HOLA A TODOS!
Este es mi primer fic y me gustaría compartirlo con la comunidad de esta página. Lo cree y actualizaba en pero decidí que aquí tendría también buena acogida. He subido los primeros 15 capítulos, no pensé que fuera tan largo pero descubrí que me gusta extenderme... Es un fic sobre la posible relación entre Karin y Naruto. Para mi, a pesar de que son del mismo clan, estos dos no están relacionados ni emparentados de ninguna forma. Puedes tener el mismo apellido que otra persona, pero eso no quiere decir que son de la misma familia :p
Espero sus comentarios, opiniones, observaciones, criticas y predicciones (me gustan estas últimas para saber si estan pensando lo mismo que yo). Bueno ahora si disfruten^^
PRIMER ENCUENTRO
Esta historia transcurre cuatro años después de la cuarta guerra ninja. Sasuke, Sakura y Naruto se llevan bien como buenos compañeros e inclusive como amigos.
Después de la guerra Sasuke decidió partir solo para encontrar su camino, para pensar una forma y un propósito para vivir. Su hermano se había equivocado sí. Había cometido un error terrible... sin embargo lo perdonó, lo perdonó porque primero lo amaba mucho y segundo porque no podía vivir con el rencor que exigía la venganza. Adicionalmente se perdonó a sí mismo y tomo la decisión de vivir. Para llegar a este punto a Sasuke le tomo un año de rondar solo por los caminos y valles de las tierras del fuego, del agua, del trueno y de la roca y ver como las cosas a pesar de la guerra tendían a escoger la vida, a retoñar, a surgir. Tan pronto decidió perdonarse a sí mismo y darse una nueva oportunidad decidió volver a Konoha. Allí conoció a la que sería su novia y más adelante su esposa, Hanabi Hyuga. Entro a AMBU y era uno de los Jounin más fuertes y competentes.
Sakura es jefe de médicos en el Hospital siendo solo superada en jerarquía por Shizune. Después de la guerra volvió a la aldea con su corazón y su mente en orden. Ya no amaba de manera irracional a Sasuke. Había superado las flaquezas propias de una adolescente caprichosa y cobarde y ahora también se había dado la oportunidad de mirar a otros chicos, de volver a enamorarse... pero de una forma más sana, sin comprometer la vida de las demás personas. En esos cuatro años había tenido algunos romances pero nada serio. Se sentía muy bien como jefe de médicos en el Hospital, ocupando su tiempo entre las tareas que le exigian este y las misiones que ocasionalmente Tsunade le asignaba.
Naruto, por su parte, es uno de los Jounin de más alto rango de Konoha y también hace parte de AMBU, aunque a diferencia de Sasuke ocasionalmente también es asignado a misiones grupales. El... aún tiene algunas flaquezas adolescentes, principalmente en lo que concierne a Sakura. Aunque sus sentimientos habían mermado y no sentía lo mismo que antes por ella, todavía tenía una leve esperanza de que ella se fijara en él. Los cuatro años que habían transcurrido desde el final de la cuarta guerra los había pasado en Konoha como Jounin de alto rango. Terminó de crecer físicamente y ahora era un hombre hecho y derecho, mucho mejor vestido y un poco más prudente. Ya no hacia tantas algarabías y no era tan gritón como antes..., tan solo lo era un poco menos... Seguía siendo el chico divertido, feliz y enérgico. Todavía vivía en su antiguo apartamento en donde ahora era vecino de una antigüa enemiga, Karin.
Debido a sus aportes en la guerra se les ofreció a Karin, Suigetsu y Juugo ser parte de Konoha como ninjas, para solo ser aceptado por Karin. Los otros dos optaron por buscar su rumbo fuera de las aldeas.
Karin quería cambiar su vida y arrancar desde cero. Vio esta oportunidad cuando Tsunade le ofreció a los antigüos integrantes de Taka la posibilidad de vivir en Konoha y ser parte de la aldea. Nunca había hecho parte activa de ninguna comunidad. Siempre había actuado para favorecer los intereses particulares de alguien, ya fuera en los experimentos de Orochimaru o en la misión de venganza de Sasuke. Con la guerra y desde que Sasuke la hiriera casi de muerte decidió por primera vez que necesitaba encontrar un propósito para ella misma, uno distinto al seguir a alguien y hacer lo que le ordenasen.
Fue así que con toda la esperanza de rehacer una vida para ella, acudió a su primer día de entrenamiento como ninja de Konoha donde recibió su bandana y se le asignó un lugar donde vivir. Ella recordaba el primer día como uno que le daría pistas de lo que sería su vida en esos cuatro años siguientes a la guerra, vividos en Konoha...
-¡Karin! Aqui está su bandana.- Hayate procedió a tirarle descortésmente su bandana, la cual cayó a sus pies. Karin procedió a recogerla. A pesar de la descortesía de Hayate, Karin había llegado a la armería donde le darían su inducción, con toda la disposición del mundo, muy animada y algo coqueta inclusive. Por lo tanto no se sentiría mal tan fácilmente.
-Ok, gracias emmm, no me ha dicho su nombre.- dijo Karin con ánimo. Hayate la miró seriamente por un momento con un poco de fastidio y resentimiento
-Hayate.
-Bueno Hayate-san, gracias por la bandana. Ahora..., ¿dónde viviré?, espero que sea en una zona con bastante aire y árboles, ¿tendrá balcón aca...- Hayate sentado desde su escritorio empezó a reír burlonamente
-Mira... Karin- pronunció su nombre con un burlón desprecio, -agradezca que tiene un lugar donde vivir, no todos tienen ese privilegio. No se cuáles fueron las razones para que Hokage-sama decidiera permitirle vivir con nosotros..., pero téngalo por seguro que no se le tiene a usted como salvadora o heroína en nuestra aldea. Tan solo es una invitada..., que tiene que ganarse su puesto como Kunoichi.- Esto último lo dijo de forma lenta y con un dejo de misterio.
-Jum, bueno no esperaba tampoco una mansión! Puff que grosero.
-Esta es la dirección de su residencia.-Le extendió una hoja con una llave. -Mañana a las 6:00 am debe estar en la oficina de la Hokage. Ahora !largo!.- Lo último lo dijo de forma calmada y seria, para después ignorarla leyendo unos papeles que tenía sobre su escritorio.
Karin algo decepcionada por el trato de Hayate pero al mismo tiempo feliz porque ya tenía donde vivir, salió de la armería con rumbo a la dirección que señalaba el papel. Mientras caminaba hacia su destino, no se percataba de las miradas que algunos aldeanos le propinaban, algunas de desconfianza otras de disgusto.
Ella se encontraba feliz por tener un lugar al que llamaría hogar, inclusive había pensado en la clase y color de tela que compraría para sus cortinas: amarillas pastel.
Pronto llegó a su destino. Miró el edificio que indicaba la dirección y no pudo evitar hacer una mueca de desagrado.
-mmm ¡qué edificio tan viejo!. Bueno tal vez el interior este mejor cuidado.-
Subió las escaleras enérgicamente y llegó a su piso. Vio que había dos puertas, lo que indicaba dos apartamentos. Karin miró su papel el cual indicaba que su apartamento era el número 302, por lo tanto procedió a abrir la puerta que tenía ese número. Su sorpresa fue inmensa cuando al entrar se dio cuenta que el lugar era una total pocilga. Los muebles se reducían a una cama sin colchón, una cocineta vieja y una mesa sin sillas. Todo estaba cubierto por polvo y telas de arañas. El baño estaba en condiciones deplorables, no había agua y las tuberías estaban tapadas. La tina estaba rota y la ducha no servia. No entraba luz debido a que las ventanas estaban cubiertas por capas y capas de hollín y mugre. Había dos goteras grandes donde estaba la cama y cuando cerró la puerta detrás de ella e intentó prender la luz, hubo un corto circuito y una chispa saltó del único bombillo que había en el cuarto. Hasta le pareció que una rata salió corriendo de lo que sería la despensa pero que más parecía la entrada al infierno.
-Bueno, no será un palacio pero es mío. ¡Ahora manos a la obra!
A pesar del estado de su nuevo hogar, Karin no se desanimó. Le tomaría varios meses en hacer el lugar habitable para un humano, contrario al estado en el que lo encontro el cual era más adecuado para ratas e insectos. Todo el dinero que ganaba en las misiones iba para la mejora de su apartamento. Los primeros meses fueron los más duros y no solo por las condiciones de su vivienda, es más esto era lo menos duro, sino por las condiciones en que estaría siendo tratada en adelante en su trabajo como ninja. Las misiones se sucedían una tras otra dejándole poco tiempo para realizar las mejoras de su apartamento. Le asignaban misiones casi suicidas de las cuales se salvaba por un pelo y por determinación propia. En esos cuatro años no tuvo más de una semana libre para ella entre misiones. Luego se asombraría de lo mucho que hizo con su apartamento con el poco tiempo que le quedaba.
A medida que pasaba el tiempo su entusiasmo de su nueva vida se fue apagando, esto debido principalmente a la cantidad de misiones a la que era asignada. Poco a poco se dio cuenta que a ningún otro ninja le eran asignadas tantas misiones como a ella, ni tan seguidas como a ella. Apenas si había conocido a su vecino Naruto. Lo había visto salir de su apartamento que quedaba al lado del de ella cuando ella llegaba de sus interminables misiones, sin embargo no había pasado de solo saludos.
Solo había hecho una amiga en Konoha en esos cuatro años. Era una compañera usual de grupo. No le habían asignado un grupo fijo pero ella, Hanabi Hyuga era una de las personas con las que más había tenido misiones y se habían vuelto cercanas. Luego pensaría, no le habían asignado un grupo fijo de compañeros para que no construyera relaciones duraderas, pero esto no lo había pensado entonces, cuando aún vivía en Konoha.
Ocasionalmente cuando Tsunade no le asignaba misiones de un día para otro (lo cual ocurría raramente), salía con Hanabi a tomar un trago o a bailar. Esto sucedió antes de que Sasuke volviera a Konoha, es decir en el primer año después de la guerra. Cuando Sasuke llegó, Hanabi y él se enlistaron en AMBU donde finalmente se conocerían y se volverían novios. Debido a que Sasuke aún no le había pedido perdón a Karin por intentar matarla en la pelea contra Danzo, ella y él no se hablaban, lo que tuvo como consecuencia al Hanabi convertirse en novia de Sasuke, el alejamiento de estas dos amigas.
Así era la vida de Karin durante esos cuatro años, esos cuatro años hasta esa noche.
Karin había sido asignada a una misión junto a Anko y a Hanabi. Aunque ahora no era tan cercana con Hanabi, no se llevaban mal. Estaban inspeccionando un campo en el cual se había reportado el avistamiento de ninjas renegados. Hanabi estaba vigilando los alrededores con su Byakugan mientras que Anko y Karin se encontraban observando unas trampas puestas por los ninjas renegados.
-Es extraño que hayan dejado estas trampas tan a la vista.- Observó Anko a Karin.
-Si..., pareciera que dejaron el trabajo tirado a medio hacer, pero ¿Por qué?
-Emm chicas creo que ya sé porque dejaron todo a la mitad, ¡CORRAN!- gritó de pronto Hanabi.
De pronto de la nada una manada de venados entraron en el claro donde las tres kunoichis se encontraban. Anko y Hanabi pudieron evadir rápidamente a la manada que corría ferozmente, saltando a un árbol cercano, pero Karin tropezó con una raíz que sobresalía del suelo
-¡KARIN!- gritaron al tiempo Anko y Hanabi.
Karin cayó de lado y se dislocó el hombro. Tampoco pudo evitar ser embestida por un venado adulto, el cual le propino unos buenos pisotones en su otro brazo y en un pie.
-¿Karin estas bien?- preguntó Hanabi
-cre.. creo que.. si..., solo tengo el hombro dislocado- apenas pudo pronunciar Karin entre muecas de dolor.
-Es mejor que volvamos a Konoha, está oscureciendo y necesitas que te revisen tu hombro.- Tomándola por su brazo no dislocado Hanabi ayudó a Karin a volver a Konoha.
En el hospital como siempre después de volver herida de alguna misión, la trataron seca y rudamente.
-Bueno Karin, tengo que regresar a casa. Sasuke me está esperando, hace tiempo que no nos vemos, parece que Tsunade no le da respiro en asignarle misiones!
-Está bien Hanabi, entiendo, a mi tampoco me dan muchos respiros, gracias por acompañarme al hospital
-Pronto vendrá la Dra. de turno y te revisará. Perdóname por no acompañarte más-. Hizo una reverencia de disculpa y salió corriendo al encuentro de su novio.
Karin suspiró e hizo una mueca de dolor ya que involuntariamente había movido su brazo dislocado. La Dra. Shizune salió a atender a los pacientes que se encontraban en la sala de espera. Cuando vio a Karin, su expresión cambio tornándose dura.
-¿Ahora que te hiciste?, ¿No tienes consideración con las personas que realmente están enfermas?
-Shizune-san, me caí en una misión que su jefe me asigno a último minuto. No había dormido en dos días por que acababa de llegar de otra misión pero eso no lo tuvo en cuenta. Son ustedes las que no tienen consideración.
Contrariada Shizune procedió a arreglarle el hombro y a ponerle un cabestrillo. Le examinó sus otras heridas comprobando que no hubiera fracturas o dislocaciones adicionales. Le vendo su otro brazo y su pie. Todo de forma muy profesional pero sin una gota de amabilidad.
-Toma estos medicamentos, tienes tres días de incapacidad-. Los puso con displicencia sobre la mesa.
-Gracias. Ah Shizune-san se me olvidaba...
-¿Qué?
-Dígale a su jefe que no iré a informarle que me accidente, esta vez no iré. Dígale usted.
Shizune no dijo nada y salió de la habitación sin despedirse.
Karin pensó en su regreso a casa, también se dio cuenta que tres días no eran nada, no creía recuperarse tan rápido. Iba a tomar un poco de tiempo, se sentía cansada y sin aliento. Tomó sus medicamentos y lentamente empezó a caminar a su casa. Llegó a su edificio y empezó a subir la escalera con dificultad. Le pareció un esfuerzo sobrehumano subir los tres pisos hasta la puerta de su apartamento.
Empezó con dificultad a buscar la llave de su apartamento que usualmente dejaba en su cartuchera junto a una kunai. Sin embargo era un poco difícil ya que esta se encontraba en el lado derecho, precisamente en el lado de su brazo dislocado. Con su brazo izquierdo, que también se encontraba herido intentaba abrir la cartuchera con resultados poco satisfactorios ya que tambien estaba sosteniendo la bolsa con sus medicamentos.
-Maldita llave, ¡qué estúpida! debí dejar una copia debajo del tapete.
En ese momento Naruto había terminado de subir por las escaleras. Acababa de llegar de una misión de reconocimiento, nada complicado. Nunca se había percatado mucho de la existencia de sus vecinos. Usualmente se le estaba haciendo tarde para todo y por lo tanto salía corriendo de su casa, brincando los tejados de las casas vecinas sin poner mucha atención a sus residentes. Sin embargo esa noche estaba de buen humor y tenía bastante energía ya que la misión de ese día fue bastante fácil y la realizó sin contratiempos y por lo tanto esa noche si se percató de alguien que estaba maldiciendo por lo bajo frente a la puerta de su apartamento vecino. Era su vecina Karin.
-¡Hola! ¿Problemas con la puerta? dijo Naruto
-ah eh Hola- respondió distraídamente Karin mientras seguía intentando abrir su cartuchera, ni siquiera había subido la mirada para ver quien la saludaba.
Naruto al ver su estado, algo golpeada y su brazo en un cabestrillo decidió ayudarla abriéndole su cartuchera, sacando la llave y abriendo la puerta.
-Oh Gracias...- su expresión facial tenía algo de sorpresa, era extraño que alguien le ayudara, desde que Karin acepto ser ninja de Konoha nadie la había ayudado o hecho algo amable (aparte de Hanabi) al contrario parecía que quisieran que fallara.
-No hay problema, parece que tuviste un día pesado-. Naruto la miraba con un poco de curiosidad, ¿Por qué estaría así?
Suspirando, Karin evito su mirada de curiosidad tornándose hacia la puerta, se sintió un poco examinada, como conejillo de indias. Con una mirada de cansancio dejo escapar un -como todos los días...-
Volviendo su mirada y ocultando un poco su cansancio, se despidió de su vecino mirándole a los ojos y ofreciéndole una sonrisa sincera, si hubiera estado menos cansada hasta de pronto le hubiera coqueteado. -Arigato Naruto-kun, has sido muy amable. Hasta luego.
Naruto sonrió de vuelta y dijo -Vale, ¡cuídate!-. Se sintió un poco mal al ver el estado de la chica, parecía que la hubieran molido a palos. Quiso preguntarle por su día, pero una súbita timidez lo invadió; tal vez ella no quería que la molestaran, estaba cansada y no querría hablar de su día. Por lo tanto dio la vuelta y entro en su apartamento.
Tan pronto entro a su casa Naruto se dispuso a empezar a planear su cena. -Bueno esta noche que clase de Ramen comeré...- mirando su cajón de ramen instantáneo repleto de cajas con diferentes preparaciones se preguntó -mmm que podrá preparar Karin de cenar con su brazo así, no creo que mucho...-. Mirando su selección de ramen escogió el más grande y se dirigió al apartamento de su vecina. Esa noche los dos matarían la soledad por un momento.
