Este relato es parte de un evento que se llevó a cabo en el foro Yume Wo SSY y lo escribimos entre Lightless Cynth (Saga) y yo (Shaka). Tan sólo me he limitado a hacer algunas ligeras correcciones del relato original. Espero que os guste.

Disclaimer: los personajes pertenecen a Masami Kurumada y Toei Animations. Historia escrita sin fines lucrativos.

Capítulo 1

¡Maldición!- exclamé al ver el estado de mi apartamento.

¿Mi culpa? No, culpa de ese idiota hermano mío al que permití quedarse por unas semanas mientras encontraba una nueva vivienda lo suficientemente barata para su estilo de vida holgazán. Holgazán, porque mis padres no pudieron preocuparse en darle la educación necesaria, claro, que muertos cuando teníamos siete años no habrían podido hacer gran cosa por sus hijos.

Encima el ser gemelos idénticos hace que las diferencias sean más notorias: el maldito Kanon ya recogió sus cosas, sus pocas pertenencias y hoy se ha largado finalmente tras medio mes de espera , aunque sospecho que volverá pronto argumentando que el casero, sea cual sea, tiene mal genio... pero, ¿cómo podía irse sin dejarme un regalito?.

Este desorden en toda la casa me dice que no estuvo a solas y que tuvo una buena despedida a juzgar por la ropa interior de mujer que me acabo de encontrar debajo de mi sofá blanco, ya desgastado por los años que lleva conmigo y con una mancha de refresco de cola cortesía de mi querido hermanito Kanon.

¡Menudo bastardo!

La ropa sucia ya está en el cesto correspondiente, lo mismo que las bolsas y envases de comida y agua que mi hermano no se molestó en recoger.
¡Hace calor aquí!, pero no me quitaré la camisa blanca porque el comentario que he escuchado hoy ha sido muy bueno: me dijo que lucía bien así, con la camisa bien blanca y los pantalones negros. Me dijo que le gustaba mi ropa porque yo me veía bien y además me sonrió, amablemente como siempre, deliciosamente.

Quizas mi problema sea que todos me crean un soltero empedernido sin ganas de ninguna relación y sin embargo, no es como si yo fuera frígido o algo por el estilo, simplemente tengo mis exigencias y no me atrae cualquiera.
El es diferente porque me interesa; me interesa su charla, me interesa su gesto casi tan serio como el mío, me interesa que su mirada parezca perderse y que a pesar de ello entienda cualquier cosa que se le plantee. Es una estupidez negar que me atrae del mismo modo el color de sus pupilas, un azul de cielo despejado y la sensual curva de sus labios.

En definitiva, puedo decir que me gusta y que es en primer lugar un gran reto porque somos buenos colegas y nos llevamos bien, pero de ahí a que se meta en mi cama hay un largo trecho considerando además que hace más de medio año que no me acuesto con nadie. ¡Soy un hombre ocupado!

Veo el reloj, notando que van a dar las cinco y que él estará por llegar. El estira y afloja que hemos llevado los últimos meses me hace pensar que también siente interés y ¡es tan testarudo!. Por eso lo he invitado yo, le he sonreído con galantería enarcando mis cejas, le he preguntado si le interesaría tomarse una copa conmigo en mi casa o en el bar que hay cerca de la oficina.
Él, admirablemente, me miró de arriba abajo, suspiró como si no tuviera alternativa y dijo que sí pero sólo porque hoy me veía bien con la camisa blanca y el pantalón negro. La sonrisita, no sé si fue de burla o de aditivo al comentario.

Lamentablemente hoy he tenido que salir primero del trabajo porque mi hermano me llamó diciendo que era una emergencia y que me necesitaba enseguida y al final todo resultó en que sólo era para limpiar estas porquerías suyas.

Le dije a Shaka que me esperara en el bar aunque podría ser que no lo hiciera, que pensara que lo plantaré y que regrese a su casa. Por otro lado, tal vez venga a la mía pues le di mi dirección y mi número teléfonico.
Claro que es más factible que mañana no me dirija la palabra por cualquier razón, después de todo... ¡sólo somos buenos colegas de trabajo!, ¿no?