Cap 1.

Poseidón siempre ha sido un dios protector con sus hijos. A lo largo de los siglos ha hecho todo aquello que estaba en su poder para que sus hijos estén seguros y a salvo. Incluso mantenerse alejado si era necesario.

Pero ahora hay una profecía. Una profecía que genero paranoia en su tonto hermano menor, hermano menor que pasaba a ser el rey de los dioses. Rey que ordeno un juramento entre los tres grandes prohibiéndoles tener niños y matando a todos aquellos que aun no cumplían 16 años...e incluso a los que ya los habían cumplido.

El dios del mar recuerda con pesar aquella época. Mirando sin poder hacer nada, escuchando los ruegos de sus hijos sin poder salvarlos. Haciéndose el tonto cada vez que Zeus descubría a sus pequeños hijos refugiados en cuevas marinas mientras eran cuidados por las ninfas del agua.

Zeus no perdono a nadie. No al pequeño Peter que acaba de nacer ni al temerario James que apenas alcanzaba los veinte. Porque a pesar de que la profecía hablaba de un niño llegando a los dieciséis, Zeus no iba a correr el riesgo.

Ninguno de los niños del mar se libro de la furia de Zeus.

Pasaron muchas décadas en las que Poseidón ignoro todo encanto mortal que pudiera encontrar…hasta que se topo con Sally Jackson en una vieja cabaña en Montauk.

Sally era como un soplo de vida en su monótona y rutinaria existencia. Ella estaba tan llena de vida, de alegría. Tan cálida y acogedora que al dios le resulto imposible no sumergirse en ella e ignorar sus responsabilidades. Ignorar el frío que recibía de su familia, de sus hermanos y hermanas, de sus sobrinos, de su indiferente hijo y de su helada esposa.

Sally lo había atraído como las abejas a la miel. Con su dulce encanto y su tierna voz. Con esa fiereza salvaje que aparecía cada vez que él la tocaba.

Poseidón amaba a esa mortal.

La amaba tanto que se olvido de la razón principal por la que había dejado de tener amantes mortales.

Una razón que nació un 18 de agosto pesando 3kilos con una pequeña mata negra coronando su cabeza y unos claramente ojos verdes tormentosos como el mismo mar.

Poseidón nunca se había arrepentido por tener un hijo. Pero esta vez…solo esta vez hubiera deseado no tenerlo.

Él no soportaría ver a su hermano matando a otro de sus hijos.

No importa si dicho hermano ya tenía una hija y otro hijo en camino.

Por eso, con todo el pesar de su corazón, Poseidón se aleja de su hijo y de la mortal que tanto amo.

Eso era lo mejor. No estar cerca de su hijo sería la mejor solución.

Dos años pasaron y el dios se arrepintió de su decisión. Su bella mortal ignoro su consejo de mantener a su hijo cerca del mar, ignoro su sugerencia de llevar a su hijo al campamento mestizo. Ella ignoro todo lo que él le dijo alguna vez.

Sally, su dulce y pobre Sally, pensó que podría resolver las cosas por sí misma. Pensó que podría mantenerse a salvo con su hijo. Pero estaba equivocada.

Su hijo nació fuerte. Con la potencia del mar. Atrayendo a toda clase de monstruo que estuviera cerca.

En su desesperación, Sally cometió la peor de las locuras. Se caso con el mortal más repugnante que pudo encontrar.

El olor del mortal era tan repulsivo que los monstruos se mantenían alejados. Ninguno se acercaba a su hijo. Lo mitológico no podía dañar al niño del mar…pero no había nada que lo salvara de aquel que le servía de escudo.

Gabriel Ugliano era el nombre del mortal con el que Sally se había casado.

Gabe era la representación perfecta de la clase de cerdo que había generado el inicio de las cazadoras de Artemisa. No solo golpeaba a Sally cada vez que quería, sino que también se había atrevido a poner sus manos sobre el hijo de Poseidón.

Eso era algo que el dios nunca iba a perdonar.

Poseidón amaba a Sally.

Y es por eso que no dudo ni un segundo en borrarle la memoria. Le quito todo recuerdo de ese hermoso tiempo que pasaron en Montauk, le quito todo recuerdo de su vida matrimonial con ese espécimen moral y sobre todo…le quito todo recuerdo de su hijo.

Había sido una de las cosas más difíciles que tuvo que hacer.

Sally nunca se dio cuenta de nada. Una noche se quedo dormida entre lágrimas con medio cuerpo magullado y al día siguiente se levanto con una enorme sonrisa ante el pensamiento de terminar por fin sus estudios en literatura.

El mortal…el mortal simplemente desapareció. Su cuerpo perdido en las oscuras profundidades del mar.

Y el niño. El niño se había mantenido en los brazos de Poseidón todo ese tiempo. El dios temía por su hijo. Temía por lo que su hermano podría hacerle.

Por eso no tuvo más opción. Solo había una persona que podía ayudarlo.

Con pesar se transporto hasta la entrada de una gran mansión. La mansión estaba cerca al mar, en la distancia perfecta para que Poseidón pueda proteger a su hijo.

Tranquilamente toca el timbre. Es más allá de la media noche pero sabe que el único ocupante sigue despierto.

No pasa mucho tiempo antes de que la puerta de entrada se abre y una voz robótica le habla desde el techo.

-"Por favor pase y siéntase cómodo mi señor Poseidón. En unos segundos vendrán a atenderlo"-dice la voz robótica con un perfecto acento ingles

No pasa ni medio segundo antes de que en la habitación esté entrando un joven hombre. No es tan alto como Poseidón, pero su delgado cuerpo lo hace parecer más alto de lo que es. Sus cabellos son de un castaño oscuro, su piel de un tono oliva y sus ojos castaños brillan con atrevimiento e ingenio pero sobre todo con extraña sabiduría. Trae una perilla que le hace parecer más viejo de lo que es.

-A qué debo el honor de tener al gran dios del mar en mi humilde hogar-dice el joven hombre mirando con clara curiosidad al niño que Poseidón cargaba-No había una profecía y una prohibición

-Esa es la razón por la que estoy aquí Anthony-respondió Poseidón con tranquilidad-vengo a pedir tu apoyo

-Sea lo que sea que esté pensando, sería mejor que lo olvide-replica el otro-no soy el mejor ejemplo ni la mejor persona para el trabajo

-Aun no he dicho lo que quiero

-No hace falta que lo haga…mi señor-se apresura en añadir

-Tu madre no te da el crédito que mereces-comenta Poseidón arrullando al pequeño niño quien se había inquietado un poco-eso es una verdadera pena

-Mi madre me odia-respondió Anthony con cierto malestar-odia haber caído en el amor con un idiota mujeriego y que su hijo siga los mismos pasos de su padre. Es curioso, mi padre me odiaba porque nací sin la necesidad de que él pueda tocarla

-Tu madre es muy orgullosa, ella nunca admite cuando está en un error…tal vez, en un futuro puedan arreglar las cosas-comenta Poseidón

-La última vez que vi a mi madre tenía doce años. Me ordeno huir de mi casa y buscar un campamento, dijo que si lo lograba ella sabría que aun hay esperanza para que no termine como mi alcohólico padre. Le pregunte sobre qué pasaría si no me iba, ella dijo que se olvidaría que alguna vez tuvo un hijo llamado Anthony Stark-suelta un suspiro que no se había dado cuenta que contenía-como sabrás, no he vuelto a saber de ella en estos ocho años.

-Lo sé, pero tú eres la mejor opción para que mi niño sobreviva

-No sé cómo cuidar de un niño. Mi padre no era el mejor ejemplo-masculla Tony mirando resignado al dios-terminara siendo sarcástico e impudente, con un gran odio por las reglas y posiblemente no tendrá un instinto de auto preservación

-Es mejor que vivir con un padrastro alcohólico que aprovecha cada oportunidad que tiene para golpearlo-responde Poseidón mirando tranquilamente a Tony

-Eso es jugar sucio-dice Tony mientras le da una ojeada rápida al niño intentando encontrar los golpes mencionados

-Ya está curado…y me he encargado de su padrastro.

-Por eso siempre he pensado que el mar es lo más peligroso-murmura Tony al notar la fría mirada del dios-qué tengo que hacer. ¿Cuidarlo hasta que cumpla los doce y mandarlo al campamento?

-…-Poseidón guardo silencio durante un rato, sus ojos se posaron en el rostro dormido de su hijo. Paso suavemente uno de sus dedos por la pequeña carita antes de darle un beso en la frente. Volteo lentamente y coloco a su hijo en los brazos del otro hombre-Mi hijo…mi niño no debe saber que soy su padre. Mi hermano no pararía hasta matarlo.

-¿Mi señor…?

-Te pido…no. Te ruego, hijo de Atenea, que protejas y cuides de mi hijo como si fuera tuyo. Que nunca le rebeles su ascendencia.

-Pero…sus poderes…

-Ambos sabemos que algunos mortales desarrollan ciertas habilidades debido a un extraño gen-dice Poseidón sin apartar los ojos de su hijo

-El gen X…pero nadie trata bien a los mutantes, estaría en igual peligro

-Pero sería un peligro menor a comparación con la furia de mi hermano-replica el dios posando su mirada en los marrones ojos del hijo de Atenea

Tony permaneció callado durante unos segundos. Podía ver la suplica en los ojos del dios. Podía ver las ganas que tenia de salvar a su hijo. Podía ver cómo le dolía la petición que le estaba haciendo. Porque Poseidón no estaba ordenando, estaba pidiendo.

Tony había aprendido hace mucho tiempo que los dioses nunca piden y solo ordenan…pero, el dios del mar le ha demostrado lo contrario. Tony no es idiota, sabe que rechazar esto solo le traería problemas pero…pero aun así, es solo hecho que el poderoso dios del mar le esté pidiendo un favor es suficiente para que él acepte.

-Juro por el Estigio que cuidare de tu hijo como si fuera mío y que de mí nunca sabrá su verdadero origen.

Un trueno se escucho por todo el lugar.

-Gracias, Anthony-murmuro el dios empezando a desaparecer en una neblina espesa-buena suerte mi hijo, mi Perseo.

Tony quedo en medio de la habitación con un pequeño y dormido niño en sus brazos.

-Perseo-murmuro mirando al niño-un gran nombre para un pequeño bebe. Reamente, el que seamos hijos de dioses no quiere decir que debamos tener nombres tan…tan…

-"Presuntuosos"-sugirió la robótica voz de JARVIS

-¡Exacto!-exclamo Tony balanceándose ligeramente para evitar que el niño despierte-¿JARVIS?

-"Señor"

-Obi enloquecerá cuando se entere pero…empieza a ordenar todo lo que creas conveniente para Percy

-"¿Percy?"

-Es mucho más adecuado que Perseo, solo mira su tamaño…es el tamaño de un Percy-justifica Tony

-"como diga señor"

Tony camino con el niño en brazos hasta su habitación. Con cuidado lo coloco en medio de la cama y empezó a hacer una pequeña muralla de almohadas a su alrededor.

-Con esto no se caerá-murmuro pensativo

El resto de la noche, Tony se la paso sentado en un lado de la cama, velando el sueño del niño que había sido puesto a su cargo y pensando en las mil cosas que tendría que hacer para asegurarse de que nada le pase. En todos los cambios que sufriría su vida a partir de ese momento.

Era una lástima que Tony y Poseidón nunca pensaron que tal vez el nacimiento de Percy era necesario para evitar la caída de los dioses. Era una lástima que Percy no pudiera permanecer en la ignorancia para siempre. Era una lástima que este simple cambio generara un mayor acontecimiento.

Porque el efecto mariposa puede ser aun más letal...todo depende de las decisiones que uno tome.

Y eso lo sabían las tres ancianas que tejían calcetines dentro de una cueva. Uniendo varios hilos que en otras circunstancias nunca se hubieran juntado.

Ellas miraron fijamente ese hilo verde azulado que sostenían y veían como uno de un dorado rojizo se entrelazaba con el primero, siendo seguido por uno blanquiazul, uno morado, uno verde oscuro, un rojo sangre y un negro plata.

P&T

Lalalala bueno, aquí está el inicio de mi nuevo long fics.

Planeo pasar por Lo que sería Ironma antes del Ladrón del rayo. Tendrá algunos cambios como el hecho de que Percy no será culpado por el robo del arma de Zeus. Además podría haber una temprana interacción de otros personajes. Recuerden que Tony y Percy estarán viviendo en Malibu…posiblemente cerca de cierta hija de Afrodita que todos conocen.

Bueno, espero saber sus opiniones y predicciones para esta historia.

No se olviden de dejarme review. Es más empecemos una campaña navideña, la llamaremos "Dona un Review y has feliz a un autor" XDDD

Nos leemos

Cuídense

Byebye

Pd: No estoy planeando ninguna pareja de momento…pero si puedo prometer que no existirá el Percabeth. (Lo siento pero actualmente odio a Annabeth… y ahora si la odio en serio).

P2: Espero les haya gustado este inicio.