Disclaimer:Todo el universo de Harry Potter pertenece a J. K. Rowling.


Este fic participa en el Reto #16: "Los opuestos" del foro Hogwarts a través de los años


Bueno, esto es un Soulmate/Dark AU o algo por el estilo, espero no sea muy confuso.


I. Compasión

—Mi Señor, ¿realmente es necesario desaparecer ahora? —pregunta Lucius, inclinando un poco la cabeza para mirar el suelo. Voldemort nota lo cerca que está de ponerse a temblar.

—¿Vas a cuestionar mis decisiones, Lucius? —Aprieta el agarre de la varita en su mano y los ojos de su más fiel seguidor se agrandan con horror por un segundo antes de poner la máscara en su lugar de nuevo.

—Oh, no, mi señor —Se apresura a decir—. Sólo quería saber qué lo ha hecho cambiar de opinión, ¿qué ha pasado con el niño?

Voldemort guarda silencio un momento, reflexionando para sí mismo la respuesta y puede recordar los ojos verdes, tan verdes, mirándolo. ¿Cómo es posible siquiera tener un par de ojos así? Ese color siempre ha representado algo muy importante para él, le resulta curiosa la relación de este hecho con aquellas esmeraldas que lo escrutaban. Pero eso no era todo lo que lo que le parece curioso (por decir menos) de la situación. También está ella.

Recuerda dirigir su atención al cuerpo en el suelo y el escalofrío que le recorre la espalda al entender que se había sacrificado… ¿Por qué? No lo entendió en ese momento y él solía jactarse de comprenderlo todo. Ella había tenido miedo, lo sabía por la forma en que temblaba, la palidez enfermiza de su rostro y la forma en que su voz falló cuando se ofreció, sin embargo no existía duda en sus ojos, tenía una chispa extraña en ellos… ¿Qué era? ¿Qué podía incitarla a cometer tal estupidez? ¿Alguna clase de hechizo?

La respuesta le llega en un susurro, casi ajeno, de una parte de su subconsciente: Amor.

Sólo que no logra entender cómo alguien es capaz de sacrificarse por otra persona por algo… como eso.

—¡Mi señor! —irrumpe Bellatrix sin ninguna ceremonia—. Disculpe mi interrupción, pero todos están hablando sobre…

—Silencio —gruñe. Ya sabe lo que dirán todos, qué están diciendo todos—. No necesito darle explicaciones a nadie, considero que no es el momento indicado para atacar y eso debería bastar. Vamos a arreglarlo en la reunión, cuando lleguen todos avísame.

—Por supuesto que sí, mi Señor. Les diré que dejen de hacer conjeturas erróneas —La joven Black hace una reverencia exagerada y sale de la habitación.

—Pero… ¿y el niño, mi señor? —pregunta de nuevo Lucius—. Podría ser nuestra última oportunidad, quién sabe dónde vaya a meterlo Dumbledore…

Tamborilea sus largos dedos sobre el reposabrazos de su silla. El niño... Es extraño, no ha podido matarlo… ¡No pudo pronunciar la maldición asesina! Sólo de verlo una sensación casi ajena le cosquilleo en la piel, sentimientos, y la marca en la clavícula (que reza "HP") comenzó a arder. Ni siquiera puede engañarse a sí mismo diciendo que no escogió al chico por las iniciales de su nombre más que por el parecido de la sangre. ¿Será que él es...? ¡Lo peor es que no debería importarle!

¿Ha sido una equivocación dejar al niño permanecer con vida? Ya lo ha dejado, al menos debe estar seguro de que no se le escapé.

—Consigue un juicio para Black —Suelta con lentitud, de ese modo podría conseguir acercarse a él a través de su hermano o algún otro miembro de su familia—. Puedes hacerlo, ¿no?

—¿Regulus? Él…

—No, para el traidor. Consíguele un juicio, que no vaya a Azkaban.

—Pero, mi señor…

—¿No lo entiendes, Lucius? Es el padrino del niño, Dumbledore tendrá que dejarlo a su cuidado —Hace una pausa—. Tal vez tengamos que entregar a Colagusano para absolverlo, después de la reunión tráelo a mí y retrasa el arresto de Black.

—Por supuesto, mi señor.

—Habrá que hacer cambios, borrar la memoria de algunos y tirarlos hacia las absurdas tropas del vejete. Se supone que desaparecimos, nadie puede sospechar lo contrario.

—Es necesario, el resto lo tomaremos bien, mi señor.

—Puedes retirarte, Lucius, fíjate si ya están todos.

El hombre hace una inclinación respetuosa antes de irse.

Voldemort vuelve a quedarse solo con sus pensamientos, sabe que tiene que replantearse las decisiones que ha tomado para llegar a la inmortalidad... Pero lo primero ha de ser mantener a sus seguidores fieles, lo demás vendrá con el tiempo.