaba y la hacía parecer espontanea.
–¿Huh? ¿A qué viene esa pregunta, Aka-chin?
Aquel que hablaba ahora, tenía los cabellos violetas, que caían livianos a un costado de su rostro, rozándolo sutilmente. Sus ojos parecían cansados y aburridos, de un matiz grisáceo.
–Solo responde–.Contestó tajante, pero no agresivo.
–Arara. Que humor–Se quejó–.Aka-chin, mi madre dice que si frunces el ceño muy seguido te saldrán arrugas.
Pero le interrumpió.
–Atsushi. No me interesa. ¿Podrías responder de una vez?
–Está bien, está bien…–Hizo una pausa, pensando bien que decir–. La primera vez que te vi Aka-chin, pensé que eras el tipo de persona altanera o el tipo de persona que siempre deseaba que sus órdenes fueran obedecidas. Cosa la cual no me equivoqué del todo–.Se encogió de hombros.
–Eres un insolente Atsushi.
–No lo digo con malas intenciones, no te enfades Aka-chin– Éste le abrazó mientras hacía un puchero, como un niño pequeño–.Pero...–le miró fijamente mientras se posicionaba de tal manera que sus rostros quedaran frente a frente.
–¿Pero?
Se había sorprendido. Murasakibara lucía serio.
–Todavía no he respondido a tu pregunta Akachin–Susurró, y tomó una de las manos notablemente más pequeñas, acercándosela a su rostro.
-Oh, claro.
–Cuando comencé a conocerte y acercarme más–prosiguió–, caí en la cuenta de que, estaba muy equivocado en mi forma de pensar sobre ti. Eras comprensivo, te preocupabas por el bienestar del equipo y eras a quien más admiraba, y todavía lo hago.
–Eso es muy amable de tu parte…Prosigue–.Comenzó a jugar suavemente con las hebras lilas que caían sobre el rostro del amante de los dulces.
–Con el paso del tiempo, supe que tú ya no eras alguien a quien solo admiraba, si no alguien que también quería Aka-chin. Gracias a ti, disfrutaba aunque fuera un poco el jugar basket. Eres la persona más especial y a la que más cariño tengo–.Le sonrió, y Akashi tragó con dificultad.
–Supongo que, tú ya sabes lo que siento por ti, ¿O no, Aka-chin?
Mientras rodeaba el cuello de él más alto, tocó suavemente los labios de este y agregó.
–Cierto, lo sé. Pero solo quiero oírlo de tu boca.
Entonces le dio un pequeño beso en su frente. –Te amo Aka-chin, te amo más que a nada y nadie.
Él rió suavemente y dijo–Mi lindo oso…–Tomó el rostro de este en sus manos y depositó un beso en su nariz–.Tú también eres muy especial para mí. Dime, ¿Quieres saber lo que yo siento por ti?.
–Eh, nop. Porque ya lo sé.
-¿Heh? ¿Qué quieres decir?–Arqueó una ceja y se separó un poco de él.
-Sé que tú también me amas Aka-chin~, no creo que a todas las personas les vayas con un; "Que sientes por mi" ¿O me equivoco?–Y le dedicó una media sonrisa entre medio burlona, y entre medio coqueta.
–Eres muy extraño Atsushi. Creo que te he malcriado demasiado, te mereces un castigo–.Akashi acercó poco a poco su mano hasta la nariz de Murasakibara y le dio un suave apretón.
–O-ouch…¡Me haces daño Aka-chin!
–Esto te pasa por ser tan insolente, Atsushibaka–.Sonrió para sus adentros mientras miraba aquella escena.
¿Cómo alguien con aquella apariencia se comportaba como un simple niño? No lo entendía. Pero quizás por eso lo amaba. Por su simpleza.
"Sí. Es cierto. Te amo Atsushi, siempre lo he hecho y siempre lo haré."
Fin
