Conocidos en el mar
El niño en el bote
Unión Soviética, 1957
Un pequeño niño castaño jugaba en las orillas del mar, pese a que su madre le había advertido que no saliera mucho, sin mencionar que acercarse al mar estaba complemente prohibido.
Pero al pequeño era cosa que no le importaba, estar cerca del agua lo relajaba y más subir al pequeño bote que había encontrado hace unas semanas, que con ayuda de los pescadores locales había reparado, con toda la valentía encerrada dentro de su joven cuerpo de 10 años se aventuraba a recorrer la bahía.
No era tonto así que nunca pensó en lanzarse de lleno al mar, ya que sus conocimientos de navegación eran si acaso nulas. Comprendía algunas de las constelaciones que guiaban a los marinos desde las épocas de antaño, pero no se creía (aún) capaz de salir bien librado de una aventura en solitario contra el poderoso mar y sus aguas. Pesé a ser otoño el agua en su país era fría, pero era mejor que cuando estaba llena de hielo y no permitía que los barcos pequeños salieran.
Armado con una pequeña vara, hilo para pescar y una lata de gusanos que compró en la tienda cerca del muelle, tomó su bote al que nombró "Maxim"* y se lanzó al mar.
Pasadas las horas comenzaba a calar el frío en sus manos, por lo que decidió regresar, pero una fuerte ráfaga lo arrastró mar adentro. Asustado cómo nunca en su vida, tomó los pequeños remos luchando inútilmente contra la corriente. A penas y alcanzaba a ver la orilla y cada vez está se hacía más y más pequeña.
Comenzó a llorar, usando la poca fuerza que le quedaba luchando por regresar hasta que uno de los remo escapó de sus manos, lanzándose a la orilla del bote en un intento de recobrar su única opción de regresar sano y salvo a su casa. Sin embargo, sólo logró caer al agua helada.
Sentía cómo sí mil agujas se clavaran en su cuerpo, el agua estaba mucho más helada de lo que pensó, sus piernas se entumieron de inmediato, sus ropas y zapatos mojados terminaron por hundirlo con mayor velocidad.
Su vista se nubló, estaba mareado, no podía moverse y dolía sentir el agua helada entrando pro su nariz y boca. En unos segundos más todo se puso oscuro.
Abrió los ojos, mareado además de aletargado. Estaba acostado en su bote, como pudo logro sentarse, ya estaba de nuevo en la bahía, la tierra estaba tan cerca de él que podría bajarse y caminar sobre la helada arena.
¿Qué había pasado?
Lo último que recordaba era estar ahogándose en lo profundo de un abismo helado, pero hasta ahí. Y no había nadie más cerca, ni en la playa ni en el muelle.
- Por fin despertaste, creí que te habías muerto –escuchó una dulce voz
- ¿Quién anda ahí? – volteó a toda dirección y no encontraba al emisor de esa voz
- Por acá… -notó que había agua saltando de un costado del bote.
Sin más asomó la cabeza y vio algo que nunca pudo imaginar
-¡Una sirena! –gritó el pequeño, viendo a un pequeño tritón, con aleta color azul en varios tonos y cabello y ojos cafés nadando en las cercanías del bote.
- En realidad soy un tritón, las sirenas son chicas. Les crece el pecho y algunas se los cubren con conchas –sonrió –se me hace una pérdida de tiempo hacer eso, los pechos son muy suaves para dormir sobre ellos.
-Creo que tomé mucha agua salada… Esto debe ser un sueño –el pequeño presionaba con los índices las sienes de su cabeza –Creo que me volví loco.
-No creo que estés loco, aunque lanzarte al mar con este clima no habla mucho de que seas muy listo, de seguro no pones mucha atención en clases –el pequeño ser reía tímidamente.
- Para tú información yo siempre le pongo atención a mi profesor y soy el mejor de la clase, en clase nos dijeron que las sirenas no existen
-¡Que soy un tritón! ¡Soy un chico! –Hizo un puchero mientras golpeaba el agua con las manos – ¿Esa es la manera en la que le agradeces a quién te salvó de ahogarte? ¡Eres un ingrato! ¡Desperdicié mis dos horas contigo!
-Lo que seas… da lo mismo, no te creo que seas un tritón.
-Pues me importa poco sí me crees o no… Pero al menos agradece que te saqué del agua, estás bastante pesado ¿sabes?
-No soy pesado, es mi ropa… ¿Y mi ropa? –Acababa de darse cuenta de que no traía puestos ni los zapatos ni el abrigo.
-Te la quité, no podía cargarte con todo eso puesto…
-¡Tritón! ¡Ahora me vas a tener que conseguir uno nuevo! ¡Mi madre se pondrá cómo loca! ¡Rápido tritón haz algo!
-Deja de llamarme tritón, tengo nombre. Me llamo Yuuri soy del clan Katsuki, apréndetelo, torpe niño humano.
-Bueno Yuuri del clan Katsuki, ayúdame a encontrar mi abrigo, mi madre se pondrá como loca si vuelvo sin él. Además tú también eres un niño, no puedes ser más grande que yo.
-Te aseguro que soy mayor que tú y créeme que jamás lo encontraría, cuando te vi estabas en medio de una corriente… tu abrigo ya debe estar bastante lejos de aquí.
-Ay… mi abrigo… Era un regalo, lo planeaba usar cuando me llevaran a ver el ballet a finales de mes –suspiró cabizbajo, sabía a la perfección que su madre no toleraría su desobediencia a salir solo, irse al mar, casi ahogarse y como cereza del pastel perder sus prendas.
-Vamos sólo es ropa, ya después conseguirás otras. –el pequeño ser ondeó su aleta color azul, tratando de devolverle los ánimos al chico. – ¿Por cierto podrías ayudarme en algo?
-¿De qué se trata? –no concebía en qué podría ayudarle al ser que estaba frente a él, no imaginaba que las criaturas míticas necesitaran ayuda de niños humanos.
- Verás yo estoy buscando al amor de mi vida. ¿Podrías ayudarme?
-¿Eh? ¿Cómo demonios se supone que podría ayudarte con eso?
-Pues no lo sé tampoco, ya sé le preguntaré a mis hermanos ¿Podemos vernos mañana también? Mi tiempo casi se termina… -su rostro mostraba algo de apuro.
-No se supone que salga mucho, después de lo de Kyshtym** mamá no me deja salir mucho…
-Anda, puede que no sea tan tardado… yo no podré salir del mar hasta ser más grande…Necesito ayuda para encontrar a la persona que amaré…
-Está bien… Pero no planeo ayudarte pasado el día de mañana ¿entendido? Así que más te vale no ponerte quisquilloso con lo que encuentres.
- ¡Gracias! Por cierto, ¿Cómo te llamas? Ya te dije mi nombre, lo lógico es que me digas el tuyo.
-Cierto, me llamo Yakov, Yakov Feltsman, mucho gusto Yuuri.
Y así fue como la historia de ambos niños inició.
Continuará…
*Maxim Gorki (1938) es el nombre de uno de los barcos de guerra rusos usados en la segunda guerra mundial.
** El accidente de Kyshtym fue un accidente de contaminación radiológica que tuvo lugar el 29 de septiembre de 1957 en Mayak, un sitio de producción de plutonio para armas nucleares y combustible nuclear para plantas de reprocesamiento en la Unión Soviética.
Hola, acá la persona que no ha acabado sus otros fics y ya se puso a hacer otro.
Espero que les guste este fic que no planeo hacerlo de más de 5 capítulos. Pero en cuanto me nació la idea simplemente desee escribirla y ya no me pude detener. Por cierto todas las referencias son reales en tiempo e historia. Puse que Yakov era castaño de niño porque la verdad no se me ocurrió otro color posible, perdón si más adelante lo llego a cambiar.
Sí son nuevos en mis fics los invito a leer mis otras obras "Odio a todos los Nikiforov" y "Diario de la nueva escuela" todos se publican en wattpad y
Es todo por hoy y espero sus likes, comentarios, votos etc.
Queda prohibida la adaptación, traducción y copia de este fic.
