Nota: Uno más para el FicToberEs2017... Voy muy atrasada, pero ya saben que la vida real apesta (?. Debo decir que esta palabra fue particularmente inspiradora.

Por si les interesa y no me leyeron antes, Manuela Martínez (Many) es mi OC, usada por primera vez en un juego de rol AU escuela secundaria, donde terminó emparejada con Gambit. Ella es una carterista, decendiente de mexicanos, con ciertos problemas que no llegaré a desarrollar aquí (y no importan las coincidencias, en serio, no la creé para ser emparejada con Remy, de hecho la creé antes de saber nada sobre Remy; no era un personaje que me llamara la atención... Y ahora lo amo).

Me imagino a Sam Clafin como Remy (culpo a Rosie-Luna por todo, pues ella roleó con Gambit y me hizo caer, por él, por la pareja y por todo. Léanla, que es increíble) y a Cassie Steele (en su época Degrassie) como Many.

Día siete. Palabra: paracaidista.

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Remy LeBeau era un chico que había vivido demasiado en muy poco tiempo. Eso podría ser un buen objeto de charlas en las fiestas, donde hacía el papel de tipo despreocupado y expansivo, que todos esperaban. Podría y lo hacía de manera convincente, a pesar de sentirse inmensamente cansado de todo. Cansado de la vida, cansado de cargar con el peso de los demás sobre sus hombros y tan inmensamente cansado de correr, que probablemente nunca esperó encontrarse tan feliz, ante la aparición de cierta muchachita de largo cabello oscuro, que podía hablar en español y mentía como si fuese su tercera lengua.

Era aterrador. Porque luego de una vida corriendo, superfluo, vano y solitario, ella llegó a poner todo de cabeza. Cuando ella llegó, su perfecto simulacro de vida, se derrumbó; cada naipe de la majestuosa torre, cayó. Porque ahora había Many; había una ladronzuela de aspecto delicado y sonrisa inocente, que mentía con facilidad y embaucaba en cada paso. Y lo peor de todo, es que Remy LeBeau estaba irremediablemente enamorado de aquella morenita malvada.

Es que cuando se trataba de ella, sentía miedo. Miedo por todo lo que estar con ella implicaba: el compromiso, los sentimientos, la amenaza constante de salir herido; porque si él era un ladrón cobarde, Manuela era una ladronzuela escurridiza, que lo timaría, antes de correr.

Cuando se trataba de Many, todo era una apuesta constante, en la que arriesgaba mucho y podía perder todo.

Porque cuando se trataba de Manuela, Remy se sentía un paracaidista, aferrado a la mano de su compañera, sintiendo la adrenalina correr por sus venas y el viento golpeando su rostro. Sintiendo la vida recorrer cada fibra nerviosa de su cuerpo, haciéndolo sentir, temer y gozar.

Cuando estaba con Many, todo era divertirse y correr. Correr, que era un gaje del oficio, y a pesar de la costumbre de toda una vida de experiencia en el área, tenía algo de liberador. Correr por su vida, correr del peligro, correr porque era lo que hacía cada día, en cada ocasión. Correr, que tenía un nuevo significado, porque lo hacía sosteniendo una pequeña mano femenina, que coronaba el acto con una carcajada.

Libres, jóvenes, locos, rebeldes y juntos. Cuando estaba con ella, con sus grandes ojos negros mirándolo de aquella forma, sin sus gafas oscuras protegiéndolo, todo estaba bien, a pesar de que todo estuviera mal. Porque eran mutantes y los odiaban, pero se sentía en el lugar correcto. Remy sentía que tenía un hogar.

Porque su relación era como arrojarse en paracaídas, pero con un paracaídas defectuoso (poco confiable y con huecos). Era peligroso y sabían que terminaría terriblemente mal, pero harían que valiera la pena.

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Nota: Crítica, comentario, lo que sea, es bienvenido y respondido.

Saludos. Be free, be happy.