Han pasado cuatro años desde la batalla final. Esa gran batalla contra Deep Blue en la que aliens y mews se disputaban la tierra, y que finalmente, tuvieron que aliarse para poder derrotar al maldito de Deep Blue.
Han pasado cuatro largos años…
Las chicas aún siguen trabajando en el café, aunque claro, sin tener que estar lidiando con aliens.
Ichigo Momomiya, actualmente de 17 años de edad, aún continúa siendo la alegre chica torpe, entusiasta y enamoradiza. Pero con un poco más de madurez.
Continúa su relación con Masaya. Se ven felices y enamorados como siempre.
Su relación con las chicas no cambió, siguen siendo grandes amigas.
Mint Aizawa, de 15 años de edad, ha llegado bastante lejos con el ballet. Se ha vuelto muy exitosa dentro de ese ámbito.
Su personalidad está intacta. Sigue siendo la misma perezosa a la hora de trabajar en el café, y dejándole toda la tarea a Ichigo.
Realmente le agradaba molestarla.
Lettuce Midorikawa, de 16 años de edad, es la misma chica estudiosa y algo torpe; aunque ya no tan insegura y tímida como antes.
Ahora también se preocupaba más por su apariencia, hasta había empezado a usar algo de maquillaje.
Pudding Fong, la mew más pequeña, ya había llegado a los 13 años. Se había vuelto más alta que la última vez.
Seguía conservando la misma hiperactividad y alegría de siempre. También se había vuelto muy habilidosa a la hora de hacer trucos. De hecho, luego de haberle insistido mucho a Ryou, se había ganado un pequeño espacio, en un determinado horario del café, para hacer su show de trucos.
Zakuro Fujiwara, de 19 años de edad, era toda una estrella famosa. Ya no era tan usual verla por el café, debido a que viajaba mucho al exterior. Aunque igual, seguían manteniéndose en contacto, y generalmente, luego de haber estado mucho tiempo afuera, solían hacer una pijamada en la casa de Mint, donde se ponían al tanto de todo lo ocurrido.
Se podría decir que ya no era tan fría y reservada como antes, o aunque sea no con sus amigas.
En estos cuatro años, la amistad se fortaleció mucho.
En otra parte del mundo, fuera de la faz de la tierra; más exactamente, en el planeta donde vivía nuestros aliens… se encontraba un Kisshu tirado en la cama de su habitación, mirando el techo con tristeza.
- Cuánto tiempo ha pasado… ¿Qué estará haciendo mi gatita? ¿Seguirá con el idiota ese de "Aoyama-kun"? – intentó hacer una voz burlona al referirse a éste último – aún no te he podido olvidar… - suspiró cabizbajo.
En estos cuatro años, luego que volvieron al planeta y lograron salvarlo utilizando el Mew Aqua, Kisshu, Pai y Tart llegaron a ser considerados los héroes supremos del planeta.
Todos los respetaban y admiraban… y era obvio, el Mew Aqua le devolvió la vida a la tierra. Todos pudieron volver a sonreír.
Por eso, a Kisshu, Pai y Tart se los trataba como si fueran de la realeza. Se les ofrecía todo lo que querían, e incluso lo que no pedían (comida, dinero, ropa, mujeres, etc).
Pero a pesar de tenerlo todo, ellos no eran felices…
En estos cuatro años ellos siguieron haciendo investigaciones, intentando fortalecer sus chimera animals. Eran científicos.
También siguieron entrenando, para no perder la costumbre.
Kisshu era todo un guerrero. Se había vuelto un poco más alto y más musculoso. Le había crecido el pelo, pero ya no lo tenía atado adelante, sino que lo tenía atado atrás, en una sola coleta, sobre la nuca. Llevaba puesto pantalones largos (como los de Pai), y la misma remera, solo que era más larga y ya no mostraba el estómago.
Kisshu tenía 19 años y era todo un galán. La mayoría de las chicas estaban locas por él.
Intentó salir con varias, pero con ninguna lograba sentir esa "chispa" que sintió con cierta minina. Al final, de alguna u otra forma las dejaba de ver.
Si hay algo que Kisshu no pudo hacer en estos cuatro años, fue superar a Ichigo.
Pai, actualmente de 20 años de edad, seguía siendo el más inteligente del grupo. Pasaba mucho tiempo en su laboratorio haciendo investigaciones. Como siempre, no solía hablar mucho de lo que sentía, por eso era difícil descifrar qué pasaba por su cabeza.
A veces, con la excusa de que estaba haciendo investigaciones, solía ir a lugares donde tengan buena vista al mar, y pasaba largos ratos pensando, sin dejar de mirar el agua. Como si ese líquido azul lo atrapara, y lo sumergiera en grandes pensamientos.
Taruto, al igual que Pudding, había llegado a los 13 años. Se había vuelto más alto y travieso.
Se divertía molestando a Pai Y Kisshu. Pero a veces, estos estaban tan pasmados en sus pensamientos, que no le prestaban atención.
En aquellos días, Tart echaba mucho de menos a Pudding, la chica que había logrado sacarle varias sonrisas. Él estaba seguro de que con ella podría divertirse y pasarla bien. Aunque claro, nunca lo iba a admitir frente a sus hermanos.
De hecho… hoy era uno de esos días…
Tart había puesto un balde de agua arriba de la puerta de la habitación de Kisshu, y en eso entra Kisshu
- ¡AHHHHHHH! ¡TARUTO, TE VOY A MATAR! – dijo un Kisshu completamente empapado
- Jajajaja te lo mereces, solo te la pasas pensando en esa mew vieja, ya no eres divertido – dijo Taruto frunciendo el ceño
Kisshu golpeó en la cabeza a Tart (al estilo Inuyasha con Shippo).
- ¡¿A ti qué te importa lo que yo haga o deje de hacer?!
- ¿Qué es todo este alboroto? – dijo Pai al entrar, y luego al ver lo ocurrido… - ¿Taruto no tienes tarea que hacer?
- ¡Cállense, siempre me están dando órdenes! ¡Solo estoy tratando de divertirme un poco, porque ustedes se la pasan suspirando por esas mews y ni siquiera me prestan atención! – dijo Tart a los gritos – Saben, si son tan inteligentes ¿por qué no las van a ver, eh?
Pai y Kisshu estaban sorprendidos, ¿por qué salía con eso ahora? Era claro que si ellos no volvieron a la tierra antes, era porque tenían miedo de ver a las chicas que les gustaba con otros, y no poder superarlo. Porque, a fin de cuenta, si ellos regresaban a la tierra, era porque realmente las necesitaban, ¿no?
- ¿No será que tú quieres ver a la chica mono? – dijo Kisshu con mirada sospechosa, y esto hizo sonrojar a Tart
- ¡Claro que no! ¡¿Por qué a mi me interesaría ver a esa tonta?! – dijo Tart rojo de la vergüenza.
- ¿Y… si vamos a visitarlas? – dijo Pai serio, aunque medio mirando para otro lado.
Ambos hermanos quedaron pasmados ante la propuesta de su hermano mayor. ¿Por qué justo él lo propondría? ¿Será que de verdad estaba enamorado de una de las mews? Esa era una sospecha que hace tiempo tenían, pero como era MUY difícil saber de sus sentimientos, nunca podían confirmarla.
- Oye Pai, ¿por qué estás tan interesado en ir? – preguntó Taruto
Hacía tiempo que Pai había empezado a sentir bastante interés por Lettuce. En realidad esto fue antes de la batalla final, pero como siempre le pareció ridícula la idea de enamorarse de un humano, intentó no darle importancia y concentrarse en la batalla.
Pero ya hacía cuatro años que intentaba escapar de sus verdaderos sentimientos. Pai sentía que tenía que hacer algo, o sino no iba a poder avanzar; y cuando Taruto lo propuso, sintió que finalmente había llegado el momento de hacer algo.
Obviamente todavía no estaba listo para confesarle la verdad a sus hermanos.
- Quiero hacer algunas investigaciones en la tierra, pero no son tan importantes, si no les interesa ir no vaya-
- Iremos…
Pai y Taruto miraron con sorpresa a su hermano
- Regresaremos a la tierra – dijo Kisshu con mirada decidida.
