No decidió de quien enamorarse, no estaba en el plan siquiera la palabra amor, pero lamentablemente llegó cuando menos lo esperaba.¿ Así es el amor no?

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Se dio varias vueltas en la cama hasta que cayó al piso…-¡AAAAY!- se levanto sobándose la espalda, ella y su pésima forma de dormir si seguía así solo conseguiría una contusión si es que no tenia una ya.

-Otra vez tarde hermanita- Mordió su manzana y la observo con burla, se acerco y le tendió una mano…-No puedo creer que seas la mayor y yo tenga que levantarte… soy tu hermana menor se supone tu hagas eso- Movió un dedo negativamente al igual que la cabeza.

-Lo siento- Arrugo la frente suspirando pesadamente, Sango tenia razón como podía ser posible, debía ser el ejemplo y todo parecía contrario a eso…-Solo nos llevamos un año- Miro de soslayo con los labios apretados

- ¡Sango, Kagome bajen ya o se les hará tarde!- Como era costumbre coloco ambos platos con huevos revueltos en la mesa y espero a que sus dos hijas bajaran. Observo su reloj y taconeo el zapato contra el piso impacientemente…-¡Si no bajan no desayunaran!-A pesar de que ya no tenían 5 años todo indicaba que si.

-Iré yo tu apúrate- Sango se dio la vuelta y cruzo el pasillo rápidamente, bajó las escaleras de dos en dos…- Lo siento mamá kagome se quedo dormida-Sonrío forzadamente por ver el rostro de su madre exasperado.

-Ya voy-Llego al comedor con el pecho subiendo y bajando de la agitación …-Lo siento lo siento- Hizo varias reverencias agachando la cabeza pero de nada sirvió.

-¡Kagome esta es la ultima vez que te espero la próxima vez nos iremos¡- Tomó su bolsa y camino hasta la puerta abriéndola…-¡Apúrense!-No le gustaba gritar y mucho menos alterarse pero esa niña de verdad la estresaba.

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-Te vez molesta-La abrazo por detrás rodeándole la cintura con un brazo y con el otro despejo el cabello negro de su cuello…-Tu perfume me enloquece- Beso su cuello y se separo.

-Lo estoy- Se volteo dándole una sonrisa coqueta algo poco usual en una mujer de rostro indiferente.

-Mi querida Kikyo no deberías enojarte-Se sentó en la silla observando la vestimenta que usaba ese día, una falda entallada hasta la rodilla y una blusa blanca con algunos encajes, muy femenino algo típico en Kikyo.

Aun estaba incrédulo ante la edad de esa bella mujer ¿Cómo podía tener 30 años y dos hijas?, lo desconocía pero le parecía fascinante.

-Mis hijas me tensan demasiado Inuyasha- Cerro los ojos aspirando aire, ¿Era eso? O el hecho de estar con alguien más joven que ella, aunque no aparentaba sus 30 años varias veces le comentario que parecía de 23 o 25.

-Que tan difícil pueden ser dos muchachitas de 16 y 17 años- Levanto una ceja con una sonrisa de medio lado.

- Eres demasiado joven para comprenderlo- Le correspondió la sonrisa, se sentó en la esquina del escritorio y suspiro aliviada por la frescura de Inuyasha, él siempre la hacia olvidarse de sus problemas de madre.

- Solo tengo 5 años menos que tu tampoco es que sea tan joven- Ladeo el rostro un poco molesto por aquel comentario, la edad para él era lo menos importante de verdad quería a Kikyo Higurashi incluso si tenia dos hijas. Aunque tenia muy claro que para ella solo era un juego.

-Me encantaría invitarte a cenar esta noche a mi casa- Fijo los ojos en los del hombre y borro la sonrisa del rostro…-¿Acaso temes que mis hijas no te acepten?- Sería demasiado cruel llevarlo a su casa pero solo así entendería el compromiso de estar con una mujer divorciada y con hijos.

-Me encantaría asistir y conocer a Sango…- No sabia bien que planeaba pero si pensaba ganarle no lo conseguiría a pesar de su corta edad ya había experimentado demasiadas cosas en la vida.

-Kagome se llama Kagome- Puso los ojos en blanco por el olvido de su novio, rogaba porque no pasara en la noche. Conocía a la perfección el temperamento de su hija y aceptar cenar con un desconocido ya seria difícil peor si olvidaba su nombre.

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-¿Kagome?- La zarandeo un poco pero parecía emergida totalmente en el mundo de los sueños…-¡Kagome!- La agarro de ambos hombros y la movió con fuerza.

Lo ojos chocolates se abrieron rápidamente por el fuerte movimiento y del susto termino en el suelo.

-¡Sango pero que te pasa!- Otra vez en el piso ¿Acaso la vida se empeñaba en tirarla?, se puso en pie estirando las manos…-Estoy exhausta fue un día pesado en la escuela-Bostezo sentándose de nuevo en la silla.

-Mamá llegó de trabajar y quiere hablar con nosotras- Sujeto la mano de su hermana y la jalo hacia la sala donde Kikyo esperaba.

Sango fue la primera en sentarse como siempre con delicadeza pero Kagome se dejo caer en el sillón como si fuese un costal de papas.

-Me gustaría hablarles de algo- Su expresión no delataba preocupación sabia bien como ocultar sus sentimientos, siempre había sido una mujer inexpresiva o eso pensaba la gente cuando la conocía, excepto Inuyasha.

-Te escuchamos Mamá- No podía creer que fuese la menor y tuviese más educación que su hermana.

-Invite a alguien a cenar y espero ambas se porten educadamente-Se levanto del sillón y miro fijamente a Kagome…-Es solo un amigo- Conocía a sus hijas y sabia cuando algo les desagradaba y por la expresión de Kagome supo de inmediato que la cena no seria nada fácil.

El gesto se le tenso por la noticia, no le desagradaba la idea de que su madre tuviese "amigos" después de todo tenia años sola…-Me alegro-Sonrío levantándose de inmediato…-Estaré en mi cuarto- Ahora se le venían los recuerdos a la mente, su madre había tenido varios pretendientes pero siempre se comporto mal con todos.

-Eso fue extraño lo usual es un berrinche- Sango se cruzo de brazos extrañada, pobre de su hermana siempre fue vulnerable ante el divorcio de sus padres y conocía su noble corazón, la culpa que sentía cuando explotaba en cólera por los novios de Kikyo y no es que fuese intencional pero recuperarse de algo tan doloroso no fue fácil para ella.

-Kagome siempre ha sido tan frágil- No olvidaba aquella pelea con el padre de ambas porque para ella era el padre de las dos aunque Kagome fuese fruto de un mal amor. Lo que jamás le perdonaría a ese hombre que compartió tantos años con ella era el revelar de forma tan brutal la verdad.

Papa no te vayas!-Se aferraba a los pantalones del hombre con fiereza, no su papi no podía marcharse y abandonarla.

-¡No soy tu padre mi única hija es sango!-Empujo a la niña por el coraje que llenaba su ser.

-Mami ¿No es mi papi?- Los ojos se le llenaron de lagrimas por escuchar tal cosa, aquel hombre que jugo con ella que la arrullo por las noches le decía ahora que no era su papa.

-No kagome-Se tiro al piso para abrazar a la pequeña, no podía perdonar aquel desplante de su esposo, siempre prometieron que esperarían para revelar la verdad y ahora con tan solo 10 años Kagome enfrentaría las cosas.

Apretó los dedos contra su cráneo intentando sacar los recuerdos de aquella noche, le dolía saberse hija de un hombre que abandono a su madre cuando solo tenia 14 años.

-He sido tan tonta- Se golpeo contra la pared sutilmente.

-¿Te encuentras bien?- Sango entro al cuarto con cautela, le dolía ver a su hermana de esa forma, tan vulnerable y triste.

-Si ,solo recordé cosas que no quería- Le sonrío intentando disimular su mal sabor de boca, observo las bolsas que Sango tenia en las manos…-¿Qué es eso?- Arrugo la frente cuando le extendió una de ellas.

-Mama nos compro ropa quiere que la usemos en la cena- Abrió la bolsa y cuando vio aquel vestido de un verde limón hizo una mueca por el disgusto…-Voy a parecer niña campirana- Se dejo caer en su cama con el vestido en las manos.

-Eres una niña- Se atraganto la risa por la cara que su hermana le puso, reviso la ropa esperando no fuese algo muy infantil y para su agrado era un hermoso vestido en un tono rosa pálido.

-Se te olvida que tengo mucho más curvas que tu y que yo he tenido novios- Se levanto mofándose de su hermana, aun no podía creer que Kagome jamás hubiese tenido novio.

-Sango tu….¿Eres virgen?-Escudriño el rostro de Sango y al ver que estaba inexpresivo se tranquilizo, no le gustaría que siendo tan pequeña pensara en esas cosas impropias.

-Eso es algo que no te concierne- Se giro por los ojos chocolate que no dejaban de observarla, ¿Cómo le diría que no lo era? No se arrepentía de haberla perdido a los 15 porque en ese entonces amaba a su novio.

-Tienes razón pero sabes que puedes confiar en mi, te podría aconsejar- ¿Aconsejar? Por dios no sabia nada de sexualidad pero investigaría si su hermana lo necesitaba. Ningún novio en su historial y si verdaderamente Sango tenia un cuerpo envidiable un rostro perfecto en cambio ella parecía una niña…-¿De verdad parezco niña?-.

-Kagome todos en el instituto saben que eres virgen, si… eres como una niña muy ingenua-La miro sinceramente esta vez sin burlarse, había algo muy especial en Kagome aunque ella no se daba cuenta, muchos chicos se morían por salir con alguien tan inocente como su hermana, debía protegerla siempre o se aprovecharían.

-Me iré a cambiar-Se dio la media vuelta entrando al baño, vio su reflejo en el espejo con detalle, toco su rostro que tenia un aspecto pálido jamás le gusto su piel blanca como la leche, ni sus ojos que se parecían tanto al chocolate y mostraban siempre su estado de animo o su cabello rebelde y de un negro azabache que resaltaban sus facciones aniñadas…-Porque no soy como mamá o sango- Ellas siempre le habían parecido hermosas, seguro se parecía a su padre el cual no conocería ni en un millón de años.

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-Espero no huyas ¡Nuestro invitado ya llego!-Si seguía gritando seguro se desgarraría la voz, su adorado Inuyasha se veía sumamente sensual con esa playera que acentuaba su musculatura, sencillamente tenia el cuerpo ideal de un hombre.

-Me muero por conocerlas- Su tono de voz fue burlón y es que la realidad era que no pretendía quedar bien con las hijas de Kikyo, podía ser imposible lidiar con unas adolescentes así que descartaba el hecho de caerles bien.

-Baja tu primero yo lo are en un momento- Aspiro aire llenándose los pulmones para así poder mostrar una sonrisa al invitado de su madre. Se miro de nuevo en el espejo…-Incluso Sango se ve bien en ese vestido limón- Que insegura se encontraba no sabia bien si por su aspecto o por la actitud que debía tener ante el invitado.

-Tu debes ser la bella Sango- Le dio un cordial saludo sin perder ese toque coqueto que le caracterizaba, aquella niña era idéntica a su madre con porte y elegancia.

-Es un placer conocerlo, debo admitir que es guapo- Prefirió adelantarse al comedor por la mirada matadora que Kikyo le había dado.

Bajó las escaleras con letargo como si no planeara llegar al final, cuando vio a aquel hombre no pudo evitar quedarse de piedra. El corazón se le acelero la piel se le erizo, jamás en su vida había visto a alguien tan arrolladoramente atractivo.

-Kagome tardaste pero te vez preciosa querida-Pudo darse cuenta del nerviosismo de su hija, dio algunos pasos y le tomo las manos…-El es Inuyasha Taicho- Volteo la vista a Inuyasha que por unos segundos se quedo pasmado.

-Tu mama me ha hablado mucho de ti- Kagome..no olvidaría su nombre ya no, su belleza tenia un toque diferente al de Kikyo y Sango, le parecía una niña adorable.

-Espero la cena les guste- Comenzó a charlar con Inuyasha el cual tenia los ojos fijos en ella prestado el mayor interés posible.

Imposible quitarle los ojos de encima, ojos miel tan hermosos y seductores, le parecía algo obvio que su madre estuviese con un hombre tan apuesto, miro de soslayo a Sango que estaba emergida en sus pensamientos.

-Kagome me ha dicho tu mama que eres muy buena estudiante- Aquella niña tenia algo que irremediablemente llamaba su atención, irradiaba una frescura demasiado llamativa.

Trago saliva con dificultad, quería contestar pero las palabras no salían de la boca…-Creo que si- ¿Qué le pasaba? Acaso las caídas recibidas en el transcurso del día empezaban a darle problemas .

-Tu hija no tiene tu seguridad- Fue imposible no carcajearse por la respuesta temblorosa y poco sólida de Kagome.

-Tenle paciencia es un poco tímida-Lo acompaño en su burla inconcientemente, cuando estaba con Inuyasha su comportamiento cambiaba de una fría Kikyo a una calida y sentimental.

Pero que sujeto más engreído ¡como se atrevía a burlarse de ella! Se levanto de la silla colocando ambas palmas en la mesa…-No tengo hambre me iré a mi habitación- antes de que pudiese irse Kikyo se levanto de forma tan precipitada y por el gesto de su cara prefirió sentarse…-Siempre si tengo hambre-Sonrío fingidamente atragantándose con la saliva que se le atoro en la garganta.

-Organizamos esta cena para darles una noticia- ni siquiera Inuyasha sabia lo que diría pero era su oportunidad perfecta, muchas veces le mencionó vivir juntos sin embargo se negaba a la idea de que sus hijas compartieran casa con un extraño.

-¿Qué cosa?-Fijo los ojos en los de su madre consternada por su repentino cambio de humor, miro de soslayo a Sango que seguía en su mundo.

-Bueno lo que diré no es tema de discusión… Inuyasha vivirá con nosotras- Pudo sentir la mano masculina apoyada en la suya, agradecía que la noticia no le disgustara.

-¡No pienso vivir con un extraño!- No se dio cuenta de lo había dicho, solía pensar en voz alta una pésima costumbre, no aquello debía ser una farsa montada por su madre y ese hombre… ¿Vivir con un extraño?.

-A mi me parece muy bien mamá- Sango le sonrío a su madre y siguió jugueteando con la comida, aquello no le parecía tan descabellado como a Kagome quizás porque su enfoque liberal le permitía aceptar que un hombre y una mujer viviesen juntos sin estar casados o que el novio de su madre fuese cinco años más joven, cosa que su hermana aun no sabia.

-No seré un extraño por mucho tiempo-vaya que esa niña tenia un temperamento difícil, gritar de esa manera y llamarle extraño. A pesar de su comportamiento infantil seguía sonriendo sin dejar de ver aquellos ojos chocolate que le parecían extremadamente expresivos.

-Kagome espero que tu actitud de hoy no vuelva a repetirse-Kikyo se giro con la cara llena de preocupación ¿Había hecho lo correcto? Al principio todo aquello fue un juego, pero ahora con el apoyo de Sango las cosas no se veían tan difíciles para iniciar una relación seria.

Continuara…. Bueno nueva historia, espero dejen sus comentarios y nos veremos en el próximo capitulo.