Naruto y sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto, yo sólo los tomé prestados para darle rienda suelta a mi imaginación
Sé que aun les debo capítulos de mi fic "Lo que la mente olvida, el corazón lo recuerda", créanme que estoy trabajando en él. Esto surgió esta mañana en medio de mi aburrimiento mientras estaba formada para realizar el trámite del pasaporte y, en cuanto llegué a casa, comencé a escribirlo, espero que lo disfruten ;)
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El dedo chiquito del pie
Le había tomado bastantes años acostumbrarse a las estrictas normas de etiqueta que el clan dictaminaba para sus miembros, normas que empezó a memorizar desde el momento en que su relación con el prodigio Hyuuga se hizo oficial y fue aceptada por todos los miembros del clan. Ahora, a casi diez años de matrimonio se había convertido no sólo en una ninja de renombre en la aldea, sino también en la respetable señora Hyuuga TenTen, incapaz de decir alguna palabrota de las que, en sus años de juventud, se atrevió a pronunciar. Sin embargo, había ocasiones en las que no podía evitar soltar alguna de esas palabras…
— Gracias por el té, TenTen— dijo el líder del clan, Hiashi levantándose — Cada vez lo preparas mejor.
Tanto la castaña como el prodigio del clan sonrieron con suficiencia levantándose también para acompañar a Hiashi a la casa principal, los tres comenzaron a caminar para abandonar la sala del té cuando, de pronto se escucho un golpe y la voz de la señora Hyuuga…
— ¡MIERDAAA! ¡MALDITA MESA ESTÚPIDA! — se encontraba parada sobre su pie derecho mientras sostenía con ambas manos su pie izquierdo, específicamente el dedo chiquito de su pie.
Calló y trató, inmediatamente, de recuperar la compostura al darse cuenta de la falta que había cometido y de que ambos hombres la miraban, Neji con una cara de asombro y un deje de enfado mientras que Hiashi tenía una mirada divertida y una sonrisa apenas perceptible en su rostro.
— Es bueno saber que sigues siendo la muchacha que enamoró a mi sobrino.
Dicho esto el jefe del clan abandonó el salón dejando a los esposos sonrojados y a una TenTen aguantando el ardor que sentía en su lastimado dedo.
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