Antes que nada hey arnold no me pertenece, y si lo fuera hace rato hubiera sacado la 2 película, para que quede claro este fic es para mayores de 16 por el lemon que tendrá, así que si tienes menos de esa edad no seas pervertido y espérate a los 16 ahora si comencemos
No se cómo decirle, hace tiempo que es mi mejor amiga, así que tengo la confianza suficiente para decirle que me ayude así como funciono con arni, quiero pedirle un favor.
hay algo incómodo en esto, es decir está bien que seamos los mejores amigos del mundo, apartando a Gerald que ahora solo tiene ojos para phoebe, pero es muy raro estar en una banca congelándonos las manos solo los dos en un parque inmenso aunque debo admitir que me parece un sueño el ser el mejor amigo de mi torturadora de infancia y todo gracias a Gerald, porque desde que le pidió para estar con phoebe hacemos mal tercio en sus conversaciones, pero hay algo más importante, la comencé a apreciar más cuando fuimos a San Lorenzo a rescatar a mis padres, aunque sea abusona con nuestro bien merecidos 16 ha dejado de ser agresiva aunque se le escapa, a veces, y si por las preguntas, si aún me pone los ridículos apodos de la infancia.
-bien Arnoldo, te vas a quedar ahí como un idiota mirando a la nada o me vas a decir lo que tenías que decirme, porque realmente estoy perdiendo la paciencia- ven... lo que decía no era mentira aún se le sale la maldad, pero como ella dice "vamos al grano".
-Helga?, me pregunto..., no se ya que somos buenos amigos... y hace tiempo que nos conocemos...me gustaría que...- estaba tan nervioso tenía miedo que terminara con una buena golpiza, la mire vi cómo me observaba, me pareció que la mirada que tenía era de ilusión, tenía un gesto un poco gracioso, tenía una sonrisa pero bueno, prefiero no distraerme del tema principal...en ese momento solo pensaba en una cosa...-me gustaría que...me hicieras un pequeño favor...-
Su sonrisa se desvaneció y su semblante se puso serio, como siempre.
-depende del favor cabeza de balón...- me lo dijo con cierto tono de seriedad e ironía, eso logro que me pusiera más nervioso -bueno, ya lo hemos hecho antes, con mi primo...- jugaba con mis dedos para que no viera el tremendo sonrojo que llevaba encima de mis mejillas, en ese instante me hubiera gustado que nevara para pasar desapercibido.
-QUIERES QUE SEA TU ENAMORADA!- lo dijo casi gritando, me alegre por ser la única pareja de amigos sentados en un inmenso parque.
-no...Me estas entendiendo mal, quiero que averigües todo acerca de laila por ejemplo, quien le gusta, que champo utiliza...tu sabes cosas de chicas-
-pero porque yo Arnoldo?, además que yo no soy mensajera de nadie, y mucho menos para con la señorita perfección- me lo dijo con aspereza y amargura sus dos finas cejas se fruncieron, aun no entiendo por qué se molesta cuando tocamos el tema de laila, una vez me dijo que era idéntica a Olga, por eso la odiaba, pero sé que hay algo más...lo sé.
-por favor Helga tu más que nadie sabe que me gusta laila y quiero que me hagas ese pequeño favor, te he confiado mi más grande secreto a nadie más le he dicho, solo a ti y a Gerald-
-no!, no y no son mis últimas palabras, no quiero ser el cupido de nadie y mucho menos si se trata de ustedes dos-
-porque no?, Helga por favor voy a hacer todo lo que me pidas, si quieres seré tu esclavo por toda una semana- bueno eso si es caer muy bajo, pero ya nada me importaba ni siquiera jugar con el mismo diablo.
-tan desesperado melenas?, jajajaja nunca pensé que cayeras tan bajo, pero bueno acepto tu trato, porque esto no es un favor que te quede claro en tu diminuto cerebro, y que sean 3 semanas o nada tú eliges- si las palabras matasen yo ya hubiera estado en la tumba, me dejo pensativo, claro 3 semanas a merced de mi mejor amiga torturadora no creo que sea tan malo, debe tener algo de consideración, pero todo sea por laila.
-acepto el trato Helga- sellando el pacto con un apretón de manos -bien melenas, espero que no te arrepientas, porque desde mañana comenzara tu tortura- ahora sí que estoy en problemas, se levantó, se acomodó su pequeña cartera de cuero y antes de irse me dirigió una mirada entre malosa, divertida, pervertida y torturadora, dios en que lio me he metido!
