SUMARY: Terry tenía una falsa amnesia y que no dudaba en aprovecharla para seguir viviendo bajo el mismo techo que Candy y volverla a conquistar. Pero habían dos problemas…

Parejas principales: Terry x Candy

Parejas secundarias: Albert x Candy

Género: Drama & Romance

Disclaimer: Los personajes de Candy Candy no me pertenecen, sino a sus creadoras Kyoko Mizuki y YumikoIgarashi.


CAPÍTULO DEDICADO A RAQUEL

MUCHAS GRACIAS POR SOPORTARME Y AYUDARME CON EL JAPONÉS CUANDO LO HABÍA NECESITADO. SIGUE SIENDO ASÍ DE MAJA Y ENCANTADORA PORQUE LO VALES


FALSA RENDICIÓN

by: Atori


PRÓLOGO

La claridad del sol de un nuevo amanecer me despierta bruscamente. Irritado, cojo mi brazo y me tapo los ojos para que el sol de la mañana no siguiera golpeándome en plena cara.

Sin embargo, las sábanas de seda me hacen recordar donde estoy e inmediatamente, pongo mis cinco sentidos en alerta.

De la puerta contigua donde se encuentra el baño sale ella. Al verme despierto, se acerca a mí con cierta calma. El tiempo suficiente para cambiar mi rostro molesto al de uno perdido. Mientras tanto, mi mente se deleita con su belleza que con los años había ido en aumento. A pesar de ir vestida con sus sencillos pero cómodos vestidos, seguía siendo hermosa. Candy podía prescindir de esos sedosos y elegantes vestidos, propios de una dama de la alta sociedad como lo era, que su belleza era natural. Opacado, para mi gusto, por esas pecas donde no puedo evitar recordar la cantidad de veces que se había molestado cuando me metía con ella durante nuestra adolescencia.

Lo primero que hace es colocarme el termómetro que está en la cómoda de al lado, bajo el brazo y con su sonrisa cálida y dulce, me da los buenos días.

-¿Qué tal esta mañana, Terry?

Yo solo asiento algo vacilante. En realidad, me encuentro perfectamente de salud. Y el termómetro es la prueba evidente de ello. Pero ella, tiene la obligación de comprobar mi salud así como otras constantes vitales.

Cogiéndome la muñeca y mirando el reloj que está en la mesilla, me pregunta.

-¿Has podido recordar algo?

-No –miento descaradamente porque es lo que soy, un descarado.

Todo había comenzado hace casi ocho años, en un día donde la fuerte lluvia de Nueva Cork había caído como mal presagio de que iba a recibir una mala noticia. Y así había sido cuando había recibido la invitación de boda al enlace de Candy con Albert.

Aunque hacía poco que yo me había visto obligado a volver con Susana, esperaba que la infelicidad que yo le ofrecía, provocara que me desatara de las cadenas a las que me había sometido por culpa de su invalidez. Tenía que entender que aunque me obligara a estar con ella, yo no era feliz y mucho menos, hacerla feliz. Esa felicidad solo existía cuando estaba con Candy.

Sin embargo, jamás imaginé que Candy encontrase el amor en otra persona. Hasta llegué a considerar que se haría monja, ya que no podría existir otra persona que me reemplazase.

Por eso, que se fuera a casar, y precisamente con Albert, fue como un golpe muy duro para mí.

Su boda había sido noticia en las altas esferas no solo porque los Andrew eran una familia de gran prestigio, sino por el escándalo que suponía que el cabeza de los Andrew se casara con su hija adoptiva.

Durante no sé cuanto tiempo habían sido la comidilla de los medios.

Aún así, eso no impedía que en las fotos de los periódicos apareciesen ambos felices y enamorados.

Eso me irritaba.

Pensé en volver a humillarme con aquella vida de actor borracho que solo servía para hacer reír a aquellos imbéciles que carecían de cultura artística. Sin embargo, seguramente, Candy volvería a verme en ese estado tan lamentable y me reprocharía entre lágrimas a que volviese con aquella mujer que no amo y que me produce infelicidad.

Una noticia en la radio sobre la perdida de uno de nuestros compatriotas en la Gran Guerra me dio la solución.

Si quería olvidarme de aquello y dejar de vivir esta mierda de vida, qué mejor que desquitarme con los alemanes, búlgaros o lo que fuese.

No tenía ni tengo sentimiento patriota, ya que mi vida está dividida en dos países, curiosamente, países aliados en la guerra.

Pero era mejor morir y liberar mi ira con lo que mejor sé, que hundirme en la bebida y seguir viviendo como un infeliz como mi padre.

No iba a dejar que una mujer me manipulase como la bruja de la segunda esposa de mi padre.

Con esa determinación, en una noche fría y oscura partí sin decir nada a nadie. Mi única despedida fue la de una carta dejada a Susana. Para cuando la leyera, yo ya estaría en el barco, sin que nadie pudiera detenerme. Un barco que transportaba a todos los voluntarios norteamericanos dispuestos a arriesgar sus vidas por su país.

El día que partí había sido el anterior a la boda de Candy y Albert.

Y al día siguiente, no había parado de imaginarme cosas.

Aún recuerdo la cantidad de cigarrillos que había consumido, a falta del alcohol. El maldito vicio que ella me había quitado a cambio de una armónica.

Aún así, el tabaco me ponía más nervioso e irritado.

Tuve la paranoia de imaginarme qué se estaban comprometiendo en marido y mujer.

También en sus bailes llenos de alegría.

No sé cómo que acabé mezclando esas escenas a cuando ella había bailado conmigo, donde en ningún momento había felicidad de parte de ella, por culpa del tal Antonhy.

Peor fue, cuando comencé a imaginar lo que harían después del banquete. La furia se había apoderado de mí.

Y lo que pasó después, fue producto de la locura y el deseo indeseado.

-Terry –me hablaba ella con esa voz tan suave y dulce, devolviéndome al presente- voy a traerte al pequeño Abel. Se ha despertado muy temprano porque estaba ansioso por ver a su padre.

Y ese es el resultado de esa locura y lo que me hace sentir culpable.

Tengo un hijo.

Un hijo no deseado. Fruto de la locura de aquel día en que me acosté con una de las enfermeras que había en el barco, idéntica a Candy.

Fue sexo de una sola noche, sin ningún tipo de sentimientos.

Yo solo pensaba en Candy y la chica se sentía honrada de que alguien como yo, se acostara con ella.

Frustrado de no poder tener nunca más a la mujer que realmente quería, cuando me subí al avión para combatir contra los alemanes, descargué toda adrenalina, haciendo toda clase de locuras sin preocuparme de mi propia vida.

Y entonces, un misil cayó sobre mi avión haciendo que descendiera en picado y eso es lo último que recuerdo.

Al despertar, me di cuenta de que había estado en coma durante siete años. Al provenir de una familia respetable y de una actriz americana famosa, el hecho de saber que Terry Grandchester estaba hospitalizado y en coma, había llegado a los oídos de Candy.

Ella había sido lo primero que había visto al despertar. Y al verme, los suyos se llenaron de lágrimas que corrió a abrazarme con fuerza como si hubiera resucitado.

La felicidad no me había durado mucho cuando la vi entrar también a Albert junto a un niño de unos seis años. Ella no tardó en dirigirse hacia él felizmente y decirle qué había despertado. Me había chocado cuando se había dirigido a él, como "Querido".

Ante esa situación incómoda y sin saber qué decir, lo único que se me ocurrió decir fue:

"-¿Quién eres?"

Les había hecho creer que tenía amnesia. Con mis dotes teatrales había sido fácil convencerlos.

Sin embargo, no me esperaba que Candy propusiera a que me quedara en su casa hasta que recobrase la memoria.

Fue entonces cuando descubrí la razón.

Aquel niño que estaba con Albert era mi hijo.

Un niño fruto de mi relación sexual de una noche con aquella enfermera. Por Candy, supe que aquella mujer había muerto durante la Gran Guerra poco después de que diera a luz. Casualmente, mi hijo había sido llevado al Hogar de Pony. Cuatro años después, Candy en una de sus visitas, lo reconoció como hijo mío, debido a se parecía a mí un montón. Enterándose de lo ocurrido con su madre, y entrometiéndose como solo ella era, había decidido adoptarlo de forma temporal hasta que yo despertara y pudiera hacerme cargo de él. Claro que no contaba con mi falsa amnesia.

Una falsa amnesia que pienso aprovechar al máximo.

Estás casada con Albert y yo tengo un hijo. Pero eso no me va a impedir para volver a conquistarte.

CONTINUARÁ…


Notas de la autora:

¡Cuántas ganas tenía de hacer un fic Candy Candy, pero largo!

Todavía tengo mal sabor de boca de ver que Candy no quedó con Terry. Pero creo que como muchos, ¿no?

Por eso, que la trama de este fic, sucede años después del final del manga/anime, pero con una Candy casada con Albert para darle más emoción a la trama. Y para añadir más leña, con un Terry con un hijo.

Otra de las razones para publicar un fic Candy Candy es porque hoy cumplo doce años en la página. Hace dos publiqué un oneshoot de esta serie para homenajear a mis series favoritas, y aunque esta vez solo publiqué de unas pocas parejas predilectas, tenía que haber un Candy Candy por fuerza.

Así que espero que disfrutéis con este fic, donde Terry irá a por todas.

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'Atori' – BPS - Begodramon