"Mujeres Fatal"

Título derivado de una canción del Grande de la música española Joaquín Sabina.

El fic consta de ¿32? Capítulos, en los que se describirá una sola historia pero con los distintos puntos de vista de unos cuantos personajes, como Ino, Sai, Sasuke, Sakura, Gaara, Hinata, Naruto, Shikamaru, y alguna intervención de otros personajes que formaran piezas claves de la historia.

Otra explicación necesaria para comprender mejor este (intento de…) fic es que se basa en el presente y el pasado, la letra cursiva nos remontaría al pasado vivido a su manera del personaje que narra el capítulo, y en algunas ocasiones otro personaje, necesario para relatar mejor la historia, interrumpirá la narración del anterior, tomando éste su lugar, pero siempre terminara el capítulo el personaje que lo comenzó.

Mujeres

1.-Hay mujeres que arrastran maletas cargadas de lluvia

Relata Ino Yamanaka

¿Cómo comenzar esta historia?

Mi vida, la vida que muchas de ustedes quisieran, bueno eso es lo que mis amigas decían

-Ino, un puedo creer que tu marido te compre todo esto, y lo mejor que te deja que nos invites- decía mi mejor amiga Sakura Haruno, la persona más buena de este mundo a mi parecer.

-Sí, me toco muy buena suerte-

-Hola, mi nombre es Ino Yamanaka, la señora de ¿Inue?, me casé con él hace más de dos años, y podría decirles que somos una pareja feliz, pero mentiría de la manera más asquerosa que pueden imaginarse; bueno mi amiga dijo que él me complacía en todo, y bueno en lo material no puedo desacreditarlo, pero mi vida familiar y personal ha sido la peor de todas. Él, Inue Sai, dueño de la compañía de seguros más prestigiada del continente Asiático golpea a su esposa, sí. Esa es la cruda verdad de la vida perfecta de Ino de Inue. Ese maldito intimida a su ser más "querido", dándole unas correcciones como lo hacía su padre con su madre, debo agradecer que no quiso tener hijos.

-Ino tenemos que ir a Italia, quiero que visitemos las mejores butiks, y que comas la mejor comida, la prepara mi novio, lo conocí el verano pasado, pero estamos encantados- me decía mi amiga Hinata.

-Sí, tenemos que ir algún día- sonreí y fingí la felicidad que deseaba tener.

-Le comente a Sakura y dijo que fuéramos el fin de semana, además Sai te quiere tanto que sería incapaz de negarse- sonrío y me dijo de la manera más tierna.

-Le preguntaré, hablando de viajes, me tengo que ir, Sai va a llegar pronto a la casa, y le gusta encontrarme ahí- sonreí nuevamente de la misma manera en que lo hacia mi esposo y salí de la mansión Hyüga.

-Que Sai no me negaba nada, por favor!, estaba decidido no sólo a negarme mi libertad, sino que estaba empeñado en hacer que olvidara la esperanza de albedrío que me quedaba, já! Pero eso no lo podía decir en voz alta a menos que quisiera una terrible paliza costeada por mi querido esposo-

-Buenas tardes, residencia Inue- contesto mi sirvienta.

-Sí, está la señora Ino, necesito hablar con ella, soy Sabaku No Gaara, abogado de la familia Yamanaka- hablaron al otro lado de la línea.

-Ella no se encu…- intervino Sai. Sí, mi maravilloso marido posesivo celopata acababa de arrebatarle el teléfono a la servidumbre.

-Soy su esposo ¿quién es?- interrogo Sai

-Le explicaba a la mujer de servicio que soy Sabaku No Gaara, el abogado de la familia de su esposa, y quería pedirle de favor que viniera a Italia, su padre falleció hace unas horas y la lectura del testamento requiere la presencia de Ino- comentó el joven abogado.

-MI esposa no puede viajar en este momento, le informare la cuestión cuando se encuentre mejor- sentenció el azabache.

-Me gustaría que le informara lo más pronto posible, no podre retrasar mucho tiempo el funeral de su padre- pidió de manera amable el joven.

-Sí, pues a mí me gustaría que dejara de acosar a mi esposa con sus escusas patéticas, yo tengo el dinero suficiente para atrasar todo lo necesario el funeral de mi suegro, y también el suficiente para mandar a hacer el suyo y ahorrarle el proceso de vida que le queda, me entendió- ¿amenazó? De manera petulante mí educado marido.

-Señor Inue, me da risa escuchar sus amenazas, debería darle pena andar amenazando a la gente por ahí sin saber las consecuencias de su osadía, además, sepa que no necesito de su asquerosa presencia para informarle a la Señora Ino de la muerte de su padre, puedo viajar a Bruselas a la hora que a mí se me dé la gana, y me gustaría que no se sorprenda cuando le llegue un sobre en el cual lo citó en el juzgado para aclarar todo los fraudes que ha hecho con el nombre de la empresa, lo he investigado, y no deseo que dañe a la señora metiéndola en sus fraudulentos negocios; bueno es todo de mi parte, que tenga un bonito día y si quiere salúdeme a su esposa, total yo lo haré muy pronto personalmente, hasta luego- se despidió el Sabaku No de la manera más sarcástica que pudo, iba contra su naturaleza, pero no podía soportar al odioso del ¿Inue?, era natural que en cuanto hablara con ese sujeto el peor hombre que se encontraba oculto en su ser brotara sin poder evitarlo.

-¡QUIÉN SE CREE ESE INFELIZ, MALDITO LO VOY A MATAR!-gritaba de furia mi elegante marido. Hay ocasiones en las que me pregunto ¿cómo fue posible? que yo, Ino Yamanaka, hija única, modelo de la mejores pasarelas, educada en los mejores colegios, guiada por los mejores tutores, terminara con semejante monstruo, pero olvide que en el corazón no se manda y con un padre en problemas económicos no hay otra salida que obedecer y esperar que todo salga bien. Termine amándolo con tal fervor que no vi claro…ahora lo lamento.

-Sai, mi amor ya llee!- grite desde la entrada para que no le sorprendiera mi inesperada entrada, no termine de hablar cuando ya estaba en el suelo, ¿Qué había hecho ahora? No lo sabía, como no sabía que había hecho para que me golpeara todas las ocasiones pasadas, pero esa vez como las demás solo me cubrí el rostro, nada más podía hacer….

-No te hagas la digna, hace cuánto?- gritaba levantándome del suelo bruscamente para que lo viera a los ojos.

-Mi amor no sé de qué hablas- contestaba yo con el corazón aún más roto de lo que ya estaba.

-Maldita puta, no puedes darle el número de tu celular a ese bastardo, no! Tuviste que darle el número de MI casa, eres la más zorra que ha pisado este planeta!- gritaba azotándome contra la pared.

-No sé de qué hablas!- gran error negarlo dos veces y además gritarle, fue como si hubiera firmado mi acta de defunción.

-Perra no te enseñaron a no gritarle a tu marido, eres la mujer más estúpida, por eso te escogí, sabía que nunca te opondrías eres la más fracasada de todas- me lo estampaba en el rostro, y me golpeaba hasta que se aburría. Me gustaría decir que eso era todo, pero mentiría, el maldito mientras más me golpeaba, más "amoroso" se ponía, nótese mi sarcasmo, después de cada golpiza terminaba con la poca fuerza y dignidad que me quedaba. Cada golpe y cada abuso se quedaban impregnados en mi piel, con moretones y asquerosas marcas en mi mente.

-Mi amor es la mejor noche, espero y así no necesites ir con ese tal Sabaku No- me dijo besando mi frente.

Maldito cerdo, me culpaba de todo, y yo no lo podía detener….nunca lo intente….eso es lo que ahora me recrimino.

-¿Sí? ¿ Quién es?- preguntó la chica de servicio en el interlocutor que se encontraba en la puerta.

-Buenas tardes soy Sabaku No Gaara, me gustaría hablar con la señora de la casa-

-Oh! Señor Sabaku No, mejor márchese, no sabemos de qué es capaz el señor Inue si lo ve entrar a esta casa, márchese y no busque a la señora por su bien- contestó la jovencita y se retiró rápidamente del aparato.

-¿De qué es capaz?- se preguntaba el abogado-Bueno la esperare hasta que salga-

Él era Sabaku No Gaara, el chico del que me enamore y mi padre me distancio por no tener los millones que tenía Sai, fui una idiota, amaba a Gaara, no me quedaba más que resignarme a lo que nunca fue, después me entere que vivía con una chica, me alegro por él y claro por ella también mejor suerte no pudo tener, él si era un hombre, además de caballero.

-Señora Ino, ha pasado una semana desde que salió a pasear, debería ir, está muy pálida- me dijo la chica, esa chica era la única amable en esa casa.

-No quiero que Sai se enoje, no tengo fuerzas para resistir sus golpes esta vez- lo dije en voz alta, y aunque pareció la contestación la pregunta, me lo dije a mi misma, ya no tenía fuerzas.

Ese maldito acabo con la poca fuerza que me quedaba, no podía hacer nada, más que llorar y obedecer…

-Señora, voy a ir a comprar para la cena, vuelvo en un momento-

-Está bien- le dije, y sin saber que fuerza me movió, salí de la cama y me cambie.

-Señora le digo al chofer que la lleve a algún lado- me pregunto el guardia de la casa.

-No, voy al parque cerca de aquí- dije y caminé.

Ese día es el más feliz de todo mi matrimonio, y eso que no tiene nada que ver con mi amado marido Sai, nótese mi sarcasmo.

-¿Ino?- me pregunto alguien desde un auto.

-¿Gaa…Gaara?- mi sorpresa era inmensa.

-¿Cómo estás?- me pregunto viéndome de esa manera de la cual solo él me miraba.

-Bien- conteste, pero mi voz se quebró, a él no le podía mentir. Agradezco que las lágrimas hubieran salido.

-¿Qué te pasa? , ¿Qué te ha hecho? – me pregunto mientras abría la puerta del coche para que entrara.

-No puedo- conteste temiendo lo que mi amoroso marido podía hacerme.

-Vamos Ino, no te voy a hacer nada, nunca te he hecho nada- me dijo y subí al coche.

-Tu sirvienta me dijo que él …-no termino. Ella nunca le dijo nada, él lo descubrió solo.

-No! Ella te mintió, él nunca me ha puesto una mano encima- le grite tratando de defenderlo.

No, a él nunca lo defendería, ¿entonces por qué no se lo dije?, fácil, no quería que él supiera que yo era una mujer que no podía defenderse, yo que siempre presumí de fuerza y un orgullo inquebrantable, por eso lo hice….

-Tu servidumbre no me dijo nada-

-Co…¿cómo?- me quede helada, había sido yo…

-No te preocupes yo te puedo ayudar- me dijo y tomo mi mano.

-No, nadie puede ayudarme-lloré

-Yo te puedo ayudar Ino soy abogado, puedo divorciarte de él en días- me dijo con un brillo en los ojos.

-Gaara te lo agradezco, pero Sai tiene mucho dinero, no podemos hacer nada contra él- le dije

-Te equivocas, no soy el mismo chaval que era cuando tu padre te separo de mí, ahora tengo un apellido Ino, mucho dinero como Sai, puedo hacer lo que yo quiera- me dijo

-Yo…yo…-dudé.

-Ino deja que te ayude, yo puedo hacer que ese maldito se pudra en la cárcel a cambio de nada- me volvió a sonreír, amaba esa sonrisa. Bueno aun la amo, y amo más poder estar con él.

-¿Qué tengo que hacer?- dije sin rodeos

-Tienes que interponer la demanda, yo voy contigo, yo puedo agilizar el proceso, además de que todos los golpes que seguramente tienes servirán de prueba- me dijo y beso mi mano.

-Yo….quiero hacerlo, vamos- me decidí en ese momento, agradecí que me siguiera, que me ayudara. Y se lo sigo agradeciendo, él fue el único que me ayudo.

-Señor le llego esto- le dijo la secretaria a mi marido, en ese momento él se encontraba en su oficina y yo haciendo mis maletas para huir a un hotel.

-Déjalo y vete-

-Sí señor- la muchacha salió los más rápido posible.

-¿Cita jurídica?-leyó por fuera del sobre- ese abogaducho, já!- se burló recordando las palabras de Gaara.

-Señor Inue Sai, se le cita en el jurado a las 12:00 horas del día Miércoles 16 de diciembre del año presente para la resolución del caso de divorcio que demanda la señora Ino Yamanaka- no era necesario leer más, aventó la hoja y salió como el mismo diablo.

-Donde esta esa perra mal agradecida!- gritaba mientras entraba a su casa.

-¿Señor?- pregunto la criada.

-¿Dónde está esa maldita?-gritaba mientras subía a la habitación.

Imbécil, para esos momentos yo estaba ya en un hotel muy lejos de ese infierno, había hecho mis maletas con mis cosas, con todas la amarguras que me hizo pasar, con todas la agonías, con todos los golpes, con todas sus humillaciones, con todo, con todas las tormentas que me había hecho pasar sin ninguna protección.