CHIARA
Introducción
Después de la tormenta viene la tempestad. Siempre me ha gustado esa frase, no sé quien la diría, pero…la verdad, nunca falla…
Me voy a presentar y os voy a explicar mi vida hasta ese fatídico día en que topé con ella por casualidad.
Me llamo Chiara, tengo 16 años, mido 1,67, soy italiana y mi pasión es la música.
Mi vida es muy, muy, muy rutinaria. Me levanto por la mañana bien temprano (6:30) para ir a clase. Voy al mejor instituto de toda Florencia, la Escuela David, ya que mis padres así lo quisieron aunque no me identifico con la gente de allí, demasiado estirados todos…(o al menos la mayoría).Después de levantarme lo primero que hacía era meterme en la ducha, luego vestirme, desayunar y para clase en bici.
Una vez allí, la primera hora de la mañana era mates, con el profesor más aborrecible de todo el instituto. El señor Vittorio y a segunda Inglés con la señorita Cecilia, es muy maja, la verdad. En sus clases lo cierto es que prestaba mucha atención, yo al menos lo hacía, porque lo que se dice mis compañeros de clase eran todos un par de imbéciles que se pasan la clase haciendo el capullo, no sé cómo se lo montaba la señorita Cecilia para no enfadarse nunca. Esa mujer es una santa. Luego era la hora del recreo, el cual yo aprovechaba para escabullirme e ir a la sala de música. El aula 203 (Pero claro está, con el permiso de la profesora de música, doña Elda) donde podía tocar durante 20 minutos mi adorado violín, el cual iba conmigo a todas partes. En esa sala (al menos cuando yo iba) solía ver en la puerta la figura de una persona, pero a la que miraba hacia esta simplemente…desaparecía. Al acabar esos 20 minutos todavía quedaban dos insufribles clases Historia y latín. Después otro descando de 20 minutos para proseguir con otras dos horas que parecían interminables. En resumen, que era una jornada bastante completita y no era para menos, casi siete horas divididas en dos y separadas por 20 minutos.
A la que llegaba a casa lo primero que hacía era tirar la mochila en la entrada. Mi madre me echaba constantemente la bronca por ello, pero seguía y seguiré haciendo siempre lo mismo. Solía tirarme en la cama a estudiar, leer o a hacer cualquier otra actividad en la cual sacara provecho de algo…De noche era la cena y a dormir. Con lo cual significaba para mi desgracia que otro día sin emociones comenzaría, otro día igual, solo que con asignaturas diferentes al día anterior…De verdad, mi vida es pura rutina, la cual…me va matando lentamente.
Hasta aquel día, aquel fatídico día en que todo se torció bien torcido a partir de aquel 15 de Marzo.
