"Entre el amor y el poder"

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Capítulo 1: Día problemático


No podía describir cómo se sentía, tal vez... Sólo tal vez estaba siendo muy exagerada.

Pero claro, tal vez no era tan malo lo que le estaba pasando, ya que:

1) Su relación de tres años se había ido al tacho al ver a su novio con otra muchacha en una fiesta, y encima ni siquiera había hablado de él sobre ese tema.

2) Sus padres tuvieron la fantástica idea de elegir, hace mucho tiempo, mudarse a otra capital.

3) No conocía a nadie allá y ahora más que nunca necesitaba a sus amigas, pero no las tenía ahí en el avión.

Se recostó en su brazo, totalmente triste.

Se sentía como la mierda.
Eso, la palabra exacta, se sentía la persona más desafortunada en el mundo.

Luego de unas horas se encontraba en el auto, admirando las gotas de lluvia caer.
Sus lágrimas cayeron al recordar todo lo que le estaba pasando en esos momentos.

—¿Falta mucho para llegar? — preguntó desde el asiento trasero y de inmediato se limpió las lágrimas.

—No, ya falta poco — respondió su madre volteando a verla — Oh cariño — le sonrió dulcemente — No llores, ¿Sí? — la animó — Harás nuevos amigos allá

Se quedó en silencio y bajó la mirada.

Al llegar a la enorme mansión, la cual ahora sería su nuevo hogar, siguió a sus padres por la entrada.

Debía de admitirlo, su nuevo hogar era realmente grande.

—¿Quisieras hacer algo Bulma? — preguntó Briefs.

—Yo... — dudó — Yo creo que voy a elegir mi habitación

—Claro, vé — respondió su progenitora.

—Bien — subió las escaleras y comenzó a ver las habitaciones.

La verdad, ella no había pasado por lo tedioso que era una mudanza. Pues habían un par de cosas en la mansión, ya que su padre había anticipado la llegada de su querida familia.
Además, que por ser dueños de Las cápsulas Hoi-Poi todo lo que usaban estaba encapsulado.

Se dedicó a des-encapsular algunas de sus cosas y acomodó todo a su gusto.

Al ver una fotografía de su antigua preparatoria sus ojos se llenaron de lágrimas nuevamente, lanzó el objeto y se recostó en su cama.

—Odio esto — se quejó hundiendo su rostro en la almohada para que sus gritos no sean escuchados.

Y así entre el llanto se quedó profundamente dormida.

A la mañana siguiente, tal y como su padre le había dicho, ya que no podía perder clases, se vistió para ir a su nueva preparatoria.

—Joder — gruñó.

Ya no se sentía triste, estaba realmente molesta por haberse mudado.

— ¡No encuentro nada aquí! — se quejó lanzando una prenda — ¡Ay! — chilló al no ver su blusa blanca — ¡Mamá! ¿¡Dónde metimos mis blusas-!? — llamó pero se interrumpió a sí misma — ¡Olvídalo ya la encontré!

Una vez lista bajó las escaleras corriendo y observó que su madre se había encargado de acomodar todo.

—Buenos días papá — saludó.

-En verdad no sé qué tienen de buenos - pensó la peliazul al sentarse en la mesa.

—Buenos días hija — respondió Briefs sin quitarle la vista a su periódico.

—¡Bulma querida! — chilló su madre — Encontré varios pastelerías aquí!

Pasaron un desayuno silencioso y tranquilo, ya que en verdad no había mucho de qué hablar.

—Bueno, ya me voy — se despidió la muchacha.

Había estado en la capital del Oeste, cuando venía de vacaciones, así que no le era difícil ubicarse ahora que se había mudado.
Conocía a la perfección todo.

Des-encapsulo su auto blanco y condujo hacia su destino.

Al llegar al dichoso lugar, estacionó su deportivo al lado de otros más.

-¿Debería encapsularlo? - pensó - Nah, ¿Por qué tener algo tan bonito si no puedes presumirlo? - sonrió y caminó a paso ligero hacia la entrada.

Al ingresar se quedó paralizada, todo era un completo caos en aquel lugar: Chicos lanzaban papeles por todos lados, otros parecían que amenazaban a algunos más indefensos, un grupo de chicas la miraban como si fuera una porquería, y algunos simplemente le soltaban piropos.

-¿En qué me he metido? - pensó incómoda.

De inmediato alguien la jaló del brazo bruscamente hacia él.
Abrió los ojos de manera lenta y se encontró con un muchacho de cabello negro, muy largo para su gusto en realidad.

—Hola preciosa — le sonrió — ¿Cuál es tu nombre? En realidad no te había visto por aquí antes

Se soltó bruscamente del agarre y trató de tranquilizarse, no quería ser grosera.

—¿¡Y tú quién carajo te crees para jalarme así!? — chilló frunciendo el ceño — ¡¿Eh?!

—¿Así que resultaste ser ruda? — comenzó a reír — Bueno, me disculpo — se alejó un poco de ella y le extendió la mano — Mi nombre es Radits, ¿Y el tuyo?

—Mi nombre es Bulma Briefs — sonrió — Ahora si me disculpas me tengo que ir

—¿No podrías quedarte un momento? — preguntó reteniendola.

—Eh Radits, ¿No ves que no quiere estar contigo? — la voz de un muchacho se hizo escuchar.

La peliazul volteó a ver quién era y se encontró con un chico más pequeño que ella y sin cabello.

—¿Y tú qué te metes enano? — gruñó el pelinegro acercándose peligrosamente a este.

De inmediato una profesora salió de una aula y se acercó a ellos.

—¿Qué hacen aquí? ¿Por qué no están en sus clases? — llamó la atención — Especialmente tú Radits, ¿Quieres que reporte esto?

—No, disculpe — se puso nervioso — Ya me voy

Una vez solos, el chico calvo se acercó a la peliazul.

—Hola, mi nombre es Krillin

—Hola, yo soy Bulma Briefs — saludó — Y gracias por salvarme de ese tonto — rió, pues ahora a Radits lo había clasificado como: "El mujeriego de la prepa".

—No te preocupes, él es así, le gusta estar rodeado de chicas — informó — Veo que eres nueva

—Sí... — respondió — ¡Eh! ¿Me podrías ayudar a indicarme dónde es la oficina del director?

—Claro

Caminaron hasta la oficina, en donde Bulma tenía que arreglar algunos papeles para poder asegurar su estancia en el lugar.

—¿Podrías esperarme? — pidió la chica.

—Bien, te espero aquí — dijo sentándose en las bancas que habían afuera.

Bulma se acercó a la entrada del despacho pero de inmediato fué empujada bruscamente por alguien que salía.

—¡Fíjate estúpida! — exclamó un chico con cabello en forma de flama.

—¿¡Qué te pasa imbécil!? — gritó tirada en el suelo — ¡Fíjate por donde caminas!

—Hmph — gruñó al verla de reojo y se fué.

Una vez que se fué el muchacho, Krillin se acercó de inmediato a levantar a su amiga.

—¿Estás bien Bulma? — la puso de pie.

—Sí, no te preocupes, ahora sí voy a hablar con el director

Una vez adentro de la oficina puso atención a una pequeña placa de metal que había en el escritorio.
Ahí decía: "Director Roshi"

—Buenos días director — saludó sonriente, pero su rostro cambió cuando observó cómo el viejo comenzó a ver su escote — ¡Director Roshi! — llamó.

—¡Ah! — se sobresaltó — ¿Bulma Briefs, verdad?

—Así es

—¿Qué es lo que necesitas? — preguntó — Tu padre ya arregló todos los papeles

—Ah yo... — habló sorprendida — Pues entonces me retiro

-¡¿Por qué no me dijiste nada papá?! - pensó molesta.

Salió de la dirección y observó a su amigo acercarse a ella.
Caminaron por los pasillos, dispuestos a ir a su clase.
En el camino Krillin le entregó una copia del horario, ya que, casualmente iban a estar en la misma aula.

—Oye por cierto — inició la conversación Bulma — ¿Quién era ese estúpido con el que me choqué? ¿Lo conoces?

—Ah... Es Vegeta Ouji

Detuvo su caminata y su mente se tornó de color blanco, había visto a ese muchacho hace mucho tiempo, recordaba aquel cabello en forma de flama.

—¿Vegeta Ouji? — volvió a preguntar.

—Sí, te recomiendo que no te acerques a él — advirtió — Es un chico muy violento, incluso lastima a su primo, Gokú

—Uau — se sorprendió.

—En fin, vamos a clases — caminó más rápido.

«—¡No molestes! — chilló la pequeña de cabellos azules.

—¡Eres una llorona! — se burló el otro niño — ¡Niñita de papá!

—¡Ya no te quiero! — gritó»

Bulma sacudió su cabeza para alejar esos recuerdos.

Una vez en el aula, Krillin le presentó a sus amigos: Milk y Ten Shin Han.

El ruido que era provocado por los alumnos fué silenciado por el profesor que ingresó.

—¡Silencio, todos a sus lugares! — gritó.

—¡Sí, señor Freezer! — asintieron todos nerviosos.

El hombre mayor, colocó su maletín en el escritorio, pero antes de que comience alguien ingresó sin pedir permiso.

—Oye Vegeta — murmuró otro muchacho en la entrada del aula — Primero debemos pedir permiso — dijo apreciando cómo el mencionado ya había ingresado — Profesor, ¿Puedo ingresar? — pidió.

—Sí, adelante — respondió el mayor — Y tú, Ouji — llamó — Ven aquí de inmediato

—¿Para qué? — gruñó Vegeta recostado en su asiento — Si tiene algo que decir dígalo así para no tener que pararme

Freezer se aguantó el tremendo insulto que quería decirle ahí mismo a su sobrino.

—Después de clases quiero hablar con usted — gruñó.

—Hmph

—Ah sí, hay una nueva — habló Freezer — ¿Qué espera que no se presenta? — dijo aburrido.

—¡Soy yo! — saltó la peliazul poniéndose de pie — Mi nombre es Bulma Briefs y tengo diecisiete años — luego se sentó.

Por otro lado, Ouji, que había prestado atención a la presentación de la chica cerró los ojos para meditar.

-¿Así que eres tú la estúpida con la que me choqué? - pensó cruzándose de brazos - ¿Briefs? ¿Así que es millonaria? - se cuestionó.

Así fué como después de eso, pasaron un par de horas en clase, hasta que tocó la campana. Todos salieron bostezando y otros emocionados de que la clase ha haya acabado.

—Vegeta, acércate — llamó Freezer una vez solo con su sobrino.

El mencionado caminó a paso lento, realmente aburrido de la situación.

Cuando de pronto fué sorprendido por un golpe en el rostro.

Pasó uno de sus manos por el lugar lastimado y felizmente no tenía sangre, pero le dolía en demasía.

—Tú mocoso, me vas a respetar, ¿Bien? — advirtió el mayor.

—Sigue soñando — gruñó y salió del aula.

Corrió hacia los baños, pero al ver que todos estaban ocupados comenzó a golpear la puerta de uno.

Por la fuerza sometida, un pequeño perno cayó y de inmediato la puerta se abrió.

—¡Estúpida! ¿¡Acaso no ves que está ocupa-!? — gritó Bulma, pero se interrumpió así misma al ver al muchacho de cabellos en forma de flama frente a ella — ¡Ah! ¡Atrevido, Mañoso! — chilló subiendo su pequeño short y cerrando la puerta de inmediato.

—¿Pero qué haces en el baño de hombres? — preguntó Ouji tapando con una de sus manos su rostro, totalmente avergonzado.

—¿¡Acaso estás ciego!? — gritó ella aún adentro — ¡Este baño es de mujeres, claro, eres tan enano que no alcanzaste a leer el letrero!

Vegeta salió corriendo para ver si en verdad era cierto, y en efecto, él había sido el equivocado.

«—¡Eres una llorona! — se burló el otro niño — ¡Niñita de papá!

—¡Ya no te quiero! — gritó ella.

—¡No me importa!

—¿De verdad no te importo Vegeta?»

Algo muy en el fondo le decía que había visto a esa muchacha en algún lugar.

Decidió esperarla, ya que, no iba a dejar que aquella chica se saliera con la suya.
Llamarlo Enano, ¿Quién se creía?

Además que, con la vista que le había dado ahí dentro, no estaba tan mal.

Una vez que la peliazul salió la tomó rápidamente del brazo, sin darle tiempo de reaccionar, la apegó a él.

—¿¡Acaso aquí es normal que tomen a las chicas así!? — gritó la peliazul — ¡Que me sueltes!

—¡Silencio! — gruñó — ¿Podrías repetir lo que dijiste adentro? — murmuró — Claro, si te atreves

—¿Qué? — habló — ¿Enano? — sonrió burlona.

Al verla, supo entonces que debía retarla. Al fin algo de diversión, le gustaba eso.
Quería ver hasta dónde podía llegar aquella mujer.

—¡Ya suéltame! — gruñó Bulma al ver que él se quedó en silencio.

—No — sonrió acercándose más ella, prácticamente se apoyó en la pared, solo escasos centímetros los separaban.

—¡Si no me sueltas gritaré! — amenazó.

—Inténtalo

Briefs tomó aire para gritar, pero de inmediato Ouji rompió los escasos centímetros que los separaban y la besó, sorprendiendola totalmente.


Continuará...


¡Hola a todos!
Sé que este Fic es muy cliché. Pero vengo aquí a publicar esta historia, que tal vez, algunos ya la leyeron antes. Esta historia fue una de las primeras que hice y por lo tanto tenia DEMASIADAS faltas ortográficas, decidí un tiempo editarla, pero tampoco salió bien.

Ahora si, considero que esta apta para que alguien la pueda leer y no se quede ciego por tremenda estupidez que había escrito antes XD

Espero les guste y si tienen alguna critica constructiva díganmelo en los Reviews.

¡Gracias por leer!