Se encontraban los tres emisarios infernales en el río, muy cerca de la cabaña de Ai. Ichimoku Ren estaba sentado en una roca, Hone-Honna se arreglaba el cabello y Wanyuudou estaba recargado en un árbol.
-La señorita no ha tenido trabajo últimamente- Suspiró Ren aburrido
-Es verdad, pareciera que el odio desapareció en éstos días- Contestó Hone- Honna mientras metía sus pies descalzos al río
-Es mejor así. No creo que a la señorita le guste enviar personas diariamente al infierno- Comentó Wanyuudou uniéndose a la conversación
-La verdad a mí tampoco me agrada mucho hacer éste trabajo, pero es nuestro deber...
-A mí si, pero no me parece bien cuando las víctimas son inocentes, como aquél alcalde de ésa ciudad, el que enviaron al infierno por que según la chica mató a su padre- Respondió la mujer con su acostumbrada seriedad.
-O la joven enfermera, ¿No lo creen?
-No importa si son inocentes o no, la decisión es de la persona que guarda el rencor
Los otros dos guardaron silencio por el último comentario de Wanyuudou
Ai Enma estaba en la cabaña entretenida jugando con una pelota de plástico, mientras su abuela tejía en la otra habitación como de costumbre. Su computadora se encendió de un color rojizo indicando que tenía un nuevo correo
-Ai, te llegó un mensaje- Dijo serenamente la anciana
-Lo revisaré en un momento abuela- Respondió la chica mientras sus ojos volvían a reflejar tristeza. A veces ya no deseaba hacer su trabajo, pero era su condena.
Observó el correo y su expresión cambió al ver que no era una petición de venganza cualquiera. Ésta era diferente.
"He regresado. Ten por seguro que éste vez ganaré."
Ella no entendió el significado del mensaje y trató de pensar quien lo podría haber escrito. Salió de su casa un momento a buscar a sus ayudantes.
-¿Sucede algo señorita?- Preguntó Wanyuudou al verla así
-Llegó un nuevo correo- Contestó Ai fríamente –Pero éste es distinto
-¿Por qué?- Preguntó Hone-Honna extrañada
-Es una carta de desafío... hacia nosotros
-¿Hacia nosotros? Lo único que hacemos es ayudar a las personas- Replicó Ichimoku
-Sin embargo no puedo confirmar de dónde proviene. Estén alertas
-Eso es muy injusto...- Contestó Ren en voz baja
-¿Quién creen que sea?- Preguntó Wanyuudou un poco intrigado
-No importa quien sea. No podrá hacer nada contra nosotros, ya que no somos humanos- Respondió Hone- Honna altaneramente
Los tres le dieron la razón y siguieron conversando de otros temas entretenidos.
Ai volvió a la cabaña, pero siguió pensando quién había enviado ese mensaje. Tenía un presentimiento.
Pero ellos no sabían a quién se estaban enfrentando; esa ocasión lo derrotaron porque su cliente desató el hilo rojo enviándolo al infierno, pero no vieron su verdadero poder, y ahora quería vengarse de ellos...
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