Verdad o Reto
Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.
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Para el reto:
¡Por que dos, son mejor que uno! (propiedad de Nocturnals).
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¡Disfrútenlo!
¡Injusto!
¡Eso era lo que era!
¡Una injusticia!
¿Por qué tenía que pasarle a ella?
Maldijo una vez más, su día perfecto se acababa de arruinar. Jamás debió aceptar ese estúpido juego. ¡Oh! ¡Pero claro! A la señorita Mikoto Uchiha se le ocurrió llamarla gallina y, sabiendo que eso heriría su orgullo más que nada, la retó a jugar. Y ella, como una abeja atraída por la miel, aceptó sin dudar, alegando que haría cualquier reto que le pusieran.
Jamás debió decir eso. Ahora, de mala gana, tenía que hacer una cosa que la marcaría por el resto de su vida. ¿Cómo no se dio cuenta de que era una trampa hacia su persona?
Oh, sí. Lo olvidaba.
Estúpido orgullo.
Suspiró, un reto era un reto. No había modo de salir.
Aunque…
¡No! ¡Kushina Uzumaki no era de las que se retractaban de su palabra! ¡Cumpliría ese jodido reto aunque le costara la vida! ¡Aun si las consecuencias fueran: Pudrirse la lengua, no poder volver a ver la cara de él otra vez (no sin sonrojarse) y ser la burla de los idiotas que se hacían pasar por los novios de sus amigas!
Suspiró.
Debió haber aceptado mejor decir la verdad.
¿Pero cómo iba a saber que la pelinegra se la jugaría de esa forma?
Mikoto Uchiha acababa de entrar a su lista negra.
Geez… quizá si le explicara la situación, él comprendería.
"Recuerda, el reto consiste en ir y dárselo, pero no puedes decirle a que va eso, solo debes ir y plantárselo, ¿entiendes?"
Maldita Mikoto.
Bueno, todavía tenía la posibilidad de ir, encontrárselo desprevenido, darle la vuelta y dárselo para luego salir corriendo y que él jamás se entere de quien se lo dio.
De paso evitaba problemas con las locas de sus Fangirls.
"¡Y muy importante, Kushina! ¡Debe de durar, al menos, diez segundos, eh!"
Definitivamente torturaría a su "mejor amiga" de la forma más cruel y dolorosamente posible.
Sus ojos morados se entrecerraron, buscando de forma desganada a su amigo.
-¡Oye, tu! ¿No has visto a Minato? – Preguntó bruscamente a una de las chicas que pasaban por ahí.
-¿Para qué lo quieres? – Preguntó de vuelta, mirándola sospechosamente y con algo de celos en sus ojos oscuros.
Kushina solo gruñó.
-Si no me dices dónde está, serás una de mis víctimas en mi próxima broma. – Amenazó con una venita creciéndole en la sien.
Un escalofrió recorrió el cuerpo de la más baja. Ser una de las víctimas de Kushina Uzumaki definitivamente no sería algo bonito.
-F-Fue a entrenar al campo número diez y siete. – Contestó con algo de temor.
-Hnn.
Mascullando miles de cosas, se dirigió a zancadas al lugar dicho.
-"Estúpida Mikoto, estúpido reto, estúpido juego, estúpido Minato y estúpido beso…– Una risita profunda se oyó desde el fondo de su mente. –… ¡Estúpido biju, bueno para nada!"
Kyubi había sido despertado repentinamente por las continuas quejas de la pelirroja. Molesto, decidió averiguar que sucedía, y aprovechando que tenía acceso a su mente y, por lo tanto, a sus recuerdos, simplemente observó que es lo que había hecho en el par de horas que se había dormido.
Encontrando una situación bastante divertida. Al menos para él.
-No sé de qué te quejas, mocosa. – Dijo el biju –. Se perfectamente que quieres cumplir con ese reto. Y no por cuestiones de orgullo.
-¡Tú que vas a venir sabiendo, bola con pelos! – Bramó con los ojos rojos.
-Te recuerdo que yo soy quien vive en tu interior, por lo tanto se dé buena fuente que deseas ese beso con el soso del rubio.
-¡Minato no es un soso! ¡Y claro que no quiero ese beso! – Chilló indignada.
-Claro, eso es porque no recuerdas tus sueños, pero yo sí, y son como una de esas películas cursis y empalagosas. Agg… me dan escalofríos de solo recordarlos.
-¿Sabes qué, Kyubi-chan? ¡Calladito te vez más bonito! Así que hazme el gran favor de irte a dormir y dejarme en paz, ¿quieres?
-Tsk, al cabo que ni quería ver tu escenita con el soso de Minato.
Kushina dio un resoplido de irritación.
-Minato. No. Es. Un. ¡SOSO! – Chilló irritada.
Tan concentrada en su discusión con el Biju, que no se había dado cuenta de que estaba hablando en voz alta y con la gente mirándola como si le hubieran salido dos cabezas.
Para cuando se dio cuenta, su cara estaba sumamente roja, compitiendo con el color de su pelo. Dio un gritito y, como alma que lleva el diablo, salió corriendo a toda prisa.
¡Qué vergüenza!
Siguió corriendo hasta parar en un claro. Se dobló sobre su estómago, mantenido su peso sobre sus rodillas, respirando agitadamente mientras sus mejillas se coloreaban levemente.
-Cuando cumpla mi reto, juro que mataré a Mikoto. – Prometió apretando los dientes.
No podía matar a Kyubi, ¿Cuántas veces no lo había soñado? ¡Ese maldito biju disfrutaba jodiéndole la vida! Y ella no podía hacer nada al respecto. Bueno, se defendía haciéndole su estancia en su interior lo más molesto posible, ¡pero no era suficiente! Ella tenía asuntos importantes que atender, así que era más fácil para el biju el molestarla. Lo cual, han de saber, la irritaba mucho.
No podía matar a Minato. Bueno, si podía, pero Mikoto era la responsable de su pésimo día. Así que, ¿Qué mejor forma que descargar el estrés que con tu mejor amiga?
Obvio, nada.
A excepción de un buen plato de miso ramen, claro.
-¡Rasengan!
Hubo una leve explosión, haciendo que Kushina mirara con curiosidad hacia la dirección del ruido.
Encontrándose con la figura de su rubio amigo.
Al menos, terminaría con eso de forma rápida.
-¡Eh, Minato! – Llamó sonriendo alegre.
La sonrisa alegre que siempre guardaba algo oculto bajo ella.
-Hola, Kushina. – Saludó Minato, sacudiéndose las manos.
-¿Qué haces? – Preguntó intentando parecer inocente.
-Practico el Rasengan.
-¿No lo habías perfeccionado ya?
-Sí, pero aun quiero mejorar unos detalles. – Se encogió de hombros. – ¿Y tú que haces?
Kushina sintió un escalofrió.
-Ya sabes… paseo por aquí. – Contestó de forma nerviosa.
Minato la miró de forma extraña.
-Pensé que estarías entrenando con Mikoto.
-¡Ni me la recuerdes, 'ttebane! – Gruñó desviando la mirada de forma molesta.
-¿Sucedió algo?
Minato sabía que Kushina solía enojarse con Mikoto por todas las ideas que se le ocurrían, ya que normalmente las víctimas eran ella y él mismo, y siempre terminaban en una… eh…. bochornosa… situación.
Sabía que todos sus amigos… bueno… ¡La aldea entera! Sabia de su amor por la pelirroja peleonera e hiperactiva, sin embargo, estaba seguro de que ella no le correspondía. Y estaba bien, se bastaba con su amistad. ¿Era mejor que no poder hablarle nunca más, no?
Entonces, ¿Por qué la insistencia de Mikoto?
Ella era una chica bastante caprichosa, sí, pero no solía entrometerse mucho en esos caso… que él supiera.
Y mientras Minato seguía divagando, Kushina hablaba sola, contando parte de lo que había pasado esa mañana.
-… ¡Y la muy desgraciada me puso un reto muy cruel, 'ttebane! Eso sí, cuando lo cumpla, me encargaré de que ella sufra mucho. – Finalizó su relato apretando los puños y teniendo fuego en los ojos. Bastó solo unos segundos, acompañado de la risita burlona del Kyubi y su comentario "Que bonita te vez hablando sola, eh Kushina", para que la pelirroja se diera cuenta de que Minato no le estaba prestando atención.
Minato dio un respingón al sentir la mirada fulminante de esos ojos morados taladrándole hasta lo profundo de su ser, obviando las intenciones asesinas y el reproche por su ignorancia hacia ella.
Porque todo el mundo sabía – especialmente sus amigos – que nunca nadie debía ignorar a Kushina Uzumaki, a menos, claro, que quisiera pagar por las consecuencias.
-Perdón, Kushina, me distraje. – Perdón era lo que menos necesitaba Kushina, si algo odiaba, era que la ignoraran.
-Sabes que no me gustan que me ignoren, 'ttebane. – Gruñó haciendo un puchero y cruzándose de brazos.
Minato sudó frío.
Kushina podría haberle estampado un buen golpe en la cabeza, pero extrañamente un pensamiento afloró en su cabeza, deteniéndola.
"Venga, Kushina, no es para tanto. Tú lo ignoras casi todo el tiempo, y él te ha aguantado todo desde la niñez, así que solo termina con el reto de una buena vez, y luego invítale un buen tazón de ramen."
Y Kushina, por extraño que parezca, decidió hacerle caso a esa extraña vocecita.
-Muy bien, Minato. Te daré algo para terminar con esto de una buena vez. – Dijo determinada, apretando el puño y avanzando un paso.
Minato, pensando que se refería a pegarle, retrocedió igualmente un paso, atemorizado y nervioso.
-N-No creo que se ne-necesario, Kushina. – Rió nervioso, poniendo sus manos al frente y moviéndolas levemente.
-No te preocupes, Mina-chan. No te va a doler, al contrario. – Soltó una risilla –. Quizá hasta te guste.
Minato no estaba muy de acuerdo con eso.
-¿Sa-Sabes, Kushina? O-Olvidaba que tenía algo que hacer y es mejor que vaya a hacerlo rápido. – Balbuceó retrocediendo. Soltó una risita nerviosa al ver como Kushina se acercaba con el ceño fruncido. – ¡No-Nos vemos!
Minato, haciendo gala de su apodo, salió corriendo como alma que lleva el Kyubi.
Kushina se quedó ahí, confundida, viendo con ojos incrédulos por donde segundos antes había desaparecido el rubio.
-Bien hecho, mocosa. – Se mofó Kyubi sacándola de su estupefacción –. Asustaste al soso, ¿Ahora cómo le explicarás a tus amigas la metiche y la tartamuda que Minato huyó de ti porque querías besarlo?
Kushina retuvo unos momentos la respiración. ¿Acaso Minato sabía de sus intenciones? ¿Por eso huyó?
¿Era esa una insinuación de que ella… besaba mal?
Se entristeció un poco y recordó que una vez lo besó por accidente en medio del bosque a los catorce años, poco después de que la salvara, pero en ese entonces Minato estaba dormido… ¿O acaso nomas fingía?
-O tal vez este conspirando con la metiche. – Opinó el Zorro inocentemente, pero si somos sinceros, se divertía mucho con la situación. Y ya estaba muy aburrido ahí dentro.
-"¡Cállate ya, zorro de mierda! – Bramó mentalmente. Minato no haría eso, ¿o sí?
Él no era de esas personas hipócritas, Kushina lo conocía. Era demasiado amable para eso. ¿Entonces por qué huía?
¿A menos que…?
A menos que….
Una enorme vena resaltó de su frente.
Minato Namikaze se las iba a pagar.
-¡VEN AQUÍ, MINATO NAMIKAZE, 'TTEBANE! – Rugió la pelirroja saliendo corriendo tras el rubio, con los ojos rojos y nueve mechones de su pelo elevándose furiosamente.
Nadie, ni siquiera él, le impedirían ganar ese juego.
¿Está por demás decir que el Kyubi estaba de lo más divertido, verdad?
Notas del autor:
Ya sé, Ya sé. Se han de preguntar; "¿Qué demonios haces subiendo un fic nuevo en vez de actualizar?"
Bueno, ¡déjenme explicarles! Este ya lo tenía ne mente desde hace un tiempo, y lo escribí para el reto. Bueno, espero les guste, y les aviso que ya eh puesto un nuevo cap de "Encuentros"
Nos leemos!
Bye xD
¿Algún review?
