Hace unos días me encontraba viendo los exámenes chunin (como por décima segunda vez xD) y fue entonces cuando supe que tenía que escribir algo. Shikamaru y Temari son, en definitiva, mis personajes favoritos de Naruto y pues, creo que aunque en el manga terminaran juntos, nos queda el sin sabor de no tener una idea clara de cómo ocurrió, o de qué manera se dieron las cosas entre ese par de testarudos. Así que básicamente, la idea surgió del deseo de un poquito más de este par.

Espero les guste y volveré lo más pronto posible con el resto.

PD: Mientras escribía esta historia, estuve escuchando la mayor parte del tiempo Into the Wild de LP y 505 de Arctic Monkeys. Más que todo con la segunda me identifiqué montones con el fic, ya que está relacionada mayoritariamente con esto del amor a larga distancia y considero esto un factor super importante con la historia, porque siempre he considerado que la relación entre Shikamaru y Temari se ha visto influenciada muchas veces por eso de que son de aldeas diferentes, entonces como que todo el tiempo están yendo de aquí para allá solo para verse ja ja xD De hecho, el nombre de este fic, se me ha ocurrido por un verso de la canción que dice "It seems like once again you've had to greet me with goodbye" (parece que una vez más has tenido que saludarme con un adiós). Pero bueno, no los canso más. Quedan super recomendadas las canciones!


Capítulo I

"Quien bien te quiere te hará llorar"

-¿En serio? ¿La Arena? ¡Vaya lugar elegiste para vacacionar!-

-Estoy bien con cualquier lugar. No es como si yo quisiera ir, de todos modos, es solo que hay unas cosas que quiero comprar para papá y… pensé en aprovechar. Me da flojera el sólo pensar en hacer otro viaje para eso. Además, será un par de días.- argumentaba Shikamaru con la astucia de costumbre.

-Si tú lo dices…- brotando por los aires pequeñas migajas de la boca de Chouji.

-Nos vemos entonces.-

-Adiós.-

Un cielo obscuro y profundo cuyas estrellas hacen alarde de su esplendor, acompañan el solitario camino del joven más holgazán de Konoha. Extraño como encontrar un trébol de cuatro hojas, era ver a Shikamaru Nara haciendo algo hoy que probablemente podría hacer mañana.

-¡Demonios! Está helando esta noche. Quizá debería partir mañana a primera hora, aunque… perdería un día de viaje… ¡No! ¡Ni hablar! Ya habrá tiempo para descansar después.- suspiró algo perturbado -¿Qué es lo que me pasa últimamente?-

-¡Hey, Temari!-

-¿Qué pasa Kankuro?-

-¿No es ese de allí aquel ninja de Konoha…?

-¡Shikamaru!- exclamó estupefacta.

-¡Ah, sí! Ese es su nombre-

-¿Qué haces aquí?- pensó en voz alta la rubia imponente.

-¡Ah! ¡Pero si es la mujer más problemática de todo el país del Viento! Así que estabas aquí.- respondió con disimulo, disfrazando ágilmente, el ligero sonrojo en sus mejillas.

-¡Aquí vivo, genio!- sentía como si su cuerpo se estremeciera con la simple presencia del chunin.- De todos modos ¿Qué te trae por aquí?- dijo dejando el sarcasmo de lado.

Kankuro se sentía ajeno a la conversación. Percibía tensión entre ambos, pero pese a la brusquedad de sus palabras, nada reemplazaba la calidez que manaba de aquellas micro expresiones de sus ojos.

-Necesito comprar unas cosas, nada más. En realidad es un viaje corto.- levantó ligeramente su hombro minimizándole importancia a su respuesta.

-Ya veo. Nos vemos entonces.- dijo Temari, caminando veloz, como si quisiera huir de repente, como si quisiese evitar algo.

-Espera, Temari.- se retiró Kankuro siguiéndole el paso.

Mientras la distancia se hacía más grande entre ambos, lentamente recuperaba el aire y disminuía la rapidez de sus pasos. Era la primera vez que veía a Shikamaru luego de su último viaje a Konoha. –Ya ha pasado más de un año. Olvídalo, Temari- se sermoneaba a sí misma.

Kankuro no dijo una sola palabra durante el camino, justo de la misma forma que su hermana. Podía ver claramente que algo le preocupaba, pero jamás se atrevería a preguntarle al respecto.

Por otro lado, la rubia se hallaba sumida en sus pensamientos, lucía inusualmente inquieta para tratarse de un simple encuentro con un conocido.

El pequeño hotel donde se hospedaba Shikamaru era sencillo y acogedor, las paredes de la habitación eran de un tono beige muy sobrio, que según él, se asemejaba mucho a aquella posada de Konoha en donde alguna vez, abrió sus ojos a los abrasadores rayos del sol al lado de aquella problemática mujer. Donde se colaba por el tragaluz, cayendo como delicados destellos sobre su rostro, pequeños brillos de una calurosa mañana de verano.

Entre las pocas cosas que realmente lo habían estremecido de esa manera, estaba la divina figura de Temari, esbelta y elegante incluso cuando yace tumbada en una cama, tan vulnerable y a la vez luciendo tan fuerte como de costumbre, como si nada pudiese tocarla.

"Simplemente nos pasamos un poco de copas anoche; aunque, no puedo negar que sabíamos lo que hacíamos, y se sintió bien."

-¡Así que el bebé llorón sabe beber!-

-Sin embargo tú luces algo mareada. ¿Lo dejas ya?

-¡Ni hablar!- exclamó Temari entre risas.

-Podría quedarme aquí toda la noche, pero no creo que debamos.- dijo Shikamaru tratando de sonar razonable, a la vez que llenaba su vaso un poco más.

-¡Vamos! ¡Eso no es ni la mitad!- exclamó la rubia.

-No creo que estés en tus cinco sentidos ahora. He bebido más de la mitad de la botella yo solo.- sonreía él.-Vámonos de aquí. Te acompaño a lugar donde te estás hospedando.-

-¿Acaso parece que necesito compañía?- discrepó con una sonrisilla.

-Parece que necesitas dejar esa botella de sake.- rio un poco Nara. Es problemático, pero es eso lo que se hace ¿no? Después de todo eres una chica y aunque probablemente no necesites que alguien te cuide, sino los demás cuidarse de ti, digamos que es… el protocolo.-

-¡Oh vaya! Es cierto, soy una chica, gracias por notarlo.- soltó una carcajada.-Bien, vayámonos entonces.- Se levantó de su silla rápidamente- De todos modos me estaba aburriendo ya.-

Entre risas y jugarretas durante todo el camino, finalmente llegaron hasta el hotel. Ambos subieron al tercer piso y en la última habitación del pasillo, se detuvieron frente a la puerta.

-Bueno, hemos llegado. Gracias, supongo.- le dedicó Temari una de sus más sinceras e inocentes sonrisas, de esas que pocas veces se le escapan.

Transcurrieron unos segundos en silencio luego de sus palabras. Shikamaru la observaba fijamente. Se dejó vencer por primera vez ante la belleza sinigual de su rostro, de su cuerpo. La fascinación por aquellos ojos verdes profundos como las montañas, el singular amarre de sus cabellos dorados y aquellos finos labios rosa.

La rubia sacó de su bolsillo derecho la llave de la habitación y se volteó hacia la puerta para abrirla, pero enseguida, Shikamaru poso sus brazos sobre los hombros de Temari para girarla hacia él, y una vez teniéndola de frente, sucumbió a su deseo repentino de besarla. No hubo mayor reacción por parte de Temari, más que reciprocidad inmediata.

Introdujo la llave en la puerta y entraron a la habitación que se encontraba teñida con el brillo de la luna que entraba por el enorme ventanal que daba al balcón.

Con sus dedos entrelazados en los negros mechones, desató la coleta de Shikamaru dejando caer su cabello a lo largo del cuello. Llenos de impaciencia, se despojaban paso a paso de aquellas prendas que repentinamente, parecían estorbarles.

Pronto, el suelo del dormitorio se encontraba lleno de accesorios y ropa. Las sabanas de la cama habían sido retiradas y dentro de ellas, se separaron las bocas para hablar.

-¿Quieres que me detenga?- preguntó Shikamaru.

El silencio se apoderó de la atmósfera una vez más. No transcurrió mucho tiempo desde la interrogante cuando, sin decir una palabra, Temari deslizó sus manos sobre su cuello y acercándolo hacia ella lo beso nuevamente, esta vez acomodándose sobre él.

No hubo más conversación, no hubieron más distracciones después de aquellas sencillas palabras que ni si quiera tuvo que responder.

"Es… problemáticamente genial estar contigo ahora…"

Todos aquellos momentos cruzaron la mente de Shikamaru. Aún si había pasado un año, en su memoria mantenía fresco el recuerdo.

-¿Por qué hui esa vez? ¿Qué es lo que está mal conmigo?- se dijo a sí mismo.- ¡Agh! ¡Pero qué problemático es todo cuando se trata de ella!- dijo tumbándose en la cama-

Por su parte, Temari aún parecía perturbada o al menos es lo que el gesto en su cara decía.

-¿Me vas a decir qué demonios te pasa?- exclamó Kankuro.

-¿De qué estás hablando?- respondió ella a la defensiva.

-Has estado rara desde que lo vimos en la Plaza.-

-No sé de qué hablas…-

-No te hagas, sabes a lo que me refiero.-

-¡Eh! Me atacas de la nada. Además, ¿a qué viene tanta pregunta de repente?

-Eso dímelo tú. Oye, sé que no eres del tipo que le gusta hablar de sus sentimientos y yo tampoco del que le guste dar mi opinión, más cuando de relaciones se trata, pero… eres mi hermana y sólo quiero apoyarte ¿entiendes? Aunque lo niegues, sé que hace un año debió pasar algo entre ustedes para que una mañana de repente se te haya metido entre ceja y ceja volver a la Arena de la nada. Más cuando normalmente te inventas excusas para quedarte unos días más en Konoha y sé que se trata de él. En fin, sólo quiero ayudar, así que si quieres hablar estoy aquí, Tema. Me lo dirías ¿cierto?- dijo acariciándole la cabeza despeinándole un poco el cabello.-No tienes que hacerte la dura conmigo, soy tu hermano y te conozco.- le sonrió.

-Yo… es complicado.- dijo con un tono débil y sus mejillas ruborizadas.

-¡Ya lo creo!- rio Kankuro.

Se pasó el resto de la noche pensando en todo y a la vez en nada. A fin de cuentas, aquella dureza que todos veían no era más que la superficie. Y hasta que sus parpados se sintieron más y más pesados, se quedó dormida.

-¡Buenos días!-

-¡Buenos días!- respondió Kankuro.- ¿Por qué pareces inusualmente feliz?-

-¿Inusualmente? ¡Para nada!- Respondió con una sonrisilla falsa y un gesto casi ridículo, tratando de disimular el desvelo tras la terrible noche que pasó. -Bueno, me voy. Quedé de ayudar a Gaara con unos asuntos. Nos vemos.- dijo saliendo de la casa.

Del otro lado de la calle, recostado a la pared con la pierna izquierda apoyada, las manos en los bolsillos y un cigarrillo bailando en sus labios, esperaba Shikamaru.

-¿Qué haces aquí? Le interrogó Temari, con rudeza.

-Estaba esperándote. ¿Tienes unos minutos? La verdad es que hay algo que he querido hablar contigo, es un fastidio tenerlo pendiente, así que… ¿Qué dices? ¿Tomamos algo por aquí cerca?-

-Tienes suerte. Iba a una casa del té cerca de aquí. Es un buen lugar.- A pesar de todo lo que probablemente podrían haber querido decirse la mayor parte del tiempo, normalmente lo reprimían debido a sus obstinadas personalidades tan absurdamente similares.-Voy muy seguido, ya que no acostumbro desayunar en casa.-

-No lo sabía.-

-Tal vez lo sabrías si te hubieses molestado en quedarte- dijo en tono de reclamo, apartando el rostro tras percatarse de la imprudencia que acababa de decir.

- Temari, yo… en realidad q-

"Si ya he empezado… quizás debería terminar…"

-¡No importa! No tienes que decir nada, digo, realmente no hay nada que espere oír de ti.- lo interrumpió esta vez sonando más que molesta, profundamente dolida. "¿Qué estoy diciendo? No es eso lo que quería decir, pero… creo que necesito hacerlo"- Dime, ¿fue divertido? ¿Ignorarme y fingir que no pasó, está bien para ti? Pues, ¿sabes? Realmente no me importa, no eres más que un idiota cobarde, y quiero que sepas que tampoco significó nada para mí.- diciendo esto último casi gritando.

-Lo siento-

-¿Qué?- respondió indignada.

-Dije que lo siento.- avanzó unos pasos- tienes razón, soy un cobarde y cuando de verdad estaba seguro de lo que sentía me asusté y hui y te lastimé; no fue nunca mi intención, no estaba jugando contigo sin embargo… ¡Dios! Esto es tan problemático.

-¿Por qué no me sorprende? Todo es un maldito problema para ti.-

El eco de aquellas palabras aún resonaba en la cabeza de Shikamaru. Fue como si de repente entendiera la magnitud de la estupidez que había hecho.

-Bien, escucha: Sé que he sido un cobarde, no sé porque actúo como un completo idiota cuando estoy contigo y no sé porque elijo las peores palabras cuando probablemente tengo frases geniales que podría decir para impresionarte; tampoco sé cómo diablos estuve viviendo todo este tiempo sin verte y sin saber nada de ti, aunque debí saber que algo andaba mal desde que no había un momento en que no te cruzaras por mi mente y entonces entendí que hay una única cosa que sé: Temari…. Yo… ¡agh! ¡Te amo!-

Exhaló para luego tomar un poco más de aire y acabar.

-Tal vez me lo había negado a mí mismo porque tenía miedo de no ser lo suficientemente bueno para ti, y es porque, bueno mírate, eres aterradora la mayor parte del tiempo, pero mientras más me acerco a ti me gustas más y ciertamente, no me importaría tener una debilidad si se trata de ti porque… simplemente eres una mujer maravillosa. Problemática pero, maravillosa. Y de verdad lamento haberte lastimado, jamás ocurrirá otra vez.-

-Quítate de mis vista o te daré una paliza- se deslizaron un par de lágrimas de sus ojos color jade.

Shikamaru dio un último paso que cortaba la escasa distancia que los separaba, y la envolvió en sus brazos con un cálido abrazo.

-No me iría incluso si tú me lo pidieras. No me iré nunca más.-

Y de ese modo, permanecieron un rato antes de partir de forma espontánea hacia la tienda del té. Al final no importaba cuánto esfuerzo pusieran en resistirse, siempre habían sido el uno del otro, siempre había existido ese "algo", aquello que no puede ser explicado. La misteriosa sensación de amar y ser amado a cambio.

-¡Idiotas! Así que después de todo si se trataba de eso- exclamó Kankuro, que los observaba desde la ventana.-Me pregunto cuando mi tosca hermana se habrá vuelto tan dramática- dijo entre risas.- ¿Le dirás acerca de tu viaje?-.