Reto a la carta.
#1 Beso
Claim: Tai / Sora
Notas de Autor: Sí, aquí estoy rápido, con el Taiora. No quiero atrasarme, debo aprovechar una de las últimas semanas con tiempo libre. ¡Estoy tan triste!
Disclaimer: Digimon no me pertenece.
BESO
Quizá era el ambiente él que lo había obligado a hacer eso.
Ver los globos en forma de corazón.
Mirar los ramos de flores.
Observar los osos de peluche, los chocolates.
Y sobre todo, analizar a la pareja de enamorados. Definitivamente el ambiente de romance era un gran factor. Pero, ¿Por qué lo había hecho?
Sentía que había algo más ahí. ¿Qué todos andaban de rojo?
El rojo es pasión. ¿No?
Lo que tenía en mente era, el ambiente romántico y la pasión.
Tai, consideraba que era un simple juego.
Simplemente se le antojó.
Se le antojó darle un beso a Sora.
Porque después de todo, era catorce de febrero.
Los digielegidos estaban reunidos en una cafetería, en la que se solían reunir, los fines de semana o en las fechas especiales. Era una gran cafetería que tenía un ambiente hogareño y confortable. Transmitía tranquilidad, además de que las galletas que ofrecían eran deliciosas.
Tai observó a las parejas de novios que rodeaban el lugar. Unas se daban pequeños besos, otras estaban demasiado acarameladas y todos se miraban absolutamente felices. Analizó con la mirada a sus Matt, el semblante de su mejor amigo era igual o hasta mejor que el de las otras personas, el lucía más que feliz a lado de Mimi. Lo mismo pasaba con Hikari y con Takeru. Ambos se miraban enamoradísimos. Y ni qué se diga de Miyako y Ken. Siempre tomados de la mano y sonriéndo.
En cambio, él estaba solo.
—Lamento la tardanza chicos —les saludó Sora —¡Feliz San Valentín a todos!
La pelirroja también había llegado sola, cargaba una enorme bolsa, él supuso que serían todos los obsequios y detalles que había recibido en el transcurso de el día.
Tai se mordió el labio inferior y pensó "¿Por qué no?"
Miró que la pelirroja empezaba a saludar a uno por uno y les daba dulces a cada quién. Cuando llegó el turno de Taichi. Sora se acercó para saludarle con un beso en la mejilla. Ella no contaba con la maniobra del moreno, que al notar que ésta estaba cerca de hacer contacto con su mejilla, el moreno giró su cabeza para que los labios de ambos se encontraran. Dejando sorprendidos a todos y sobre todo a Sora.
Tai pensaba que sería un beso corto. Pero no fue así, inclusive él también resultó sorprendido, al notar que quería llegar más allá de un ligero roce. Inconcientemente tomó con sus manos el rostro de la pelirroja, que estaba rígida, pare evitar que se alejara de él. Y empezó a mover sus labios, sintió cómo el cuerpo de la chica iba soltándose lentamente y los labios de la misma fueron tomando ritmo, el ritmo que él quisiera.
Ambos estaban encerados en una burbuja, lejos de la realidad. Los demás no decían nada, miraban aturdidos la escena.
Sora se sentía feliz, aunque al principio la tomó por sorpresa, besar a Tai, fue lo mejor que le pudo pasar en este día. Porque ella tenía sed, sed de los labios de Tai, había estado almacenando las ganas de besarlo desde hace mucho y tiempo y por fin lo estaba haciendo. Por eso disfrutaba el beso y se sentía atrapada a ellos, no quería soltarlos. Miles de sensaciones invadieron su cuerpo. El moreno, por su parte, jamás pensó que sentiría lo que estaba sientiendo, placer, placer de besar a la pelirroja, placer de tocar sus labios, placer al poder profundizar el beso.
El mundo se detuvo por unos instantes.
—Eres idiota —le dijo Sora volviendo a la realidad.
La pelirroja estaba más que sonrojada. En el fondo la pelirroja pedía más, pero no de esa manera.
Al no tener respuesta de Tai... Salió fúrica del lugar.
—Bien Tai... ¿Qué fue eso? —se animó a decir Mimi, al sacudir su cabeza para salir del trance.
—No lo sé —se llevó su mano a la frente.
—Eres un idiota —habló Matt.
—No creí que fura malo.
—¿No sentiste nada hermano? —Hikari, tenía la esperanza de que Tai, por una vez en su vida se fijara más allá.
—Sentí algo raro —respondió —me dejé llevar por un impulso. Pero luego no quería pararlo.
—¿No sentiste mariposas?, ¿Escalofríos? —se oyó la voz chillona de Mimi —¿Algo? ¿Vamos que sientes por Sora?
Tai guardó silencio. Y siento la mirada de reproche de Matt y la de enojo por parte de sus amigos. Que le habían pedido que se pusiera en los zapatos de Sora, que pensara en ella y que por primera vez dejara de actuar cómo idiota y escuchara bien su interior.
—Lo haré más fácil —detalló Izzy —¿Quieres a Sora cómo una amiga? —ironizó, pero Tai no comprendió eso.
—Sí.
—¿Te arrepientes de haberla besado?
—No.
—¿Quieres volver a hacerlo?
—Sí.
—Ahí lo tienes —habló el superior —Hiciste mal Tai. Pero algo bueno se puede sacar de esto. Si quieres volver a besarla, tienes que decir que la quieres más que una amiga.
—Pero no la entiendo.
En verdad que era lento. Ese comentarió provocó que todos se dieran una palmada en la frente. Buscaban la forma de que a Tai le entrara algo en la cabeza tan dura que tenía.
—¿Por qué crees que salió huyendo? —le dijo Matt bruscamente —¿Será que ella siente lo mismo que tú?
Ahí estaba.
Tai lo entendió.
Sora lo quería.
Él también la quería.
La besó.
¿Eso estaba mal?
Cómo sea. Tenía que decirle todo lo que siente.
Ahora estaba ahí, sujetando un ramo de flores. Tenía unos veite minutos frente a la puerta del departamento de Sora, pero no se atrevía a tocar ¿Qué iba a decirle? y ¿Cómo?
Gracias a sus amigos había comprendido que había actuado erróneamente, por los sentimientos de la pelirroja. Pero que podía enmendarlo. Pero, era una lástima que su valor haya desaparecido. Las palabras simplemente no fluían. No podía mover su mano para tocar el timbre. Estaba estupefacto.
Tampoco podía retroceder. Su estúpido aparato locomotor no funcionaba. Estaba ahí, quieto. Cargando un ramo de flores y sin poder moverse. Tamaño de imbécil que era.
La puerta se abrió y su mirada se cruzó con la de la pelirroja. Que abrió completamente los ojos al verlo ahí, pero luego de unos segundos frunció el ceño al verlo. Tai al ver esa reacción, inconcientemente le extendió su brazo para darle el ramo de flores. Ella sonrió en el interior, pero no lo demostró, solo lo tomó.
—Si crees que con esto te salvarás, te equivocas —le dijo aún molesta.
Era un duelo de miradas. Tai trataba de decifrar lo que quería decirle la pelirroja, a traves de sus ojos. Pero estaba tan nervioso que fue en vano. Trató de decir algo, pero simplemente no pudo, las palabras se le fueron de la boca. Solo soltó un raro sonido.
Sora lo miraba, estaba parado frente a ella. Estaba nervioso, lo sabía por su expresión. También notó que abrió repetidamente la boca para decir algo, pero no podía. Pero ella estaba firme en su posición, el ramo de rosas no funcionaría hasta al menos oir una disculpa. Por lo menos eso, ella ignoraría sus sentimientos con tal de seguir siendo amiga de él.
Mantuvieron las miradas por un buen rato.
Hasta que Tai, se animó a besarla otra vez. Ella no trató de zafarse, se dejó querer.
Al sentir que sus labios chocaron, se perdió en ese mágico mundo, en donde Tai la besaba tan apasionadamente.
—Te quiero —le susurró entre labios.
El moreno, pidió permiso para profundizar el beso, mordiendo sus labios. Deslizó su lengua con voracidad, acariciando la de Sora, provocando que ésta para que respondiera a las mismas caricias.
—Yo también —le sonrió al separarse para tomar aire.
Solo bastó eso, para empezar algo con Sora, en un San Valentín.
Su favorito hasta el momento.
Esté si me gustó. Voy a decir que intentaré de actualizar los dos fics al mismo tiempo.
Ayuda mucho que ta tenga un resumen de que tratará cada capítulo, y agradezcan que estoy feliz porque Arsenal le ganó al Barcelona y me dio la gana escribir. Juaaaaas.
Estoy feliz.
Gracias por leeeeeeer!
