Hey, soy nueva en la comunidad , y estoy aquí publicando una historia de hace más de cinco años, fue publicada antes en grupos antiguos bajo otro seudónimo, no planeo modificar la historia ni la narración ya que es el modo en el que lo hacía en aquellos tiempos, sin embargo espero que la historia pueda ser de su agrado, sin más, les dejo con el primer capítulo.
¿Felicidad?, ¿Qué es eso?, sinceramente no creo que en la actualidad exista algo tan patético como la felicidad. En los últimos meses ha estado rondando por mi cabeza esa estúpida palabra, ¿Por qué?
¿Cómo alguien puede ser feliz en un mundo como este donde las violaciones, los asaltos y los secuestros son el pan de cada día?, a decir verdad yo fui de las que tenían la falsa idea de que la esperanza es lo último que muere, pero eso quedó atrás junto con mis ilusiones y mi ingenuidad de niña.
¿Por qué otra vez a mi?
Cáp. 1
¿Mi nombre?, Kagome, ¿Quién soy? no soy nada ni nadie, eso es lo importante, ¿No les ha pasado que, creen estar rodeados de aquellas personas que dicen te apoyan y a la hora de necesitar su apoyo real se han ido?, pues a mí si, y ha sido la peor experiencia de mi vida, aquella que me marcó, y aún ahora, después de cinco años, sigo sufriendo las consecuencias, sigo pagando el resultado de posar mi confianza y mis secretos, además de ilusiones, sobre quienes decían que me querían y deseaban lo mejor para mi.
Siempre estoy pensando, siempre reflexionando… siempre odiando. Es inevitable en mi persona el dejar de sentir lo que siento ahora, es imposible el no sentir rencor, ni deseos de venganza, mi actitud no cambiará, sin embargo les demostraré a todas esas personas que voy a salir adelante, sin importarme a quien tenga que pisotear, no soy la niña tonta e indefensa que todos creen…
-¡Kagome!- Una voz masculina menciona mi nombre, haciendo que me detenga en mi caminar -¡Kagome!- Vuelve a llamarme esa voz, ahora provocando que me voltee para quedar frente a frente con él, y de este modo descubrir quién es.
-¿Quién eres?, ¿Qué quieres?- Cuestiono a aquella persona sin el más mínimo interés.
-Pues soy… ¿Qué te importa?- Vaya, vaya pero qué violento- Solo te digo que el profesor Naraku te busca, al parecer es algo importante- Me dice en tono de preocupación, como si me importara.
¿Qué querrá ese idiota ahora?, ¿Me volverá a proponer acostarme con él?, ¿Me intentará seducir para pasar a ser su nueva amante de una forma "amorosa"?, pienso mientras me dirijo hacia su asquerosa oficina.
-¿Qué deseas Naraku?- Cuestiono tan directa como siempre
-Esa es una falta de respeto ante mi presencia, ¿No lo cree así señorita Kagome?- Pero que déspota es, tan tonto, tan cínico.
-Vaya al grano, ¿Qué me va a proponer ahora?- Cómo lo odio, cómo lo detesto, todo él me hace sentir repugnancia
Ahora tan solo veo como Naraku se levanta de su escritorio con una sonrisa en su rostro, ¿Qué cree que esta haciendo?, será mejor que me quede quieta para observar que es lo que pretende hacer.
-Oh, mi bella y adorada Kagome- Su mano comienza a acariciar mi rostro, solo me quedo sin moverme, sin sentir algo, ahora su cabeza la posa sobre mi hombro sin tocarlo, poniendo su boca a la altura de mi oído –Serás mía, algún día, por la fuerza o por simple placer-
¿Qué acaba de decir?, no lo creo, no puedo creerlo, esas palabras que dijo ¿Pero como las conoce? a menos que él… No, no lo creo posible, me quedo en shock, mientras unas imágenes vienen a mi mente, imágenes que creí haber omitido de mi memoria, pues son recuerdos dolorosos, pero es inevitable…
Recuerdos
Recuerdo, desgraciadamente muy bien, aquel día, no había sido el peor, pero si uno muy importante, el primero en que decidí posar fielmente mi confianza sobre aquel hombre… qué tonta fui. Me encontraba sentada al pie de un árbol en la preparatoria, acababa de entrar, y no conocía a nadie, salvo una persona, tan solo tenia quince años, tan solo era una niña, estaba sentada leyendo un libro, recuerdo que era de aquellas historias que tanto hacen soñar con el príncipe azul, en eso, la campana anuncia que es la hora de ir a casa, rápidamente tomé mis cosas y me dispuse a salir, estaba tan contenta ese día, pues había encontrado un "amigo" , una persona que me prometió estar conmigo siempre…
En fin, salí y caminé despacio, pero pronto recordé el gran suceso, por lo que comencé a correr y me metí por un lugar poco conocido por mí, pues era un atajo, ya quería llegar a mi casa y contarle todo lo sucedido a mi hermana.
-Lo siento señor- Me disculpé ante una persona de unos 20 años aproximadamente, su rostro no lo recuerdo bien, había tropezado y me apoyé en el en un intento por no caer.
-Qué bella mujer tenemos aquí- Esa frase hizo que me sonrojara, y en un descuido, un tipo salió detrás de mí, tapándome la boca con un mano, sujetándome de la cintura con la otra, el hombre que estaba en frente de mi me tomó de los brazos, y entre los dos me llevaron aun lugar que no recuerdo muy bien, y que a decir verdad, no quiero recordar. Me llevaron a un cuarto, para después aventarme me quedé paralizada, solo escuché una frase que le dijo un tipo al otro mientras salía
-Te diviertes un rato, ah, pero eso si luego me toca a mí, así que debe ser rápido
Al escuchar estas palabras me asusté mucho, unas lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, el hombre que se quedó, al ver esta escena me dio una bofeteada mientras me decía:
-Las mujeres se ven mal cuando lloran, parecen unas niñas tontas- Yo solo contenía mis lágrimas, mientras veía como aquel hombre se posaba sobre mi y se inclinaba, para susurrarme al oído unas cuantas palabras…
-Esto te va a gustar, tanto que me pedirá mas y más- Qué asco me dio, el simple hecho de pensar en los planes que tenia ese tipo, sentía, a la vez, una gran impotencia, que al poco rato desaparecería para tomar una actitud de valor, y de este modo levantar una de mis rodillas tan rápido y tan fuerte que haría que aquella persona se levantara inmediatamente de mi.
Aproveché el momento, empujándolo más hasta estar segura de que tardaría en seguirme, salí corriendo del lugar, cuando esta persona que estaba en el suelo reaccionó y me vio salir, llamó a su amigo, y entre los dos me siguieron, segundos después pude escuchar un disparo, seguido de un fuerte dolor en mi brazo derecho, al girar en un esquina, me encontré con el amigo que había hecho en la preparatoria, me ayudó a escapar, cuando las personas que nos seguían vieron que ya no nos alcanzarían uno de ellos gritó:
"Algún día, serás mía, por la fuerza o por simple placer, y no descansaré hasta lograr lo que tanto deseo, Y ESO ERES TU"
Fin de los Recuerdos
Vuelvo a reaccionar y veo como Naraku se acerca más y más
-Recuerdas muy bien esas palabras ¿verdad?, pero lamento decirte que no fui yo aquella persona, pero en estos momentos lo deseo
-Aléjate- Le digo en un tono un poco más alto que un susurro, y lo suficientemente fuerte y claro para que haga lo que exijo -¡Que te alejes, ¿Qué no me escuchas?! ¡Aléjate!- menciono impaciente y desesperada.
Naraku posa sus manos alrededor de mi cuerpo, tratando de obtener algo que jamás le daré, tengo que detenerlo.
-No pongas tus asquerosos labios sobre mi piel
-Vamos Kagome veo que lo deseas, además, si estas conmigo encontrarás la felicidad ¿Acaso no es eso lo que tanto deseas?, ¿ser feliz, sentir placer y gozar la vida?
-No seas idiota- digo forcejeando con él para soltarme –La palabra felicidad desapareció de mi vocabulario desde hace mucho tiempo, ¿Acaso tu crees que me puedes hacer feliz?, no me hagas reír.
-Pero que insolente eres- menciona para después darme una cachetada dejando un tanto marcada mi pálida mejilla.
Antes de poder protestar, noto como Naraku se me abalanza, tratando de desprender la ropa que cubre mi cuerpo, pero que se cree, ¡Qué coraje! no tengo salvación, me tiene bien sujeta, ¡Dios que hago! Necesito un milagro para salir de esta.
