EL TORMENTO
Quiero experimentar en otro género que no sea el romance...asi que aquí voy con mi primer Angst. Es Slash, y describe lo que siente Albus hacia su mejor amigoScorpius Malfoy.
Eran las ocho de la mañana en las mazmorras del castillo. Albus abría los ojos mientras se estiraba en su cama de la habitación de los alumnos de sexto año de Slytherin. Iba a comenzar otro maldito día en el colegio de magia y hechicería Howgarts.
La cosa no empezó nada bien puesto que la primera imagen del día que vió fue la suya, la de su mejor amigo, el príncipe de las serpientes, el chico al que amaba desde hacía años, Scorpius Malfoy. Albus se levantó y se vistió rápidamente con la creencia de que si se quedaba allí, observando a Scorpius mientras dormia, no despegaría sus ojos de él nunca.
Salió de las mazmorras y caminó al gran comedor. Él ya había aceptado hace muchos años su homosexualidad. Hacía años que sabía que le gustaban los hombres, o mejor dicho él hombre. Poco a poco, desde que le conoció Scorpius se había hecho un hueco en su vida, cuando entraron a Hogwarts ambos eran dos niños de once años asustados, dos hijos de, aunque por distintos motivos, famosos hombres, dos niños a quien todos miraban y señalaban, ambos se comprendían y pronto se hicieron amigos; con el paso del tiempo, inseparables, eran compañeros de travesuras, se lo contaban todo, no había secretos entre ellos, Albus confiaba plenamente en su amigo, pero un día, en cuarto curso, tuvieron una fuerte pelea y se dejaron de hablar por un tiempo, fue por una chica, Rose Weasley, la prima de Albus, Scorpius se había hecho novia de ella. Albus al principio se enfadó con Scorpius por no haberle contado que le gustaba su prima, después hizo el numerito celoso-protector como si fuera su tío Ron. Con el paso de los días en los que no tenía a Scorpius, Al se dió cuenta de que no podía estar sin él, que le necesitaba, necesitaba que le hablara, le aconsejara, que bromeara, su sonrisa, su voz, ¡Por Merlín, necesitaba el buenas noches que le daba todos los días! Afortunadamente a la semana y media se reconciliaron, pero este incidente hizo recapacitar a Albus sobre los sentimientos hacia su amigo.
Al principio intentó negarse y autoconvencerse de que lo que sentía hacia Scorpius era un sentimiento muy fuerte que las personas sentían hacia sus mejores amigos. Más tarde se dió cuenta de que el autoengaño no servía para nada, tenía celos, sentía celos de su prima Rose y pronto, cuando la veía besandose con su amigo, deseaba ser ella.
- Psss.- suspiró, pasaba del tema, llevaba años rayandose la cabeza. Entró en el Gran Comedor y se sentó. Comió hasta que estuvo lleno. Por la puerta del Gran Comedor entró Scorpius agarrado de las cinturas de dos niñas de quinto curso, se acercó hasta donde estaba Albus, se despidió de las niñas y se sentó a su lado, le hablaba, Albus le asentía y de vez encuando soltaba un "si, si..." pero en realidad no le escuchaba. Algo muy duro que había aprendido en estos años era que si ya de por sí lo pasas mal cuando te enamoras de alguien, más mal lo pasas sabíendo que no tendrás ninguna posibilidad con él puesto que es el sex-simbol de la otra acera. Sería imposible intentar nada, a Scorpius le gustaban las chicas más que al profesor Longbottom la Mimbulus mimbletonia.
No se atrevió a contarselo a nadie, ni siquiera ahora, nadie lo sabe y es que, ¿a quién contarle eso, si la única persona en el mundo en quién confia, es precisamente la persona que no lo puede saber?
