Disclaimer: High School DxD es propiedad de su respectivo autor/creador, Ichie Ishibumi, yo sólo tomo a sus personajes y argumento para crear una historia semi-original sin fines de lucro
Súcubo
Capítulo 1: Una placentera maldición
—¡Buchou! —Issei había azotado la mesa en busca de atención por parte de su ama, la cual voltea con tranquilidad su rostro para poder ver de frente a su siervo.
—Dime, Isse —pregunta la joven de largo y lacio cabello rojo.
—¡Por favor permítame tomar el contrato en lugar de Asia! —pidió el castaño con una mirada decidida hacia la presidenta, la cual se mostró sorprendida al igual que la chica de cabello dorado a un lado del muchacho.
—Isse-san… —musitó la ex sacerdotisa, observando anonadada al aludido, quien se giro para encararla.
—Asia, no tienes mucho tiempo desde que has llegado a este país, creo que lo mejor sería que te acostumbres un poco más a vivir aquí —le dice el castaño, sonriéndole.
Por si la audiencia se está preguntando que qué estaba pasando, el Club de Ocultismo se hallaba reunido esa noche para tratar el tema de las invocaciones, más que nada con la recién llegada al club, Asia. Ella estaba por hacer su debut esa misma noche, respondiendo al llamado de una persona que había solicitado la presencia de un demonio.
Issei había cuestionado si era buena idea mandarla sola y de primeras a través del portal a alguien como Asia, quien era inexperta con ese tema. Akeno había asegurado su bienestar dado que la rubia era casi tan buena en la magia como ella, recibiendo así el elogio por parte de Koneko y de Kiba también. Por ello mismo el castaño, sintiéndose un poco celoso pero más que nada con deseos de protegerla, acepto el encargo en su lugar.
—Oh, bueno… si ése es el caso supongo que no puedo negarme ante tu petición, aunque tú ya tenías tus obligaciones… ¿estás seguro de querer hacerlo, Isse? —pregunta Rias, queriendo cerciorarse de los deseos de su siervo.
—¡Por supuesto, Buchou! —responde el aludido enérgicamente y sin titubear.
—De acuerdo —comenta la pelirroja con una pequeña sonrisa —A propósito, una persona solicitó específicamente tu presencia, Isse —.
Al haber dicho eso, Rias se mostró un poco sorprendida además de incrédula, siendo ella quien había anunciado la noticia, pero luego se mostró feliz porque su siervo estuviera avanzando en los contratos de tal manera.
—¿D-De verdad? —preguntó el castaño, sin poder creérselo él también.
—Así es, Isse-kun. Dicha petición nos llegó hace unas horas nada más, en la cual la persona que te solicitó expresó sentirse interesada en alguien que pueda pasar el rato con el invocador hablando sobre temas de anime y demás —responde Akeno en el lugar de su amiga, sorprendiendo aún más al joven de corto cabello castaño y sintiéndose también avergonzado por sus hobbies —Sinceramente me he quedado intrigada y pasmada como Buchou, pero he de admitir que me pone muy feliz que ya estés progresando, Isse-kun —expresó luego, sin dejar de mostrar su sonrisa típica, logrando que el corazón del aludido se acelere pero más importante que una expresión de felicidad también aparezca en su cara.
—Sí, eso está muy bien, Isse, te felicito —dijo también Rias, halagando al muchacho —Pero por favor date prisa, atiende estos dos pedidos lo antes posible. No queremos que el cliente se decepcione por nuestra tardanza, ¿verdad? Eso sería algo imperdonable —.
—¡S-Sí, Buchou, así lo haré, no se preocupe! —responde Issei, con un poco de temor ya que aquellas palabras de su ama sonaban a castigo si llegaba a perder los trabajos por culpa de su impuntualidad.
Así, el demonio de más bajo rango se alistó y montó en su bicicleta, empezando a pedalear.
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Ya era bastante tarde, pero aun las calles durante la noche en la ciudad eran tranquilas. El gentil viento soplaba en dirección contraria a Issei, como si tratara de apaciguar sus pensamientos en ese momento.
—Para ser honesto, estaba preocupado. ¿Qué hubiera pasado si el invocador es una persona mala? —pensaba en voz alta el muchacho, imaginando a Asia asustada mientras era asaltada por una figura masculina atemorizante, que se veía con deseos de hacerle cosas sucias a la rubia… pero inmediatamente después de pensar eso agitó su cabeza y mostró una expresión de pena —Supongo que estoy exagerando… no creo que Asia fuera a pasar peligro, después de todo creo que Buchou y los demás nos enteraríamos si sucede una cosa como esa… —dijo luego, suspirando.
Después de eso su mente solo se concentró en su camino, pedaleando en silencio a la vez que comenzó a disfrutar de la brisa nocturna. Pero en un momento dado, tuvo un extraño sentimiento tan solo dos segundos después de haber pasado cerca de una figura que simulaba ser una persona, la cual parecía estar parada a unos metros lejos de él en la acera del lado contiguo.
Aunque, cuando se detuvo y giró su cabeza para ver quién era la persona que lo estaba observando descubrió que… no había nadie allí. Al principio tuvo un poco de miedo, después pensó que estaba loco y al final, cuando se fijó bien, notó que sólo era un bote de basura. Sí, se había confundido con aquel contenedor de desechos, pensando que era alguien extraño que lo estaba mirando fijamente al pasar, lo que le saca un suspiro de alivio para después seguir con su misión.
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—Lo estoy viendo, está yendo a completar su primer trabajo —.
Una sombra humana, de aspecto femenino y de un metro setenta de altura, hablaba con alguien a través de lo que parecía ser una especie de comunicador mágico que tenía la apariencia de un sello, simulando ser un teléfono. Aquella sombra tenía la voz de una chica de, quizás, unos veinte años de edad o un poco más.
—Fue divertido el verlo atemorizado y luego confundido porque pensó que vio una sombra, para que al final sólo descubriera que era un bote de basura —dijo luego, con un tono de burla.
—Excelente, pero ten más cuidado la próxima vez que vayas a hacer eso, dos veces seguidas no tendrá las mismas reacciones y puede que hasta sospeche —contesta la voz al otro lado de la línea, oyéndose también femenina aunque un poquito más madura —Estás haciendo un buen trabajo, síguele el rastro hasta donde esté su primer cliente, espéralo y cuando salga le avisas a ella de que va en camino a su posición, ¿de acuerdo? —pidió al final.
—Claro, así será, no te preocupes. Oh, y… ¿podré jugar con él una vez que se nos haya unido? —pregunta la sombra, mostrando una sonrisa pervertida.
—Por supuesto que sí. Una vez que lo tengamos de nuestra parte tanto tú como las demás podrán tener toda la diversión que quieran con él las veces que quieran —responde la voz femenina del otro lado, sonando de manera sugerente también.
—Eso estaría muy bueno… —comenta la mujer sombra, como si no pudiera aguantar sus deseos —Espero que todo ocurra de acuerdo a tu grandioso plan —.
—Por supuesto que todo sucederá de acuerdo a mi plan, nunca he fallado —dice la voz del otro lado.
—Sí, es cierto. Nunca. Y debo decir que me excita que rompamos un montón de reglas y por fin nos demos a conocer, ya no puedo esperar por ello —comenta nuevamente la sombra femenina.
—Yo tampoco puedo esperar. Pero bueno, por ahora ve y haz tu trabajo, mientras más rápido y mejor nos movamos antes tendremos lo que anhelamos —.
—Como ordenes —.
Después de esa conversación, la sombra femenina cortó la comunicación y, acto seguido, de su espalda salen un par de grandes alas que parecían ser de murciélago, echando a volar con ellas y desapareciendo en el manto de la oscuridad de la noche.
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Varios minutos después, Issei llegó a un complejo de apartamentos, donde en uno de ellos era ocupado por la persona que requirió la presencia de un demonio. Al subir y tocar el timbre de una puerta bastante llamativa –una de color blanco con algunos detalles de flores alrededor- y esperar por cerca de dos minutos, una voz al otro lado le contestó… una voz que le erizó todos los pelos del cuerpo.
—¡Está abierto! Por favor entra, nyo! —responde esa voz masculina que sonaba aterradora.
—¿N-Nyo? É-Él dijo nyo…? —tartamudeó el pobre joven castaño, limpiándose los oídos, sin dar crédito a lo que escuchó.
Segundos después la puerta se abre, revelando el peor de los miedos de Issei… Frente a él yacía parado un hombre de dos metros de estatura, bien musculoso y con un rostro atemorizante, y quien llevaba… un vestido de una chica mágica puesto.
—Bienvenido, Nyo, ¡Soy Miru-tan, nyo! —saludó exclamando el hombre, con aquella voz gruesísima que tenía y haciendo la típica pose de presentación de una chica mágica.
Issei se cayó de espaldas.
—E-E-Este… ¿u-usted invocó a un demonio de la familia Gremory? —pregunta el joven, tratando de recuperarse, pero el cuerpo le temblaba y no quería acercarse ni un milímetro más a esa tal "Miru-tan".
En ese momento el hombre da un paso hacia delante, haciendo temblar la tierra cuando pisa, asustando aun más al castaño.
—¡Así es, nyo! Tengo una petición, por eso te llamé, nyo —responde el hombre, para luego juntar sus manos como implorando al pobre de Issei, el cual quería que la tierra lo tragase de una vez por todas —¡Miru-tan quiere hacer un contrato contigo, así podré convertirme en una chica mágica! —pidió luego.
—Tendrías más suerte en un mundo paralelo… —comentó en voz alta y seriamente el castaño.
—Ya he intentado eso, nyo —comenta "Miru-tan".
—¿¡L-Lo has intentado?! —exclamó sin creerlo el joven.
—¡Sr Demonio! —exclamó el hombre, haciendo retumbar todo el suelo nuevamente.
—¡Ah, l-lo siento! —gritó disculpándose el castaño.
—¿Puedes darme poderes de fantasía? Nyo —pide nuevamente el hombre.
—Estoy seguro que tú ya estás en una fantasía… —comenta seriamente Issei, como si le estuviera reprendiendo.
—¡Buuuaaaaa, quiero poderes mágicoooos! Nyoooo —el hombre musculoso empezó a llorar ante la negativa del castaño.
—¡C-Cálmese, molestará a los vecinos! —el castaño intento que dejé de llorar, pero como no había caso no tuvo otra opción que atender, en la medida que le era posible, a la petición de esa tal "Miru-tan", la cual casi lo arrastra al interior para que vea unos cuantos capítulos de una serie anime de chicas mágicas. El pobre demonio no tuvo más remedio que aceptar.
Ahora sí Issei clamaba ayuda a gritos en su mente.
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Había pasado cerca de una hora y media, casi dos, y el castaño por fin pudo terminar con ese cliente.
—Aaaahh rayos… ¿por qué me tocan los más idiotas o raros? Esto es injusto… —comentó en voz baja, lamentándose de su suerte —Esto de tener que cumplir con los contratos para subir de rango como demonio es… agotador. El camino al harem no es fácil después de todo… —dice luego.
Él iba pedaleando a una velocidad media, rumbo a su segundo encuentro con el cliente que seguía, el que había pedido específicamente que él lo acompañara.
—Eso sí que es raro… ¿quién será la persona que pidió mi presencia? Digo… están Buchou, Akeno, Koneko o Kiba para cumplir casi cualquier deseo, se nota que ellos tienen más experiencia en esto de los contratos que yo. Es raro… ¡Pero bueno! ¡Tengo que sentirme feliz ya que alguien por fin se dio cuenta de lo que puedo ser capaz! ¡Allí vooooy! —Issei habló consigo mismo, pensando justamente en el segundo cliente, pero al final se mostró más emocionado en querer impresionar a esa persona enigmática, por lo que pedaleó con más fuerza, recorriendo las calles velozmente.
Sin que se dé cuenta, la sombra nuevamente lo estaba siguiendo, espiándolo mientras veía cómo iba con rapidez en aquel vehículo de dos ruedas. En eso, dicha sombra de aspecto femenino hace aparecer el comunicador en su oreja derecha, lista para comunicarse con alguien.
—¿Hola…? Sí, soy yo. Estás preparada, ¿verdad? Porque él va en camino. ¿Tienes todo listo…? Hey hey, que sólo quiero que todo salga como lo hemos planeado, recuerda que esta noche es la destinada, no tendremos otra oportunidad… Sí, yo también estoy emocionada pero hay que aguantarnos y seguir con lo establecido. De acuerdo… nos veremos luego entonces —.
Aquella dichosa sombra cortó la comunicación con quién sea la persona con la que haya hablado y la cual también estaba involucrada en aquel extraño plan que preparaban para Issei, lo que sí no se sabía es si era un plan para perjudicarlo o no, todo se sabría en unos momentos…
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Varios minutos después, el castaño por fin llega a la dirección especificada por el cliente: una casa de un solo piso, algo grande y atractiva por fuera. El muchacho decidió abrir el pequeño pórtico de la entrada, pisando propiedad privada ajena.
—"Espero que no le moleste si dejo mi bicicleta por aquí, después de todo sería fatal si alguien me roba mi único medio de transporte" —pensó el joven con un poco de duda, caminando lentamente y dejando dicha bicicleta apoyada cerca de la puerta.
Issei ahora se encontraba tocando el timbre con un poco de nervios, sintiéndose algo apenado por la forma pobre en que llegó al lugar, como si fuera un humano y no un auténtico demonio.
Después de un par de minutos la puerta se abre, y el castaño quedó boquiabierto, sin posibilidad de decir palabra alguna: frente a él se encontraba una chica de corto y ondulado cabello rubio, de ojos color naranja, con una tez clara, un cuerpo esbelto bien contorneado y con unos dotes excepcionales como todo sueño de cualquier hombre. Aquella atrayente joven, de una estatura similar a la de él, se mostró sorprendida en un primer momento pero después pasó a tener una gran sonrisa en su cara.
—¡Oh cielos, disculpa mí torpeza! Tú debes de ser Hyodou Issei, ¿verdad? ¡Mucho gusto! Mi nombre es Lily. Ven pasa, por favor —saludó muy amistosamente al castaño, invitándolo a pasar.
Como no se había mencionado antes, la vestimenta de la joven consistía en una remera blanca sin mangas, bien ajustada al cuerpo y con la cual se notaba a leguas que bajo ella la chica no llevaba sostén, hecho que puso muy nervioso a Issei. Su abdomen estaba totalmente al descubierto, y en la parte baja llevaba unos pantalones de algodón muy cortos, los cuales cubrían una pequeña parte de la entrepierna, y para finalizar unas simples ojotas.
El pobre demonio estaba con su corazón latiéndole a mil por hora no sólo por la imagen tan sexy que tenía Lily sino también por su invitación a entrar y porque se la veía emocionada por su llegada. Todos esos factores le hacían pensar al castaño que ella probablemente estaría queriendo algo más con él… hasta llegó a pensar que ella era de la industria.
—E-E-Eeeeehh… b-bu-bueno, m-mu-muchas g-gracias! —responde el castaño, tartamudeando a más no poder por los nervios, rascándose la nuca y riendo ligeramente, queriendo apartar su mirada y controlar sus impulsos masculinos para que no el titán no se levantara de entre de sus piernas. Con lentitud, haciendo mucho esfuerzo en cada paso que quería dar, logró entrar en aquella residencia bajo la mirada sonriente y amigable de la rubia despampanante.
Al estar a una distancia aceptable, ella cierra la puerta detrás del castaño, asustándolo un poco y causando con eso que la chica riera levemente.
—Vamos pasa, no tengas miedo. Siéntete como en casa —dice la chica cuando pasa a un lado suyo, dedicándole su sonrisa nuevamente y caminando hacia el living, moviendo sus caderas de una forma tan sensual y provocadora que casi infarta al pobre muchacho, quien con toda la fuerza de voluntad que pudo reunir de su interior y más allá, caminó también hasta esa parte de la casa y se sentó en uno de los dos sofás que estaban enfrentados, separadas por una larga y baja mesa de cristal. Ahora que lo veía bien, el interior de esa casa, que a pesar de que tenga solo la planta baja, se veía bastante ostentoso.
—U-Uuummm… g-gracias por… dejarme pasar, todo… es muy… lindo —comentó de amnera entrecortada el joven, tratando con todas sus fuerzas no decir algo que lamentaría.
—Gracias a ti por haber venido, Isse, oh y me alegra que te guste mi casa —dijo la rubia, sentándose frente a él, cruzando ambas piernas y levantándolas un poco.
Con la tremenda vista que tenía de su entrepierna casi al descubierto, Issei no sólo estaba muy sonrojado y con las pulsaciones a mil, sino también creyó que aquella chica SÍ estaba tratando de mostrarle que estaba interesada sexualmente en él, pero… Si eso era cierto entonces… ¿por qué? ¿cómo? ¿cuándo? ¿Realmente él era capaz de tal gloriosa hazaña?
—Me disculpo contigo por no haberte reconocido ni bien abrí la puerta. Oh! Cierto, me olvidé de decirte que, para que no te queden dudas acerca de cómo es que te contraté, resultó que un querido amigo mío, amigo de un amigo suyo el cual me habló muy bien de ti y te ha recomendado, y dado que soy algo… friki *se ríe con un poco de nerviosismo* pues… me viene bien tu compañía —expresó ella, mostrando un pequeño rubor y luego nuevamente una sonrisa que casi hace saltar del pecho el corazón del joven de corto cabello castaño —¿Te apetece si tomamos algo y nos ponemos a hablar de… no lo sé, nuestras series favoritas, mangas y demás? Espero que puedas quedarte por toda esta noche porque a mí me encanta hablar… —dice luego, enfatizando en la palabra "encanta" con un tono erótico.
—¡S-S-Sí, por supuesto que me quedaré, Lily-san! —el castaño aceptó de inmediato y sin titubear, causando que la rubia se riera un poco.
—Perfecto! Entonces, qué te gustaría beber? Tengo agua, jugo, té y cerveza, aunque la cerveza la tomo muy de vez en cuando, pero si quieres puedo hacer una excepción y emborracharnos juntos—pregunta y luego comenta con un tono bromista.
—O-Oh n-no gracias, sólo tomaré jugo —responde el castaño, pensando que quizás se podría arrepentir de esa decisión más tarde.
—Oooouuuh, ¿estás seguro que no quieres tomar un poco de cerveza? ¡Sólo un poco! Mojarás los labios nada más, y si no te gusta lo puedes dejar, yo lo dejaré también si ese es el caso y tomaremos jugo los dos, ¿estás de acuerdo? —pregunta, con insistencia detrás, la chica de cabellera rubia, arremetiendo con una mirada cautivadora que logró el efecto deseado en su inquilino.
—D-De acuerdo, a-aunque no estoy muy acostumbrado… —responde y comenta Issei, cediendo ante la petición de Lily.
—Eso no será problema, ya sabes que lo puedes dejar si no te gusta —dice la rubia sin dejar su sonrisa en su rostro —Bueno, iré a traer la cerveza, espérame un momento, ¿de acuerdo? —.
—S-Sí —es lo único que responde el muchacho, antes de ser el único en la habitación. A unos metros pudo escuchar como Lily abrió la heladera, sacando una botella de vidrio con al parecer unos vasos del mismo material. A la rubia solo le tomó un par de minutos, quizás menos, el ir y volver para traer consigo dicha bebida alcohólica y compartirla con el muchacho, quien tomó un sorbo a duras penas, analizando luego el saber para ver si le gustaba.
—"Mmmmmm… no sabe tan mal después de todo. Pero si pienso beber cerveza debería considerar el moderarme, no quiero terminar ebrio después de todo" —pensó él, tomando otro sorbo.
—Oooohh parece que te ha gustado, ¿no es así? —pregunta Lily un tanto picarona.
—B-Bueno… no sabe tan mal, pero con todo respeto, Lily-san, sólo tomaré un poco y después algo de agua —responde él.
—De acuerdo, como tú prefieras —comenta la rubia, haciendo ademanes con su mano derecha para saltar el asunto —En fin, ya que estamos aquí, ¿por qué no empezamos a hablar? ¡Comienzo yo! ¿Cuál es tu serie favorita y por qué? —pregunta después, cruzando nuevamente sus piernas y apoyándose en ellas.
—B-Bueno, s-sobre eso… mmmm creo que no te interesaría —responde el castaño, rascándose la nuca con nerviosismo.
—Oh vamos, cuéntamelo, por favor, no importa cual serie sea, además estamos aquí para hablar justamente de eso, ¿no? No tengas vergüenza, muéstrame tu lado friki, Isse —pidió la joven, persuadiendo con éxito al castaño.
—D-De acuerdo. Bueno, a mí me gusta mucho Drago-soball… —responde el joven.
—Drago-soball, ¿eh? Me parece una buena serie shonen, con sus estilos de lucha y poderes, pero en lo personal no me llamó mucho la atención. No es que odie el shonen, es más es un género que me gusta ver de vez en cuando, pero me inclino más por las series que mezclan géneros diversos con mucha "notoriedad", por decirlo de alguna manera —comentó Lily, dándole un sorbo a la cerveza en el vaso.
Issei había quedado impresionado y un poco confundido con lo que ella dijo, ya que parecía tener bastante conocimiento y gusto por el anime. A partir de ese momento ambos entablaron conversación, que fue haciéndose más amena conforme pasaban los minutos, y… el castaño, después de haber "probado" una segunda vez el sabor de aquella bebida alcohólica, la cual tenía un mejor gusto que antes, siguió bebiendo de ella prácticamente sin darse cuenta de que lo estaba haciendo.
Pero luego de tres vasos llenos de esa cerveza, el pobre de Issei ya estaba mareado aunque gracias a su suerte mantenía aún bastante de su juicio haciendo uso de su fuerza de voluntad. Y a decir verdad su estado alcoholizado no pasó desapercibido para Lily…
—Uuuufff… —resopló la rubia, moviendo ambas manos como mostrando que el ambiente era más cálido de lo que podía soportar —Está haciendo bastante calor aquí, ¿no lo crees? —preguntó luego de manera algo despreocupada, pero emitiendo una mirada maliciosa.
Claramente ese comentario tenía tintes sugerentes, y por si fuera poco, con el movimiento que hicieron los brazos de Lily causó que los hilos de su remera, que sujetaban la misma a su cuerpo, se cayeran, amenazando con revelar sus voluminosos pechos.
Issei no pudo controlar y mucho menos esconder la erección de su amigo en su entrepierna, ya que por causa de su mareo estaba idiotizado viendo las tetas de su cliente, que le provocaban una gran excitación. Sólo faltaba un poco más para que aquella molesta remera cayera por completo, revelando la gloria.
Por su parte, Lily notó a la perfección el bulto en el pantalón del muchacho, y con una pequeña sonrisa maliciosa de su parte sacando ligeramente la lengua, como relamiéndose, decidió acercarse repentinamente al castaño.
—¿Qué sucede, Isse? ¿El gato te comió la lengua? —preguntó Lily, con un tono de voz erótico, estando a tan sólo centímetros de del rostro de un muy sonrojado Issei, el cual recibió el aliento de la chica de lleno. No era un aliento feo, sino… uno extrañamente agradable, como si fueran el aroma de rosas.
Segundos después de que ella le haya preguntado eso a esa distancia tan corta, el joven empezó a sentirse extraño…
—"¿Q-Qué… me sucede? Me… me siento… extraño…" —se pregunta Issei en su mente, queriendo moverse pero su cuerpo casi no le respondía, además de que temblaba a más no poder —"M-Mi cuerpo… m-me siento caliente…" —.
Issei no podía hablar, sólo jadear ante la hermosa, gloriosa y erótica vista que le proporcionaba el cuerpo de Lily.
—¿Sabes algo, Isse? Siempre me has gustado, se nota que eres un chico con muchas energías… —declaró la rubia, riendo levemente y de manera pervertida —Si sumamos mi atracción hacia ti y el calor que está haciendo en esta habitación nos daría como resultado… esto —.
Después de decir eso, Lily dirigió sus manos lentamente hacia la parte superior de su remera, tomando los dos hilos a cada costado de sus mangas y bajándolas, haciendo caer por completo su prenda.
¡BINGO! Issei pudo ver por fin las enormes y deseadas tetas de la rubia, unas tetas que se veían no solo apetitosas sino también suaves, y ni hablar de sus pezones rosados... Sin duda estaba muy alegre, el castaño agradeció su tremenda suerte por estar viviendo tal momento.
En eso, Lily nuevamente se acerca a él, dejando pocos milímetros entre sus labios y los del demonio.
—¿Quería ver mis pechos, verdad? ¿Son lindos? ¿Este tamaño es de tu agrado? Te dejaré tocarlos si me respondes satisfactoriamente —susurró lentamente la chica y con una voz muy pero que muy seductora, a la vez que acariciaba sus tetas con sus dedos a la misma velocidad con la que sus preguntas salían de su boca.
Issei escuchó no sólo cada palabra de esas tres interrogantes y la condición, sino que también degustó nuevamente el perfume de rosas que provenía del aliento de Lily, perfume que extrañamente era mucho más fuerte que antes, obnubilando temporalmente al joven.
—S-Sí… —es lo único que pudo responder él, tratando de volver en sí y mirar a los ojos a la rubia —"¿Q-Que… rayos me sucede? No puedo…. Siquiera moverme, solo… solo tiemblo. Mi cuerpo está prácticamente ardiendo, mi corazón late muy rápido… ¿Acaso… he sido drogado por esta chica? Quizás… aunque no me importa, al menos… perderé mi virginidad con ella…" —pensó luego.
—Entonces… es hora del plato fuerte —dice Lily, acercándose lentamente al rostro del castaño… pero rozándolo. Mientras ella tomaba con su mano derecha la izquierda de Issei y dirigiéndola a su pecho derecho para que la tocara, elevando su éxtasis a niveles insospechados, ella se dedicó a atacar el cuello del muchacho.
—"O-Oh por Satan… p-por fin estoy tocando sus pechos! Y-Y ella me está besando el cuello! E-Esto es mejor de lo que podía haber imaginado!" —pensaba Issei, totalmente fuera de sí, pero después sintiendo algo raro en su cuello —"O-Ouch, ¿qué…? S-Sentí un ligero piquete… ¿E-Eh… q-que…? ¡OOOOOOOOOOOH!" —.
El cuerpo del castaño se arquea debido a una repentina y fuertísima oleada eléctrica, que lo atacó por todas partes, dejándolo casi loco de placer.
—Oh cielos, mira eso —comenta Lily, como si estuviera asombrada, mirando el pene totalmente erecto y duro de Issei, el cual… rompió el pantalón para poder liberarse —Fufufu, al parecer todo está haciendo efecto muy rápido, entonces… habrá que proceder —susurra luego, tomando con su mano izquierda el aparato del castaño.
—G-Gggnnn… —Issei soltó un gemido casi reprimido por el contacto que tuvo la rubia con su miembro.
—Aaaaahhh que hermoso, estás bien duro, Isse, eso significa que la maldición está surtiendo efecto muy rápido. Pero no es suficiente, debo darte más… —dijo Lily, mostrando una cara excitada y sonrojada, a la vez que se relamía los labios.
—"¿Q-Qué? ¿Ha-Ha dicho… M-Maldición…?" —pensaba el pobre castaño, quien como se ha dicho antes no podía hablar, no podía controlar su cuerpo, sólo se limitaba a formularse esas preguntas en su mente y jadear por el placer que estaba experimentando.
Repentinamente Lily vuelve a atacar su cuello, y el muchacho, sin poder dominar siquiera su rostro que sólo se mostraba sumido en éxtasis, sintió otro piquete y nuevamente una corriente eléctrica que fue mucho más intensa que la anterior, pero no era lo único… muy en el fondo percibió algo muy inquietante… como si una cosa desconocida se estaba fusionando con él.
—¡Aaaaahh, ahora sí, Isse! ¡Dame todo el semen que tengas! —exclamó Lily, totalmente fuera de sí y loca, mirando con muchos deseos al pene del joven, el cual inmediatamente acorraló entre sus enormes tetas, masturbándolo, lamiéndolo y chupándolo como si fuese una aspiradora.
Issei ya estaba fuera de sí, el placer era demasiado, sus pensamientos salieron disparados y no podía formar ni una palabra, ninguna idea.
—¡G-Gu-uaaaaagh! —Issei pudo exclamar con fuerza, sintiendo como llegaba al clímax total y corriéndose con todo en la cara de la rubia.
—¡Aaaaaahhh siiiiii! ¡Perfecto, el semen de un joven virgen! ¡Dámelo todo, quiero que quedes vacío! —
Issei jamás experimentó tal oleada de placer, y más cuando se estaba viniendo en la cara de Lily. Se siguió corriendo sin parar por cerca de un minuto, hasta que sintió que llegó al tope de no poder expulsar más semen.
En ese entonces, sin dejar de temblar por la continua corriente eléctrica y placentera que sentía, el castaño fija su mirada hacia abajo, tratando de contactar con los ojos de la rubia, quedándose más que sorprendido, sin palabras… Lily ahora mostraba un aspecto totalmente diferente: su cabello tenía un tinte más claro, sus pupilas eran ahora rasgadas -como un felino- dándole un aspecto feroz, debajo de sus labios sobresalían un par de colmillos en la parte superior -similar a un vampiro-, y en su espalda se veían un gran par de alas de murciélago.
—"N-No… puede… ser… ¡GA-AAAAAAAAGH!" —.
La corriente en su cuerpo se intensificó, logrando que él se arqueara otra vez.
—"¡¿P-Pero q-q… qué es lo que sucede?! E-Eh… ¿¡Eh… m-mi… p-pene…?!" —.
—¡Aaaaahhh ahora comienza la verdadera diversión, Isse! —exclamó nuevamente Lily… o quién sea que fuera ella en realidad, con su cara de éxtasis que la hacía parecer una loca.
Como pudo el castaño bajó su mirada a su entrepierna, y sus ojos no podían estar más abiertos en ese momento cuando descubrió que su pene, lejos de estar erecto de nuevo, lentamente se iba poniendo más y más flácido, y no sólo eso… parecía estar achicándose. Súbitamente, en su estómago puede sentir algo extraño, como si le estuvieran revolviendo el interior, y junto con lo que le pasaba a su miembro viril él nuevamente curvo su cuerpo como respuesta al placer.
—Por fin, por fin llegó este momento, estaba y sigo estando tan excitada… ver como cambia tu cuerpo es como un afrodisíaco para mí —comenta Lily -quien ahora era albina por el cambio de color en su cabello- tocándose sus pechos y masturbándose ante lo que veía.
—"¿Q-Qué… sucede…? M-Mi cuerpo… todo mi cuerpo… está cambiando…?" —se cuestionaba internamente el joven sin dejar de retorcerse.
De manera brusca, varias imágenes asaltaron su mente, imágenes que mostraban a un gran dragón rojo, que rugía con fuerza y dolor ante algo invisible que hacía que su cuerpo fuera deshaciéndose en millones de pedazos. Pero dicha imagen solo duró unos cuantos segundos hasta que todo se volvió negro… dejando al castaño con aquella tormenta de sensaciones, que iban desde el placer al dolor y viceversa, alternando con tal rapidez que lo volvían loco. Absolutamente todo su cuerpo, sus extremidades, cada rincón de su ser, ardía. Él sentía que estaba cambiando…
—"N-No, m-mi cuerpo… me arde… mucho… m-mi pecho… se siente muy pesado… mi espalda… m-mi cabeza… da vueltas…" —.
—Aaaahh esto es tan placentero… Déjame que apure el proceso, mi lindo Isse —comentó la albina, riendo maliciosamente y abalanzándose al cuerpo del joven, mordiendo su cuello por tercera vez y viendo los tan preciados efectos de aquella maldición mientras acariciaba su cuerpo: El cabello del castaño comenzó a crecer con rapidez, su rostro empezó a tener facciones mucho más finas, sus pechos se inflaron hasta convertirse en dos grandes senos, su cintura se estrechó y sus caderas aumentaron, sus piernas se hicieron un poco más largas y a verse más suaves, y en la zona de sus genitales -donde supuestamente debía estar su pene- ahora yacía una vagina.
—Siiii, eso… sé mío Isse, o debería decir… ¿mía? —se pregunta Lily con un tono bromista, relamiéndose mientras veía como el cuerpo del muchacho tenía cada vez más y más apariencia femenina tan solo con el pasar de los segundos.
Por su parte, Issei sólo jadeaba, tenía la mirada perdida, no podía pensar, hablar o moverse por su cuenta, sólo sentir… sentir como su cuerpo quemaba y cambiaba a un ritmo de vértigo, y lo peor era que no podía saber qué era exactamente lo que cambiaba o cómo se estaba llevando a cabo dicho cambio.
—Del placer al dolor, del dolor al placer… Ésta será una experiencia única e irrepetible para ti, mi linda Isse. Y por supuesto que después deberemos de buscarte otro nombre, eso es seguro… pero por ahora disfruta tanto como puedas —susurra para sí misma la albina mientras estrechaba sus manos en señal de victoria, al final había conseguido hacer de las suyas —Dentro de unos momentos tendrás los cambios finales, los definitivos… prepárate porque el placer extremo nuevamente tocará tu cuerpo, fufufu —expresó luego.
Lily aprovechó esos instantes tan preciados para guardar en su mente la imagen del "nuevo Issei": ahora ya no era para nada un chico, eso era claro… su cuerpo femenino se veía esbelto, con unas curvas sexys, unos grandes pechos como los suyos con unos pezones rosados también -erectos, obviamente-, sus piernas eran delgadas y largas además de verse suaves, sus brazos también se hicieron más delgados; su rostro había cambiado por completo, pasando a tener facciones más delicadas junto con unos grandes ojos color miel, y por último ahora tenía un frondoso, larguísimo y lacio cabello del mismo color que poseía antes.
Después de haber hecho eso, tan solo unos cuantos segundos más transcurrieron hasta que el momento esperado llegó.
—¡Nn-nnnnggggghh! —apretando bien fuerte sus dientes mientras mostraba una expresión que rozaba el dolor con el inmenso placer mientras tenía sus mejillas muy enrojecidas y sus ojos tan abiertos como platos, Issei sintió repentinamente la oleada electrizante y placentera recorrer cada parte de su ser, llenándolo por completo.
Dichos cambios finales, anunciados de antemano por Lily, no tardaron en hacerse visible: de la espalda de la joven de cabello castaño brotó un par de alas grandes y muy extrañas, que dejaron pasmada a la albina.
—¿E-Eh? Pero… se supone que debían ser similares a las de un murciélago... —comentó ella, sin entender lo que veía. Aquellas alas parecían ser el resultado de la mezcla entre el tipo de alas que ella mencionó y las alas… de un dragón. Dichas alas tenían varias tonalidades de rojo, más que nada oscuros.
Después de eso, observó brotar un par de grandes cuernos a cada lado de su cabeza, los cuales tenían un tono rojo también pero muy oscuro, el cual casi ni se notaba y podía confundirse fácilmente con el negro.
Luego, de la parte baja de su espalda brotó una gran y larga cola… ¿escamosa? Así era, escamosa, como si fuera de un dragón, pero que tenía la misma terminación en punta que la cola de un demonio, aunque ligeramente diferente. Seguidamente, la albina nota con gran estupor como gran parte de los brazos y las piernas de la chica empezaron a mostrar laceraciones en forma de muchos y pequeños rombos, todos agrupados, que luego de varios segundos se transformaron en escamas del mismo color, en este caso el rojo, que las demás partes de su cuerpo. Por último, el color de su cabello cambió desde las raíces hasta las puntas de un tono fuerte de rosado.
—¡G-Gggggyyyaaaaaa! —ahora Issei, convertido totalmente en una mujer, emitiendo un fuerte gemido con su voz ahora femenina, causado por el orgasmo que alcanzó tras todo ese proceso, tanto doloroso como placentero, de transformación, corriéndose y liberando así sus fluidos por medio de su vagina, empapando no sólo el suelo sino también sus propias piernas.
Finalmente aquella joven cayó rendida completamente, mostrando un rostro con una expresión de inconsciencia casi total, con sus ojos mirando hacia arriba, su lengua afuera babeando por doquier, no podía más que balbucear incoherencias porque no tenía fuerzas ni para mover correctamente sus labios. Su cuerpo, el que una vez perteneció a un muchacho de corto cabello castaño, ya no podía aguantar más, ahora sí había llegado hasta su límite.
Fue en ese entonces que Lily, la chica que se había transformado en una súcubo cuando le estaba propinando una mamada al castaño, se acercó hasta su cuerpo inconsciente, y tomándolo entre sus brazos mira a la chica nueva con esa sonrisa lujuriosa y muy satisfecha, acariciando de manera muy leve y fina la piel de aquella joven, palpándola y sintiéndola.
—Vaya, la maldición ha hecho un muy buen trabajo contigo, eso no puedo negarlo —comentó la albina, observando los senos de la pelirosada y relamiéndose —Sí que te has convertido en una chica muy hermosa y sexy, Isse… O debería decir, ¿Izuki?... Sí, ése es un lindo nombre femenino para ti, te bautizaré con él. Desde este momento, en el que has renacido como una súcubo, te nombro como Izuki, la nueva súcubo del olvidado clan Eilanziel. Bienvenida a la familia —anunció luego.
Después de eso, cargó a "Izuki", llevándola y llevándosela hasta una habitación que, al parecer, era para un huésped. Una vez allí, la albina deja cuidadosamente el cuerpo de la chica de largo cabello rosado en la cama.
Tras haber dejado a la chica allí postrada, Lily regresa a su apariencia normal, su apariencia humana, para luego llevar su mano derecha a su oído ubicado en el mismo lado e invocar un hechizo en forma de sello comunicador.
—Hola hermana, soy yo, Lily —saludó la aludida, con una sonrisa que iba creciendo cada segundo que pasaba.
—Ah Lily, eres tú —responde la vos femenina del otro lado de la línea —… Te oigo feliz, debo asumir que has llevada a cabo nuestro plan de manera más que exitosa, ¿verdad? —pregunta luego, sospechando por haber escuchado el tono intrigantemente alegre de la rubia.
—Sí, así es, hermana, he realizado todo tal como me lo ordenaste, y fue más que un éxito. Ya tenemos al portador del legendario Dragón de la Dominación de nuestro lado… ¿o debería decir a la legendaria Dragona Súcubo de la Dominación? —responde Lily, con un tono divertido.
—... Interesante —aquella voz femenina se oyó muy sorprendida e interesada en saber —Tráela a nuestros aposentos lo antes posible, no queremos que Rias y los demás demonios se enteren de que les hemos arrebatado uno de sus bienes… un bien muy preciado —ordenó luego dicha voz —Déjame ver en quién se ha convertido nuestro querido Hyodou Issei, y luego decidiré lo mejor para él —.
—Como ordenes. Salgo ya mismo entonces, nos veremos allí —
—De acuerdo —
Tras terminada esa conversación, la rubia voltea su mirada para observar, con la misma sonrisa satisfecha, a la pelirosa, que omitiendo ya quien fue en el pasado, se encontraba dormitando luego de todo ese "ajetreado proceso" de cambios radicales.
En vista de todo el panorama, difícil era decir con exactitud el futuro que le esperaba a Issei después de lo que le pasó, pero una cosa era muy segura… ahora todo en su vida sería muy diferente… incluso él mismo.
Continuará…
Bueno, hasta aquí hemos llegado, queridos amigos.
Si les gustó por favor háganmelo saber en la caja de reviews, dejar su opinión no cuesta nada y ayuda mucho. Si es un "comentario bueno" (por decirlo de alguna manera) se aceptará con mucho gusto, y si es una crítica por favor hacerla con respeto y de manera constructiva, es lo único que pido en ése ámbito. Quizás esta historia sea rara, diferente a todo lo que han venido leyendo hasta el momento, pero agradecería si le dan una oportunidad, no creo que pierdan algo, además les doy mi palabra de que no decepcionará.
Ahora bien, yendo un poco al lado privado de todo esto, seguramente se estarán preguntando de dónde saqué la imaginación necesaria para crear este tipo de fanfic. Bueno… leyendo mangas H. Sí, mangas H o doujins H, cómo quieran llamarle. También por leer un fanfic en español de Issei convertido en mujer, sólo que yo quise DETALLAR MUY BIEN todo el proceso.
Bueno, eso sería todo. Espero que les haya gustado, yo me despido saludándolos y deseándoles mucha suerte!
Hasta luego!
