Fairy tail y sus personajes pertenecen a Hiro Mashima.
Todo el amor Nalu que vaís a leer a continuación pertenece a mi imaginación. Jijiji soy peor que Mira.
Bueeeeno ahí va el primer capitulo, espero que lo disfutéis ^_^
¡Adoro el Nalu y el Gale!
Capítulo 1: Una mirada al futuro
- ¡Venga Lucy, sal ya de ahí! - dijo una peliblanca con una cara angelical.
- P-pero Mira, es que creo que te has pasado - respondió una avergonzada Lucy desde dentro del probador.
- Ara ara, no será para tanto.
Por fin las cortinas azules del probador se abrieron para revelar a una imponente rubia con un vestido rojo. Se trataba de un vestido de gala con una falda larga y lisa con una abertura hasta casi la cadera, que mostraba las sensuales piernas de la rubia, y en la parte de arriba un entramado de flores de encaje cubría los brazos y la zona delantera, dejando al descubierto el escote y algunas zonas de la cadera, además entre las flores de encaje había una tela transparente, por lo que revelaba bastante de las partes femeninas de Lucy. Podríamos decir que se trataba de un vestido pensado para atraer miradas, y más si se tenía un cuerpo tan despampanante como el de quien lo lucía en ese momento.
- Yo creo que estás preciosa Lu-chan- dijo una alegre peliazul.
- Eso lo dices porque tu vestido es mucho más normal, Levy.
La peliazul miró su vestido. Se trataba de un vestido plateado ajustado hasta la cadera, con una falda de vuelo corta, que apenas cubría sus muslos, y un escote en forma de corazón, adornado con una lluvia de pedrería de diferentes colores.
Levy hizo un mohín - Si tuviera tus tetas podría escoger un vestido como el tuyo.
- Pues Mira tiene unas tetas como las mías y su vestido no es tan revelador como el mío – dijo una desesperada Lucy, roja por la vergüenza de llevar tal vestido, que ya comenzaba a atraer las miradas del resto de los clientes de la tienda.
- Bueno Lucy – dijo la peliblanca con una sonrisa, que lucía un sencillo vestido largo azul – viniste en busca de mi ayuda para conquistar a Natsu, y está claro que hay que tomar medidas desesperadas para atraer la atención de Natsu.
Lucy se puso roja inmediatamente al oír aquellas palabras – B-bueno puede que tengas razón, me llevaré este vestido – dijo finalmente derrotada.
Así que las tres mujeres pagaron sus correspondientes vestidos y salieron de la tienda para dirigirse a sus respectivas casas, ya que mañana sería un día agotador. Y es que mañana era la boda de Jet y Droy, nadie entendía como habían llegado hasta el matrimonio, pero la mayoría suponían que pasar tanto tiempo protegiendo juntos a Levy les había unido hasta aquel punto. Y la verdad parecían bastante felices, Lucy sintió envidia en ese momento, ¿por qué ella tenía tanta mala suerte en el amor? Lo único que quería era un hombre que la correspondiera y la mimara, ¿por qué se había tenido que fijar en alguien como Natsu, que no sabía ni el significado de la palabra amor?
Cuando Lucy llegó a su apartamento se derrumbó sobre su butaca, pensando en si Mira tendría razón y lograría llamar la atención de Natsu con ese vestido, que por cierto le había costado bastante más que el alquiler de un mes de su apartamento. Pagar ese vestido le había dolido bastante, aunque si el plan de Mira surtía efecto pensó que valdría la pena cada céntimo que había pagado.
El plan de Mira, especialista en hacer de celestina, consistía en comprar un vestido provocador que resaltara su cuerpo. Según ella, apareciendo así en la boda Natsu no tendría más remedio que sentir unos terribles celos por proteger a "su rubia" de las miradas lascivas de los demás hombres para, finalmente, llevarla a un lugar apartado, revelarle sus sentimientos y besarla apasionadamente. Cuando Mira relató su plan, sacado de lo más profundo de su ferviente imaginación, Lucy no pudo hacer otra cosa que contagiarse de esperanzas motivada por las palabras e ilusiones de la peliblanca, que hasta le obligó a pensar en el nombre de su primer hijo, que según ella no iba a tardar demasiado, dando por hecho que su plan iba a tener éxito sí o sí. ¿En qué momento se había dejado liar de aquella manera?
Cuanto más lo pensaba Lucy más inquieta se sentía, no sabía en que momento se había levantado del sillón y había empezado a dar vueltas por la habitación, pero ya eran las 11 de la noche, sería mejor que se fuera a dormir si no quería aparecer mañana con unas terribles ojeras y arruinar el plan.
Por fin el nuevo día llegó, la noche anterior a Lucy le había costado conciliar el sueño, pero cuando se miró al espejo suspiró aliviada al ver que su cara no reflejaba signos de cansancio, así que empezó a preparase y a vestirse para el gran momento.
Había quedado con Levy en que vendría a su casa esa mañana para ayudarle a hacerse un bonito peinado y a maquillarse. Pero cuando su amiga apareció su nerviosismo no hizo mas que incrementarse.
- Vamos Lu-chan, tranquilízate, verás como todo sale bien, estás preciosa, ¿qué puede salir mal?
- No sé Levy…. – dijo Lucy con una mueca de preocupación.
- Vamos, mírate al espejo – dijo Levy, muy satisfecha de su trabajo con el pelo y el maquillaje de su amiga.
- Waaaaaa – Lucy tenia los ojos abiertos como platos – ¿E-e-esa soy yo?
Su amiga le había hecho un recogido elegantísimo y había dejado caer algunos mechones que enmarcaban su cara, además lo había decorado con brillantes aquí y allá. Para el maquillaje había escogido un color rojo intenso para los labios y una sombra dorada para sus ojos, que destacaba su color chocolate, rematados con unas pestañas postizas y un delineado de ojos que en conjunto hacían ver sus ojos mucho más grandes.
- Esa eres tú – dijo satisfecha Levy – Y ya va siendo hora de irnos, ¿qué tal estoy yo?
Lucy miró a su amiga, hasta ese momento no se había fijado, pero Levy también estaba más bella que nunca, el vestido plateado destacaba las curvas de su pequeño cuerpo, y el maquillaje y el peinado que había escogido hacían que pareciera una muñeca.
- Estás guapísima, a Gajeel le va a encantar – dijo con una sonrisa picarona, consiguiendo sonrojar a la pequeña Levy.
- Bueno, será mejor que vayamos yendo, no quiero llegar tarde a la boda de mis dos mejores amigos.
Así que las dos amigas salieron hacia el gremio. Levy empezó a hablar sobre la pareja que iba a contraer matrimonio en unas horas, en un intento de controlar el nerviosismo de su amiga.
Cuando llegaron al gremio, que estaba más cerca de lo que Lucy recordaba, Lucy estaba temblando de los nervios.
- Vamos Lucy, ha llegado el gran momento – dijo Mira, saliendo de dios sabe dónde y regalándole a Lucy su sonrisa más amable.
Las puertas del gremio estaban abiertas, así que Lucy se tragó su nerviosismo y dio un paso dentro del gremio. Cuando estuvo dentro todas las miradas se dirigieron a ella, se oyeron varios Ohhh y Waaa, lo que denotó que el plan de Mira iba por buen camino y al menos atraía la atención de todos los demás miembros, o bueno, casi todos. Lucy buscó entre las miradas a cierto pelirosa, pero cuando lo encontró los ánimos se le fueron a los pies.
No solo era que Natsu no la estuviera mirando, es que ni siquiera se había dado cuenta de que había llegado. Estaba jugando con Happy a quién sabe qué, hasta que Gray dándose cuenta de la situación, le pegó un puñetazo en la cabeza a Natsu para hacer que se girara.
- ¡Auch! – Gritó Natsu - ¿Qué crees qué estás haciendo idiota?
Lucy se aclaró la garganta en un desesperado intento por llamar la atención de Natsu, y parece que lo consiguió, porque tanto Natsu como Happy corrieron hacia ella. Haciendo que Lucy por fin sonriera esperanzada. Natsu estaba guapísimo en su traje, era la primera vez que lo veía vestido así, y podría decirse que no le importaría que se vistiera así más a menudo, lo hacia ver como un verdadero adulto.
- Lucee, ¡has llegado en el momento perfecto!, Happy y yo estamos discutiendo sobre quién puede poner la mejor cara de tonto – ¡Aye! Dijo el gato azul.
Y en el momento en que los dos empezaron a hacer muecas raras intentando poner caras de tontos, las esperanzas de Lucy en el plan de Mira se fueron por la alcantarilla.
- ¡Tú Natsu, tú eres el más tonto! – Gritó la rubia, se fue con pasos firmes hasta la barra y se sentó completamente derrotada.
- ¡Já! Te lo dije Happy, yo soy el mejor – dijo Natsu dando saltos de alegría por las palabras de su amiga, ya que el creyó que le habían otorgado la victoria.
- Vamos Lucy, no te desanimes, aún queda mucho día por delante – le dijo Mira guiñándole un ojo a la decaída Lucy. – Bueno chicos – dijo dirigiéndose a todos- salgamos hacia la iglesia que parece que ya estamos todos. – Y junto al maestro, lideró la marcha hacia la iglesia.
La boda fue una hermosa celebración, muchas chicas lloraron cuando los novios se dieron el sí quiero, y se escucharon vítores, aplausos y gritos de: ¡qué vivan los novios! Pero después de la ceremonia, llegó la hora del banquete, y allí estaba Lucy, sentada en una mesa escuchando las palabras que Levy estaba dedicando a sus mejores amigos.
- ¿Qué te ha parecido Lu-chan? – Lucy se sorprendió cuando su amiga llego a su lado para preguntarle sobre el discurso, la verdad es que no había prestado demasiada atención, sumida en sus pensamientos. Es cierto que muchos hombres la habían mirado de forma lasciva durante todo el día, incluso habían llegado a insinuarle cosas, cosas que preferiría no haber oído, pero parecía que Natsu estaba ciego, o al menos que no quería ver aquellas cosas. ¿Significaba eso qué ella no le importaba?
- Ha sido precioso Levy – le dijo con una sonrisa. Parece que su amiga se contentó con esto y fue a sentarse en su lugar junto a Gajeel, quien la recibió con una palmada en el hombro.
- Lo has hecho genial enana – alcanzó a escuchar Lucy de la boca de Gajeel. Parece que su amiga tampoco lo tenia fácil para conquistar a su hombre, eso la hizo sentirse menos sola.
Un sonriente Natsu la sacó de sus pensamientos con una sonrisa y la mano tendida. – Vamos Lucee - ¿Quién podía resistirse a aquella sonrisa de Natsu? Lucy desde luego no, además en ese momento había empezado a sonar una preciosa música y algunas parejas habían empezado a bailar junto a los novios en el centro de la sala.
Lucy no podía parar de sonreír mientras Natsu la llevaba cogida de la mano a la pista de baile. Legaron y entraron a la pista, Lucy estaba como en una nube, pero, un momento, ¡si ya no estaban en la pista de baile! Natsu había arrastrado a Lucy por toda la pista de baile hasta la mesa del buffet.
- Lucee, necesito que me ayudes a llevar comida a la mesa, yo solo no puedo, y tengo mucha hambre. – dijo Natsu haciendo un puchero.
- Pero si ya hemos comido, ¿cómo puedes seguir con hambre? – Aquello no podía estar pasando, no a ella, Lucy sentía ganas de llorar en aquel momento, pero no le dio tiempo ya que Natsu empezó a colocarle platos sobre las manos.
Le colocó platos llenos de comida en las manos, muchos platos, Lucy pensaba que aquello desafiaba las leyes de la gravedad. Natsu cargaba otros tantos platos repletos de comida en sus brazos.
- Creo que con esto será suficiente – dijo Natsu con una sonrisa, y se dirigió hacia la mesa.
Con tanto peso en los brazos Lucy tenia muchas dificultades para andar y para mirar al frente, así que no vio el carro de comida que tenía delante y tropezó con él. Voló comida por todas partes, pero lo peor fue que ella también voló y aterrizó en la tarta nupcial, destrozándola por completo, y por supuesto, arruinando su vestido.
Todos se giraron al oír el estruendo, Lucy estaba tan roja como su vestido, no podía moverse del shock, y de repente empezó a oír unas carcajadas. Ver a Natsu al borde de las lágrimas de tan fuerte que estaba riendo fue demasiado para ella. Se levantó como pudo, se quitó los trozos de tarta de su pelo y de su vestido y se dirigió hacia Natsu, quien aún se reía, y le dio un manotazo a su torre de platos, provocando que todos cayeran al suelo.
Todo el gremio los miraba sin atreverse a decir nada.
- ¿Lucee qué haces? Ahora tendremos que ir a por más comida – le dijo el pelirosa con un puchero mirando toda la comida tirada por el suelo.
Lucy se fue sin siquiera mirar a Natsu y se dirigió hacia la mesa donde se encontraban los novios.
- Lo siento muchísimo, he arruinado vuestra tarta y vuestra boda, lo siento de veras. Será mejor que me vaya – dijo Lucy casi al borde de las lagrimas.
- No importa Lucy de verdad, ¿tú te encuentras bien? Eso es lo importante – dijo un preocupado Droy.
Lucy asintió como pudo y salió corriendo del salón de bodas, dejando muchos rostros preocupados tras ella. El aire frio de la calle le golpeó en la cara, ya era de noche. Siguió corriendo sin rumbo, simplemente quería alejarse de aquel lugar. No se dio cuenta en que momento empezó a llorar, pero unas saladas lagrimas salían de sus ojos, arruinando completamente el maquillaje de Levy.
- ¡Estúpido Natsu, cómo lo odio! ¿Cómo ha podido comportarse de esa manera? – se detuvo de repente sobre un puente del río de Magnolia - ¿Por qué he tenido que enamorarme de alguien como tú? Siempre pensé que mi primer amor sería el único, pero parece que todas esas fantasías son solo patrañas, parece que me he hecho demasiadas ilusiones – dio un puñetazo de rabia a la barandilla- Ojalá pudiera saber quién es mi amor verdadero, ojalá pudiera ver el futuro y verme a mi misma dentro de 10 años, saber qué vida llevo y con quién soy feliz, así me ahorraría todo este dolor que siento – más lagrimas rodaron por sus mejillas.
No vio la sombra que salió del callejón cercano al puente y que se situó detrás de ella.
- ¿He oído bien, estás sufriendo por amor pequeña? – la voz de la anciana la sorprendió, pero antes de poder decir nada la anciana siguió hablando – yo puedo ayudarte, puedo mostrarte tu tan ansiado futuro – estiró una mano para secarle una lagrima que caía en ese momento por su mejilla.
- ¿Mi futuro? – sollozó Lucy.
- Así es pequeña, acompáñame y yo te lo mostraré – la anciana echó a andar, pero Lucy dudó – vamos ¿qué tienes que perder? – dijo la anciana.
Lucy estaba tan rota por la rabia que la siguió hasta una pequeña puerta en el callejón. Entraron a una estancia cubierta de alfombras, en la que lo que más destacaba era un gran espejo que abarcaba toda una de las paredes.
- Aquí – dijo la anciana, situándose al lado del espejo – mira aquí.
- Un momento – Lucy detuvo sus pasos - ¿Por qué hace esto, qué quiere de mi?
- Eres muy hermosa chiquilla, y no me gusta ver a chiquillas como tu llorar por amor, eso me hace sentir muy triste y más vieja de lo que ya soy. Ahora acércate.
La anciana tocó con su dedo corazón el espejo y pronunció unas palabras que Lucy no logro entender. Una imagen empezaba a formarse en el espejo, y sin darse cuenta Lucy se había situado frente a él.
Lucy empezaba a ver una imagen borrosa en el espejo, estaba tan ensimismada mirando que no se percató de cuando la anciana llego por detrás y la empujó. Lucy puso sus manos dispuesta a chocar con el espejo, pero en vez de eso, lo atravesó.
Lucy calló de culo al suelo, ¿dónde estaba? Miró a su alrededor y suspiró aliviada al reconocer las calles de Magnolia.
Instintivamente se dirigió las manos a la tripa, ya estaba embarazada de 7 meses y no se lo perdonaría si le pasaba algo a su bebé. Una anciana le tendió la mano y le ayudó a ponerse en pié.
- ¿Estás bien chiquilla? – le preguntó la anciana.
- S-sí, creo que sí – Lucy se puso en pie, se sentía un poco mareada y desorientada, pero supuso que era debido al embarazo, así que le dio las gracias a la anciana y echó a andar de nuevo.
Hasta aquí el primer cap, espero que os haya gustado.
Si tenéis alguna sugerencia o correción por favor sed amables.
Estoy muy nerviosa porque es mi primer fanfic, siempre me ha encantado leerlos e imaginar historias, especialmente de amor, pero nunca pensé que llegaría a escribir uno :)
Si dejáis reviews positivas postearé antes el siguiente capítulo.
¡Hasta el próximo capitulo!
