Mi madre encendió la televisión. Inmediatamente reconocí la cara de la persona que ahí se encontraba. ¿Su nombre? Alyona Whitman. ¿Quién es? Bueno, la nueva presentadora de los Juegos del Hambre. Si, igual que ustedes, yo había pensado que hace treinta años atrás los Juegos se habían terminado definitivamente, o eso era lo que me habían pasado en la clase de Historia, pero, al parecer, todo había sido un engaño. O no estaba planificado que la presidenta Paylor fuera asesinada.

Que el presidente Snow hubiera fallecido no significa que a su familia le hubiera pasado lo mismo. Su hijo, Demitri, tuvo una niña a quien crió con la mentalidad de que todos los Distritos habían odiado a su abuelo y que era necesario recobrar la antigua metodología que el presidente Snow había utilizado. Esa niña, Tasha, creció y actualmente tiene 29 años; edad en la cual ya es presidenta.

Esta mujer logró juntar un grupo bastante grande de rebeldes del Capitolio, los cuales querían recuperar su centro de entretención. Lucharon contra el ejército de la presidenta Paylor, pero al final terminaron ganando y Tasha tuvo todo el placer de asesinar con sus propias manos a la presidenta que yo tanto había admirado. Luego de su muerte, sólo recuerdo que todo se hizo oscuro y sombrío. Los agentes de la paz, que antes habían sido un poco más bondadosos con los ciudadanos, ahora nos miraban a todos como si fuéramos un montón de basura, y nos tratan como tal. Tasha cubrió el puesto de la presidenta Paylor, obligando a todo ciudadano a llamarla presidenta Snow. Aunque yo sigo llamándola Tasha, bueno, sólo cuando me refiero a ella en mis pensamientos, pues sería una abominación para mi familia que la llamara así en frente de ellos.

El distrito trece, que todos habían dado por muchos años como destruido, también es considerado nuevamente en el mapa; al igual que está repleto de agentes de la paz, observando los movimientos de cada ciudadano. Es como si temieran que nuevamente los rebeldes surgieran de ese distrito. Lamentablemente, también debían de entregar a dos jóvenes para que participen en los Juegos.

Ahora se realizarían los primeros Juegos del Hambre, luego de los Días de Rebeldía, nombre que había adquirido la época iniciada por los terceros Vasallajes de los Veinticinco y terminada con la muerte de la presidenta Paylor. Mañana sería la cosecha en mi distrito, el doce, y debía de admitir que los nervios me comían viva.

Me senté junto a mi madre, para observar como Alyona presentaba las cosechas de este día, en el distrito 11. Primero aparecía una niña de unos catorce años, con pecas por casi todas sus mejillas y de cabellos color miel, quien subía a ocupar su puesto. Luego apareció un joven un año mayor que la chica, de cabellos negro azabache y ojos como el carbón, además de piel muy pálida y un cuerpo sumamente musculoso.

En mi interior, mi mente rogaba por no ser elegida; no estaba lista para morir en un lugar que se llenaría de sangre en cuestión de minutos.