I. ¡¡¡¿Vegeta?!!!

Cuando abrí los ojos sentí que el vació que habitaba en mi cuerpo se llenaba nuevamente , mi alma había vuelto, mi vida había vuelto ...Ah!! maravillosa fragancia penetra por mi nariz, esa fragancia tan característica de mi amado planeta Tierra, una mezcla de hierba nueva con tierra mojada. Mis sentidos parecen estar mas sensibles y el cantar de los pájaros resuena como una armónica sinfonía en mis oídos.

Miré a mi alrededor, un paraje verde me inundó la visión, luego una sensación de humedad recorrió mi cuerpo, recién me daba cuenta que estaba en una posa de agua. ¿Dónde estoy? Me pregunte incrédulo, si me habían revivido , esto seria al planeta tierra, pero ¿donde estaban los demás?. Elevé la mirada al cielo buscando una explicación, el azul se abría de manera majestuosa, solo nos separaba un techo circular trasparente ... ya sabia donde estaba, como no lo había reconocido antes!, si conocía este lugar como las palmas de mis manos.

- Espera Porunga ... ¿y donde está Yamcha?

Esa voz mandó un extraño impulso a mi cuerpo, me puse de pie como un resorte y seguí el origen de esas palabras. Salí corriendo, mojado, estilando y con un sapo en mi hombro, cuando llegue al lugar un centenar de hombres verdes llamó mi atención. ¿así eran los Namekus? Si, era la mas seguro, por que la similitud de estos seres con Pikoro era indudable. Al poco rato olvide a estos extraños seres y busque a mis amigos, vi a Krillin, Gohan, Oolong, al maestro Roshi, todos estaban reunidos en ese lugar esperándome, luego vi a mi entrañable amigo Puar ...cuanto lo había extrañado!!, pero algo me faltaba y mis ojos seguían buscando desesperadamente, miraba de un lado a otro, sabia que de la pura ansiedad no la encontraba así que tome aire y busque tranquila y minuciosamente en aquella mini- multitud, hasta que como un relámpago aguamarina apareció ella, reí del nerviosismo, ninguno de ellos había notado mi presencia así que me senté en el pasto y contemplé su hermosa presencia.

- ¿Donde esta Yamcha? – Pregunto nuevamente, pero esta vez con algo mas de enfado, pues mi mujer tiene una paciencia que se agota con extrema facilidad y si nadie le daba una rápida respuesta los namekus conocerían la bestia indomable que habita dentro de algunos terrícolas.

-Aquí estoy – ella volteó de inmediato y Puar se abalanzó sobre mi- Si querías revivirme me hubiese gustado que fuera en un lugar mas seco- le dije con un falso desgano y contenido mi instinto el cual pedía que la abrazara y la besara como nunca antes lo había hecho. Le sonreí.

Otra vez había cambiado el look, a primera vista algo extraño tenia, algo que iba mas allá de su nuevo peinado, tenia un ímpetu salvaje que le brotaba por los poros y se colaba en mis entrañas. Parece que por fin se había decidido a dejar a la adolescente caprichosa de lado, ahora la observo y no veo mas que una mujer con aires divinos. Un aura sensual la rodea y me invita perderme en ella ...y no me desesperé, sabia lo que vendría esa noche ...

-Yamcha!!- corrió hacia mi y se prendió de mi cuello. No tiene gran poder pero me abrazó con tanta fuerza, que parecía estrujarme el alma. ¿qué has pasado? ¿cuántas vidas se han quitado frente a sus ojos? Me pregunte en silencio acariciando su cabellera. Me sentí mal y la abracé con mas fuerza, el solo pensar que viajó a Namek por ir a buscar las esferas del dragón para revivirme y quien sabe cuantos peligros había pasado y yo no estar ahí para defenderla , me carcomía el corazón. La miro y aunque conozco muy bien la naturaleza aventurera intrínseca de sus ser, juro que sus ojos nunca mas verán sangre derramada en batallas, nunca mas sentirá miedo, pues ahora yo había regresado y no permitiría que la rasguñasen yo la protegería de cualquier peligro.

Se ríe, parece que ha leído mis pensamientos y sin mas rodeos me besa. En mi vida había degustado manjar mas exquisito que el que me ofrecían sus labios. Me besa con un furor extraño que hace que me avergüence, pues los namekus, sus padres y nuestros amigos observan al escena. Cuando despega sus labios de los míos, para buscar aire, mando al demonio a todo aquel que nos pudiera mirar con extrañeza, la tomo del mentón y desesperado por juntar nuestros labios, la beso con la misma intensidad con lo que lo hacia ella.

En la noche los padres Bulma organizaron una improvisada cena en la cual participábamos: todos los namekus, Krillin, Oolong, Roshi, Puar y yo. Exquisito y exóticos platos y bebidas deleitaban nuestros paladares, luego se dio lugar a una distendida conversación.

- ... y gracias a eso pude entrenar con Kaio sama- dije bajo la atónita mirada de los demás.

-Pues yo imaginaba a los Dioses personas cautelosas y serias pero veo que son de los mas normal ¿estas seguro que era Kaio sama?- Ni ella ni nadie parecía creer que tenia que hacer reír a tal ser supremo para que accediera a entrenarme.

-Bueno ya se hizo tarde, nosotros nos vamos- dijo Krillin observando su reloj. Al poco rato ya emprendían vuelo a kame-house.

Cuando todos se había ido y estábamos solo con Puar en la sala éste se acerco a preguntarme que haríamos esa noche, yo despreocupado le respondí que no sabia entonces su voz nos desconcentró.

- Quédense aquí- Dijo acercándose a nosotros, contorneándose provocativamente. Yo entendía perfectamente lo que quería y nunca supe si Puar tenia la capacidad de leer el lenguaje corporal de Bulma, parecía que no, por que nunca se sentía incomodo entre nosotros pero siempre desaparecía en el momento oportuno, quizás lo subestimé.

- ¿qué opinas Puar? Y mañana iremos a ver algún departamento ¿eh?...

-Por mi esta bien Yamcha- estoy seguro que sabia los planes que tenia para esa noche con Bulma.

-no Yamcha, creo que no me entendiste, quédate hoy, mañana, pasado, quédate un año, tres años ... quédate para siempre- Me dijo con sus ojos bien abiertos, ojos suplicante ¿qué le ocurre para que se muestre tan interesada en que me quede junto a ella? ... al demonio! Y sin pensarlo como un loco le respondí mil veces que si, en ese momento no pensé en nada, ni siquiera en Puar mi fiel compañero de niñez, solo pensé en ella y en la vida cotidiana a su lado, los mejores amaneceres de mi vida.

... nunca pensé que aceptar su cautivadora invitación marcaría el comienzo de nuestro final...

Esa noche... esa noche nunca la olvide, recuerdo perfectamente cada detalle, cada palabra, cada sensación...

- Bien Puar esta será tu habitación- indicaba abriendo la puerta- espero que te guste.

- Fantástico – Puar se quedo observando la habitación desde la puerta-... Bulma muchas gracias-

- No me des las gracias Puar, es lo que se merecen, un hogar.- al decir eso me miró y sonrojo- bueno ahora te llevare a tu cuarto Yamcha, que duermas bien Puar y si tienes algún problema no dudes en decírmelo.- cerró la puerta y emprendimos camino a través del circunférico pasillo. Al llegar a la escalera subimos a la planta alta.

- Siento no dejarte cerca de Puar , la habitaciones están copadas y las únicas tres libres están en ésta planta.- yo la escuchaba pero me perdía en el ritmo que llevaba con cada paso dado. Pasamos por su cuarto, inconfundible ente cualquier ojo ya que en su puerta había un colgante en cual estaba inscrito su nombre.

-creo que nos pasamos- le dije con tono pícaro.

-que gracioso!, eso ni en tus mejores sueño...! un poco mas allá esta tu pieza- seguimos avanzando hasta que llegamos al ultimo cuarto del pasillo. El dormitorio era considerablemente mas amplio que el de Puar. Al entrar lo recorrí con un entusiasmo solo comparable al de un niño con un juguete nuevo, las paredes estaban pintadas con un color celeste muy suave y hermosos y pintorescos cuadros las adornaban. Al mover las corinas descubrí el ventanal que daba al balcón al cual salí de inmediato, grata fue mi sorpresa al ver la hermosa vista que tenia, la cuidad parecía tan pequeña e insignificante a esta distancia, que parecían una comunidad de hormigas luminosas que se movían de un lugar a otro sin cesar.

-sabia que te gustaría la vista- dijo mientras me abrazaba por la espalda.

-si... muchas gracias Bulma, de verdad no se si algún día podré devolverte todo lo que me has dado- ella solo me miro con una mirada de la que por primera vez sentía que había algo detrás de ese fuego azul, algo que quizás le incomodaba algo que no quería que saliera a la luz.

-ya me lo estas devolviendo- se colgó de mi cuello y me abrazo con fuerza, en ese instante sentí que mi instinto febril comenzaba a encenderse, y sin personas mirándonos la bese como desde el primer momento en que la vi deseé. La brisa parecía quemarme y encenderme aun mas. -¿entremos?- le pregunte con falsa cortesía ya que sin esperar su respuesta la tomé de la mano y la entré a mi nuevo hogar. Ya dentro me di unos segundos para mirarla, cada vez me parecía mas hermosa, su traje azul ajustado que mas que apaciguar cualquier indicio de deseo, dejaba a la imaginación sus prominentes curvas al desnudos, sus largas piernas tan perfectas y lozanas parecían haber sido moldeadas por los mismos dioses... ahí estaba la mujer con sus nuevos aires de fiera esperando a que yo diera el primer paso.

Me acerqué, con una mano la tomé por la cintura y la apegué a mi cuerpo tratando de no dejar ni una milésima de centímetro sin contacto entre los cuerpos, con la otra moví sus cabellos del oído- veras como esta noche te devolveré todos los favores que me has hecho y lo que vienen por hacer- le susurré con una carga erótica demoledora que la hizo estremecer y aprovechando su cuello al descubierto lo comencé a besar, estaba desesperado, impaciente por hacerla mía y recordarle como era un hombre, ¿cuánto tiempo sin vernos, sin tocarnos, ni besarnos? No quise recordarlo pero había sido un largo tiempo sin saber de placeres carnales. A pesar de mis desenfrenadas ganas de hacerle el amor, no quería ser impaciente y que con ello nuestro encuentro terminara rápido, así que me tranquilizaba en silencio, recordándome que ya estaba ahí, vivo y a pocos minutos de desatar el huracán que estaba acumulado en mi cuerpo. Sentí que sus manos bajaban lentamente por mi espalda, dejando a su paso mi piel carbonizada, ardiendo en el deseo que me despojara luego de mis ropas y sus manos recorrieran mi tostada piel desnuda. sus manos se detuvieron en mis glúteos los cuales comenzó a acariciar. Topamos con una muralla y la arrincone contra ella, sus manos cada vez ardían mas y me sentí extasiado al sentir como, haciendo presión desde mis glúteos, hacía que mi zona pélvica se uniera a la de ella. Sin descuidar su boca y su cuello lleve mis manos a sus piernas y comencé a subir su falda hasta dejarla arrumada en su cintura. Mis labios descendieron y por encima de la ropa besé sus senos. Ella, en tono de protesta comenzó a jalarme la polera hasta deshacerse de ella. Observó con minuciosa atención mis formados pectorales, los que para mi castigo, comenzó a besar y lamer, mostrándome la manera correcta de hacerlo. Luego me sonrió con una sonrisa lasciva y al apartarse unos metros de mi se quito la polera y la lanzó a mi cara. Su corpiño era rosa con unos bordados en formas torcidas que le daban un toque sensual, luego pose la mirada en el surco que formaban sus senos perfectos, mi boca se hacia agua y me costaba tragar- Supongo que podrás encargarte de esto- dijo mirando su brassier. Me acerqué y sin paciencia le arranqué el sostén dejando en libertad la turgencia de aquella perlas preciosas y sin poder esperar mas con mi lengua repasé la redondez de sus senos, jugué con sus pezones los que mordisqué logrando arrancarle unos gemidos. Su dedo índice se poso bajo mi mentón, y ejerciendo fuerza sobre éste, hizo que me enderezara. Cuando estaba bien erguido, su dedo índice comenzó a bajar lenta y excitantemente, mis pectorales y abdominales se rindieron ante su paso hasta que llego al borde de mi pantalón. Con toda su mano tomó la pretina de éste y lo comenzó a bajar, en menos de 10 segundos ya me habían despojado de la prenda. Sentía que no podía mas, mi cuerpo había reaccionado y pedía a gritos que dejara mi excitación en libertad, así que bajo su atenta mirada tomé mi calzoncillo y lo quité. Me acerqué lentamente a ella, quería que cada paso le provocara la mas exquisita desesperación, cuando estábamos frente a frente ella sin pudores y sin quitar sus ojos de los mío asió mi miembro con fuerza, lo cual me quito un gemido y un risa torcida en su cara, como puedo desgarro las ultimas prendas que la cubren y por fin pude apreciar su perfecta desnudez. Acarició morbosamente mi miembro quitándome fuertes gemidos, cuando ella creyó que había sido suficiente se separó de mi y se sentó en la cama. La seguí y me pare frente a ella, extendí mi brazo hacia su hombro y la empuje lentamente hasta que estaba tendida bajo mi, ahora era mi turno, ahora yo la haría gemir. Nuevamente bese su cuello, era el comienzo del camino, cuesta abajo, que trazaría con mi lengua por su cuerpo. Al pasar por sus senos lo saboreé un momento pero sin mas retrasos seguí por la senda hasta llegar a su ombligo desde esa perspectiva mire su rostro, bestiales muecas aparecían y se iban tan rápido como relámpagos, parpadeaba lentamente debido al éxtasis que le causaba mi marcha por su cuerpo, en ese momento me sentí todopoderoso, tenia a la mujer mas altanera del planeta estaba a mi merced, suplicándome en silencio por mas. Sin hacerla y hacerme esperar seguí mi camino el edén del placer, yo quería ver mas, quería ver un rostro y su cuerpo suplicándome tregua. Cuando llegue a mi destino puse a andar mi morboso plan sin miramientos, minutos después unos alaridos me enloquecían, escucharla me excitaba y agraciaba... si no estuviéramos tan aislados juro que le hubiese tapado la boca. Miré su letargo- Esa en mi primera compensación, espero que estés preparada para la que viene- dije mientras me erguía. – vaya o has mejorado o es que tenias muchas ganas, ¿estas seguro que entrenaste solo para pelear en el otro mundo?- me atrapo entre sus piernas y con un rápido movimiento me vi bajo ella contra la cama.- ¿veamos quien es el que esta preparado?- se acomodo y con un ritmo medio comenzó a desatar mi locura. Ahora yo era el que estaba bajo su poder, a lo único que atiné fue a tomarla de la cintura y empujarla, pero estaba demás, ella sola podía hacerme rozar el cielo con las yemas de mis dedos. El ritmo subió y yo por mas que quería ver su cuerpo meneándose contra el mío no podía mantener mis ojos abiertos, con cada embestida hacia que me perdiera dentro de un lugar en mi mente en el cual solo se veían extrañas formas que bailaban al son de nuestros gemidos. Una convulsión me azotó de pies a cabeza haciendo que desgarrara mi garganta de un grito ... que final mas majestuoso, su cuerpo se desfalleció sobre el mío y acariciando su sudada espalda esperé a que nuestra respiración y latidos volvieran a la normalidad.- parece que tu también estuviste "entrenando"- bromeé después de regularizar mi agitación, cuando termine de decirle esta frase sentí que su cuerpo se tensó. – que estupideces dices Yamcha- al parecer mi broma no le pareció graciosa. Pero mas allá de la jocosidad de la broma, su reacción me pareció extraña y notó mi perturbación al ver mi ceño medio fruncido.- oh ... disculpa, sabes, ha sido un día ajetreado ...- dijo apresuradamente sin darme tiempo para realizar algún análisis de su conducta, luego se acomodó en mi pecho. cuando volvió a abrazarme me sentí el hombre mas feliz del universo... ¿había algo mejor que dormir junto a la mujer amada?. Con respecto a su extraño comportamiento del día, no le di mayor importancia, Bulma era muy cambiante además era verdad que el día estuvo muy activo. Y ¿cuánto tiempo sin tener relaciones sexuales? Uf! Mucho, seguro la ansiedad de saciar luego su sed de placer, le estaba pasando la cuenta, ya estaba perdiendo la costumbre de dormir con un hombre, pero solo era cuestión de tiempo y todo volvería a ser como antes.

Bulma dormía placidamente y yo no podía conciliar el sueño repasando las imágenes de nuestro fulminante encuentro que había sido delicioso. Cuando estaba en el otro mundo me daba tiempo entre los entrenamientos, para planear minuciosamente el encuentro con Bulma, ideé cada movimiento cada palabra e incluso los tiempos, pero, como suele ocurrir, no hice absolutamente nada de lo que tenia planeado, ahora me siento estúpido, pudo haber resultado mucho mejor si tan solo hubiese puesto en marcha alguno de mis planes. Parecía un novato y ella la maestra, contrariamente a mi, no mostró ni un resquicio de desesperación por hacer el amor, que poder de autocontrol! Como me gustaría tener un poco de su cordura para no parecer tan baboso ante ella, mi consuelo es que esta no será la ultima noche y en las próximas la voy a hacer suplicarme.

De pronto una humedad en el hombro me saca de mis pensamientos, ella se levanta lentamente y yo decido hacerme el dormido.

-Discúlpame- susurra entre lagrimas, dándome, con mucho cuidado para evitar que despierte, un beso en la mejilla. Recoge sus ropas y sale de la pieza.

-No te preocupes algún día, vamos a poder amanecer juntos sin importar lo que digan los demás- dije susurrando para mi.

Esta siempre resultaba ser nuestra piedra de topé. Desde mucho antes que me mataran teníamos que esmerarnos para que no notaran que dormíamos juntos, todos sabían que éramos novios, y era un secreto a voces nuestra intensa vida sexual, aun así no pensábamos que fuese adecuados mostrarlos tan abiertamente, como saliendo de una misma habitación en la mañana. Mas por lo padres de Bulma, que aunque pareciera no importarles nada, había que tener respeto por ellos y por la casa, y uno nunca sabe como pueden reaccionar las personas, por muchos que creas conocerlas, así que decidimos mantener nuestra vida amorosa bajo una estricta clandestinidad.

Una luminosidad insoportable penetraba por mis párpados aun cerrados, me cubro con las sabanas pero es imposible, a pesar de mi intenso sueño aquellos fuertes rayos de luz ya han logrado despertarme por completo.

-Buenos días Yamcha- era Puar que abría las cortinas.

-Puar dejo eso- me quejo mientras me hundo bajo la almohada tratando eludir el mundo.

-Yamcha ya levántate, están sirviendo el desayuno, además la mamá de Bulma me pidió que te despertara.- me levanté de un saltó y corrí a la ducha.

- están todos levantados?-pregunto mientras me quito la ropa y doy el agua.

-Si ... los namekus ya desayunaron, ahora lo haremos nosotros con Bulma y sus padres.

-Buenos días- salude respetuosamente, mientras tomaba asiento, los Briefs estaban reunidos y al parecer aun no comenzaban a desayunar.

-Llegas justo a tiempo querido Yamcha ¿quieres un pastel?- la madre de Bulma me acercó una bandeja repleta de las mas diversas clases de pasteles.

-eh, si si, gracias-

-y que tal la noche?- me pregunto el Sr. Briefs mientras leía el periódico y fumaba su cigarro matutino.

-Bien, hace tiempo que no dormía en un lugar tan agradable y cómodo- dije algo sonrojado, mientras que Bulma mostraba una risa cómplice.

-Bulma acaba de decirnos que te quedaras acá ... parece que Bulma no puede vivir sin algún invitado en nuestra casa- decía la Sra. Briefs mientras nos servia el te, con su tan inmutable y característica sonrisa.

-Tienes razón querida ... Bulma ¿sabes cuando regresar tu otro amigo?- bah! ¿Cual de los muchachos habrá estado acá? Me pregunte.

- mmm eh no, no lo se papá, no se siquiera si regresara- decía bajo un tono de voz que se había vuelto... ¿melancólico?.

-oh! El ladrón de naves ... tan guapo que era- suspiraba la señora Briefs mientras mi cabeza comenzaba a trabajar, Gohan tenia su casa en la montaña Paoz y Milk nunca le hubiese permitido venirse por 120 días a la capital, el maestro Roshi y sus secuaces ... ni pensarlo, Bulma no se arriesgaría nuevamente, Krillin estaba muerto, Pikoro estaba acá, entonces ¿quién?. A ver que tipo de personaje había invitado Bulma a la casa, esta mujer siempre se hacia amistades de las personas mas peculiares del universo... pero ¿había robado un nave? Eso me llamo la atención de tal forma que tuve que preguntarlo.

- Perdón, pero les ¿han robado una nave?- pregunte indirectamente, sin demostrar mi curiosidad por le sujeto en cuestión.

-Si, el muchacho mudo y muy atractivo ayer se fue, llevándose con él, una nave espacial.- no me ayudo mucho la respuesta de la mamá de Bulma, pero eso de tanto repetir lo atractivo que resultaba ser el sujeto ya comenzaba a molestarme. Miré a Bulma y ésta no le quitaba la vista a los alimentos, los cuales comía nerviosamente.

-y ¿de donde es el "muchacho mudo"?- pregunte algo mas directo para que me dieran una respuesta mas consistente.

- el Joven Vegeta ... mmm no lo sabemos, pero Bulma lo conoció en Namek ...¿de donde es querida?- respondió su padre algo mas concreto, pero...Vegeta, Vegeta ... Vaya que fea coincidencia!, pensé que nadie mas podía tener ese nombre tan repugnante.

- Y que demonios se yo, si el infeliz ese apenas me hablaba- respondió con rabia, pero me extrañó una raro sentimiento que sus ojos trasmitían, el cual no pude reconocer.

- oye se llama igual que el saiyajin que me mato..¿qué loco? ¿no?- Parece que mis palabras habían caído como balde de agua fría, todos exceptuando Puar, pararon de comer. Pasaron algunos segundos en silencio los cuales comenzaron a preocuparme.

-eh ... querida vamos a ver nuestros animales, Bulma y Yamcha tiene que conversar- Dijo el Sr. Briefs mientras se llevaba a su esposa de la sala. Yo mire a Bulma preocupado, pero ella miraba un horizonte inventado por su mente.

-¿Que ocurre Bulma? y ¿quien es Vegeta?- Pregunte algo desesperando.

-bueno ...eh... es que Vegeta estuvo viviendo aquí, y...bueno...eh, no es coincidencia, me refiero al mismo Vegeta que te mató, el Príncipe de los Saiyajins- no fue capaz de mirarme a los ojos al responderme y parece que me devolvían el balde de agua fria.

Bien el primer capitulo,espero que les guste... como siempre.

con respecto a este fic, nunca me trague que Bulma y Yamcha habian terminado por que éste se habia transformado en un play boy, pensé que habia algo oculto en esta historia. y bien, aqui yamcha nos va contando, bajo su percepcion, como fue que perdió a la cientifica.

Y NO PUEDEN IRSE DE AQUI SIN DEJAR REVIEW!!!!! O mail besote y agradecimiento a todo el que leyó el primer capitulo de esta historia.