Hola chicas. Una vez terminado el fic del oeste (y os agradezco los comentarios) voy a empezar uno que es bastante más largo, tiene 60 capítulos, pero no son tan extensos como los de Dark Paradise. La historia es bastante entretenida. Yo cuando lo leí tuve la impresión de estar viendo una de esas películas románticas en las que los protas se conocen de una forma inusitada, y les pasa miles de cosas para estar juntos. Regina y Emma aquí las une el destino, la verdad, que a veces es bastante puñetero. A quién les gusten los niños en los fics, vamos a tener, y también intriga, lágrimas, y sexo, tendremos de todo. Espero que os guste.
Se títula Someone to watch over me, el original es en portugués, y su autora es featherlshope
Sinopsis: Regina Mills, una mujer de mucho éxito, es dueña de uno de los hospitales más célebres de Vancouver en fertilización, el Instituto Mills. Segura de sí misma, tiene todo lo que quiere, sin embargo, algo le sucede que la deja desestabilizada, la muerte de su hijo, su único hijo. Sin saber qué hacer y queriendo una parte de su hijo con ella, busca a una muchacha que sea capaz de, a través la inseminación, darle el tan deseado nieto. ¿Conseguirá Regina a esa muchacha "perfecta"?
Emma Swan es una joven muchacha que acaba de perder a los padres en un accidente de coche, vive con su novio Killian Jones, pero lo que parecía un noviazgo saludable acabó volviéndose un peligro en su vida. A causa de los celos y las amenazas de Killina, Emma intenta huir, sin dinero, sin un lugar donde quedarse, acaba conociendo a Neal, un joven muy bueno que pronto siente una gran admiración hacia ella. Crean un "lazo" de amistad, y Neal promete ayudar a Emma. Pero algo sucede…Las cosas cambian. ¿Qué será de la vida de Emma, una muchacha que necesita cuidados, amor?
Con vidas diferentes, ¿será posible que las dos mujeres se encuentren?
Capítulo 1
Emma estaba sintiendo mucho dolor, los médicos ya le habían dado los medicamentos necesarios, sudaba y apretaba la mano de su esposa, la mujer que cambió su vida por completo. Ella la miraba preocupada, mandándole que hiciera fuerza y cuanto más fuerza hacia, más le apretaba su mano y más la alentaba. Inspiró, hizo fuerza, inspiró de nuevo y volvió a hacer fuerza, sintió a su hijo salir, el alivio le recorrió al escuchar aquel fuerte llanto. Respiró hondo y cerró los ojos por unos segundos, cuando los abrió miró hacia ella, aquellos ojos color avellana y aquella sonrisa que cortaba la respiración de la rubia, sintió una lágrima descender por su rostro y entonces lo vio enrollado en un paño verde claro, yendo hacia ella. Colocaron su carita pequeña cerca del de ella, sudada, y sonrió, sin conseguir contener las lágrimas que bajaban por sus mejillas. Alzó la mano y tocó su pequeña mejilla con su pulgar.
-Henry Daniel- dijo sonriendo débilmente -Mi Henry-
Emma Swan tiene diecinueve años y en este exacto momento se encuentra huyendo de su novio, Killian Jones. Salía con Killian hacía, más o menos, seis meses. Lo había conocido una semana antes de que sus padres murieran en un accidente de coche. Killian era la única persona que tenía, así que se apegó a él. En los primeros meses de la relación, él se mostró una persona muy cariñosa, sin embargo, ahora había cambiado. Ha intentado agredirla cuatro veces, no consiguiéndolo gracias a su hermano, Liam, que se lo había impedido. Ahora, está corriendo por las calles de Stevenson, sin saber dónde ir. Lo único que sabe es que tiene que huir de Killian.
-¡Hey!- una mujer le gritó cuando ella se le tiró delante del coche -¿Estás loca? ¿Quieres morir?-miró a las dos mujeres que estaban dentro del coche, se disculpó y volvió a correr. Emma corrió alrededor de una hora para intentar salir de la ciudad y no ser alcanzada por Killian. Estaba exhausta, con hambre y desesperada. Se detuvo en una cafetería al comienzo de la carretera que conectaba con otra ciudad, y con el poco dinero que tenía compró un trozo de tarta de manzana y un jugo de naranja. Al terminar de comer miró hacia afuera, estaba anocheciendo y no tenía adónde ir. Apoyó la cabeza en sus manos y las lágrimas comenzaron a caer.
-Hola-escuchó una voz algo ronca y sintió una mano en su hombro -¿Estás bien?-alzó la cabeza y vio un par de ojos castaños encarándola, ella se enjugó las lágrimas
-Lo estoy-intentó decir lo más firmemente posible, pero fue en vano
-¿Quieres ayuda?
-No- dijo algo más rudamente. Y él se apartó un poco –Disculpa, no te conozco.
-Me llamo Neal- dijo extendiendo la mano hacia la muchacha
-Emma- dijo sin mucho ánimo
-Entonces, Emma, ¿qué ha pasado para que estés llorando?
-Muchas cosas- él la miró y se sentó delante de ella
-Muchas cosas son…muchas cosas-él sonrió débilmente –Bueno, creo que me tienes miedo por la manera en la que me miras. No te voy a hacer daño.
-No sé, no te conozco.
-Me llamo Neal, tengo 21 años y vivo en Vancouver, he venido aquí por cuestiones de trabajo con mi madre, ella es la dueña de uno de los mayores hospitales de fertilización del país- la muchacha lo miró como si no lo creyese, él sacó una tarjeta, se la dio y realmente lo que decía parecía ser verdad.
-¿Y dónde está tu madre si has venido con ella por trabajo?
-Se ha marchado más o menos hace una hora, problemas en el hospital.
-¿Y qué haces aquí?
-Me quedaré en un hotel y después me marcharé. ¿Y tú?- lo miró pensativa. No parecía ser mala persona. Pero Kill tampoco parecía ser malo, y casi…Suspiró.
-Estoy huyendo de mi novio.
-¿Por qué?
-Pensé que era de una forma y ha mostrado ser otra
-¿Y tu familia?
-No tengo a nadie, mis padres han muerto y Kill es la única persona que tengo, o mejor, tenía.
-Ven conmigo entonces
-¿Qué?- preguntó incrédula
-Ven conmigo, estoy hospedado en un hotel, aquí cerca. Te llevo a Vancouver y te doy un empelo en el hospital de mi madre.
-¿Por qué quieres ayudarme? Apenas me conoces
-Me has caído bien.
-No puedo aceptarlo. Gracias- dijo levantándose
-Solo quiero ser tu amigo. Alquilo un cuarto para que te quedes y cuando quieras trasladarte a Vancouver, serás bienvenida.
-Ok. Voy al hotel contigo y mañana decido qué hacer- él sonrió- En cuartos separados.
-Como quieras- ella se levantó para pagar la cuenta, y él insistió en invitarla. Como estaba casi sin dinero, aceptó. Se marcharon al hotel que quedaba cerca y él pidió una habitación para la muchacha, al lado de la suya. Ella entró y cerró. Necesitaba un baño. Lo tomó y se puso la misma ropa. No había traído nada. Escuchó golpes en la puerta y se dirigió a ella a abrir, era Neal.
-Hola- dijo él- ¿Cómo estás?
-Un poco mejor
-Vamos a comer algo al restaurante y charlar
-Ok- Fueron al restaurante y la muchacha comió, comió tanto que no sabía cómo Neal no la había mandado a parar. En un momento de la conversación, él dijo que tenía que salir en un día para Brasil y que volvería en una semana. Le dijo que dejaría todo pagado en el hotel para que ella pudiera quedarse un mes, y aunque ella dijo que no era necesario, el chico insistió. Charlaron sobre la vida de él, y ella le contó un poco sobre la suya. Sobre todo cómo habían sido esos últimos meses con Killian. Él dijo que la ayudaría. Salieron del restaurante y él le dio un beso de buenas noches en su mejilla. Le avisó que saldría por la mañana temprano y que no la despertaría. Ella se fue a dormir, necesitaba pensar en qué hacer con su vida. Y si confiaría en Neal de verdad a pesar de lo bueno que se había portado con ella. Nunca fue de confiar mucho en las personas, pero sabía que lo necesitaba, y solo sería una noche, por lo menos así lo esperaba.
